Partida Rol por web

Tras escuchar los tres mensajes. Dejé el móvil en la cama y me quedé mirándolo. Lo que hice, quizá fuese un error, pero me sentí libre por fin: cogí el móvil, abrí la ventana de par en par y lancé el móvil con todas mis fuerzas hacia la calle, disfrutando cómo se estrellaba contra el suelo.

Volví a cerrar la ventana y me senté en la cama.

-Dudo que me hayas a matar, pequeño cabrón cuando ya estoy muerta - dije, mirando al techo, recordando el mensaje de Don Juan.

Sacudí la cabeza  e intenté volver a recordar aquellos momentos que acababa de pasar con el chico. Deseé que llegara pronto. Tenía muchas ganas de volver a verlo.

No sé cuándo me quedé dormida, pero el sonido de unas llaves introduciéndose en la cerradura me despertaron. Me desperecé y me senté de nuevo en la cama, esperando ver al hombre que anhelaba desde el mismo momento en que se había ido.

Se abrió la puerta.

entra un hombre hecho un lio, azota la puerta, tira su saco y ves como tambien arroja un arma, mientras maldice su suerte... en una de sus manos trae una botella... -perra suerte, esto no es justo... carajo.... cuando repentinamente se da cuenta que estas ahí... -así que te quedaste? es el mismo hombre que ahi te llevo, por su actitud quiere demostrar que tiene el control, pero su voz y sus actos son nerviosos, se nota que sta sorprendido y feliz de que estes ahí se queda mirandote fijamente

-Hola, cielo - le saludé. Levantándome de la cama, señalé las flores que me dejó-. Es un detalle precioso y huelen deliciosamente- me acerqué a él y le sentí un poco tenso-. ¿Estás bien? Te noto raro - le dije desabrochándole la camisa y besando su fuerte torso-. Si quieres, nos tomamos una ducha - le propuse y me dirigí hacia el baño cogiéndole de la camisa y llevándomelo conmigo, entre risas.

Me quité el vestido que llevaba puesto y me metí en la ducha atrayendo hacia mí al hombre y, besándolo con pasión, le quité por completo la camisa y abrí el agua.

Las gotas caían frías, pero, en seguida, se volvieron calientes, al igual que yo.

El hombre se queda mirándote, te mira con lujuria, te mira con deseo, te mira con necesidad, te mira con ternura, te mira con amor... cuando te vas a la regadera traga saliva y titubea un momento, cuando te quitas el vestido él le da un trago a la botella, cuando te caen las gotas por el cuerpo... lanza todo lo que trae encima al piso mientras se dirige a dónde vas.
Siempre fue un hombre frio, calculador, astuto... pero cuando uno se enamora... "a!!! qué rayos, ya solucionare mi problema después" se acerca a la puerta totalmente desnudo, de reojo lo puedes ver con su buen físico, su cara cambio, ahora se le ve tranquilo, sereno, suspira una vez y te contempla lo ves pero puedes sentir como su respiración y sus ojos cambian de nuevo, su respiración es más profunda y su mirada ahora se siente pesada, tú sabes que te mira y te gusta que te mire, así que tus movimientos se vuelven más llamativos, más sensuales, más lentos... escuchas que respira con fuerza y se acerca por detrás, mete sus manos en el hueco que dejan tus brazos cuando te estás enjabonando, toma tus manos y te quita el jabón mientras te susurra en el oído -te falto la espalda pasa el jabón y sus mágicas manos por tu espalda, por tus caderas, tus nalgas, tus muslos, las entre piernas, suben por tu vientre, tu estomago, tus costillas, tus pechos; simultáneamente la boca y la lengua hacen lo suyo desde tu cuello pasando por cada zona erógena e la cara.
Ambos traen un magnetismo animal muy fuerte, del pequeño preámbulo terminan el jacuzzi

Su mirada era lo que más me gustaba de él. Pese a que era un hombre con un físico de espanto y un carácter encantador, su mirada era lo que me dejaba sin respiración.

Cuando fuimos al jacuzzi tras estar en la ducha, contemplé sus ojos profundos como abismos. Me encantaban y podía estar mirándolos todo un día sin parpadear.

Sin embargo, la pasión desenfrenada que sentíamos en ese mismo instante me hizo darme cuenta de que debía estar atenta a otros menesteres.

Enterré mi boca en su cuello y lo besé apasionadamente. Bajé por todo su torso desnudo y mojado con dulzura, poniendo algo especial en cada beso. Llegué hasta su miembro y lo cogí con una mano, restregándolo. Con la otra cogí su cabeza y lo atraje hacia mí para darnos un apasionado beso.

Tras ello, me puse a horcajadas sobre él e introduje su pene dentro de mí. Nuestros ritmos se acompasaron y los gemidos cada vez se iban haciendo más unísonos y más sonoros. Al rato, explotamos los dos. Me apoyé en él y me quedé así durante unos segundos para recuperar el aliento. Giré la cabeza y le susurré al oído, lamiendo el envés de la oreja:

-¿Sabes? Eres lo mejor que me ha pasado desde hacía mucho tiempo - reí para mis adentros y seguí besándolo -. ¿Qué hacías en aquel lugar, cariño? - le pregunté, mientras volvía otra vez a montarme sobre y él.

