Efectivamente, el día 13 al mediodía según la hora acordada vuelves al Reform Club… donde están ya de la Cierva y Jerrold disfrutando de un aperitivo mientras te esperan para el almuerzo, en el que Jerrold dará cuenta de las gestiones para dotar de una tapadera creíble al viaje con el Dragon Rapide y demás temas pendientes respecto a la logística, y de la Cierva presumiblemente ayudará con el plan de vuelo… al verte se levantan de la mesa y te invitan a tomar asiento y pedir el almuerzo…
Lo primero que comentan con Douglas, es como se ha encontrado el avión De Havilland Dragon Rapide del cual Bolín gracias a los fondos de March se hará cargo de los gastos que finalmente han sido 1600 libras esterlinas. Tal y como han concertado con la Oillie Air Company, el alquiler del avión, además de incluir el seguro, incluye el personal técnico del aparato, un mecánico telegrafista , que va con el avión a donde quiera que vaya como personal de la compañía.
Resuelta la logística del transporte, Juan de la Cierva saca a colación aspectos más técnicos del viaje. Hay que alterar el plan inicial debido a que Ceuta no tiene aeropuerto, por lo que se hace necesario buscar otro lugar para el aterrizaje final, para el que se propone el aeropuerto de Gando en la isla de Gran Canaria, y crear un plan de vuelo que no contemple ninguna escala en la España peninsular.
Juan de la Cierva desplegó sobre la mesa un sencillo mapa de Europa Occidental, sujetándolo con una copa de brandy para que no se moviera.
Con gesto preciso, señaló la ruta que había trazado con lápiz.
—Luis, tendremos que ajustar el plan de vuelo —dijo en voz baja pero firme—. Ceuta no dispone de un aeropuerto en condiciones y no podemos arriesgarnos a improvisar en pleno vuelo. Así que aterrizaremos en Gando, en Gran Canaria. Desde allí organizaremos el siguiente paso.
Luis asintió en silencio mientras de la Cierva seguía con el dedo la ruta en el mapa.
—Primera escala: Burdeos, en Francia. Una parada breve para repostar y comprobar el aparato. De ahí, directo a Lisboa, en Portugal, donde podréis hacer una revisión más tranquila y pasar la noche. Después, bajar hasta Casablanca, en el Marruecos francés.
Se detuvo y clavó la mirada en Luis.
—Nada de sobrevolar o aterrizar en la España peninsular. Ni siquiera acercaros. No podéis correr el riesgo de que las autoridades republicanas intercepten el vuelo.
De la Cierva retiró la mano y se recostó ligeramente en su silla, satisfecho.
—Si todo sale según lo previsto, llegaréis a Gando el día 16, justo como habíamos planeado.
Luis dejó escapar un leve suspiro, consciente del riesgo, pero también de que la ruta era la mejor opción posible dadas las circunstancias. Todo estaba ya casi listo... excepto acabar de concretar la "tapadera"... el motivo del viaje. Fue en ese momento en el que intervino Douglas Jerrold.
—Mr. Pollard, un buen amigo mío comprometido con la causa está ansioso por participar en esta empresa y ha traído a otro amigo piloto. La tapadera de nuestro viaje consistirá en un viaje de placer con unas chicas que quieren volar a Canarias… ¿Qué le parece? ¿Quiere conocerlas?
Parecía que todas las piezas empezaban a encajar, listas para iniciar una Cruzada que cambiaría el curso de la historia.
Este va a ser el último post en solitario. Justamente a quien te va a presentar Douglas Jerrold es a los otros dos jugadores: Hugh Pollard, una especie de filántropo playboy que acompañado de dos señoritas (supuestamente sus hijas... aunque la veracidad de eso sería dudosa...) actuará de cliente de un viaje turístico como tapadera para la realización del vuelo acompañado por esas "hijas" y Charles William Henry “Cecil” Hebb, amigo de Pollard y piloto de la expedición.
Para ellos haré ya un post introductorio como inicio a la segunda escena, tu puedes contestar a este último post aquí, y ya posteriormente cuando los conozcas seguimos en la segunda escena.
Luis escuchaba con interés. Su rostro reflejaba una mezcla de emociones: intensidad, riesgo, adrenalina...¿chicas?
Esto de que la excusa oficial será un viaje de placer a las Canarias con un grupo de señoritas deseosas de disfrutar del sol del Atlántico le pareció de lo más exótico, pero también genial.
La idea de conocer a las chicas le pareció también interesante. Asintió a la invitación sobre el encuentro.
Luis se recostó en su silla, dejando que la idea cobrara forma en su mente. Todo parecía encajar. El avión, la ruta, la tapadera. Y sin embargo, sabía que cada paso que daban los acercaba a un abismo del que no habría vuelta atrás.
—Perfecto —dijo finalmente, con un tono grave pero decidido—. Cuanto antes estemos todos listos, mejor. No habrá segunda oportunidad.
Al otro lado del salón, los relojes de péndulo del Reform Club marcaron la media hora. Un sonido profundo, solemne, como si el mismo edificio, testigo de tantas conspiraciones imperiales, diera su silenciosa bendición a la empresa que estaba a punto de nacer.
Genial. No posteo el encuentro de presentación de los pasajeros para dejarte manos libres sobre ello en la nueva etapa del relato.
¡Perfecto! Justamente seguimos ya en la otra escena donde os voy a poner a todos ya en los posts.