Partida Rol por web

Serían cosas de un viejo arriero... pues — Catalina, no sé si este viejo se explicará mal... has tardado casi 2 preguntas y media en responder lo que se podía esperar, muchacha. Puedo ser un poco subjetivo, pero no seré cabezón más las circustancias de su indisposición así lo implican, aunque esperaba que saliesen en su defensa, y disiento en que se parezca a la situación de Bartolome. Y creo, ademas... que no justifica su comienzo, pero bueno... así sea — Así quedaba.

— Sobre cauces mas generales, no sé que pensar del inciso de Bartolomé, podría ser un descuido importante, pero intuyo que Rodrigo Belmonte podría ser inocente —.

— En cuanto a Miguel, nadie a puesto el grito en el cielo en su contra,  y ya lo hemos escuchado repetidas veces. Pudiera ser que Mireille perdiera los estribos ante sus defensas, o al ver que su acusación iba perdiendo sentido. De hecho... se ha mostrado bastante intolerante ante los apuntes de posible Celestino -o me estoy perdiendo algo-, y a no ser que lo sea ella, cosa que no parece indicar... sin mas datos, mi voto caerá en su contra. Su última recomendación a Inés tampoco ayuda —.

— Esperaré un poco mas para emitir mi voto, pero anuncio mi intención.  Espero que se pronuncie. Si no se tira de otros carros, nos señalaremos por tunantes... — ...o por detectives, como decía el panadero.

Tomo mi arco nasal con el índice y corazón de mi diestra cerrando los ojos con frustración. Esto empieza a ser enervante.

- Vernán buenos vecinos - me dirijo en especial hacia Adela y Miguel quienes parecen tener claro su dedo acusador sobre mi persona. - Mis razones ya dí para explicar por qué no voté por alcalde y por qué voté por el flautista la pasada noche. En lo referente a mi comentario sobre las votaciones, Don Miguel, usted asegura que yo aseguré que el empate se produjese con un lobo, cuando yo lo único que menté fueron meras especulaciones sacadas de nuevo de la más absoluta ignorancia. Si usted está tan seguro, ¿no será tal vez usted quien tenga más información que yo al respecto? - hago una pausa. - Soy un ALDEANO sin - las palabras duelen mi orgullo de noble - importancia. Y si no me creen, o bien la soga del Capitán o las zarpas de los lupinos darán buena cuenta de ello tras mi muerte... -

Hago otra pausa y frunzo el ceño.

- Y mientras yo no veo más que repetidas acusaciones sobre los mismos indivíduos basadas muchas de ellas más en instintos e intuiciones que en hechos feacientes, y seguidas por tanto de reiteracionadas defensas por parte de nuestras personas, sigo sin escuchar palabra alguna de algunos nombres que ya se han mentado sospechosamente silenciosos desde el primer momento como el de Don Francisco -

- En primer lugar, y para no perder la costumbre, me dirijo a Miguel, sin don. Mi señor, negar que su comportamiento para la alcaldía fue más que sospechoso es negarse a la evidencia. Pero mire, desisto. Yo tengo claro que usted huele a chamusquina, lo he dicho por activa y por pasiva y nada me va a hacer cambiar de opinión. A pesar de ello, y por cansino, y porque creo que los cansinos llaman mucho la atención y a un lobo no le interesaría, mi voto no va a ir para usted hoy.  

- En segundo lugar, que Lady Inés sea la alcaldesa no le otorga omnipotencia. No podemos dejarle a ella la decisión de todo: las votaciones que elije, que nos dirija, que nos consensue y también la decisión final. Si se equivoca... ¿la culparéis a ella? Y por eso le pido que vote de las primeras.  

- En tercer lugar, quiero mentar a Doña María de Vellí. Me sumo a las últimas sospechas que recaen sobre ella pero creo que hay gentes que han sido mucho más sospechosos que ella. 

