Partida Rol por web

¡¿Pero que me están disiendo?! ¿Se marchan y ya?  Perseo Alberto Jairo Uribe volvió a mirar una vez más a la enfermera que parecía haberse ido de rositas de toda esa situación Pues mucho mejor. Así no la destorotan*. Elena-Ana Victoria no desespere daremos jstisia a la comatosa. Aquella frase sonó mucho mas mafiosa de lo que debía ser un simple iré a visistarla con flores y comprobaré quien rediablos es.

Perdió toda consentrasión de su porte defensor cuando el Don Ramiro anunció su partida, pues como educado caballero que era se volteó hacía él para despedirse sombrero en pecho. Pero entonces volvió a ver al endemoniadamente sensual Ricardito, hijo menor de la hasienda y su único (o no tan único, pero en este momento “único” lo hace más dramático) motivo de estar esa noche tan embutido en sus jeans.

Su mirada se perdió en su sedosos pelo y tuvo algun problemilla para desenredarse y seguir examinando ese cuerpo cañón. Con tanta hormona suelta no prestó atensión a las notisias que la prometida de Víctor Alfredo estaba a punto de anunsiar.

¿Quién se marcha?¿Ha venido alguien?¿Y las vo..? Eh....Bellita paresió recuperar la compostura y se volvió a sentar sobre las rodillas del fantasma. No se preocupe Ana Victoria, seguro que cuido de mí y son recuerdos de mi coma. Tiene usté vos de buenisima persona y no creo que ese estraño corredó que aparese y desaparese sea sinsero.  Y no se preocupe señorita Lupita Rosaura, estoy  segura que también alguien le acarisiará sus pechitos en breves.

Carlos Antonio Javier Sanegunio Veracruz se había sentado ya que nadie se había puesto de su parte para desenmascarar a la enfermera y el pobre sedía rápidamente a la presión sosial. Aún con eso, se había quedado con la mosca detrás de la oreja, y no una mosca cualquiera, si no una enorme y sumbona mosca de los cafetales...PAF...hiso la mano del caballeriso al aplastar con destresa a la mosca.

La cámara enfocó la cabesa de Carlos Antonio Javier Sanegunio Veracruz, que aún llevaba el sombrero con lo cual cuando empezó la voz en off aquello paresiá el sombrero seleccionador versión Hasienda.

-Esta claro que alguien miente, y las mentiras hasen llorar al niño Yisus. Ha de saberse quien es la malvada impostora para restablecer la pas en la Hasienda.- Menos mal que el pobresito no se enteraba de la mitad de las mentiras, que allí había más mentiras que operasiones de cirugía estética, que ya es decir.

Pero en ese momento no dijo nada, no se le ocurría ningún plan de acción por lo que se quedo mirando los pechotes de la enfermera a ver si eso le inspir...no, no, consentrasión consentrasión.

Sabiendo que había creado golosotas expectaticas, la prometida de Victor Alfredo se le colgó del braso y sonriendo a todo el mundo, dijo:

- Pues mi amol, míralo no más... ¡Estoy embarasada! -miró triunfal a Lupita Rosaura-. ¡Embarasada de tu heredero, mi amol!

De algún lado surgieron aplausos en off, nadie sabe porqué. La Abuelita tenía claro lo que la noticia significaba: más gente para repartir la herensia de la Hasienda. Maldita sea.

¡Pero que alegría! ¡Voy a ser bisabuela! Nomás

El soom a los ojos de la ansiana revelan cualquier cosa menos alegría. Que feliz va a hacer esto a Don Ramiro, ser abuelo tan joven. Pero por favor, quiten de mi vista esa basura que hay en la mesa y saquen el champan bueno. Que traigan Fray Senet, el mas antiguo que tengamos. ¿Sabian que yo fui burbruja de Fray Senet en el anuncio de 1974? 

Tienen que ir eligiendo nombres ya saben que por ley no se pueden tener mas de siete nombres en un nombre compuesto

Tras las palabras de Isabelita un tremendo zoom a toda velocidad trató de captar la expresión de Víctor Alfredo, que abrió mucho los ojos y la boca mientras la música acompañaba su expresión de absoluta sorpresa.

Durante varios segundos se quedó inmóvil sin ser capas de reacsionar. Su seño se frunsía y desfrunsía hasta que finalmente consiguió haser una mueca que trataba de simular una sonrisa. - ¡Pero qué me estás disiendo, mi amol, qué gran notisia! - Exclamó falsamente mientras sus ojos se dirigían a Lupita Rosaura. - Mi papasito se alegrará mucho por nosotros porque así habrá un herederito para la hasienda. 

El pobre Víctor Alfredo no sabía que desir. A él los asuntos de la hasienda le prendían más bien entre poco y nada y sólo le interesaban los cafetales por lo que se podía haser a su sombra. Pero sí había algo que sabía... Ahora ya era seguro que no iba a poder librarse del matrimonio. Con mucha resignasión abrasó a su prometida y le dio un besotote en la mejilla. - Tendremos que selebrarlo, no más. Que traigan el champan bueno ese de la abuelita y que todos brinden con nosotros por esta maravillosa notisia. - El hombre no veía el momento de escabullirse y dejarlos a todos selebrando para largarse del salón a airearse.

Oh...vaya...pero ustedes...oh...ustedes.... ¿están casados, no más? ¿Seguro que eso está bien? 

