Partida Rol por web

De inmediato suenan alarmas y tanto en la puerta principal, a la que se dirigía el granjero, como en las ventanas cae una verja metálica.

Alarma de Sapiencia
Alarma de Sapiencia 
Suena en los altavoces.

Las luces se apagan y se encienden las luces de emergencia. Esas naranjas giratorias y molestas.

So KaBrOnAzO, lA TxIkI tE vA a dAr CaPo dEl BueNo-Sigue guitando ajena de que estan siendo encerrados.

El libro! Oh mierda, a medida que suceden las cosas las voy recordando!! grito Steph, casi extasiada, sintiéndose EspecComo todo el mundo hija, como todo el mundo dijo con voz sutil el anciano levantando un dedo, luego empezó a decir algo sobre el alzheimer pero Steph ya no lo escuchaba mientras su mujer lo hacía callar La tensión, Rogelio. La tensión.. Se apretó las sienes con los dedos como si de la superabuela se tratara y cerró (¿o acaso no los tenía ya cerrados?)los ojos para concentrarse en intentar discernir qué venía a continación:
Un fondo en negro con "Spoilers" escrito en rojo.
Lo volvió a intentar: un mono golpeando frenéticamente un tambor con su...eks!
Steph captó la idea se expeditiva, adaptate, mira a tu entorno, save your ass y se acercó a Candace. Podría llamarla por su nombre, y ella le preguntaría ¡¡¿como conoces mi nombre?!!, y Steph le explicaría que se sienta en el pupitre de detrás de ella desde hace cinco cursos y que es, además, esa asiática con la que hace pareja en ciéncia, y ella diría "Ah! eres esa chinita que corta los sapos por mi!!", y Candace pegaría saltitos y antes de tocar tierra tras su cuarto salto ya habría olvidado quién era Steph... tal como había pasado las últimas quince veces. Tal como hacían todos. Lo de los chicos lo entendía porque rara vez la miraban más arriba de la clavícula (incluso si llevaba anorack) pero lo de las chicas... Sí, "es que todas las chinas sois todas iguales" le había respondido una "compañera", segundos antes de girarse y olvidarla otra vez, dejándola con la palabra en la boca: Pero si sóy la única asiática de la clase :___(
Ey rubita, le dijo a Candace gritando suavemente mientras le tocaba el codo, será mejor que no nos separemos mucho, se supone que los hombres deberían defendernos luego miró el zoológico que tenían alrededor, no solo eran chicas, sinó que además mucho más jovenes. No habían disfrutado aún de la vida, bueno vale Candace había disfrutado de sobra por las dos y por medio instituto, pero ella No, que era lo que realmente le importaba. Así que todos aquellos fósiles tenían la obliación moral de morir primero.
Bueno quizá esos dos viejecitos no, son tan adorables y...ey! ¡¡ese Matusalén me esta mirando fijamente las tetLa tensión, Rogelio. La tensión.

-Oh, ¿que ocurre? ¿que son todas estas alarmas?- digo asustado mientras doy vueltas sobre mi mismo una y otra vez mirando las sirenas que suenan y cada una de las luces de emergencia que no paran de emitir una luz anaranjada. Todas las salidas han quedado cerradas por verjas metálicas y comienza los nervios se van apoderando más y más de mi.

-Cariño, ¿que has hecho? ¿que es todo esto? ¿que ocurre con nuestra visita?- digo a la sensual guía. Automáticamente, sin esperar respuesta por parte de la guía, me encaro con el tal Neil agarrándolo de la camisa e intentando zarandearlo lo máximo que me permite mi fuerza, que es prácticamente nada. -¿Que has hecho maldito? Lo has estropeado todo, ¿por que no te has ido con tus malditos hippie zombies a joder la puta destilería clandestina de tu padre?- Me acababa de inventar eso último, pero si atinaba mi amenaza me haría ganar varios puntos.