- En cuarto lugar, Doña Adela, intentaré estar más calmada, pero tengo un carácter vehemente y a veces no lo puedo controlar. Sé que es un error a corregir, intentaré respirar profundo antes de dirigirme a vosotros. 

- Por último, y no por ello menos importante, me han gustado las disertaciones de Fray Olegario y me doy por convencida con su argumentario, por lo que votaré a Don Ramiro Benavente.

Hmm. No tengo todavía claras mis sospechas sobre nadie. Me remito a lo anteriormente dicho: me parece dudoso que don Rodrigo o don Miguel sean lobos porque, siendo las votaciones secretas, hubiera sido probable que los lobos hubieran volcado sus votos sobre el flautista (que parecía ser el que sería condenado) para evitar que uno de los dos saliera. Esto es especialmente cierto para Miguel, que era el único que parecía poder disputarle el cadalso a Ramón...

El comportamiento errático en la elección del alcalde de Miguel pudo ser error humano. Nadie ha desmentido sus proclamaciones de celestinaje... Si bien hay que considerar que el verdadero celestino tiene 4/19 posibilidades de convertirse en lobo en algún momento y que por esto pudiera querer guardar silencio. A lo que habría que sumarle la posibilidad de que se convierta en un perro rabioso... E incluso la remotísima posibilidad de que los enamorados hayan sido muertos por un mal brebaje, y haya un lobo más en la manada, que antes fue alcahueta.

De todos modos, y aunque yo, don Diego, me estoy arriesgando mucho al decir esto, creo que los aldeanos de bien tenemos más que ganar de lo que tenemos que perder si vos, don Miguel, nos decís cuál era el ciudadano de esta villa a quien más... admiración le profesaba al principio de esta pendencia.

Lo de Rodrigo al principio lo achaqué a la torpeza, pero bien podría ser bellaquería... pues imaginad que con la disculpa de ser novicio pudiera permitirse hacer todo lo que le viniera en gana. De sobra es sabido que la gente más lúcida bien sabe disimular cuando es menester. De momento confiaré en usted... pero cada vez con mi ceño más fruncido.

Por cierto: mis agradecimientos, doña Adela, por el buen servicio que nos hace clarificando lo que ha sucedido cada jornada.

A Ramiro, que las dos personas de las que habló, aún señalando que ni siquiera sospechaba del todo de ellos, le señalaron, solo le hicieron ver que seguían a la defensiva atacando a un hombre que simplemente había expresado sus pensamientos en voz alta como pidieron.

-Bien, ni siquiera sospechaba con mucha convicción de ustedes dos, sobre todo de Mireille, y quiero pensar que es verdadera desconfianza y no una estratagema para salir airosos el que me señalen a mí tan directamente.- él se había precipitado con Ramón y no le apetecía volver a hacerlo- Yo, por mi parte creo que podría, si fuera necesario, demostrar mi inocencia, aunque no me gustaría hacerlo sin que la alcaldesa me diera su permiso y sin ser estrictamente necesario... quizá así ayudaría a centrarnos en encontrar al verdadero asesino nocturno y descartar a un inocente, suponiendo que me crean, claro.

Aunque eso le convirtiera de carne de cañón para los lobos.

-Por otro lado, coincido con los pensamientos de don Diego- él mismo ya lo había dicho antes- de que Rodrigo y quizá Miguel no son lobos, si no personas que quizá fueron muy agresivas en sus acusaciones y en sus defensas, pero que posiblemente solo sean eso.

Mireille creo que no podéis acusarme de dictadura... Prometí escuchar y moderar, y creo que es lo que estoy haciendo. De hecho se me pidió más directividad y elegí las votaciones públicas porque, además de ser las que más nos convienen en este momento bajo mi opinión, creo que la mayoría coincidimos en ello el día anterior. 

De momento, si no me equivoco, las votaciones van así.

