Partida Rol por web

Os habíais enfrentado a esa cosa. Le habíais mirado directamente a su horrenda cara fantasmal y... No había salido del todo bien. Pero eso no os desanimó, ¡ni mucho menos! Ahora ya teníais la curiosidad picada, los ánimos por las nubes y la moral en el techo. Queríais cazar a ese espíritu. Iba a aprender a no meterse con los nuevos Cazafantasmas.

Sin embargo, antes de avanzar, decidisteis reubicar los equipos de protones que os quedaban sanos. En total, eran cuatro: el cañón de mocos que portaba Laurie y los tres equipos de protones que llevaban Carlos, Linda y el doctor Spengler. Joshua se había quedado desarmado debido al accidente sufrido en el enfrentamniento con el espíritu. Sin embargo, Egon no tenía intención de dejar las cosas como estaban.

 -Señor Falken, coja mi equipo. Tenga cuidado, es un modelo experimental de cañón de bosones, diseñado para lanzar ráfagas de energía concentrada. Al impactar contra los espíritus desestabiliza sus estructuras ectoplásmicas, facilitando la labor de captura de los entes más resilientes.

Mientras hablaba, se acercó a Joshua para pasarle el equipo y ajustárselo.

 -Si nota cualquier sensación extraña, comuníquemelo de inmediato. Las más habituales son hormigueos, sensación de quemazón, prurito intenso, dolor articular y alteraciones en el ritmo intestinal.

Una vez armados y listos, el doctor Spengler sacó su medidor de PKE y empezó a avanzar hacia los camerinos.

 -Continuemos.

Avanzasteis por el backstage en dirección a los camerinos, ya que todas las pistas os indicaban que allí era donde estaba "lo gordo". ¿Que qué era eso "gordo? Eso ya era un poquito más complicado de averiguar sin explorar el lugar, pero todos teníais clarísimo que si había alguna pista clave, la encontraríais allí.

El pasillo de los camerinos no parecía tener nada de particular, así como la mayoría de las estancias. Sin embargo, uno de los camerino estaba cerrado a cal y canto, con un cartel escrito a mano que decía "fuera de servicio". Vuestros instintos de cazafantasmas os decían que allí tenían que estar las pistas más jugosas. La cuestión era, ¿qué paso dar a continuación? Porque aunque el camerino clausurado era lo más jugoso, quizás mereciera la pena comprobar toda la zona circundante por si acaso había algo importante.

Me pongo el ecto-visor y comienzo a trabajar para comprobar los alrededores con el medidor PKE.

Al fin habían llegado a los camerinos, era hora de confrontar al engendro que habían estado persiguiendo, pero podría tener alguna sorpresa esperándolos o quisa un aliado, así que Carlos empezó a observar con su Ecto-visor, susurro, seamos silenciosos, tratemos de aprovechar el factor sorpresa, mientras empezaba por revisar los camerinos al rededor del clausurado

Por mi parte...

"Boss, let me get this straight, this thing shoots BOSSOM¹ darts?"
"Ah... esto... perdón, se me habia cambiado el idioma. No pasa nada, un momento"

Entonces me ajusto el cañón que me han entregado. Los efectos secundarios no deben de ser nada que no me haya provocado una de mis Ex, al fin y al cabo. Estaba esa a la que le gustaba jugar con un pulpo, un pollo asado y con pilas, y... ¡Bueno! ¡Que nos desviamos!

Tras ver la puerta, tan cerrada, miro al resto. Y recuerdo mi bocadillo, que ahora se lo comió Slimer

"Entonces ¿Quereis que me coma esa puerta?" digo mirando su composición, rica en celulosa y en fibras vegetales

La combinación de Ecto-visor y detector PKE consiguieron ayudarte a discernir bastantes cosas entre el maremágnum de energías espirituales que había por la zona.

Lo primero que te llamó la atención fue una señal de color azul que te guió hasta una especie de cuaderno. Al examinarlo pudiste ver que se trataba de una agenda encuadernada en cuero, con un cierre de corchete. Un aura ominosa rodeaba al objeto, pero no parecía ser dañino para la salud de los mortales.

Lo segundo que localizaste fueron unas huellas de pies descalzos, como las que habías visto en el escenario. El rastro era claro y te conducía al interior del camerino sellado.