Volviéndome de nuevo a la guía, continuo hablando con ella. -Cariño, cariño. Este hippie de aquí estaba intentando con otros amigos suyos sabotear la planta química. Yo sin embargo soy un gran admirador y por eso vine aquí para ver esta maravilla. Y además, te encontré a ti. Vayamos juntos a ver el lugar y después podemos ir a joder a esa puta que te ha usurpado el puesto de Miss Planta Química. ¿Si?- la decía casi arrodillándome intentando cogerla de las manos.  

Sonidos estridentes y luces de colores.

...

 –Fiestaaaa- 

...

-No…  espera un momento…   ¿por qué hay rejas?

…

-Fiesta de rejas.

…

-No… espera un momento…  ¿por qué no podemos salir?

…

-Fiesta de rejas forever

…

Semejante esfuerzo mental consume más de un cuarto de hora en los que permanezco quieta con cara de besugo. Por suerte el cámara, un mejicano sin papeles, es todo un profesional y emplea ese cuarto de hora en hacer zoom hacia dentro y hacia fuera sobre mis pechos.  

La chinita me saca de mis cavilaciones.

-¿Hay problemas?- En ese caso tiene razón. Los tíos deberían defendernos, pero ese fideo del sombrerito quiere tirarse a la guía, el sheriff parece más interesado en la morsa ártica, Jack sigue intercambiando opiniones con mi ex…

-Sí, es verdad- Le respondo- Pero no están por la labor.

Apremiada por la urgencia de salvar mi pellejo una lucecita se enciende en mi cabeza mientras observo de reojo a Steph. Si hay algo que sé me da bien, eso es atraer la atención de los tíos.

-Tengo una idea- Le digo en tono travieso mientras me acerco tanto a ella que nuestros pechos colisionan, se contraen y amenazan con estallar. Poso mis manos en sus caderas y aprovecho su sorpresa para besarla metiéndole la lengua hasta la laringe. Agarrándola por la nuca la animo a seguir con el intercambio de fluidos.

-Si esto no funciona me meto a monja.

Steph apartó violentamente a la animadora y, tras coger aire como si fuese a sumergirse en el Gran Azul, se volvió a avalanzar sobre los labios de Candace.

La escena ahora parecía un videoclip de una mala música electrónica, con tantas luces narajas parpadeando sin parar, lo más probable era que los espectadores epilépticos estuviesen convulsionando ahora mismo frente a sus televisores siguiendo el compás de la alarma.

Neil O'higgins estaba extasiado por comprobar que siempre había tenido razón y seguía con su enorme sonrisa, y cuando Dennis lo increpó por lo que había hecho, no hizo sino elevar su felicidad y alimentar su ego.

—Escúcheme, señor Archment  —empezó entusiasmado el actor—, lo que hice ahora fue la cosa más import...

El beso lésbico entre Candace y Stephany invadió la escena y lo hizo callar boquiabierto y admirado. La audiencia no fue lo único que ese beso hizo subir.

John parpadeó a un ritmo de 100 movimientos por nanosgundo sónico cuando se vio sorprendido por aquellas luces de alarma y esas verjas que lo rodeaban todo.

- ¡LO SABÍIIA! Estos extraterrestres disfrazados de humanoides salidos del averno cuántico van a llevarnos a su nave nodriza mientras el Armageddon hace explotar el planeta. ¡Estamos salvados!

Súbitamente, se detuvo en sus cavilaciones (que le hubieran hecho ganar el Premio Nobel de Cavilación Intergaláctica, ya se veía incluso subiendo a por el galardón en la Gala Oficial de la Vía Láctea, entregado por Predator), cuando vio que las buenorras se daban un morreo del quince.

En esto tengo que participar yo como sea.

John corrió hacia ellas y las agarró a la vez por la cintura, mientras apretó su cebolleta contra lo primero que encontrara en el camino y sacó su hedionda lengua para introducirla en mitad de esas lujuriosas bocas.

