Partida Rol por web

Changeling The Lost: Mas Alla del Horizonte

Primera escena: El Gran Baile de Venus

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19/11/2013, 12:58
-Sol-
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Lo ultimo que recuerdas, despues de llevar a Botas a la veterinaria, es cerrar los ojos por un instante, y al siguiente, encontrarte en otro sitio distinto, lejos del olor de animal abandonado o de desinfectantes.

El sitio parecía un inmenso salón de baile al aire libre, con suelo pavimentado de marmol y columnas blancas que se alzaban hacia el cielo, sin sostener ningún techo sobre tu cabeza; solo la bóveda celeste y una gran luna gibosa. Alrededor del salón se extendían jardines de gran variedad de plantas, algunas mundanas y otras que solo recuerdas haber visto en el Seto. Y más allá de los jardines, un muro de árboles infranqueable que rodeaba todo el lugar, delimitando el espacio a un gran claro circular.

Había una pequeña platea donde una orquesta con chelo, flauta, violín y piano tocaba lentas y agradables melodías, y en el extremo norte del salón una gran escalinata que no parecía ascender a ninguna parte. Había una gran mesa de catering servida en el extremo oeste, con una gran variedad de canapés tanto dulces como salados, y bebidas con y sin alcohol. Los miembros de la orquesta y el servicio de camareros que atendían el catering no parecían más que figuras tenues y borrosas, como las personas de fondo de un sueño, a las que no les prestas atención porque no son relevantes para el sueño pero están ahí igualmente, haciendo de relleno. A medida que te acercabas sus rasgos parecían tener más solidez, pero aún así seguían siendo rostros anodinos.

Habia invitados, algunos de rasgos familiares, otros no tanto, repartidos por la sala, tanto cerca como lejos.

Los mas lejanos lo formaban una miriada de mujeres y hombres hablando entre ellos, algunos con miradas preocuadas y de consternacion.

Un trio formado por dos pelirrojas, una delgada y de ojos verdes, portando un uniforme de croupier muy familiar, y otra de pelo hasta los hombros con vestido cyan, hablando con un joven rubio de traje azul oscuro.

Otro trio un poco mas tetrico, siendo de ellos un hombre de aspecto de maton con bombin y traje a juego, hablando con una mujer de blanco como la nieve tanto en vestido y todo los demas, con una seria mirada de reproche ante el hombre, acompañada de una mujer morena y vestido blanco, tan bella que parecia fuera de lugar, incluso su ojos parecian ver mas alla de lo que ocurria a su alrededor.

Repartidos habia un duo que constrataba solo de por si, un hombre trajeado mas que bajito, y una mujer alta de rasgos afilados y pelo corto negro con un traje violeta, ambos vigilando junto una columna apartados de toda accion. Una chica menuda junto la escalinata, rubia y de ojos verdes, aburrida mientras escuchaba musica de su aparato en su vestido negro, otra de ojos azules hielo que bebia de su copa sin apartarse del muro de arboles.

Por otro lado, había un hombre de frac, mas que estirado, discutiendo y regañando un hombre rubio desaliñado de smoking, con cigarro y whisky en cada mano poniendo los ojos en blanco, mientras el hombre del frac intenta limpiarle las manchas de ceniza y bebida del smoking del fumador compulsivo. A unos metros sentado en un banco, un hombre de un pulcro atuendo eclesiástico púrpura, miraba de forma desaprobadora, antes de volver la vista a su libro.

Los mas cercanos eran una serie de parejas con mirada confusa y desconocimiento, tu entre ellas.

Una joven mujer marroquí de vestido rojo-carmesí y pluma del color de las cenizas, cargada de amuletos y tatuajes por toda su piel incluso en su calva. Acompañada de un hombre con canas y barba, vistiendo un esmoquin con pajarita, aunque no era capaz de colocárselo bien de ninguna manera, dejándolo una pinta desastrosa y patosa, sin embargo, no paraba de sonreír y flexionar las piernas, pareciendo un joven en su primera noche de baile de promoción.

Otra pareja, formada por dos mujeres, la primera era una joven pecosa de gran melena pelirroja y nariz respingona, con vestido escoces a cuadros rojos y grandes problemas para mantenerse en pie con los tacones, a su lado habia una mujer de piel negra y alta como una estatua, vistiendo otro esmoquin como el hombre anterior, aunque intentaba portarlo con dignidad, el traje le quedaba pequeño y apretado.

