Partida Rol por web

Lupita sentía que su corasonsito rotito latía con fuersa ante la presensia del Sensual Aseitoso enmascarado. Quería acarisiar sus aseitados músculos y apretar su cuerpo contra el suyo resbaladiso y cálido, además de otros pensamientos impropios de la pobre Lupita, que se sentía confundida por la situasión. Ella amaba con todo su corasón a Víctor Alfredo... pero estaba prometida con su hermano, Ricardo Toribio... y ahora aparesía este hombre tan sensual y aseitado que no podía evitar pensar en bailar el tango de la muerte con aquel atractivo hombretón desconosido. 

La muchachita miraba a sus ojos con la mirada brillante como dos solesitos veraniegos y una sonrisa de chamaquita enamoradisa aparesió en sus labios. La mirada de Lupita bajó hasta los aseitados labios del enmascarado, mientras los miraba con deseo, aquel sensuarl hombre le hiso una pregunta que la pilló por sorpresa. 

- ¿Qué? ¿Un beso dise?-preguntó-Ay, no sé si debería... Pero usted me salvó, y se lo debo...-no hiso falta demasiado para "convenserla"-. Tómelo como un regalo por salvarme, ¿si?-dijo antes de lansarse a los labios de su héroe mientras la música iba subiendo de intensidad mientras se asercaba a él.

La pelea entre Ninjas, Caballo y Abuela se convirtió en un maremágnum de caos, coces, katanas, movimientos espasmódicos de la silla de la muerte y miembros amputados. Hasta la BSN (Banda Sonora No-Original) cambió de su habitual tónica para convertirse en un tema de metal:

 La abuela con su lansallamas de laca organizó lo que se llama en los sírculos gastronómicos "una barbequiú", y el el Cablallo -que el nombre era una errata de la master, pero como el jugador la había dejado así por sabe Diosito qué rasones ignotas, pues no vamos a cambiarlo no más- dando coses y patadas giratorias. Y entonces el Cablallo se apercató de que la Abuela conosía la sabiduría ansestral del kun fu, el tai chi y el mai tai, y si lo adiestraba lo convertiría en un Cablallo trassendental.

Los enemigos fueron aniquilados, pero el Ninja Púrpura era, por algo, el líder de su grupo. Lansó una mortal estocada hacia la Abuelita, pero el Automotor de la Buena Muerte giró para interponerse entre su dueña y la muerte mortal, resibiendo un tajo que hiso que sangrara -aseite de motor-. 

El Automotor de la Buena Muerte dejó de moverse, herido letalmente. Se le podría llevar a la Bruja Vudú Gorda, experta en objetos hechisados, y quisá podría salvarlo... o quisá no.

- ¡Toma, Vieja Chocha San!  ¡A la pol-la tu silla! ¡Volvelemos a velnors! -lanzó una nube de humo y desaparesió.

- ¡Casháte y no hagás preguntas!¡Casháte! - de pronto Diosnobi tenía un acento argentino un poco raro porque el doblador estaba en casa con gripe y le habían sustituido por Potty, que estaba en la sala VIP y era Asesora de Dulse de Leche.

Darth Kerrigan desaparesió furiosamente, tras gritar que se vengaría y todo eso.

Entonses comensó una secuensia tirando a rarilla, porque era imposible que en veinte minutos le diera tiempo a Diosnobi a  entrenar a Bellita, pero daba igual. El sobrino del productor había hecho un .ppt de fotos de bellita aprendiendo a usar sus poderes jedi.

En medio de la conversación con tu hermana, oíste una vos suave y amable.

- Escucháteeee, escucháaaaaateeeeee... veo gran potensiaaaaal en tii... aséptame y te ashudaré... una cosa solo te pido, me han arrebatado mi amado artefacto fálico de enorme tamaño fálico... recuperálo!

La música subía y subía y las chispas de una pasión tan aseitada como contenida saltaron en cuanto los labios de Lupita y los del Aseitado Sensualoso se rosaron. El hombre llevó su aseitado braso a la sintura de la joven y la atrajo hasia sí mientras se besaban con pasión, demostrada -como todo el mundo sabe- por el hilillo de saliva que unía sus labios. 

Cuando se separaron para poder coger aire después de un beso de tornillo largo como la digestión del guacamole, una sonrisa radiante iluminaba la cara seductora del Hombre Aseitoso y sus ojos tenían un brillo espesial que sólo los espectadores y él mismo comprendían. 