A Douglas casi le da un vuelco el corazón cuando Txiki alabó su masculino bigotito de sheriff del condado, no solo porque fuese un gran orgullo para él (todas las mañanas se encargaba de afeitar la parte de arriba y de medir la anchura del bigote con un calibre para que no superase las 30 micras), sino porque se lo había dicho... suspiró mentalmente... ella.

Y mientras en su estómago revoloteaban mariposas del tamaño de pterodáctilos (para llenar el enorme espacio estomacal), unas palabras congelaron y resquebrajaron la sonrisita boba que había aparecido en la cara del sheriff.

 - Deja que te presente a mi prometido...

- ¿Pro... prometido? -balbuceó el sheriff, perplejo. Y volvió a repetir- Prometido...

No se dio cuenta de que Txiki ya no le escuchaba, pues se había enzarzado en una pelea contra Jack Palizas, que había empezado a pegar a su...

- Prometido... -susurró esta vez, traumado.

Tampoco se dio cuenta de que Dennis Archment había empezado un maquiavélico plan para cortejar a la guía turística, plan que a todas luces saldría bien pues la guía no tenía pinta de tener...

- Prometido... -dijo una vez más.

Y sin darse cuenta de nuevo, obvió que John Alone quería darles una charla apocalíptica a esa pareja de ancianos que seguían liándose sin que a nadie le importase sus matrimonio de 800 años. Porque sí, llevaban casados siglos, y haría milenios que el viejo le habría dicho a su más vieja madre: "¡Madre! Hoy le he pedido la mano al padre de Teófila*, y como tenemos tierras, ha aceptado. ¡Estoy...

- ...Prometido -repitió un consternado Douglas.

Su cerebro no podía procesar otra información y fue ajeno a que Neil O'higgins hubiese descubierto en aquella planta una prueba irrefutable de que sus teorías judeomasónicas de dominación mundial eran ciertas, descubrimiento que había activado un protocolo de emergencia que les dejó en la más anaranjada oscuridad. Archment se había enfadado, pues la guía le había...

- ...Prometido...

...que le enseñaría la planta, y eso no parecía que eso fuese ya posible. Por último, la china y Candance empezaron a besarse lésbicamente y John Alone trató meterse a la fuerza en ese beso solo de mujeres. En otro momento, el sheriff hubiese sido el primero en no perder detalle y quizá hubiese intentado meter un billete de un dolar en el canalillo de alguna de las mujeres, pero en ese instante...

- Prometido -dijo finalmente.

"¡¡Diablos!!", pensó el sheriff, "Creí que había superado aquel viejo romance, pero veo que en mi corazón aún quedaba una chispa encendida en esa barbacoa de chuletas de cerdo que fue nuestro amor. Por eso me hice sheriff... Quedé tan destrozado que la única salida a mi solitaria vida fue emplear todo el amor que sentía por Txiki en servir honorablemente al ciudadano. Y es lo que haré, se vaya a casar Txiki o no".

Trató de recuperar la compostura. Tenía... DEBÍA... hacerse respetar como sheriff, por el bien del grupo... y por quedar bien delante de Txiki, pero esto último era un secreto. Cogió aire y funció el entrecejo por debajo de sus gafas de sol:

- ¡¡¡BASTA!!! ¡¡QUIETO TODO EL MUNDO!! -bramó Douglas, sacando su pistola y disparando al techo. Una de las balas impactó con una luz naranja y a partir de entonces estuvieron un poquito más a oscuras- ¡¡Esto es un jodido gallinero, maldita sea!! El trío porno, dejad de besaros -ordenó a las dos mujeres y a John Alone-; los de la WWE, ya está bien, aquí no se disputa el cinturón de campeón del mundo -dijo a Jack, Txiki y su... ains... prometido-; los que se agarran por la pechera, dejen sus chaquetas, ya están lo suficientemente arrugadas sin sus esfuerzos- habló a Dennnis y Neil-; y el granjero... deje de hacer lo que hacen los granjeros cuando están en silencio.