Y por último, en el momento en el que te giraste para hablar con tus compañeros sobre tus hallazgos, apareció ante tus ojos Katerina Sokolov. Estaba sollozando y de sus ojos caían lágrimas rojas. Hablaba en ruso palabras que no conseguías entender, pero por su lenguaje corporal parecía estar rogándote algo. Pero, ¿qué? No tenías ni idea. Lo único que sabías era que el susto de muerte que esa aparición te había dado hizo que pegaras tal brinco que se te torció un tobillo al caer.

Te moviste de manera impecablemente sigilosa. De hecho, el doctor Spengler tuvo que mirar varias veces en tu dirección para asegurarse de que estabas ahí. Sin embargo, no conseguiste ver nada que se saliera de lo normal en unos camerinos de un teatro. Aunque sí te fijaste en que Laurie pareció sorprenderse mucho por algo que no podías ver.

El funcionamiento mental de aquel muchacho era sin duda fascinante.

 -Señor Falken, cuando regresemos al cuartel general me gustaría tomarle una muestra de tejido cerebral, si le parece bien.

Porque no podía dejar pasar la oportunidad de investigar esa materia gris. Pero antes de pensar en biopsias y TACs, había que abrir la puerta.

 -No detecto variaciones alarmantes en la energía psicokinética en la puerta. Creo que no hará falta ingurgitarla, con golpearla con fuerza para que se abra sería más que suficiente. No obstante, si es plato de su gusto, adelante. Será fascinante observarlo.

Claro, que las lecturas que recibía de la zona por donde investigaba Laurie era aún más fascinantes. Estaban cerca. Muy cerca.

- Au au au au au - grito intentando no alzar mucho la voz.

Me agacho para comprobar mi tobillo y me vuelvo a levantar para ver si aguanta. Aunque aguantará me será complicado caminar durante un buen rato, no se cuanto.

Señalo en cierta dirección avisando al resto del grupo.

- ¿Alguien sabe ruso? - pregunto - Veo ahí a Katerina, quiere algo, pero no se lo que es - digo señalando el ecto-visor dando a entender que es gracias a el que puedo verla. -. Doctor, ¿podríamos grabar en audio lo que dice? O si alguien sabe ruso, puede traducir. No te preocupes Katerina, estamos aquí para ayudarte, tranquilízate cuéntanos que te pasa - digo entonces dirigiéndome al punto donde acabo de señalar donde el resto, muy probablemente no esté viendo nada.

Los ruidos que hizo Linda llamaron mi atención, así que me dirijo a donde esta ella, ¿que te paso, por que gimes? le digo antes de notar lo que señala con la vista, así que dirijo mi Ecto-visor en la dirección indicada, ¿Ruso? los idiomas no son lo mio, pero quisa Josh conozca un dialecto parecido, al mismo tiempo que hablo volteo a ver a mi compañero y le ofresco mis gafas.

"Solo se hablar tres idiomas" aclaro

"Normal, con taco, y Ugandiano"

Mirando en la direccion de donde suenan las palabras rusas, pronuncio: "Do you know da wae?"

El doctor Spangler se puso su Ecto-visor para examinar la zona que miraba Linda, confirmando que efectivamente había una aparición allí.

 -Hablo fluídamente 3 idiomas y medio, pero me temo que el ruso no está entre ellos. No obstante grabaremos todo el diálogo. Señorita Gorski, tenga la grabadora. Grabe todo el diálogo que pueda.

Egon le tendió una grabadora de bolsillo a Linda. Y aunque no entendieran nada de lo que hablaba el espectro, no parecía muy complicado interpretar sus gestos. A pesar de lo nerviosa que estaba y de lo rápido que gesticulaba, parecía claro que estaba señalando la puerta cerrada.

 -Está señalando el camerino cerrado. Señor Falken, puede que la señorita Katerina no pueda abrirnos el camino ella misma, pero nosotros podemos. Use el rayo de bosones para abrir la puerta. No se preocupe, el seguro cubrirá los daños.

Situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas. O al menos de algo más de fuerza bruta. Eso sí, antes de darle vía libre para disparar, Spengler se alejó unos cuantos pasos de la puerta. Por si acaso.

Por la parte que le tocaba a Katerina, se quedó mirando a Joshua cuando le hizo aquella pregunta tan extraña, volviendo a hablar cuando Linda le puso la grabadora delante.

"Espere ¿Que tenemos seguro?"
"¡Eso se dice antes!"