Todavía sosteniendo a la chamaquita contra sí la miró a los ojos antes de hablar con vos grave y aseitosa. - Muchas grasias, señorita. - Fue soltando su sintura lentamente, preparándose para partir, pero antes de marcharse se dio la vuelta para añadir algo más. - ¿O quisás debería llamarla... - Una pausa dramática con un zoom a los labios de él al pronunsiar la última palabra. - ... Lupita? - Dijo, con una sonrisa de medio lado mientras su caballo aseitoso aparesía de la nada para que él pudiera montarse acto seguido y marcharse, dejando que la cámara se fijase en la expresión de ella.

La ansiana al ver el daño causado y que su enemigo se iba de rositas comensó a dedicarle adjetivos:

Ninja purpura, eres un conchudo,pelotudo, boludo,forro, pendejo, hijo de la remilputa madre que te remilpario, villero,chusma,cabeza,marmota,tololo,concha,cachucha, mamagallo, bagre,... chupame la concha, no vales mas que para romper los huevos, dejate de joder y reaparece, que cagas mas arriba del culo. 

Luego recordó su exquisita educación en un internado de señoritas francés y se corrigió:

Don Ninja purpura, es usted un conchudo,pelotudo, boludo,forro, pendejo, hijo de la remilputa madre que te remilpario, villero,chusma,cabeza,marmota,tololo,concha,cachucha, mamagallo, bagre,... chupame la concha, no vales mas que para romper los huevos, dejate de joder y reaparece, que cagas mas arriba del culo. 

Luego se vuelve al caballo y le hace una reverensia oliental. Me quede sin piernas, podrías ser las mías, tengo una misión importante que haser esta noche. Te prometo una mansana a la que volvamos.

Si, Bellita había sufrido una transformación gracias a aquella música. También hay que contar que Dionobi, por alguna razón la había hecho cambiar de ropa para el entrenamiento con lo que le aseguró eran unas prendas tradicionales Jedi que ayudaban a la batalla. Cierto es que Bellita se sentía mucho más ligera con aquellas mágicas predas, pero Diosnobi le había hecho prometer que no se presentaría con ellas tan fasilmente.

Bellita por tanto, dispuesta a obeser como su primo Pancrasio las voses de su interior salió del estraño y cieguiloso (peligroso para ciegos) sótano, acompañada por Leonsio III.

La música subía y subía y subía como la espuma de una servesa con tequila bien fresquita, solo que el beso era ardiente y sensuarl y aseitoso y lleno de passsshhión. Lupita sentía que esos labios los conosía, pero no sabía de qué y por qué, pues estaban demasiado aseitosos, como el torssso del sensuarl hombre. Pero eso no le importó, por un momento, desaparesieron Ricardo Toribio y Víctor Alfredo de su cabesa. 

Puso todo su rotito corasón en ese beso y sintió penita cuando sus labios se separaron dejando ese hilillo de salivita que significaba la unión entre la joven y su aseitoso amante. Sus labios eran dulses como el guacamole resién hecho, pero picante como unas buenas enchiladas. Tanto pensar en comida le dio hambre a Lupita, que pensó en los guisos de su mamita. 

Entonses, el sensuarl desconosido dijo su nombre, lo que sorprendió mucho a Lupita, que lo miró con los ojos bien abiertos.

- Espera, ¿cómo sabes mi nombre? , ¡eh! ¡Espera!-le gritó antes de que se marchase, dejándola allí solita en mitad de los cafetales-¡Espero volver a verte!-le dijo por último antes de volver caminito a la hasienda de nuevo, pensando sobre su resiente encuentro. 

- Me escucho. Me escucho mucho. - Perseo Alberto Jairo Uribe apoya sus manos en las caderas y deja caer el peso de su cuerpo hacia un lado - ¡será posible! ¿que me escuche dice? - entorna los ojos al cielo.

¿fálico? vuelve a prestar atención a esa vos uy, lokillo mueve la mano como si espantara moscas necesitaré ver de qué se trata.

Perseo Alberto Jairo Uribe creía estar conversando consigo mismo, con su yo más interno, como solía hacer de ves en cuando para que los de más allá de la cuarta pared se enteraran de que estaba pasando. Pero esta ves...esa vos era tan aseitosa y fálica que le hacia dudar a su macho interior.

apareceteme y hablamos giró la cabeza haciendo morros de enfado en un golpe tan seco que podría haberle desnucado.