A continuación se dirigió a la guía y con mal genio le dijo:

- ¡Exijo saber qué maldita parafernalia es ésta! Luces, puertas enrejadas que se cierran... ¿Qué es esto, Guantánamo? Sepa usted que soy la máxima autoridad de Tranquility Town -dijo, señalándose a la estrella que le acreditaba como sheriff- y que aquí el único que mete bajo rejas a gente soy yo. ¡Abra esas jodidas puertas! -de pronto se acordó de los hippies veganos-canívales de afuera y se lo pensó mejor-. O mejor, sáquenos de aquí por la puerta de atrás.

La escena lésbica me había pillado por sorpresa completamente. Dejé de mirar por unos momentos a la imponente guía de la planta química para prestar atención a aquellos turgentes pechos que se apretaban entre si hasta estar a punto de estallar. Las lenguas de aquellas chichas se entrelazaban una y otra vez, simulando un sensual baile de babas, cosa que hizo por un momento que mi cabeza se perdiera en una nube de lujuria y descontrol. Mi boca y lengua comenzaron a besar el aire de forma automática como si estuviera participando en aquel beso mientras agarraba fuertemente mi sombrero y lo apretaba contra mi pecho a la par que cerraba los ojos para concentrarme más en el momento.

De repente, el sheriff profirió un enorme grito para poner orden en la sala. Eso me saco de mi estado de éxtasis completo y me devolvió a la realidad. Miré a los presentes discretamente por si alguno había visto mi vergonzosa actuación, pero creo que apenas nadie había prestado atención. El beso de ambas mujeres había captado todos los sentidos de los allí presentes.

Me volví a colocar el sombrero en su anterior posición y recobré la compostura. Seguidamente, tras carraspear, me di la vuelta y comencé de nuevo a prestar atención a mi querida guía. -Oh mi señora, ¿veis que lujuria y que locura portan dichos personajes? Sáqueles a todos fuera de este sitio como ha pedido el sheriff... o haga con ellos lo que quiera, y vayamos usted y yo a recorrer hasta los rincones más ocultos de esta preciosa e imponente planta.- Continuaba con mis halagos, intentando volver a recuperar el cariño y la confianza de la guía y de esa manera poder continuar con el plan.

Un extraño olor invadió la sala en la que se encontraban. Se trataba de un olor muy fuerte y apestoso. Olía mal, quizás debido a los productos químicos de la planta en la que se encontraban. ¿Podría ser que se hubiera derramado alguna sustancia radiactiva y hubiese dotado a al árbol boxeador de inteligencia asesina, y hubiera afectado a los hippies convirtiéndoles en zombies debora-humanos? Eso explicaría muchas cosas. Podría explicar incluso el incidente en la playa o en la comisaría, si la sustancia se hubiera filtrado a través de la red general de agua. Sin embargo, lo que no explicaba era donde estaba Robert McFlanagan, ni que hacían los granjeros gruñones cuando estaban en silencio.

Tras varios minutos fuera de escena Robert salió de detrás de una columna. Estaba enrojecido y sudoroso y se estaba abrochando el cinturón. Aquel olor desagradable cobró sentido. No eran productos químicos lo que desprendía su fragancia mutante, sino el almuerzo procesado por el granjero gruñón y quizás también parte de su última cena. Rob se acercó a Dennis, quien parecía algo alterado y no perdía ojo sobre las dos jóvenes que permanecían abrazadas, con el pelo alborotado y el carmín de sus labios corrido.

- ¿Qué me he perdido aquí? - le susurró a Dennis al oído. - He tenido que ir a cagar. Tengo diarreas crónicas... no puedo evitarlo. - Esa era la escusa de Rob para defecar en cualquier parte y en cualquier momento y una de entre las muchas  por la que su mujer le había abandonado. - El rodaje es trepidante. No se detiene nunca, y no se donde está el baño. Llevo con ganas desde que llegamos a la planta en mi camioneta. - le informó Robert a Dennis que le miraba con una mezcla de incredulidad y asco.

