Partida Rol por web

He tenido que dejar a mi pequeña y amada Harley en un local de alquiler, una especie de cochera privada, mientras me muevo por Venecia, pues es más útil ir en góndola que en vehículo...que efectivamente no puede flotar por los canales.

Me he buscado un hotelito cómodo, uno en el que poder llevar a la presa que quiera dejarse cazar...En realidad es un hotelazo como hay pocos, en una isla privada es el lujo de cualquiera. La putada es que solo se llega en barco, así que si queiro llevar a alguien vamos a tener que dejar la pasión un poco recogida hasta llegar a la habitación...

Llego al hotel, por la pinta de la gente, casi que es más para mis padres que para mí...teniendo en cuenta que voy con un corpiño de cuero y falda de tubo negra, con unos taconazos de órdago...sí, no caso muy bien con ese ambiente estiradillo y fino. Que les den. Alzo mi barbilla y piso fuerte, para que me escuchen llegar, eso es lo que más me gusta...

Voy a recepción, espero que haya un hombre, al que sonreirle suavemente mientras me da la llave. Una vez me instalo, y dejo todas mis cosas por ahí espurreadas, pienso que voy a empezar por la sauna y por el spa-balneario...el viaje ha sido largo, y hace semanas que no piso un buen alojamiento, apartado de los motelillos cutres.

Luego debería preguntar en recepción dónde me puedo hacer con un buen vestido victoriano para el carnaval...y como no, una máscara bonita.

Recorro la habitación, todo un capricho, todo un lujo digno del dinero que va a costarme.

Tomo los folletos y me siento en uno de los sofás, me pongo a buscar si hay alguno del hotel, por las normas de convivencia y demás...pero sobre todo, un mapa de las instalaciones para ver si encuentro dónde está la sauna y el spa. De solo pensar en el spa me vuelvo loca.

Miro también si hay alguno que explique algo sobre los disfraces, o sobre alguna fiesta que vaya a celebrarse de disfraces, donde pueda meterme y disfrutar con la gente del Carnaval.

Según tengo entendido, el Carnaval era la fiesta en la que los nobles se juntaban con la plebe, y si no me equivoco, debería haber pasacalles y fiestas callejeras...¿qué hago metida en el hotel? Bueno...esperemos a que anochezca, además, primero me tengo que hacer con una buena ropa...

Sigo mirando los folletos, a ver si me entero de algo más concreto...

Estas absorta en tus pensamientos mirando los folletos y das un pequeño respingo al oir la puerta.

Te levantas y te acercas a ella abriendola despacio, ante ti ves a un atractivo moreno de ojos verdes que te mira con una sonrisa y te repasa de arriba abajo sin cortarse un pelo.

- Buenos dias señorita. Mi nombre es Jean Cullen y sere su ayudante personal mientras este en Venecia, El hotel me pone a su disposicion las 24 horas del dia para cualquier cosa que desee, visitar la ciudad, un masaje, fresas con nata a las 5 d ela mañana... Cualquier cosa que desee solo tiene que pedirmela y yo la cumplire - Entre ello te da una pequeña cesta de frutas de bienvenida.

O____O!!! ¿cualquier cosa, moreno? me encanta este hotel...

Me levanto sonriente, dejando los folletos en cualquier sitio ¡Que le den a los folletos! y me acerco a él, para recoger la cesta, ¡como no!

- Espero que en la cesta haya fresas y nata...porque me acabas de abrir el antojo, Jean...

Mira la cesta a ver qué encuentra dentro

- Lo de los bombones en la almohada lo había escuchado Me voy acercando a la puerta, hasta que llego a ella y la cierro Pero los chicos de compañía....eso es la primera vez que lo oigo...¡pero me encanta!

Le sonrío, mirándolo de arriba a abajo

- Y no me hables de usted, por Dios, que soy jóven...

Me acerco a la mesa del salón y dejo la cesta en ella, invitando a Jean a sentarse.

- Bueno, cuéntame entonces...¿qué puede hacer una joven y su ayudante personal en Venecia en tiempos de carnaval? Aparte de comer fresas con nata....

Me apoyo en la mesa, sonriendo, mirándolo a lso ojos, con una gesto travieso en la mirada.

El chico entra y se siente en uno de los sofas mirandote directamente - Mucha gente viene por los carnavales a Venecia, y en el hotel nos gusta cuidar a nuestros clientes mejor que nadie, por lo cual a los hombre sy mujeres uqe no viene acompañados o en grupo, se les regala el servicio de un ayudante personal, para suplir todas sus necesidades, algunos los usan como acompañantes para fiestas, otros como mayordomos, otros como guias turisticas, otros para ver la festividad desde los ojos Venecianos... y otros para simplemente satisfacer todos sus deseos en sus vacaciones... - Te explica mientras alarga la mano para coger una uva de la cesta y llevarsela a la boca.