Una mujer rubia de ojos azules océano, portando un elegante vestido blanco como la nieve y sonrisa perlada, a su lado, se encontraba un musculoso y calvo varón, con un ceño fruncido mas profundo que un pozo, portando un traje violeta y corbata verde.

Una joven de rasgos orientales y pelo negro en un rojo quimono, moviéndose con facilidad e inquietud, como si de un momento fuera a saltar sobre alguien, y a su lado una persona ataviada con un gran abrigo negro de cuello mullido y melena negra como la noche, tiene rasgos muy androginos, con labios carnosos de mujer pero barbilla cuadrada varonil, haciendo un desafió distinguir su genero.

Una gran mujer afro-americana sin pareja, que no solo podría competir en altura a la otra mujer, sino ademas en anchura, portando un sencillo traje hierba y unas mejillas sonrosadas, que junto su sonrisa, endulzarían cualquier situación como si de unos bollos de canela se tratasen.

Y luego estabas tu, acompañado de un hombre de melena del colo del trigo y barba de tres dias, sonriendo como una canalla, mientras vestia aquel brillante traje dorado con una corbata de rayas negras y amarillas, que recordaba el estomago de una abeja. Al principio te costo reconocerlo, pero viste en esos ojos verdes a Botas, aunque mas calvo y mas humano. Al igual que tu.

Alguien no solo se habia molestado en vestirte en tu querido esmoquin verde, sino en transformar tus queridas alas en gemelos de muñeca no diferentes a cualquier tipo de bisuteria, no habia rastro faerico en ti mas que el recuerdo. Eras, 100%, humano en estos momentos.

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19/11/2013, 13:29
-Sol-
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Lo ultimo que recuerdas, despues de llevar a Botas a la veterinaria, es cerrar los ojos por un instante, y al siguiente, encontrarte en otro sitio distinto, lejos del olor de animal abandonado o de desinfectantes.

El sitio parecía un inmenso salón de baile al aire libre, con suelo pavimentado de marmol y columnas blancas que se alzaban hacia el cielo, sin sostener ningún techo sobre tu cabeza; solo la bóveda celeste y una gran luna gibosa. Alrededor del salón se extendían jardines de gran variedad de plantas, algunas mundanas y otras que solo recuerdas haber visto en el Seto. Y más allá de los jardines, un muro de árboles infranqueable que rodeaba todo el lugar, delimitando el espacio a un gran claro circular.

Había una pequeña platea donde una orquesta con chelo, flauta, violín y piano tocaba lentas y agradables melodías, y en el extremo norte del salón una gran escalinata que no parecía ascender a ninguna parte. Había una gran mesa de catering servida en el extremo oeste, con una gran variedad de canapés tanto dulces como salados, y bebidas con y sin alcohol. Los miembros de la orquesta y el servicio de camareros que atendían el catering no parecían más que figuras tenues y borrosas, como las personas de fondo de un sueño, a las que no les prestas atención porque no son relevantes para el sueño pero están ahí igualmente, haciendo de relleno. A medida que te acercabas sus rasgos parecían tener más solidez, pero aún así seguían siendo rostros anodinos.

Habia invitados, algunos de rasgos familiares, otros no tanto, repartidos por la sala, tanto cerca como lejos.

Los mas lejanos lo formaban una miriada de mujeres y hombres hablando entre ellos, algunos con miradas preocuadas y de consternacion.

Un trio formado por dos pelirrojas, una delgada y de ojos verdes, portando un uniforme de croupier muy familiar, y otra de pelo hasta los hombros con vestido cyan, hablando con un joven rubio de traje azul oscuro.

Otro trio un poco mas tetrico, siendo de ellos un hombre de aspecto de maton con bombin y traje a juego, hablando con una mujer de blanco como la nieve tanto en vestido y todo los demas, con una seria mirada de reproche ante el hombre, acompañada de una mujer morena y vestido blanco, tan bella que parecia fuera de lugar, incluso su ojos parecian ver mas alla de lo que ocurria a su alrededor.

