Partida Rol por web

El vuelo fue agradable, volar en primera clase no tenia nada que ver con esos vuelos baratos en lineas de bajo coste.

Tener dinero no daba la felidad, de hecho yo no me sentia diferente a cuando empece a cortar patrones para mis muñecas, pero tenia sus cosas buenas.

Tambien tenia sus cosas malas, la presion y el estres, habia subido mucho en poco tiempo y me sentia como si me faltara el aire. Ahora se me exigia mucho mas y mis ideas flojeaban.

El viaje en gondola fue relajante, era un ciudad muy hermosa que segun los expertos tarde o temprando volveria a undirse en el mar del que fue levantada. Aun asi, me sentia privilegiada de poder estar en esa bella ciudad, igual que si alguien hubiera tenido la oportunidad de conocer la mitica atlantida antes de ser tragada por el oceano.

El hotel no podia ser mas bonito, tranquilo, lujosos... yo no fui quien lo eligio, de haber sido asi hubiera buscado algo mas sencillo pero no proteste. Necesitaba unas vacaciones, relajarme, buscar la inspiracion perdida...

Tome la llave de mi habitacion y subi a ella. Antes que nada queria ordenar mi ropa y tumbarme un rato.

La habitacion es de un estilo algo clasico, tiene bastantes plantas, un pequeño salon nada mas entrar ene ella con dos sofas y una mesa, al fondo hay un balcon que da a la zona de la piscina con unas vistas mas que buenas.

A un lado hay un pequeño escritorio con un ordenador y las cartas de bienvenida del hotel y tod ala informacion sobre el y Venecia que se puedan desear, ademas d eun fantastico dosier de los carnavales, con horarios, desfiles, calles adornadas y fiestas programadas.

La habitacion tiene unas puertas correderas desde la salita y se divide en una gran cama de matrimonio con un armario empotrado, sobre la almoada hay unos bombones de bienvenida. Y otra salida al balcon.

Al otro lado del salon esta la entrada al baño, que tiene una estupenda bañera de hidromasaje a un lado, el servidio esta como en una propia salita aparte del propio baño. En el tocador hay todo tipo de enseres necesarios en un viaje, cepillo de dientes, secador, champu, gel de baño, crema hidratante... todo de primeras marcas.

Me siento tentada a darme un baño despues del viaje. Cierro la puerta, meto la ropa en el armario y me lamento un poco de no haber traido disfraz, aunque supongo que estoy en el sitio perfecto para comprar uno.

Abro el grifo, lleno la bañera, pongo un poco de relajante musica y me sumerjo en el agua caliente a la que he añadido un poco de jabon para tener algo de espuma.

La sensacion es tan agradable que comienzo a quedarme dormida.

Sueño que estoy en unas termanas naturales, como si fuera una reina del antiguo egipto, rodeada de esclavos musculosos y atractivos dispuestos a saciar todos mis deseos y caprichos.

Hay uno especialmente guapo, me mira con adoracion y yo le permito que bese mi pie.. despues el sueño va subiendo de temperatura... los exclavos se rebelan y... me despierto mas mojada que el propio agua que me cubre.

- ¿Pero que me pasa?¿Como puedo soñar esas cosas?.- me pregunto saliendo del agua y secandome con una toalla.

Sales de la ducha y en ese omento llaman al timbre de tu habitacion, te sientes especialmente humeda y excitada y no puede evitar pensar en los hombres que aparecian en tus fantasias, en us sueños...

Al abrir la puerta la cosa se pone peor pues ves ante ti a un atractivo chico vestido con el uniforme del hotel portando una cesta de fritas y dulces, al verte el toalla y con tu melena peliroja cayendo por tus hombres traga saliba.

Buenos dias Señorita Light, mi nombre es marcel y sere su ayudante en el hotel para todo lo que necesite, nos gustaria que aceptara esta cesta de bienvenida en nombre del director.

He recibido una buena educacion catolica, nada de hombres hasta despues de mi boda. Siempre me he mantenido "fiel" a mis creencias, nunca supuso un problema pero ahora, desde hace unos meses todo a cambiado.

Me ciño la toalla agarrandola con fuerza, deseando que no se caiga y colorada como un tomate acepto la cesta con un timido gracias. Hago el gesto de buscar en el bolsillo unas monedas pero nada encuentro en la toalla, nisiquiera la proteccion de la ropa.

Mi cuerpo excitado por los pecaminosos sueños todavia debe creer que sigue en ellos cuando piensa en que aquel apuesto botones me arrenque la toalla y me haga suya sobre la cama.

El tono rojo de mis mejillas aumenta hasta que parece que mi cara misma va a explotar.- Por favor.. me... me gustaria vestirme...- pido timidamente, deseando apartar la tentacion de mi.

El chico te hae un leve gesto para que te apartes d ela puerta y de deja la cesta sobre la mesa, tampoco parece que ve muy correcto que la cojes tu y se te pueda caer la escasa tela que llevas por encima, notas como el tambien se pone un poco colorado y vuelve a la puerta - Soy su ayudante personal, eso significa que si desea cualquier cosa a cualquier hora solo tiene que marcar el numero uno - Te explica mirandote de nuevo algo colorado.