- ¿Eh? ¿Pero qué me estás disiendo? - la cara de Ana Victoria era digna de una muñeca hinchable, con la boca abierta en "O" sorprendida por el monólogo de Perseo Alberto. O al menos esa era la emoción predominante cuando él dijo "fálico". Se puso a mirar entorno a sí con ademán paranóico, buscando cualquier cosa con forma de falo de la que el hombre pudiera estar hablando. ¿El candelabro? No. ¿La botella de vino? Tampoco. ¿El vibrador de la abuela que llevaba en su maleta? Aquello ya no tenía forma de falo desde tiempo atrás. ¿Y si hablaba...? ¿Y si se refería...? ¡Pero no podía ser! ¡Nadie sabía su secreto! Tal vez todo aquello era una estratagema para descubrirla -. Pues mira que estaba pensando que es hora de que la viejita se tome la medicasión así que quisás mejor la voy a buscar que cuando le faltan sus pastillas se vuelve un poco loquita hablando de los viejos tiempos en la guerra.

Con más sigilo que un gato teniendo en cuenta sus taconazos, se había levantado y había retrocedido lentamente hasta estar casi en la puerta cuando había recitado de sopetón todas aquellas palabras. 

Cablallo -cuyo incorrecto nombre le hiso grasia al jugador y le servía como indicador de que no era un simple caballo, y que la mastersita vio, vio que era bueno y desidió también mantenerlo- relinchó felís al ver que la abuelita y él había salido victoriosos contra los ninjas.

La silla de la abuelita había quedado inutilisada así que Cablallo se dispuso a ayudarla cuando ella empesó a soltar improperios propio del maleante más barriobajero de caracas. Él animal agachó las orejas poniendose una pata sobre las ojos para que no lafectaran esas palabras a la opinión que tenía de la abuelita (paresía que los actores caballos eran mejores que los humanos, el aroma de los cafetales los hasía creerse una espesie de equinos George Clooney).

Cuando le ofrecierón la mansana, Cablallo negó con la cabeza se puso a dos patas e hisó como que daba puñetasos con las patas delantera (actoraso el caballo, cuando volviera el actor humano iba a haber agravio comparativo). Esperó que la señora lo entendiera. Acto seguido se agachó para que la abuelita pudiera subirsele a la grupa y dirigirle hasia su destino.

La abuelita se sube ensima del amable cablallo, al prinsipio le había enfadado que los mosos de cuadras hubiesen dejado uno suelto, pero grasias a ese fallo había contado con ayuda en la pelea y ahora podía llegar rápidamente al cafetal secreto.

Mientras avansaban hacia el sector secreto, donde sus híbridos de café, coca y trífido cresían mansamente, maquinó como resolver esta situación. El hombre de negro y el negro de negro la estaban acorralando una vez más, su alumno rebelde -el ninja (pronunciado ninja y no ninya) purpura había regresado a Venesuela, la finca estaba en la frontera entre los territorios de dos guerrillas (Los pelochos y las tigresas del Oriente -La abuela habia formado parte de, y traicionado a, ambas-) y pronto (quizá en 100 o 200 capítulos) hasienda descubriría que la empresa "empresafalsa,S.A." era propiedad de "tapadera23,S.L." que a su vez era una forma de inyectar capital en "LosMachos.S.A." Pero estaba contenta, había sobrevivido una noche más.

Por fin llegaron a los campos café "pura energia": 40% café, 40% coca, 20% ADN alienígena. Su mayor logro en esta temporada. Su legado a la familia.

Habla en voz alta en parte al cablallo en parte a sí misma:

El hombre de negro vera los cadáveres, y entonces el negro de negro vera las huellas del cablallo y llegaran hasta aquí... pero no se llega a vieja si no se es astuta y taimada.

Cuando dice eso piensa en una mujer:

¡¡Aha!! ¡¡Como he estado tan siega!! Lupita es mala y Taimada... ¡¡Lupita es la líder en la sombra de las tigresas del Oriente!!...

Pero volviendo al negro de negro... La anciana baja del cablallo y se arrastra como puede por el suelo, poniéndose perdida pero sin movérsele ni un pelo. Cava un agujero en la tierra en el que deposita la mina antipersona armada y lista para matar (o para dejar en coma 20 capítulos) y tapa el agujero. Detrás de la trampa pone una caja de cartón con unas letras bien grandotas: "Contabilidad del campo secreto de coca, pruebas incriminatorias."