- Piensa en lo que mas desees o te apetezca y yo lo cumplire - Te sonrie con picardia al igual que haces tu.

En cierto modo me daba algo de reparo pedirle una noche loca a un tío que acababa de conocer, así que sería mejor ir poco a poco. Una cosa era lo que yo había hecho a lo largo de mi vida, y otra las que hubiese hecho el buenazo que tenía delante...y sí, era cierto que me encantaría comerme su fresa bañada en nata a las 5 de la mañana, pero por lo menos, habría que visitar algo de Venecia primero.

- Pues ahora estaba pensando en una ruta por la sauna y el spa...llevo mucho de viaje y amodorrarme en el balneario no me vendría mal. Después ya veremos...Según vaya surgiendo la cosa ¿no?

Se puso en pie, y haciendo algo de ruido al andar se dirigió a su maleta. se agachó en ella y dejó ver los ligueros que sujetaban sus medias, negros como la falda. Sacó de la bolsa un bikini.

- ¿Hará falta esto? dijo haciéndolo girar en el aire.

El coge otra uva que lanza al aire y recuoera con su boca - Depende que tipo de masajes, piscinas y saunas quieras te hara falta o no - Comenta sonriendo de medio lado, echando la cabeza hacia atras para ver el dia de sol que hacia por la ventana de tu balcon. - Como ya te dije puedes hacer cualquier cosa que desees.

Sonrío, ese chico sabía como provocarme

- Entonces lo dejaré aquí...Si no te molesta, claro

Me acerco hacia él, y dejo la prenda de ropa en la cestita de frutas de la que estaba comiendo. Estiro mi mano, ahora vacía hacia el joven

- Por cierto, soy Gini, que no me había presentado... Se acerca y le susurra al oído Dejo en tus manos la ruta del baño...sorpréndeme, Jean Luego le da dos besos, como finalizando la presentación ¿Nos llevamos la cesta al baño? Para que puedas seguir comiendo uvas Le sonrío y guiño un ojo.

Solo picaba por vicio...- te comenta sonriendo mientras baja su mano por el contorno de tu cuerpo hasta entrelazarla con la tuya para salir de la habitacion.

- Ven conmigo entonces... - Te lleva a un ascenso y de alli vais a la recepcion saliendo hacia un lado.

Te muesta dos zonas una cubierta y la otra al aire libre, diciendote que en una salita aparte te puedes poner comoda, ahora mismo la cerrada esta casi vacia y la gente toma el sol en la despejada.

Cuando elijes, el se disculpa y va a una salita aparte, volviendo con una toalla a la cintura, realmente ese cuerpo quita la respiracion a cualquiera.

- Mira que el vicio no es bueno...

Le digo sonriendo.

Me toma de la mano de una manera....especial, yo agarro la cesta con el bikini y me voy con él. Cuando llegamos a las piscinas me enseña las dos posibles salas. Realmente, mi color de piel se mantiene gracias a una casi nula exposición al sol...no querría quemarme y ser una gamba en Venecia...

- Mejor nos quedamos en la cubierta...

Me meto en la sala y me pongo mi bikini. Está compuesto por algunos pequeños trozos de tela, negros unidos por varios lazos que se unen entre ellos haciendo algunas formas bastante graciosas. Es coqueto y sexy, casi parece más lencería que un traje de baño, aunque su tela elástica lo delata.

Salgo y me encuentro con...con semejante cuerpo...con semejante hombre....¡con esa toalla! Lo miro de arriba a abajo, y me muerdo el labio inferior, recreándome en su cuerpo

- ¡Mamma mia! Susurro. Me acerco a él, miro que no haya nadie nirándonos y abro su toalla un poco mirando dentro Espero que lleves bañador ahí debajo, porque si no...

Ves que lleva un bañador* rojo y te mira con una picara sonrisa - Siempre hay que quitarse la ropa de baño en la piscina o el yakuzzi... - Vuelve a pasar su mano por un de us cosatados causandote un delicioso escalofrio.

- ¿Ya sabes que deseas provar primero? - Te pregunta sin apartar sus ojos de los tuyos.

Tomé la mano de Jean cuando terminó de rozarme la cintura

- Con esas manos bien me gustaría un masaje...para que nos vayamos conociendo poco a poco...pero más profundamente que desnudos en una piscina...

Si bien en una piscina podían estar sin ropa, seguro que en la camilla de masajes...también.

Coge tu mano y te lleva a una de las salas contiguas, en ella hay una camilla de masajes y una estanteria con aceites, toallas...Te pide que te tumbes y te sespoja de tu pequeño bikini, no te tapa con nada y ves como coge un poco de aceite y lo desliza por tu cuerpo.