No esperé su respuesta ya que volvíamos otra vez a empezar. Sus acometidas fueron esta vez más fuertes, lo que provocó que gritara de placer. Mis chillidos resonaban en todas las paredes de la habitación. Cuando exploté de excitación, le arañé la espalda con las uñas, haciéndole casi sangre, sin embargo él no lo notó. Estaba demasiado ocupado adentrando sus dedos índice y corazón en mi interior, provocándome un nuevo orgasmo y un nuevo grito.

Se veía que la tarde iba a ser larga.

en alguna hora de la tarde, pasaron de los dedos a los miembros, y en un momento eso se convirtio en una tempestad de emociones, gemidos, besos, nalgadas, jaloneos, fues sexo salvaje que abarco desde el jacuzzi hasta terminar en la cama, el lugar estaba totalmente destrozado, la pareja estaba totalmente exahusta, tenia un cara de sumo placer en medio de ese caos, esta por llegar el momento incomodo de hablar.

despeus de retomar un poco de fuerzas, se levanto y encendio un cigarrillo, -eres lo más afortunado que me ha tocado en esta vida, por tanto te seré sincero, enla tarde sali a cumplir con un trabajo (se quedaba vidno fijamente a su arma) pero algo salío mal y el cliente nunca llegó... lo único que se es que quien contrato mis servicios esta molesto y molestar a ese cerdo es un problema... se acerca a ti y te besa en la boca, creo que es hora de presentarme se hace a un lado u hace ademan de caballero quitandose el sombrero, toma tu mano y la besa -Luis Garnica a tus servicios!!

-Luis - repetí-, así que te llamas Luis - dije, quitándole el cigarro de entre los dedos y me lo llevé a los labios. Solté una bocanada de humo y se lo devolví-. Encantada, Luis - sonreí-. ¿Quieres saber cómo me llamo yo? - le dije y le rodeé el cuello con mis brazos-. Me llamo Brunelle y lo mejor de todo es que soy toda tuya - le dije y empecé a besarle con pasión en los labios. Nunca me cansaba de esos labios suaves y carnosos. Mientras nos besábamos, llevé una de mis manos a su entrepierna. Se veía que a ella, al igual que a mí, no le gustaba hablar.

mientras te besaba y me dejaba consentir - aaa Brunelle que nombre tan extraño... te tome entre mis brazos y te estaba desnudadndo una sensacion fria y tenebroza me detuvo de súbito -Brunelle??? me lanzo a un lado y tomo mi celular marco un numero y tu telefono suena... te miró y me carcajeo a todo lo ancho de mis pulmones -vaya que la vida es extraña, me acerco y te beso nuevamente, sabes que Don Juan me pagó por eliminarte?

Mi rostro cambió inmediatamente. De una sonrisa feliz y una luz brillante en mis ojos pasó a nublarse por completo. Me puse seria y me separé de él.

-¿Cómo? - es lo único que pude articular-. Bien - dije, asintiendo-. ¿Y por qué no lo haces, eh? Venga, ¡Vamos! - le grité con los brazos extendidos y completamente indefensa-. Si es que debería haberlo imaginado, estúpida, estúpida - me decía para mí misma.

Volví a mirarle con cara de furia y le espeté:

-¿A qué diablos estás esperando?

tomo la pistola y me lanzo sobre ti antes de que puedas reaccionar, mi cuerpo no lo parece pero soy muy agil, te pongo la pistola en la cabeza y te robo  un beso lanzo la pistola y te toqueteo -si, yo tampoco lo hubiese imaginado corazón... te dejo de toquetear y ahora lusco demasiado serio -te propongo algo Brunelle si es que ese es tu verdadero nombre... mientras comienzo a vestirme veloz, desde hace tiempo mi jefe quiere cargarse a ese cerdo de Don Juan... esta podría ser una oportunidad única abro un cajón y saco una pistola pequeña de un tiro, ¿que dices, le damos cuello? te doy la pistola

te estas vistiendo con el mismo arranque de entusiasmo de Luis, cuando escuchas gritos tras la puerta, Luis te hace señas de que te escondas en el baño y baja la intensidad de la luz lo siguiente que escuhas es que cortan cartucho y alguien patea la puerta, se escucha un ruido sordo (la hecharon abajo) tack tack tack tack le dan de tiros a la recamara con una metralleta, se detienen y escuchas un balazo de otro rincón de la habitación un sonido como un gemido y otra ráfaga de metralla tras la cual escuchas otro tiro solitario

-vamos Brunelle, toma lo que puedas y corre, hay que salir de aquí, esos son pistoleros de Don Juan

las luces se encienden de nuevo y ves a Luis empacando armas y dinero

Aún con el pulso acelerado por el tiroteo, salimos Luis y yo de la habitación tomando las necesarias precauciones.