Repartidos habia un duo que constrataba solo de por si, un hombre trajeado mas que bajito, y una mujer alta de rasgos afilados y pelo corto negro con un traje violeta, ambos vigilando junto una columna apartados de toda accion. Una chica menuda junto la escalinata, rubia y de ojos verdes, aburrida mientras escuchaba musica de su aparato en su vestido negro, otra de ojos azules hielo que bebia de su copa sin apartarse del muro de arboles.

Por otro lado, había un hombre de frac, mas que estirado, discutiendo y regañando un hombre rubio desaliñado de smoking, con cigarro y whisky en cada mano poniendo los ojos en blanco, mientras el hombre del frac intenta limpiarle las manchas de ceniza y bebida del smoking del fumador compulsivo. A unos metros sentado en un banco, un hombre de un pulcro atuendo eclesiástico púrpura, miraba de forma desaprobadora, antes de volver la vista a su libro.

Los mas cercanos eran una serie de parejas con mirada confusa y desconocimiento, tu entre ellas.

Una joven mujer marroquí de vestido rojo-carmesí y pluma del color de las cenizas, cargada de amuletos y tatuajes por toda su piel incluso en su calva. Acompañada de un hombre con canas y barba, vistiendo un esmoquin con pajarita, aunque no era capaz de colocárselo bien de ninguna manera, dejándolo una pinta desastrosa y patosa, sin embargo, no paraba de sonreír y flexionar las piernas, pareciendo un joven en su primera noche de baile de promoción.

Otra pareja, formada por dos mujeres, la primera era una joven pecosa de gran melena pelirroja y nariz respingona, con vestido escoces a cuadros rojos y grandes problemas para mantenerse en pie con los tacones, a su lado habia una mujer de piel negra y alta como una estatua, vistiendo otro esmoquin como el hombre anterior, aunque intentaba portarlo con dignidad, el traje le quedaba pequeño y apretado.

A continuación, un joven que no pasaría mas allá de los 20 de nariz estirada, mirada inquieta y pelo castaño, llevando un esmoquin verde con alas por gemelos, a su lado, un hombre de traje dorado y corbata rayas abeja, con barba de tres días y melenas de trigo de amplia sonrisa.

Una joven de rasgos orientales y pelo negro en un rojo quimono, moviéndose con facilidad e inquietud, como si de un momento fuera a saltar sobre alguien, y a su lado una persona ataviada con un gran abrigo negro de cuello mullido y melena negra como la noche, tiene rasgos muy androginos, con labios carnosos de mujer pero barbilla cuadrada varonil, haciendo un desafió distinguir su genero.

Una gran mujer afro-americana sin pareja, que no solo podría competir en altura a la otra mujer, sino ademas en anchura, portando un sencillo traje hierba y unas mejillas sonrosadas, que junto su sonrisa, endulzarían cualquier situación como si de unos bollos de canela se tratasen.

Y luego estabas tu, acompañado de una mujer rubia de sonrisa perlada y ojos azules oceano, con un traje tan blanco como la nieve. No la conoces de nada, ni ella parecerte conocerte a ti.

Alguien no solo se habia molestado en vestirte con un traje violeta y corbata verde sin tu permiso, sino en transformar tus rasgos y eliminar todo que te hacia ogro, tus colmillos, tu piel robusta, tu cresta de cerdas duras, los musculos y fisico que te quedaban eran los de un deportista, pero no de un gladiador, ni siquiera conservas las cicatrices ganadas en tus batallas como Perdido. Eras, 100%, humano en estos momentos.

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19/11/2013, 13:36
-Sol-
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Lo ultimo que recuerdas, es finalizar tu baile con el magistrado, y dar punto final a la noche con un sueño en tu habitacion, pero ahora la fiesta parecia continuar, y no en el casino o cualquier lugar que conocieses.

El sitio parecía un inmenso salón de baile al aire libre, con suelo pavimentado de marmol y columnas blancas que se alzaban hacia el cielo, sin sostener ningún techo sobre tu cabeza; solo la bóveda celeste y una gran luna gibosa. Alrededor del salón se extendían jardines de gran variedad de plantas, algunas mundanas y otras que solo recuerdas haber visto en el Seto. Y más allá de los jardines, un muro de árboles infranqueable que rodeaba todo el lugar, delimitando el espacio a un gran claro circular.