Me giré ante el comentario de Robert intentando parecer lo más natural posible para no romper la magia de la escena.

-Intenta pasar un poco más desapercibido, que estamos rodando. Dios que peste. ¿Que has comido?- le susurro aguantando una arcada del olor y manteniendo como puedo mi actuación magistral en la escena de la película. -A ver, nos han atrapado aquí porque el hippipollas ese ha dicho no se que hostias de unos judíos. Cuando se han cerrado las ventanas y salidas a esas dos las ha debido poner cachondas y se han empezado a liar. Menudos morreos te has perdido. Yo ya me pensaba que esto era una porno y tocaba la escena lésbica para después montar la orgía... me he ilusionado un poco la verdad, llevo sin mojar el churro un buen tiempo. Después el sheriff lo ha jodido todo y poco más.- termino diciendo.

Después vuelvo a centrarme en la escena y continuo con mi parrafada intentando convencer a la guía. "¿Cuanto tiempo llevo diciendo tonterías a la señora esta? Bueno mientras el director no diga otra cosa está bien." pienso. -Venga, no perdamos más tiempo, que las visitas guiadas tendrán un horario. ¿Nos vamos ya o vamos a seguir con esta panda? ¡¡Pasemos el mejor rato de nuestras vidas!!- seguía diciendo. Solo me faltaba agarrarla de un brazo y llevármela de allí.

Un penetrante olor llegó a la peluda nariz de John.

Ummmhhh, ¿y ese olor?

Una gran sonrisa se dibujó en su rostro.

Parece que mi desodorante funciona, este olor a rosas ha tapado mi olor corporal.

En su estado de semiensoñación Steph notó que una segunda lengua se colaba por su boca.
En su subconsciente la guía de la fábrica gritaba ¡Candace ha usado el ataque de las dos lenguas!!, en posición estática, mirando hacia el frente y con un fondo lleno de lineas cinéticas.
Tras esto Dennins Archment, de manera idéntica gritaba ¡Candace ha usado el ataque de las dos lenguas!! mientras miles de trazos a rotulador 0,8 y tras fondo amarillo temblaban trás de sí.
También Douglas gritó ¡Candace ha usado el ataque de las dos lenguas!! mirando a cámara, con las manos en sus pómulos, mientras un fondo de líneas semejante a un código de barras tililaba a sus espaldas.
También Robert, y luego Neil se turnaron delante del fondo cinemático-toriyamesco para gritar ¡¡Candace ha usado el ataque de las dos lenguas!!
Jack dejó de apalizar al Nacho Vidal indú, y gritó mirando a cámara ¡¡Candace ha usado el ataque de las dos lenguas!! pero con el puño levantado chorreando sangre y mirando enfrente, también el hindú aplastado tuvo su primer plano para gritar la nueva táctica secreta (que todos conocían, de tan secreta, con el mismo poder que habían conseguido conocer el nombre de sus compañeros sin ser presentados).
Y los policías también se turnaron... y un cámara que pasaba por ahí, y un repartidor de pizza...para gritar a cámara, por si alguien aún no se había enterado: que Candace estaba usando el ataque de las dos lenguas!!
También John Alone gritó ¡¡Channdnc GA nggadd l daquee dehhg dgs lunghhs!!
Y luego hubo un montanje con todos sus primeros planos delante de un fondo lleno de líneas cinéticas en el que todos gritaban, por si no había quedado aún claro, que
CANDACE HA USADO EL ATAQUE DE LAS DOS LENGUAS!!

y luego una olor repugnante la hiza darse cuenta de toda la situación, se apartó de Candace con suavidad, como desorientada, atropelló a John Alone como si fuera una cucaracha y se alejó dramáticamente de la animadora, dando la espalda al grupo...
Ya...lo hemos conseguido, el sheriff ha puesto cartas en el asunto. dijo como excusándose a Candace por haber interrumpido el beso.
Pero, en su interior:

...mi primer beso...

Entregada por completo a la hambrienta chinita no me apercibo de cuanto me rodea.

