Partida Rol por web

Subís al otro tren sin ningún contratiempo.

Me parece ver al hombre alto que perseguí en París por todas partes. Estoy deseando marcharme de este lugar.

Mommsen se acomoda en su vagón, esperando que el viaje le sea corto.

- Creo que estamos todos un poco cansados de todo este embrollo. Deberíamos tratar de descansar unas horas, ahora que por lo menos tenemos el estómago lleno.

William se pone a contemplar el paisaje, con la esperanza de quedarse amodorrado y dormir un poco.

De acuerdo.

Erik se relaja ostensiblemnete.

¿Cuál es el plan?

Poco después de que el tren ha salido de la estación, Lebrun coge su teléfono movil y hace una llamada.

- A mi no me vengas con esas palabrejas de alemán - dice a modo de saludo, en tono jovial -. Soy Lebrun. No te habrás olviudado de mi ¿verdad? Mira, voy para Berlín con unos... amigos... estamos investigando un caso y necesitamos ayuda por allí. Si... No, no... no ha avisado a nadie, ni a la INTERPOL ni a nadie. Necesito confidencialidad absoluta. Que ni mi madre sepa donde estoy... exacto. ¿Nos harías unas reservas de hotel a tu nombre? Perfecto. No, no, donde sea, que no sea muy caro... Seremos... uhm... cuatro. ¡No! Cinco, no me había contado a mí. Pide dos habitaciones, nos acompaña una mujer. ¿Puedes recogernos en la estación de tren?

Cuando cuelga os explica.

- Manfred Remmer es un viejo amigo... o algo así. En realidad es bastante joven. Nos conocimos durante un curso al que asistí hace unos años, y desde entonces hemos seguido en contacto. Si alguna vez tiene que viajar a París por algo, se queda en mi casa, o yo en la suya. Es un buen tipo, un buen policía, y, sobretodo, es de confianza.

Si tu lo dices Lebrun, habrá que creerte. Pero hasta ahora me da la impresión de que nadie es de fiar.