Partida Rol por web

 -Excelente señor Boring, espero verla. Ahora si me disculpan caballeros, señoras, he de hablar con el capitán. Molly por favor, quédate con mi esposa por si necesita cualquier cosa-

Dicho esto Edmund hace unas ligeras inclinaciones de cabeza y se va con paso vivo hacia el puente de mando

Por supuesto, Milord- respondió Molly rápidamente. Sin embargo, sabía las ganas que tenía Milady de estar a solas con su querido primo para hablar con libertad, así que, aun estando presente, les dejaría espacio para que tuviesen algo de intimidad. No se trataba de desobedecer a Milord, exactamente...pero había maneras y maneras de hacer las cosas, se dijo pícaramente.

- Y bien, ¿porque han subido a este crucero? si se puede saber.. - dirigiéndose a los demás presentes. Herbert había estado siguiendo el tema de la foto un poco alejado del grupo aunque seguramente el objetivo lo capturo ya que estaba un poco mas atrás pero en la misma dirección que se tomaba la fotografía.

- Quizá algunos tengamos el mismo destino e intenciones - dijo mientras apuraba el cigarro. La verdad que no fumaba demasiado pero la travesía en el crucero le ponía un poco nervioso.

- Dudo mucho que sus intenciones y las mías se parezcan, señor Doyle. Yo sólo vengo a hacer un seguimiento de la aventura y a intentar contarlo de la manera más precisa posible para los lectores. También haré fotos para que toda Inglaterra pueda ver los misterios del África profunda. - no le habló de su idea de escribir un libro y de ilustrarlo, por primera vez en la historia, con fotografías en vez de dibujos. En la imprenta le habían dicho que sería muy difícil y de conseguirlo se verían fatal, pero nadie le iba a negar intentarlo al menos.  - Usted supongo que vendrá por motivos menos, digamos, altruistas. Estaría bien que nos ilustrara.

y yo... pues digamos sencillamente que quiero experimentar la caza, como todos mis antepasados, además de ver la flora de ese lugar, que algunas me vendrían muy bien para mi trabajo dice con un tono oscuro cuando menciona la flora

- Disculpenme caballeros, tengo una conversación pendiente con mi señor primo que no puede esperar. dijo cortésmente y tirando de Fondec para sacarle de allí, seguidos por Molly discretamente.

- Primo, no te fíes de esos hombres, el periodista daría cualquier cosa por conseguir una noticia, sea de lo que sea, y en cuanto al otro caballero, por llamarlo de alguna manera, no es de fiar... no les cuentes más de lo que deban saber por cortesía. Ya es bastante difícil defenderte ante mi esposo como para hacerlo también ante el resto de la expedición. Pero sonrió no dudes que me tienes aquí para cualquier cosa que necesites, también miró a Molly, puedes acudir a ella, es de confianza y me contará lo que necesites o te ayudará ella misma.

Después se tomó la libertad de apretar el brazo de su primo y decirle: Pero dejemos todo esto para más tarde, ahora cuéntame, cuéntame cosas de París y de tu familia... cuánto me alegro de verte al fin...

se ríe parece que este viaje será más entretenido de lo que parece, pues en paris la cosa está tranquila, ultimamente no tenemos buen clima, Carolain parece estar feliz, está muy ocupada cuidando a nuestro hijo Marcos, dice que quiere ser doctor como el padre, parece que toda la familia se encamina a eso suelta risas

es bueno saber que hay gente de confianza en el barco suelta un saludo para la señorita Molly un gusto en conocerla, cuida bien de mi prima

Es un placer, Monsieur -responde Molly con una pequeña inclinación. Luego se apoya en la baranda del barco y comienza a tararear una canción en voz baja, para dejar que hablen con tranquilidad y mayor intimidad.

Su voz es apenas audible, pero suena dulce y melodiosa. Cantar es una de las cosas que mejor se le dan a Molly.

- ¡Oh! Marcos debe ser ya todo un hombrecito. Me alegro mucho de que estén bien los dos. Entonces te has animado a ser un gran cazador, primo. hubiera dado muchas cosas por ver también a su familia, conocerla, pero claro en aquellas circunstancias... no hubiera sido tampoco muy agradable. Pero estaba encantada de que al menos él sí estuviera en la expedición.

pues sí, creo que también se hará cazador, yo he descubierto que además de medicos los blusiur hemos sido cazadores, por eso como todos, sigo los pasos de mis antepasados dice con sonrisa en cara

Mucho más serenado en la cubierta gracias a las pastillas y aburrido de estar allí con el señor Doyle sin decir nada, ni siquiera mirarse, Maurice decidió irse a su camarote y guardar la cámara. También comprobaría las otras dos para ver si funcionaban. - Hasta luego señor Doyle. - Hizo un gesto de media reverencia con la cabeza y se marchó.

El hombre guiñó a Maurice con una sonrisa maliciosa en la boca. - Hasta luego, amigo. - dijo al final. Luego se giro hacía la cubierta y se encogió de hombros.

Maurice se fue a su camarote

 La noche de la cuarta jornada de viaje se abre la puerta de tu camarote y entra tu esposo. Tu camarote se encuentra entre el suyo y el de Molly

-¿querida, estas despierta?-

sin esperar tu respuesta se dirige a tu cama y empieza a meterse en ella

Tu camarote se encuentra al lado del de Lady Cottonwell para poder asistirla rápidamente en lo que necesite.

La noche de la cuarta jornada de viaje escuchas ruidos en la habitación de la señora, y crees que la voz del señor, te pareció raro que durmieran en camarotes separados y ves normal que el señor decida "visitarla" alguna vez durante el viaje así que procuras dormir y no escuchar*, de todos modos como buen caballero ingles no es muy ruidoso precisamente

Un tiempo después (¿una hora, dos?) tocan a la puerta de tu camarote y sin esperar respuesta se asoma Lord Cottonwell

-Molly, ¿estas despierta?- te pregunta desde la puerta

Dorothy solo emitió un gemido al despertarse y comprobar que no estaba en su sueño, sino en el barco rumbo a África.

Como buena esposa no dio queja alguna cuando su marido se metió en la cama, pero por primera vez se mostró más colaborativa que otra veces, lo que Lord Cottonwell agradeció volcándose mucho más en su quehacer marital.