Bellita hablaba con tono reprobador, pues aquello no estaba nada bien. Había que conservarse para el marido. Sí bailabas el vals horizontal antes de pasar por el altar harías que un pulpo gigantesco, lleno de tentáculos y de nombre impronunsiable aparesiese por tus partes pudentas. Desde luego, aquello era menos doloroso para las mujeres que para los hombres; había más espasio. Bellita se acomodo los pechotes, que volvían a mostrar un tamaño presirugía mientras vertía un poco de pimienta cayena molida en su café, confundiendolo la pobresita con el asucar....¡ASUCAR! 

Lupita miró con ternura a la joven sieguita y acarisió su cabesita invidente con cariño.

- Grasias, trosito de amol-le dise muy dulsemente, como el pastel de dulse de leche con dulse de leche y yuca (la yuca no podía quitarse nunca)-. Cuando crescas tendrás unos pechotes presiosos-le promete. Aunque la niña tenía unos buenos pechotes, no eran tan grandes como los de una mujer (allí todas tenían unos pechotes prominentes, incluso la abuelita).

Entonses... La fresca de Isabelita anunsió que estaba en sinta... ¡DE SU MACHO! 

ULTRASÚM a la cara de Lupita Rosaura.

- ¡Ay!-se queja cuando la cámara en el ULTRASÚM le golpea la frente. Pero grasias a ese golpe, no hase falta que actúe para que salgan esa primera capa de lágrimas. Se frota la frente de forma muy digna, mirando con odio a Víctor Gonsalo. Después mira a su prometido y le dise- Corasonsito de yuca dulse, creo que voy a ir a tomar un poco el aire acafetado de aquí... acabé llenita con la sena, nomás-miró con los labios frunsidos a la felis pareja-. Enhorabuena por la notisia... disen que los bebés nasen con un bote de aseite bajo el braso, seguro que nase fuertote y presiosote y muchos más -otes-como pendejote y putote.-. Ahora, si me disculpan...

Anduvo con paso solemne y contoneante como buena muchachita que era, todas andaban allí como si tuviesen una comadreja en sus enagüitas, nomás. Antes de irse, miró a Víctor Gonsalo con su mirada triste como un empleado de las cuadras sin aseite para el cuerpo. 

Oh, cómo pudiste haserme esto, Víctor Gonsalo...-pensó como si pudiese hablar con él telepáticamente. 

Pensado esto, salió de la habitasión y fue a dar una vuelta entre los cafetales para respirar el aire a café, coca y polla de señorito de hasienda.

Pobre desgraciado, que clase de demonio engendrará esa arpía se compadeció de Víctor Alfredo, sin embargo esa noticia activo un lado maternal.

-¡¿Pero que me estan disiendo?! la vos de Perseo Alberto Jairo Uribe cambió por completo y abandonó su porte de macho para pasar a realizar gestos más femeninos y damiles que la propia reina de Inglaterra.

Por la virgensita que adoranle notisia. puso una mano sobre el vientre de la mujer Locaaaaa que movidito está el baby por supuesto era pronto para sentir patadas por muy ninja que fuese el bebé pero no cuando llevaba sangre puro macho.

La enfermera hinchó pecho al escuchar como Víctor Alfredo los suponía como tarjeta acreditativa de su identidad y si era sierto no había ninguna identidad más a salvo de ponerse en duda que la suya.

Pronto ese asunto quedó olvidado, o tal vez demasiado interrumpido por la pausa publisitaria como para volver a él con más hincapié que unas cuantas frases de apoyo de dar con la impostora comatosa, que muy mala impostora debía ser si entraba en como al caer del futón cuando todos sabían que los únicos motivos viables de coma eran los de caer por las escaleras, por el balcón o tener un acsidente de coche. El caso era que sin más pena ni gloria aquello pasó a segundo plano ante la maravillosa noticia de Isabelita, que dio lugar a muchos frunsimientos de seño, voses en off poco halagüeñas, sonrisas afectadas y gente pidiendo turno para tocar la plana barriga de la susodicha.

- Ai, ai, ai, ¡¿pero qué dise?! La neta qué fabuloso después del desdichado asunto ese de la comatosa, nomás...Pero no seas menso - riñó a Perseo Alberto con una sonrisa de anuncio dental -. ¿Cómo va a dar pataditas? Por supuesto que no, porque seguro es una chamaquita relinda como su madre. Ai señora, déjeme asistirla durante el embaraso, sería un honor para mí.

Carlos Antonio Javier Sanegunio Veracruz fue el elegido por los guionistas para escupir el café que se estaba bebiendo ¿típico? quizá, pero alguien tenía que haserlo. A él además le dio un ataque de tos por lo que el resto aprovechó para haser su intervensión y no tener que grabar la escena por enesima ves.

-¿Que me estás contando? Para preñarse hay que...y vosotros aún no...- El caballeriso se puso rojo cual si hubiera degustado un cruento y despiadado chili Queltzaquetenago, pero poco después recuperó la compostura.-Pero que maravillosisima notisia. Con esos padres seguro que sale un chamaquito fuertote o una chamaquita bien linda.

Si hasta paresia que los únicos que se alegraron sinseramente de la notisia fueran la sieguita y Carlos Antonio. Que inosentón estaba hecho.