2 - Ramiro Benavente: Fray Olegario (1), Mireille de Remu (3)
1 - Rodrigo Belmonte: Bartolomé (2)

Yo he de sumarme a las opiniones que van a dar hoy un voto de confianza a Miguel. Es cierto que le recomendaría exposiciones más breves, porque con tanto discurso la gente pierde la atención, y si bien pudiera ser relevante lo que aporta, puede pasar desapercibido, mientras que los lobos son los que más atentos están a todo lo que decimos. Esto lo digo por todos. Pero si bien sospechaba de él al principio, sus argumentaciones me están convenciendo y al menos se está implicando con el pueblo, no como otros. Así que de momento yo tampoco le votaré.

No estuvo mu seguro de que Inés hubiera escuchado sus últimas palabras, o al menos no dijo nada sobre ello.

-¿Qué opina sobre lo que dije antes? ¿Es necesario que me exponga para demostrar mi inocencia y encarrilar aunque sea un poco, el día de hoy?

Don Ramiro, leyendo entre líneas -y no hay que agudizar mucho la vista, pues hasta un miope como yo puede verlo claro, y por tanto me siento libre para hablar con claridad- si usted le está pidiendo permiso a la alcaldesa, y suponiendo que no se trate de una treta, se hace más claro que tenemos, en principio, más que ganar que de perder en que don Miguel nos revele cuál es la persona a quien tiene en mejor estima de la villa, puesto que uno de los motivos que me hacían pensar que él no debiera hacerlo es que no fuera alcahueta sino pájaro de mal agüero, usted ya me entiende. Eso hubiera explicado su renuencia a ser alcalde, puesto que de esta manera hubiera perdido sus facultades.

Podría ser desgraciado que don Miguel nos revelase esta información en el caso de que resultase admirar a persona con facultades, aunque en este caso podría protegérsele. Además, aunque este fuera el caso, si el admirado muriese después de haber sido mordido por las bestias, estaríamos en dificultades igualmente. En cambio, en el caso de que él venerase a una bestia, sería demasiado riesgo para los hombres de bien de esta villa.

Por no mencionar que el de celestina es la única identidad que él podría arrogarse sin riesgo de ser delatado por la verdadera alcahueta por lo anteriormente dicho. A la alcahueta, en principio, no le conviene revelar su identidad. Su naturaleza no es muy distinta de la de un perro...

Alguno pensará que estoy pecando de imprudente al darle información a los lobos. Yo, tras cavilarlo, creo que esta información nos hace un más grande servicio a los aldeanos que a las bestias.

Puntualizo: habría riesgo si la alcahueta fuera otra y admirase a alguno de los cuatro fallecidos.

Las palabras de Diego le sacan una sonrisa.

-Veo que es usted tan astuto como locuaz- aunque el hombre tenía razón, Ramiro tampoco es que lo hubiera ocultado demasiado- sé que desenmascararme tan pronto pone en riesgo mi vida pero también ayuda a centrarnos en lo importante. Por eso mismo ya sugerí antes que tampoco sería mala idea que el anciano fuera identificado por nosotros o incluso se diera a conocer él mismo, pues evitaría un nuevo eror como el de Ramón ayer. Es cierto que, evidentemente los lobos podrían ver un peligro en él, aunque con ayudas de gente como él o, quizá yo mismo, ayudará a los aldeanos a cepillarse los lobos cuanto antes. Y, en definitiva, el anciano no tiene ya ningún poder que ponga en peligro a los lobos, por lo que mantenerlo secreto es menos vital que otros personajes como la bruja o la vidente, que sí es vital que se mantengan en el anonimato.

Después de hablar, volvió a mirar a la alcaldesa, pues a pesar de que algunos podrían haberle ya calado, la pregunta a la alcaldesa seguía en pie.

- Habremos de decidir pronto nuestros votos... el tiempo apremia y el sol se va dejando morir como es costumbre divina. Todos vamos a votar a cara descubierta, por lo que no habrá fingimientos ni engaños. Yo, como ya he dicho, temo votar a nadie ya tras lo que hice ayer, mas entiendo que mi culpa no puede valer de excusa. Me gustaría sumarme al voto popular, pero si se requiere que yo vote antes para disipar alguna sospecha así lo haré.