-¿Eh?-  Pregunto desencantada cuando noto que Steph se aparta. Lo cierto es que con tanto magreo me estaba poniendo tonta y me había olvidado por completo de la situación.

-Egggg ¡Que peste!- Digo apercibiéndome del hedor mientras el granjero sale tras el pilar confesando haber cagado ahí.

-¡Pero qué asco!! ¿Y con qué se ha limpiado?- Pregunto aterrada ante la posible respuesta mientras maldigo por no tener más ropa para taparme la nariz, el top del bikini y la faldita de animadora no prestan para mucho.

Aparto al viejo vagabundo y le doy un empujoncito hacia el lugar del atentado. Podría hacer algo útil, cómo tumbarse encima de la mierda para mitigar esa peste. Total su olor tampoco empeoraría demasiado.

- Si a estos tipos los meten en una pocilga los cerdos saldrían huyendo- Pienso mirando al granjero y al vagabundo.  -Qué asco. ¿No podrían morirse o algo?

La “jail bars party forever” se desata. Aparecen azafatas dando regalos absurdos como mochilas y riñoneras a cambio de que consumas tantos o cuantos chupitos de piruleta. Y un par de camareros de buen ver empiezan a servir en la barria. Varios trabajadores de la planta acuden a tomarse el almuerzo aquí en vez de junto a la máquina de café.

En el cuarto de seguridad, un puñado de tipos esperaban de pie, cada uno sobre una baldosa, como chalados con hacha en un vagón intermedio de “snow piercer” ¿Qué hacían allí? ¿Estaban todos los días del año en formación esperando con un hacha en las manos? ¿Había turnos? ¿Donde vivían cuando no estaban allí?

El productor judío y el director tenían pocas cosas en común, pero una de ellas era su odio a esa película. Ambos se sentían estafadisimos por haber pagado por ver semejante truño. Y las cifras…  ¿39 millones rodar eso? con un millón ellos hacían una trilogía de la misma calidad y ¡80 millones de recaudación! Les hervía la sangre de ver ese truño triunfar económicamente cuando era una película tan escombro como “Carrera contra la meta” y una iba a los cines y otra al emule sin pasar por dvd antes. Así que en un arrebato de “si lo que el público quiere es mierda, mierda le daremos”  la escena ocurre como sigue:

En el cuarto de seguridad, un puñado de tipos esperaban de pie, cada uno sobre una baldosa, en formación perfecta. Cuando suena la alarma, el primero abre en canal un pollo, en directo y sin contemplaciones, que le jodan a los de la clasificación por edades del peggy y a los ecologistas. Van saliendo uno a uno en fila india, cada uno unta la punta del rifle en las entrañas del pollo a la que sale. Avanzan dando saltos laterales ¿Por qué? ¿Por qué no? Hasta distribuirse en las pasarelas superiores apuntando a la gente de la visita guiada. Era el momento de matarlos a todos, incluida a la guía, era el protocolo de “alarma por sapiencia”

Abajo el sheriff pone orden: Txiki deja de apalizar a Jack y jack deja de hacer lo propio con el encantador de serpientes, Charlie mantiene cara de circunstancias ante las noticias recibidas sobre bodas y tal y la guía del museo se resigna a su inminente muerte dictada por el protocolo mientras el tipo del sombrero intenta que le lleve a las partes secretas de la planta. Aquí hay mucho pnj, a ver si me cargo alguno. ¡Pero eso no lo escribas, hombre! bórralo. Los guardias apuntan…