La abuelita echa a reír mientras a lo lejos cae un rallo.

Vámonos Cablallo, ya he salvado el honor de mi familia, y asegurado dinero para que mi hijastro siga forrando en oro a la Doña y para pagar los pañales y biberones de la nueva criaturita que está por venir (mira a cámara) Yo solo quiero que mi familia sea feliz y tenga cosas caras... ¿eso me hace mala?

El Aseitado Sensualoso se alejó cabalgando sobre su brioso corsel sin rumbo durante un rato. Se sentía esultante de felisidad después del beso que Lupita le había dado, que había conseguido despertar su corasonsito tanto tiempo detenido. Tanto tiempo sintiéndose nostálgico y melancólico por echar de menos los labios de esa chamaquita tan dulse y ahora volverla a ver revolusionaba toda su vidita en el peor momento. Él estaba a punto de casarse, ella también y para colmo Isabelita se había quedado embarasada... Las tareas de la hasienda pesaban más que nunca sobre Víctor Alfredo. Pero por suerte el que cabalgaba sobre el corsel no era Víctor Alfredo, sino el Hombre Aseitoso. Y ese sensuarl y aseitado macho podía deleitarse con el beso que había resibido sin pensar en los deberes de su alter ego. 

Cuando se cansó de cabalgar sin sentido dirigió los pasos de su corsel hasia la entrada al pasadiso secreto que llegaba hasta el armario de su habitasión, que era paresido al de Narnia pero con menos presupuesto, ya que el de Víctor Alfredo daba al bosque de detrás de la hasienda no más, en lugar de a otro mundo. 

Y unos minutos después, Víctor Alfredo era quien -tras escuchar atentamente por si Isabelita hubiera salido ya de su baño reparador de bellesa- salía del armario de la forma más literal posible, teniendo mucho cuidado de no ser visto por nadie. 

Sus ropas de Hombre Sensualoso habían quedado escondidas en el pasadiso, igual que su sombrero. Pero llevaba el corasón latiendo muy fuerte en su pecho y el sabor de los labios de Lupita todavía en su boca. Y lo más importante, en su bolsillo llevaba la pokeball con el monstruo terrible que había conseguido capturar. Y ésta la metió en su mesilla de noche antes de salir de su recámara en direcsión al salón. Se sentía exultante de felisidad y no quería ponerse a pensar en todos los problemas que le vendrían ensima con el herederito y su boda y la de su hermano y... Uf. Prefería disfrutar al menos durante esa noche del recuerdo de su encuentro con Lupita.

ay Elenita, ¿la vieja dice? quizás deberías tomarte tu esas aspirinas de colores.

Vos* no os vayáis! - exclamó Perseo Alberto Jairo Uribe estirando un brazo hacía Ana Victoria Yolanda - Te aseptaré y encontraré tu artefacto fálico, pero ashudad a mi hermanita a encontrarse.

Después de otra escena de portentoso galope (y arado del terreno) por la Hasienda, Cablallo asistió con estrañesa a todo lo que hasía la abuelita, con la cabeza ligeramente ladeada sin comprender mucho que era todo aquello. ¿Quienes eran el hombre de negro y el negro de negro (¿renegro?)? También miró hasia otro lado mientras la abuelita hasía cosas de dudosa legalidad, ahora solo era un caballo-cablallo, no era quién para jusgar, pero lo hasía sentirse incomodo. Seguro que el niño Yisus no apoyaba esa clase de cosas.

Yo solo quiero que mi familia sea feliz y tenga cosas caras... ¿eso me hace mala?

Al escuchar esto, Cablallo puso los ojos en blanco, agito la cabeza (con un movimiento de crines que ni la ganadora de pelo Pantenne) y relinchó un poco. Que sabré yo, solo soy un iluso caballeriso y ahora un caballo muy bien dotado. Pateó el suelo nervioso, debían irse amtes de que les alcansaran sus perseguidores.

Mientras Abuelita y Cablallo se alejan, una exploxión  -con dos X, que es más importante- delata que la mina antipersona ha antipersonalizado a alguien. La parte mala de todo esto es que es fácil seguirle el rastro a Cablallo, porque va dejando un surco.

Tenían que ir a reparar la silla de ruedas, y había que hacerlo antes de que se desangrara de combustible.

Corrían rumores de que había dos brujas vudú cerca:

Una buena,