-Luis, por aquí - le susurré-. Vamos por la escalera del servicio. Seguro que ellos esperan que salgamos por la puerta principal disfrazados para intentar pasar desapercibidos.

Abrí la puerta que conducía a una escaleras metálicas y bajamos corriendo haciendo que nuestros pasos resonaran en toda la escalera.

Cuando llegamos a la planta baja, dos personas que fumaban a hurtadillas en el último peldaño se nos quedaron mirando.

-Vosotros no habéis visto nada -les dije, deslizando en el bolsillo de uno de los muchachos un billete de 100.

Abrimos la puerta de emergencias y echamos un vistazo.

-No podemos ir al garaje. seguro que tienen mi coche fichado. Hay que coger un taxi o ir hasta el metro - le dije, mirando la calle con atención.

Vi que el camión de reparto de la comida que traían todos los días para el bufet del restaurante, aún seguía allí.

-Ven, tengo un idea- le cogí del brazo y nos acercamos al camión- Ten el arma preparada, pero que no se vea- le advertí.

Cuando llegamos a la altura del camión, puede ver al conductor que se fumaba un cigarrillo pacer.

-Hola, cielo- saludé al conductor-. Verás, tenemos un problemilla y necesitamos tu ayuda. Necesitamos que nos escondas durante un tiempo allá atrás- señalé al camión, donde había estado toda la carga-. Si no es mucha molestia- el hombre me miró extrañado y estuvo apunto de decir que no. Cuando vio la pistola de Luis asomar por debajo de la chaqueta, asintió frenéticamente-. Buen chico- le sonreí.

Subimos a la parte de atrás y el camión se puso en marcha en seguida.

Dando un suspiro de alivio, sentí cómo nos alejábamos del hotel.

todo iba marchando bien, el hombre del camión estaba cooperando tranquilito y sin chistar, mire a Brunelle -no se te hace demasiado sospechoso? este territorio es zona neutra pero cualquier Don tiene espias y traidores... nos deberian de seguir pongo una cara compungida y de suma duda -no crees que sea una trampa? despues de todo ese hotel tambien es de Don Juan

el camión acelera abruptamente y comienza a salirse del camino, Luis trata de abrir la puerta pero no lo consigue tienen el presentimiento de que algo anda mal muy mal com saldran de esa situación?

-Pero, ¿qué coñ...?- pregunté de malas maneras- ¡Eh!¡Eh!- gritaba mientras daba golpes con el puño hacia las paredes del camión-. Me parece que te estás confundiendo, chaval y eso no me a gustar- le avisé, dando aún más golpes.

Miramos por las pequeñas ventanas que tenía el camión.

-¿Dónde estamos?- pregunté, totalmente perdida.

Me retiré de la pequeña ventana y volví a dar un golpe a la pared.

-Este cabrón trabaja para el otro cabrón, seguro- dije, enfadada-. Lo siento, Luis. Fue idea mía el meternos aquí. Dios, cómo pude ser tan tonta- murmuré sentándome en el suelo y rodeando mis rodillas con los brazos-. Si te ocurre algo, lo que sea, no me lo perdonaré jamás- una lágrima se deslizó por mi rostro y me la enjugué con el dorso de la mano. No estaba siendo un buen día.

te mire con una cara tranquilizadora, me acerque a tí y te bese la mejilla -no te preocupes, no he llegado a ser viejo siendo tonto, contaba con ello ya estamos lejos del lugar donde nos podian encontrar los hombres de Don Juan yo llevo cargando dos maletas una con pertenencias y otra con herramientas de trabajo (tu describeme que llevas encima que ya no recuerdo con tanto que has cambiado de lugares) saco un revolver enorme te hago señas para que te acerques -seca esas lagrimas cariño, es al contrario si algo te pasara a ti... eso no seria justo ahora sigueme la corriente señalo unas cajas cuando te de la señal arrojalas fuera, luego pegate al piso de la camioneta y apunta tu arma hacia la puerta disparale a lo que se acerque

Luis saca otra pistola de menor calibre, le da tres tiros a la ventanilla por donde se ve el conductor, como era de imaginarse estaba blindado las balas no hicieron nada, el chofer voltea a verlos y se burla, hasta les hace señas con un dedo.

entonces Luis le da un tiro con el revolver al seguro de la puerta al fondo de la camioneta, esta le hace un boquete enorme y se abre, es ahi cuando te hace una seña con la mano esperando que sigas sus instrucciones

Cogí mi bolso con firmeza donde guardaba la pistola, dinero y demás pertenencias a la espera de recibir la señal de Luis.

Estaba muy nerviosa, pero, tomé su mano y me reconfortó.

-Por favor, no me dejes- murmuré, más para mí misma que para Luis.

Le miré y vi que mostraba una seguridad que transmitía fuerza.

Asentí con la cabeza para quitarme ideas infantiles y le pregunté a pleno pulmón:

-Bien, ¿qué hacemos?

haces lo que te habia dicho de las cajas, segundos más tarde el hombre se detiene a revisar para donde se fuerón cuando se posa frente a la puerta le disparas y cae muerto