Había una pequeña platea donde una orquesta con chelo, flauta, violín y piano tocaba lentas y agradables melodías, y en el extremo norte del salón una gran escalinata que no parecía ascender a ninguna parte. Había una gran mesa de catering servida en el extremo oeste, con una gran variedad de canapés tanto dulces como salados, y bebidas con y sin alcohol. Los miembros de la orquesta y el servicio de camareros que atendían el catering no parecían más que figuras tenues y borrosas, como las personas de fondo de un sueño, a las que no les prestas atención porque no son relevantes para el sueño pero están ahí igualmente, haciendo de relleno. A medida que te acercabas sus rasgos parecían tener más solidez, pero aún así seguían siendo rostros anodinos.

Habia invitados, algunos de rasgos familiares, otros no tanto, repartidos por la sala, tanto cerca como lejos.

Los mas lejanos lo formaban una miriada de mujeres y hombres hablando entre ellos, algunos con miradas preocuadas y de consternacion.

Un trio formado por dos pelirrojas, una delgada y de ojos verdes, portando un uniforme de croupier muy familiar, y otra de pelo hasta los hombros con vestido cyan, hablando con un joven rubio de traje azul oscuro.

Otro trio un poco mas tetrico, siendo de ellos un hombre de aspecto de maton con bombin y traje a juego, hablando con una mujer de blanco como la nieve tanto en vestido y todo los demas, con una seria mirada de reproche ante el hombre, acompañada de una mujer morena y vestido blanco, tan bella que parecia fuera de lugar, incluso su ojos parecian ver mas alla de lo que ocurria a su alrededor.

Repartidos habia un duo que constrataba solo de por si, un hombre trajeado mas que bajito, y una mujer alta de rasgos afilados y pelo corto negro con un traje violeta, ambos vigilando junto una columna apartados de toda accion. Una chica menuda junto la escalinata, rubia y de ojos verdes, aburrida mientras escuchaba musica de su aparato en su vestido negro, otra de ojos azules hielo que bebia de su copa sin apartarse del muro de arboles.

Por otro lado, había un hombre de frac, mas que estirado, discutiendo y regañando un hombre rubio desaliñado de smoking, con cigarro y whisky en cada mano poniendo los ojos en blanco, mientras el hombre del frac intenta limpiarle las manchas de ceniza y bebida del smoking del fumador compulsivo. A unos metros sentado en un banco, un hombre de un pulcro atuendo eclesiástico púrpura, miraba de forma desaprobadora, antes de volver la vista a su libro.

Los mas cercanos eran una serie de parejas con mirada confusa y desconocimiento, tu entre ellas.

Una joven mujer marroquí de vestido rojo-carmesí y pluma del color de las cenizas, cargada de amuletos y tatuajes por toda su piel incluso en su calva. Acompañada de un hombre con canas y barba, vistiendo un esmoquin con pajarita, aunque no era capaz de colocárselo bien de ninguna manera, dejándolo una pinta desastrosa y patosa, sin embargo, no paraba de sonreír y flexionar las piernas, pareciendo un joven en su primera noche de baile de promoción.

Otra pareja, formada por dos mujeres, la primera era una joven pecosa de gran melena pelirroja y nariz respingona, con vestido escoces a cuadros rojos y grandes problemas para mantenerse en pie con los tacones, a su lado habia una mujer de piel negra y alta como una estatua, vistiendo otro esmoquin como el hombre anterior, aunque intentaba portarlo con dignidad, el traje le quedaba pequeño y apretado.

A continuación, un joven que no pasaría mas allá de los 20 de nariz estirada, mirada inquieta y pelo castaño, llevando un esmoquin verde con alas por gemelos, a su lado, un hombre de traje dorado y corbata rayas abeja, con barba de tres días y melenas de trigo de amplia sonrisa.

Una joven de rasgos orientales y pelo negro en un rojo quimono, moviéndose con facilidad e inquietud, como si de un momento fuera a saltar sobre alguien, y a su lado una persona ataviada con un gran abrigo negro de cuello mullido y melena negra como la noche, tiene rasgos muy androginos, con labios carnosos de mujer pero barbilla cuadrada varonil, haciendo un desafió distinguir su genero.