Dicho esto, le doy un empujoncito a la puerta, uno sencillito, tratando de "testearla".

"Este hijo nuestro no es normal" solia decirle mi padre a mi madre "desde que lo encontramos como bebe en una nave espacial, al borde de la carretera, sabia que no era normal. Cuando levantó mi camioneta con una mano, me lo confirmó"

"Yo pensaba que era más por cuando se cayó a la marmita de poción mágica siendo niño, cuando fuimos a visitar esa aldea de galos" decía mi madre

"Yo creo que es por todo ese entrenamiento en artes marciales con el creador del Chun Kuk Do" decia la abuela

"¿Y no será por los bocadillos que le dais? Eso de ponerle plutonio a la comida no es muy normal" sostenia Karen, la vecina, para luego añadir "Por cierto, quiero hablar con el encargado"

Como sea, tan sólo testeo un poco la puerta, con mi fuerza casi sobrenatural

Tomo la grabadora y me dirijo a Katerina poniendo las manos en un gesto de calma.

- Vale, tranquila, desde el principio, ¿Qué sucede con la puerta? - le pregunto de nuevo señalando a la puerta del camerino que ella también ha señalado.

Me aparto un poco imitando a Egon, aunque parece que Joshua tiene una idea diferente de lo que es utilizar el cañón de bosones... Pero que bruto es... pienso mientras no pierdo vista de la fantasma.

Me alejo un poco para no incomodar a Katerina si empiezan los disparos mientras apunto hacia la puerta que acaba de ser golpeada, ...al fin a llegado el momento, esta vez no podemos dejar que escape, empiezo a cargar el rayo...

La puerta no pudo resistir la hercúlea fuerza del "empujoncito" de Joshua, abriéndose con un sonoro crujido, que indicaba que la cerradura estaba completamente rota. Al menos ahora podían pasar al interior.

El primero en pasar fue Egon, con su detector de PKE y su ecto-visor a punto para investigar la zona. Aquello parecía un camerino normal, excepto por un par de detalles. Primero, había una cuerda colgando del techo, una con un nudo corredizo. Una soga de ahorcado. Lo segundo que más se notaba era la diferencia de temperatura que había en la habitación. Allí dentro hacía frío. No fresco, frío franco y notable.

 -Señor Stain, vaya a buscar un termómetro. He visto uno en la pared del pasillo por el que hemos llegado a los camerinos. Hay que medir la temperatura de esta estancia.

Las lecturas del lector de PKE estaban como locas, siendo incapaces de señalar con precisión eventos sobrenaturales o fuentes de energía concretas. Toda la habitación estaba imbuída de energía espiritual.

 -Parece que estamos en un núcleo energético importante. Y la zona donde se concentra la energía...

El doctor Spengler señaló la soga con la linterna.

 -Es esa soga.

Dejando a los demás que se ocuparan del camerino cerrado, tú te ocupaste de entrevistar, o algo parecido, a Katerina. Cuando pusiste la grabadora delante de ella, la muchacha fantasma empezó a hablar, procurando vocalizar de manera alta y clara. En perfecto ruso, eso sí, pero sería una buena grabación de ruso. Viendo la expresión triste de su cara, no podías evitar preguntarte qué estaría relatando y su relación con el camerino cerrado.

Katerina finalizó su relato, quedándose en silencio durante un instante antes de ponerse a sollozar. Empezó a flotar hacia abajo, atravesando el suelo y desapareciendo de tu vista. Con la grabación en tu mano, ya podías reunirte con los demás en el camerino.

Vuelvo donde el resto en el interior del camerino, que ya comienzan a trabajar en el análisis de la sala.

- Cree que Katerina puedo haberse... ya sabe... ¿ahorcado aquí? - digo tragando saliva en cada pausa, como no queriendo decir lo que pensaba.

Me llevo una mano al cuello ¿Quién podría querer morir agonizando de aquella manera? Muy cómodo no debía ser.

- Quizá nos lo haya contado, y por suerte tengo la grabación, es una pena que no existan traductores electrónicos, al menos tendríamos una ligera idea de lo que nos ha explicado Katerina - explico -. Parecía muy dolida.

Mostrando mi cara de fastidio habitual, pienso, ¿un termómetro? ¿tomar lecturas en un momento como este? es lo que pasa cuando se trabaja para un 'genio', pero el es quien paga, bajo el rayo de protones, enseguida jefe, y salgo corriendo por el termómetro.