Rodrigo se santigua y mira al cielo, muy preocupado, antes de continuar.

-Dios me perdone, que sospecho ligeramente de maese Olegario... acháquenlo a mi falta de seso quizás. Si tuviera que decir otra persona será la señora del Vellí, atendiendo a las razones que se dieran aquí. Sin embargo, si bien estoy inseguro en mis desconfianzas, lo que si me conforta es la seguridad que me transmite maese Narváez. Sus palabras y raciocinio me dan esperanzas en que salgamos bien parados de este entuerto...

Perdón Ramiro, no había contestado a su pregunta, tiene razón. Tras escucharle y pensarlo detenidamente, soy de la opinión de ser cautos. Creo entender lo que están planteando, por lo que no sería necesario ser tan explícitos, ya que, de ser cierto, si bien eso aclara un poco más las cosas, también se lo pone en bandeja a los lobos. En línea con esto mismo, tengan también en cuenta que ya ha habido gente que ha dado información valiosa con respecto a lo que están hablando, de manera discreta como propongo seguir haciendo todavía, por lo que les ruego permanezcan atentos y hagan memoria...

Cuando vayamos dando caza a los lobos y queden pocos, ya podremos ser más explícitos, pero todavía veo muchos riesgos. 

Rodrigo, yo sí le pediría que votara de los primeros, al igual que a aquéllos que dicen "no tenerlo claro". No quiero gente que se sume al carro sin más. Podrá equivocarse, como podré equivocarme yo y tantos otros con sus votos y acusaciones, pero hay que implicarse tarde o temprano. Al menos tendrá gente en la que confíe más y, de los que desconfíe, quienes le generen más sospechas... Por cierto, próximamente propondré (que no impondré, señorita Mireille) unas votaciones de confianza precisamente para ver también información en este sentido. 

- Sea pues señora Alcaldesa. Cuando usted dicte que hemos de concluir las deliberaciones y votar, el primero me adelantaré a tal propósito. Y buena idea paréceme las mociones de confianza... Mejor ambiente crea y mejor deliberaremos, creo yo...

Haciendo caso a las sugerencias, seré breve al contestar lo que se me ha preguntado.

En primer lugar a la Sra. de Velli contesto que mi tercer argumento en su contra no fue que usted aseguró que el empate se produjese con un lobo, pero si bien no lo dio como un hecho, lo dijo con una seguridad notable. Si hubiera quedado ahí su comentario no hubiera sido tan llamativo como cuando deslizó el comentario de que había que buscar con quién había empatado, y si eso no es una acusación solapada, no sé qué lo es.

Don Diego, ya que he asegurado y lo voy a seguir haciendo, que soy un hombre de bien y así pretendo seguir, asi que si al menos cinco personas además de usted están de acuerdo con su propuesta, la aceptaré y diré a quien admiro de entre todos ustedes, pues aunque no quiero morir, convertirme en lobo sería una especie de muerte, pues ya no sería yo. 

Mis sopechosos, de momento, siguen siendo los mismos, y en breve me pronunciaré entre ellos, de no mediar alguna revelación importante.

Creo conveniente que vayan procediendo con las votaciones o dejaremos muy poco margen para que la mayoría se pronuncie (sin tampoco dar tiempo a argumentaciones y defensas, según se vayan viendo los acusados salir a la palestra). A los lobos les conviene que sus votos pasen desapercibidos y eso suele pasar cuando la mayoría vota en los últimos minutos (hay muchas "subidas al carro" como os comentaba).

Y gracias Rodrigo por mostrarse tan dispuesto...

Lo mismo les pediría al resto, especialmente a Francisco Fernández de Córdoba y a Adela. No les puedo obligar (dijo mirándoles a todos), pero sí agradecería conocer sus votos lo antes posible. 