Una gran mujer afro-americana sin pareja, que no solo podría competir en altura a la otra mujer, sino ademas en anchura, portando un sencillo traje hierba y unas mejillas sonrosadas, que junto su sonrisa, endulzarían cualquier situación como si de unos bollos de canela se tratasen.

Y luego estabas tu, acompañado de una hombre de traje violeta y corbata verde, musculoso, de ceño profundo y barbilla cuadrada. No lo reconocias de ninguna parte, y el a ti tambien parecia no haberte visto antes.

Alguien no solo se habia molestado en vestirte con tu querido traje blanco, tan elegante como un cisne sobre un lago, sino que habian borrado tus facetas faericas, seguias siendo igual de guapa y joven que siempre, pero habias perdido tu aura de pureza y te sentias mas... simple. Eras, 100%, humana en estos momentos.

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19/11/2013, 14:10
Laura Prism
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Laura miró a los nuevos invitados, esbozando una sonrisa

- Vaya, nuevos invitados. Creo reconocer a unos cuantos, al menos a Jennie y Óxido.

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19/11/2013, 14:12
Selene
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Selene vio como llegaban los nuevos invitados; era la pieza del puzzle que le faltaba. Por lo pronto solo había reconocido a Changelings de las Cortes de Otoño e Invierno y algun que otro Changeling sin Corte, pero faltaban los de Primavera y Verano.

- Hmm, ya era hora. Me preguntaba donde estaban mis otros dos "colegas" regentes. Si me disculpais, voy a tener una pequeña reunion con los otros tres líderes estacionales. Tened paciencia; bailad un poco o tomaos algun aperitivo. No creo que nuestro misterioso anfitrión tarde mucho en presentarse ahora que estamos todos.

Se dirigió hacia una columna algo apartada del salón de baile, donde un hombre bajito vestido de smoking y una mujer alta y de pelo corto con un vestido violeta vigilaban la fiesta.

 

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Puedes hacer una tirada de Inteligencia + Sociedad para reconocer gente; si no tienes Sociedad, es Inteligencia -1

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19/11/2013, 14:32
-Luna-
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Puedes hacer una tirada de Inteligencia + Sociedad para reconocer gente entre los nuevos invitados; si no tienes Sociedad es Inteligencia -1

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19/11/2013, 14:37
Pietrus (Xavi Prieto)
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- ¿Qué demonios está pasando aquí? - pienso al ver toda la parafernalia que me rodea. ¿Donde carajos estoy?

Mas lo peor es cuando me miro a mi mismo.

- ¿Donde cojones están mis armas? ¿Y mi aspecto ogro? Alguien va a tener que dar muchas explicaciones.

Con todo lo que está pasando a mi alrededor apenas presto atención a la chica que tengo al lado.

- ¿Estoy hablando con ella? - me pregunto. ¿Quién será?

- Perdona. - le digo para romper el hielo e intentar averiguar algo de lo que aquí acontece. ¿Nos hemos visto antes?

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19/11/2013, 17:20
Hieronymus Azacinto
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Hieronymus dedicó una sonrisa a Mar, estaba acostumbrado al rechazo y había llegado a divertirle, era consciente de que no sólo no resultaba bello a los ojos de muchos, sino que además su torpeza para el habla hacía más difícil aquellas situaciones.  Poco a poco fueron apareciendo más y más personas, él no las conocía, no sabía de quienes se trataba, pero al parecer Selene si.

-Adelante- dijo cuando esta se excusó haciendo una especie de reverencia.  -Tu caballero te aguardará cuanto sea necesario-  Luego, una vez que la mujer se fue miró a Mar a los ojos -¿Bailamos?- le dijo ofreciéndole el brazo y esperando una nueva negativa -He de decirte que no soy muy bueno en ello, pero aún así prometo esforzarme cuanto sea necesario-

- Tiradas (1)
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19/11/2013, 18:18
Mar Albós
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La súbita aparición, más que llegada, de toda aquella gente la sobresaltó. Que los hubieran anunciado no cambió demasiado las cosas. Pero cuando Selene dio su escueta explicación, comprendió.

Las demás Cortes...

No conocía a nadie de entre toda aquella gente, sólo a algunos de los de Invierno. Así que les miró detenidamente, sumida en la curiosidad. Aunque comprendió que también ellos sólo estaban en el sueño con sus atributos humanos. La despedida de la otoñal y la invitación de Hieronymus la sacó de su observación.