Cuando da un paso dentro yo doy un respingo hacia tras, por un segundo crei y temi y desee que mi fantasia se hiciera realidad.- Si.. gracias... el uno.- Repito cada vez mas nerviosa.

no sabia que me pasaba, soy diseñadora, estar rodeada de chicos guapos, modelos, era para mi cosa de todos los dias pero ultimamente no podia concentrarme en la ropa, ni en crear, ni en nada...- Lo... recordare...- digo pensando en ciertas necesidades que podria cubrir, planteandome si aceptaria una proposicion o si me cobraria por ello.. niego con la cabeza descartando esos sucios pensamientos y sonrio timidamente antes de cerrar la puerta, apollando mi espalda en ella y resoplando.

Cierro el pestillo y cubro las ventanas. Intento evitar esto pero en situaciones asi es lo unico que alivia. Me cubro entera con las sabanas, tirando la toalla fuera, como si me ocultara incluso del propio cuarto o cualquier mirada mientras mis dedos rozan y acarician, siempre sin llegar a introducirse en mi hasta que siento el orgasmo. No me cuesta nada alcanzarlo y despues me quedo profundamente dormida bajo las sabanas, aunque me pesan los sentimientos de culpa. Lo que acabo de hacer no esta bien, son actos impuros...

Vuelves a despertar ahora si mucho mas relajada, tu cuero esta completamente descansado y sientes bastante hambre. Por la ventana de la balconera entra una suave y calida brisa que hace el ambiente perfecto.

Te fijas en el reloj y ves que marca la hora de comer.

Me levanto rapido de la cama, atormentada por ciertos sentimientos de culpabilidad. No es que corra en busca de un cura que perdone mis actos pero si me siento mal conmigo misma.

Me visto y bajo a comer, pensando en que un paseo despues me sentaria bien.

Bajas al restaurante y ves que hay bastante gente, muchos de los camareros llevan amscaras venecianas y por recepcion casi todo el mundo lleva bolsas con los disfraces. En los folletos pudiste ver que el fin de semana se celebraria una fiesta tipica en el hotel, y todos los huespedes estaban invitados.

Antes de sentarme a la mesa me acerco a alguno de los chicos que forman parte del personal del hotel.- Disculpe ¿Donde podria conseguir un disfraz?.- pregunto con interes poniendomelo como objetivo para las compras de la tarde.

El recepcionista te mira con una sonrisa y saca un mapa de la ciudad que te da - Eh! si, en esta epoca todas las tiendas estan abiertas, asi que tiene como unas cincuenta distintas para escoger el disfraz que mas le agrade. En este mapa las tiene todas marcadas. - Te comenta señalandolas con un boli sin perder su sonrisa.

Muchas gracias.- digo guardando bien el mapa. Pienso en algo que fuera el motivo de mi disfraz. Puede que busque algo un poco mas atrevido a lo que estoy aconstumbrada dado que aqui nadie me conoce... pero el disfraz clasico tambien tiene algo que me resulta atrayente.

La mascara, la ropa que disimula tu cuerpo, no saber con quien estas hablando, con quien estas... ¡NO!.- digo mentalmente frenando mi pensamiento ¿Como es posible que mi mente siempre se desvie al mismo tema? Yo siempre he sido una buena chica, temerosa de dios y de un tiempo a hoy solo pienso en....

Me muerdo el labio rumbo al restaurante y me sentandome en un rincon.

Estas absorta en tus pensamientos cuando de repente notas una voz varonil a tu espalda y como un prefume delicioso de hombre invade tus fosas nasales - Con tu preciosa tez blanca y tu cabello el mejor lugar para encontrar un disfraz seria este... - Por encima de tu hombro te señala una de las tiendas.

- Buen provecho... - Te susurra antes de seguir su camino, que casualmente ves que lo hace con otro chico identico a el. Gemelos.

Gemelos... me muerdo el labio y luego sacudo la cabeza como si eso pudiera borrar los malos pensamientos de mi mente.- Gracias.- digo avergonzada y despues como.

Tras la comida me levanto y voy a ver que trajes tienen en esa tienda, con mas interes el los chicos que en la ropa pero jamas me confesaria algo asi a mi misma.

Y efectivamente, cuando llegas a la tienda ademas de cientos de vestidos y mascaras preciosas, ves que al fondo de la tienda, en la parte de hombre que se encuentra al lado de los provadores estan los dos chicos.

El que te hablo ( lo reconoces por la ropa) esta de espandas a ti y el otro te mira de reojo sonriendo.

Sonrio algo colorada y miro los vestidos. Quiero algo que no tenga nada que ver conmigo y una mascara tras la cual pueda desbocarme un poco.

Por mi profesion no paro de mirar las telas y los diferentes tipos de cortes , muy bonitos pero de momento nada inspiradores.

Lo unicio que parece motivar mi imaginacion es la idea de los dos chicos... Una vez mas sacudo la cabeza intentando desbancar tan sucios pensamientos.

Deberia irme como manda mi educacion profundamente catolica, deshacerme de la tentacion, pero ¿que hay de malo en mirar un poco?

De golpe el que habia hablado contigo se gira y sonrie al verte en la tienda, ambos se decantan por unos disfraces en color negro con mascaras plateadas, identicos... tu imaginacion se dispara y vuelves a notar esa humedad que tanto te persigue ultimamente. Pasan a tu lado y el chico del hotel te sonrie susurrandote - Si necesitas ayuda para ponertelo no dudes en avisarnos - Te guiña un ojo y van hacia los provadores.