En ese momento comienza el beso de la animadora y una tipa a la que nadie podía ver la cara. De inmediato les apuntaron con sus armas a la pareja lésbica, y también con los rifles. No dispararían hasta que ese espectáculo terminara. Camareros y azafatas de la fiesta, y todos los trabajadores de la planta que habían acudido miraron deseosos a la pareja. Y entonces ocurrió la tragedia. El mendigo se lanzo a frotarse contra ellas provocando un ¡aagggghhhhh! generalizado, segundos después les llego el olor y la conversación sobre las deposiciones del granjero. Aquello quebró la mente de los presentes: a partir de ahora cada vez que se excitaran, sobre todo si tenía que ver con pornografía lésbica se acordarían del mendigo loco y del olor del granjero. La vida ya no tenía sentido. Cada uno de ellos metió el rifle en su propia boca y disparó. Uno de los camareros rompió un vaso y rajo su propia garganta mientras que el otro subió sobre la barra y, despeinado por el viento, saltó muriendo y desparramándose al impactar 1,10 metros más abajo. Las azafatas simplemente entraron por turnos dentro de una riñonera y cosieron la cremallera desde dentro. Los trabajadores salieron corriendo en todas direcciones rumbo a sus respectivos puestos de trabajo. Uno no tuvo tanta entereza y se amorro a la botella de licor de piruleta, bebiéndosela de trago y muriendo por "desecación osmótica".

Le pone un cortaúñas en la mano a Dennis y después se pega a él agarrando la mano del asesor económico y llevándola a su cuello.

-¡Nooo! ¡No, por favor, no me hagas daño! Te llevare a donde la científica cachorra produce el compuesto o ante el director de la planta. Lo que quieras, te dare placer si quieres, pero no me mates.

Le muerde la mano para hacerle soltar el cortaúñas y escaparse a la velocidad de fuga más lenta en la historia de las fugas, va tan rápido que no puede evitar “tropezarse” y caerse a solo dos metros de su captor.

Tras el mordisco de la guía caí de rodillas al suelo mientras profería un desgarrador grito de dolor y agarraba fuertemente mi mano dañada con la mano buena -¡¡¡AAAAAAAAAAAAAH!!! ¡¡¡aaaaaaaAAAAAAaaaaaaaa!!! ¡¡¡AAAHhhhAHAhhhhh!!! ¡¡¡hhHHAAaaAAHHhh!!!- Intentaba además de parecer dramático el mostrar mis dotes como cantante de ópera, por si algún cazatalentos estaba por la zona y quería contratarme como la nueva revelación en el mundo de la opera. -¡¡Ah!! ¡¡Aaaaaaaaaah Aaaaaaaaah Aaaaaaaaaaah AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!- continuaba.

La guía se estaba escapando, maldita sea no lo entendía. Me había dicho que que me llevaría donde fuera y que incluso me daría placer... el placer de hacerme con el compuesto químico (al menos yo lo había entendido así) y ahora se marchaba corriendo. Que raras son las mujeres...

Vi que su huida estaba resultando muy desastrosa, ya que corría realmente lento y además se había caído. Era mi oportunidad para seguir acosándola. Sin embargo, al ver el cortaúñas, una luz me iluminó provocando un sentimiento de felicidad en mi. Rápidamente agarré el cortaúñas y descalcé mi pié izquierdo. De mi dedo gordo salia una uña del tamaño de un cuchillo de cocina que no hacía otra cosa que rozarme con el zapato (incluso había empezado a agujerearlo) y entorpecía mis movimientos. "Joder que gusto. Llevo con la uñaca esta desde que empezó el rodaje. Tengo que darme prisa o se escapará y no puedo permitirlo." pensé mientras comenzaba a cortar como podía aquella uña que parecía la corteza de un árbol. "Un hacha hubiera resultado bastante más útil.".

Mientras me cortaba la uña continuaba gritando a la guía. -¡¡¡Miraaaaaaaaaaaa, miraaaaaaaaa que uñaca!!! Como me intente sacar un moco con esto seguro que me acabo sacando medio cerebro ¡¡Jaaaaaaaaajajajaja!!- mierda, se me olvidaba que en esta película interpretaba a un hombre de negocios con la cabeza en su sitio, debía rectificar. Carraspeé un poco y retome el grito -¡¡Esperaaaaaaaaaaa!! Me has dicho que si no te hacía daño me enseñarías todo y me darías placer. Y no te voy a hacer daño. ¡Cumple el trato! ¡¡Y gracias por el cortaúñas!!- terminé diciendo.