-¿Bailar...? ¿ahora...? -Según acababa de decir Selene podían esperar ya que se desvelara el motivo del sueño, si es que ya estaban todos. Pero, ¿qué más daba...? Seguro que lo que tuviera que ocurrir sería lo suficientemente impactante como para que un baile no los distrajera. ¿Por qué no...? Después de todo, la música era lo suyo, así que sonrió. Y, para sorpresa de su interlocutor, asintió con la cabeza, tomando el brazo que le ofrecía. -Bien, bailemos. Mejor eso que tus otras propuestas.- Soltó una carcajada.- Yo te llevaré si te despistas, no te preocupes. -Y empezó a tararear la melodía con una voz maravillosa, aunque en tono bajo, esperando a que el hombre iniciara los pasos hacia la pista.

- Tiradas (1)
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19/11/2013, 20:25
Theo
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- Tiradas (1)

Notas de juego

Reconoces solamente a los Changelings mas importantes. La mujer marroquí de los tatuajes y amuletos es Jennie Fénix, una Elemental de fuego con el título de Reina de la Primavera, y actual regente del Feudo, con fama de ser caprichosa y autoritaria, pero también apasionada y generosa si está complacida. El hombre de pelo y barba canos y la actitud enérgica que está junto a ella es Lord Óxido, un Marchito y Rey del Verano, llamado así por su edad aparente y la pátina de óxido que cubre sus petrechos militares; un líder caballeroso y correcto para los normalmente vociferantes Cortesanos Carmesíes, pero también un guerrero temible que ha encabezado no pocas escaramuzas contra las Verdaderas Hadas. Al poner a los tres juntos, caes en la cuenta de que la que falta es la bella mujer de pelo negro moteado de luces blancas que viste en la rave, y que ahora estaba dirigiéndose hacia Trasgu y Twilight; Selene, una Oscura y Reina del Otoño, conocida además por ser la oniromante más poderosa del Feudo (o al menos esa era su reputación) y por sus cambios de humor supuestamente relacionados con las fases de la Luna.

Jennie Fénix

Lord Óxido

Selene

 

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19/11/2013, 21:14
-Luna-
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Tira Destreza + Atletismo

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19/11/2013, 23:48
-Sol-
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Tu mente se aclara un poco, y empiezas a reconocer a quienes te rodean.

El hombre canoso de pinta desparratada es Lord Oxido, tu señor de siempre armadura poco lustrosa con solo su honor como brillo de su gloria, aunque mas joven que lo nunca le habias visto, luego estaba Titania ¿Como no ibas a reconocerla, siendo un pilar de ebano alla donde fuera? que debia sentirse tan incomoda como tu de no llevar armadura y tener que portar ese smoking, y la joven de vestido escoces debia ser la satira pelirroja que os habia traido el regalo, quien debia haber olvidado como se camina sin pezuñas por pies. Botas era el joven dorado de sonrisa felina, acompañado del joven de alas en la cabeza, tanto por fuera como por dentro, ahora que haces memoria, juraria que llevaba ese mismo smoking cuando os visito.

Y luego estaban los reyes, Trasgu, el rey ogro del invierno, debia ser aquel hombre achaparrado junto la columna, como ya te dijo Titania, tiene fama de invitar a mortales y Perdidos a su mesa, sobre esta nada menos, y lo peor de todo, es que habia convertido a su corte en una fuerza armada dedicada a eliminar y capturar criminales y traidores del Feudo, provisionando, segun los malos rumores, de una buena reserva de suministros para el ogro. Selene era la belleza morena de vestido blanco y mirada perdida, reina de Otoño, poderosa oscura oniromante capaz de hilar sueños como si tela en una madeja se tratasen, su maestria no tenia parangon, pena de que su humor fuera tan maleable y caprichoso como caras tiene la luna. Y luego estaba Jennie, la mujer marroqui de tatuajes, elemental de fuego y reina de Primavera, dicen que en sus mejores momentos es una genio capaz de proveer felicidad y necesidades entre los que mas le necesitan, pero al mismo tiempo ser una mujer caprichosa y exigente con sus lacayos y conocidos, llegando a ser muy posesiva con sus amantes. Viendo el regalo que le hizo a Botas, no es dificil imaginar cuan verdad tienen esos rumores.