Poco a poco comienza a masajearte d euna forma increiblemente placentera, cuando llega a tus hombros por el hueco que hay para la cabeza no puedes evitar mirar su bañador, su rojo y abultadisimo bañador, aunque no parece que tenga una ereccion, no al menos por ahora.

Te deja la espalda nueva y entonces se agacha y te susurra - ¿Masaje completo...?

Su masaje me estaba relajando y excitando a partes iguales...los masajes, cuando me los daban tíos que estaban buenísimos, tenían ese efecto en mí.

Estaba con la cara hundida en el huequito de la camilla, en ese expresamente diseñado para meter la cabeza y dormirte con cara de idiota, cuando lo noto más cerca de lo que debiera. Saco la cara del agujero almohadillado y no puedo evitar mirarle el bañador...dios...y aun no está empalmado...este hombre es un Dios...un dios joven y apetecible...

Parece leerme la mente, parece que aquello de "todo lo que desee" va en serio, y muy en serio

- ¡Oh! por favor...

Me incorporo un poco, apoyándome sobre uno de mis brazos, dejando mis pechos a su vista, desnudos y erectos

- ¿Tengo que cambiar de posición? Ahora soy tuya, si tengo que hacer algo...dímelo

Le guiño u ojo y me quedo así, esperando sonriente su respuesta. Apoyo mi cara en la mano.

- Esta bien... Pero no puedes moverte si no te lo digo... - Te dice de forma picara haciendo que vuelvas a tumbarte en la camilla, elevandola un poco por la parte delantera para que quedes medio tumbada medio sentada.

Vuelve a echarte aceite con esencia de vainilla por el cuerpo y comienza a masajearlo, pococ a poco sin dejar de mirarte, priemro los hombros desde delante, despues el cuelllo bajando hacia tus pechos, que toca con mimo, ves que sus manos son grandes pues abarcan todos ts pechos u juagan con sus dedos en ellos, es una mezcla de placer y relajacion.

Poco a poco va llendo hacia el centro de ellos, deteniendose en tus pezones, haciando que tu deseo aumente muchisimo solo por como los toca, haciando que tu cadera se quiera mover pidiendo mas....

Te mira satisfecho de tus reacciones y cuando lo cree conveniente sigue el descenso, se detiend eun rato en tu vientre pero sigue su camino por tus piernas ignorando tu sexo. Baja por la derecha y se centra en tu pie, en la planta de este para depsues irse con el otro y comenzar a subir por la pierna izquierda.

Finalmente se echa un poco mas de aceite en las manos y llega a tu sexo,comienza a masajearte el pubis, poco a poco con movimientos suaves, despues pasa a tus labios vaginales, que tras una corta visita a ellos separa para comenzar a masajear tu clitoris de una forma increible, no sabes que ha tocado o como lo ha tocado pero nunca habias estado tan excitada ni tan proxima a un orgasmo con tal rapidez.

Las manos de Marcus me están enseñando que la fama de los italianos...la tienen merecida.

Poco a poco siento cómo me voy excitando más, sus roces son los de alguien experto, me temo. Además, nunca me habían dado un masaje "completo".

Poco a poco mi respiración se acelera, y noto contraerse mis pechos, duros bajos sus manos. Cierro los ojos y le sonrío, está consiguiendo solo con sus manos, un poco de aceite y en pocos minutos lo que algunos no han logrado en noches enteras y con todos sus recursos.

Me relajo aún más, noto como mis piernas se separan un poco, y él baja hacia mis pies...relajación total, excitación absoluta. Mi respiración son pequeños suspiros, y al subir de nuevo, al masturbarme, no puedo sino ahogar un suave gemidito, que callo mordiéndome el labio de abajo.

Abro los ojos y lo veo, hundiendo sus dedos en mi sexo (completamente depilado, por cierto). Me noto a punto de llegar, mi corazón quiere salirse, y mi cuerpo...mi cuerpo quiere albergarlo. Le pongo una mano en el hombro, y lo miro con ojitos suplicantes

- Por dios, súbete en el camilla y házmel... No puedo terminar, pues un nuevo suspiro gemido escapa. Me dejo caer en la camilla...Que sea lo que Jean quiera.

Jean sonrie de forma picara y se mueve por un lateral sin dejar de masturbarte, haciendo que veas las estrellas que estes al borde de estallar en un increible orgasmo - ¿De verdad es lo que deseas? - Te pregunta ne un tono sujerente - ¿No te gustaria acabar ahora... asi...? - Con la ultima palabra causa una pequeña presion en tu clitoris que te arranca un grito de placer, pero vuelve a bajar el ritmo para no dejar que te corras tan rapido. - Sabes que puedes pedirme lo que mas desees...