De quien me ha llamado la atención tal actitud es de Fray Olegario. No votó a ningún alcalde, tampoco votó después porque no quería condenar a ningún inocente... pero ahora sí ha votado rápidamente y no me ha llegado a quedar muy claro el motivo...

Entonces sin mas, y aunque mis sospechas no son conclusivas con ninguna de las personas de las que sospecho, la defensa de la Sra. de Vellí, si bien no me ha convencido del todo, me da un poco mas de sosiego. Lo mismo ocurre con don Rodrigo, que aunque hay razones de peso para sospechar de él, también las hay para darle de momento un voto de confianza. 

Por tanto mi voto será para la Sra. de Remu, que el respeto y la caballerosidad no las he perdido, y si bien tampoco estoy seguro de que sea lupina, tampoco lo estoy de ningún otro, y como ya he dicho, parte de mi decisión se debe a que me ha puesto en una posición en la que he debido revelar mis facultades para tener una oportunidad de sobrevivir, pero no menos cierto es que razones para dudar de ella hay, y ya las he mencionado.

Al escuchar a Miguel de León y a Ramiro Benavente, Adela dio un respingo. Creo que antes de nada debo aclarar algo. Yo dije que no sospechaba de Rodrigo Belmonte porque interpreté por su cambio de comportamiento que se trataba del anciano, pero ahora me han surgido dudas de nuevo. Así que retiro lo dicho.

Mis sospechas siguen centrándose entre María de Vellí, Fray Olegario y cada vez más en Mireille de Remu, cuyo comportamiento me resulta más extraño a cada vez. Voy a votar a uno de los tres pero a cada nueva intervención mi sospechoso principal cambia, por lo que pido unos minutos más para repasar una última vez las actas y meditar mi voto, si no es mayor inconveniente.

- Subscribo la iniciativa de que votemos prontamente, más aún aquellos que nos encontramos por uno u otro motivo en la palestra de acusados. -

Respiro profundamente un par de veces cerrando los ojos he intentando poner en orden mis pensamientos.

- Todo lo que tengo siguen siendo meras sospechas y especulaciones. No obstante, los acontecimientos acaecidos hoy no han hecho sino agravar dichas sospechas que arrastro desde ayer. Y por tanto sigo sin fiarme de Fray Olegario ni de Francisco Fernández. Al orador le daría un voto de confianza pues su exposición elabora en las mismas bases que muchos de nosotros, y es que seguimos obrando mayoritariamente a ciegas. No obstante, el votó raudo por Ramiro quien es, al menos a mi entender, uno de los nuestros. Por lo tanto sigo pensando que hay un lobo bajo esa túnica de fraile. Al belator ni siquiera le doy dicho voto de confianza. Que Don Rodrigo le propusiese a la alcaldía (breve hecho que todavía me escama sobremanera), y que aquél hecho quedase en el olvido incluso por el propio Don Francisco, quien desde entonces intervino lo justo para pronunciar su voto, sin siquiera prestarse a defenderse en este día de hoy, hacen que en mi opinión, en su persona se encuentre uno de los lobos. Así por tanto, yo hoy votaré por él. -

He de añadir que, tras repasar nuevamente las actas, no solo me resulta extraño el voto prontío de Fray Olegario que indica la alcaldesa, sino que me llama la atención más aún el incondicional apoyo posterior de Mireille de Remu. Esta dice haberse convencido de votar a Ramiro Benavente gracias a las intervenciones del fraile pero yo no encuentro intervención convincente alguna por su parte. 

Doña Inés, quisiera preguntarle, aunque no tengo objeción alguna al respecto, por qué cree que mi voto debería ir de los primeros. También me gustaría saber a quién piensa votar usted, aunque aún no lo haga de manera oficial por precaución. ¿Y usted, don Ramiro? Quisiera saber hacia dónde caminamos para no tirar mi voto a la basura en solitario como ya hice ayer, pero me resulta difícil atisbarlo, pues a cada rato aparecen nuevas sospechas y casi todas igual de vagas.