Mientras Dennis gritaba enseñando su uñaca tamaño percebe, una serie de imágenes muy rápidas se iban alternando entre su uña y la cara de John con cara de "Joder, este tío ha superado mis garras retráctiles", acercando y alejando la cámara además en cada imagen.

Este efecto especial escombro (ideado por los Wachowski) se había facturado en medio millón de dólares.

Robert miraba con una muesca de asco lo que estaba sucediendo. Era la típica cara que pondría un granjero gruñón cuando veía algo que no le gustaba. Efectivamente aquello no le gustaba. No era un entendido en cine y de hecho, esa era la primera película en la que participaba, sin tener en cuenta los films caseros que se rodaban durante las abundantes comidas familiares. En esas películas no había texto. Como mucho su hija describía toda la comida que estaba presentada sobre la mesa y que irremediablemente iban a engullir como cerdos. Cerdos, de eso si entendía Robert McFlanagan puesto que Rob, se interpretaba a si mismo. Robert era realmente un granjero, un granjero en apuros pero un granjero al fin y al cabo.

Criaba cerdos en una granja cercana al plató de rodaje. Vio en un periódico local que se ofrecía papeles de extra para un ambicioso film que estaba a punto de iniciar el rodaje en la ciudad. Las deudas eran cuantiosas desde que aquellos condenados cerdos chinos se colaron en su granja y contagiaron no sabía que enfermedad a sus pequeños. Vendió la carne igual y la gente enfermó. La multa de sanidad fue terrible y le dieron un plazo irrisorio para pagarla o entrar en prisión. No pagaban demasiado bien, pero tenía que intentarlo. ¿Quién cuidaría de sus pequeños estando él entre rejas?

Aceptó el trabajo con miedo a que le entregasen un enorme portafolios con su texto. No le sería fácil tener que memorizar ni una sola frase pero haría un esfuerzo por sus pequeños. Sin embargo, el director le dijo que él no necesitaba texto. Quería que actuara de forma natural, que se interpretara a él mismo. Le daría a la película un toque muy rural o real, no lo entendió bien, pero no quiso discutir. Interpretarse a sí mismo parecía cosa fácil . Eso si lo sabría hacer.

Sin embargo, al ver los derroteros pos los que iba la película Rob, empezó a sospechar que no era el único que no tenía texto y que de hecho, no había escrito ni guión. ¿Quienes cojones eran los tipos del hacha? ¿Qué pintaban allí las azafatas y los camareros? ¿Esa fábrica era en realidad un cátering? ¿Por que se dispararon? ¿Cual era la explicación a todo ese caos? Pero lo que más turbaba la mente de Rob era... ¿De que cojones trataba la película? ¿No iba sobre extraterrestres nazis? ¿O eran judíos nazis? ¡No, extraterrestres judíos!

La primera vez que oyó eso le pareció una soberana estupidez. Él había sido abducido en el 87, y cuando nos referimos a él, nos referimos al Robert McFlanagan real. Estaba claro que aquellos seres espaciales no eran judios, no eran grises, ni llevaban la kipa, ni el pelo rizado, ni olían a azufre como olían los judios terrícolas. Desde luego aquella película era un insulto a su inteligencia, a la inteligencia de cualquier persona y a la inteligencia misma. Sin embargo todo lo hacía por sus queridos cerdos. Cualquier persona que hubiera sido abducida alguna vez vería como el argumento hacía aguas por todas partes. De hecho, ¿había argumento o se trataba de un film dadaista en el que se grababan imágenes sin ton ni son y se juntaban una detrás de otra como buscándole algún sentido?

- ¡Visitantes del espacio! ¡Visitantes judíos! - gritó Rob justo ante de tirarse al suelo y empezar a rodar sobre si mismo, primero hacia la derecha, luego hacia la izquierda, después a la derecha y otra vez a la izquierda y otra vez a la...