De la mujer que te acompaña, no te acuerdas nada, es mas, ni siquiera estas seguro de haberla visto antes por el Feudo.

- Tiradas (1)

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Jennie Fenix

Selene

Trasgu

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19/11/2013, 23:49
Mar Albós
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Director: no se que les haces a los dados pero no te quieren. En fin, al menos ahora no bailas mejor que Azacinto xD

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20/11/2013, 20:57
Hieronymus Azacinto
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Era evidente que aquello era un sueño, de otra formas Mar hubiese dicho que no.  Al menos la pesadilla comenzaba a tornarse algo más placentera y poco a poco la su incomodidad iba desapareciendo.  Caminó junto a la mujer y se dejó guiar por esta en el baile.

-Yo también canto- le dijo -y toco la guitarra.  No suele ser un espectáculo muy alegre, tengo una casa del terror ¿Sabes?  Se llama el circo de Namtas y yo soy la atracción principal- observó la expresión de la mujer y agregó divertido -Es cierto.  Deberías venir algún día podríamos interpretar el tema que toco en un dueto.  Podría resultar algo más que interesante- continuó bailando y luego volvió a hablar -¿Y tú? ¿Quién es Mar?  ¿Qué puedes contarme de ti?- preguntó curioso e intrigado.

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21/11/2013, 11:28
Pietrus (Xavi Prieto)
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Poco a poco voy reconociendo a la gente que hay en esta estancia mas todavía no sé como hemos llegado hasta aquí y no me gusta la idea de sentirme manipulado.

Al ver a la Regente de Primavera tengo que contenerme para no ir a por ella y estamparla el puño en la cara por lo recientemente acontecido con botas.

Me dirijo hacia Titania no sin antes disculparme con mi interlocutora.

- Si me disculpa... - le digo alejándome de ella.

Al llegar a Titania me quedo mirándola fijamente.

- Se me hace raro verte así vestida. - le digo con una sonrisa ligeramente burlona.

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21/11/2013, 11:45
Titania Solaris
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Titania al principio se mostró confundida del saludo del desconocido, hasta que abrió los ojos en compresión de quien le recibía.

-¿Xavi, eres tu? Casi no te reconozco sin tus colmillos y... cresta.- Titania intento ser lo mas cortes posible, pero dirigió mas de una mirada a la calva de Xavi.- Si a ti se te hace raro, a mi aun mas. Ni siquiera reconozco ni la mitad de estas personas, y si Berry no me lo hubiera dicho, ni siquiera la habría recordado haber visto esta misma noche.

Titania, que no paraba tocarse el cuello de la camisa, acabo mas que harta, y delante de su compañero y toda una sala llena de Perdidos, decidió quitarse la parte superior de su traje, tirando al suelo la maldita pajarita y camisa que le estaba cortando la respiración, lo único que conservo fue la chaqueta abierta, que se la puso para ocultar su pecho de miradas indiscretas. Dejaba un escote mas que revelador, llegando hasta su cintura, pero por lo menos aun conservaba sus músculos de atleta, lo cual Titania agradecía, ya que en parte le permitía lucir su fuerza, solo lamentaba haber perdido las cicatrices.

-Mejor, aun desearía tener mi armadura, pero por lo menos no tengo esa soga amenazándome a cada instante.-
Dijo mas aliviada, mientras dirigía una mirada acusatoria a la inanimada pajarita sobre el suelo.- ¿Tienes idea de donde estamos? Dudo que sigamos en el Feudo, pero tampoco me recuerda a ningún sitio conocido dentro del Seto.

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21/11/2013, 12:01
Mar Albós
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Quizá porque aquello era un sueño, y por tanto sujeto a leyes ilógicas, o porque en él Mar estaba inquieta por lo que pudiera ocultar en su significado, el caso es que bailaba distraída. Y, por qué no decirlo, igual de bien, o de mal, que el propio Azacinto. No se pisaron, pero fue casualidad.

Le escuchó frunciendo el ceño. ¿Una Casa del Terror...? Bueno, era bastante probable, si tenía en cuenta la apariencia habitual de Hieronymus, incluso la que presentaba ahora, aunque ésta mucho menos inquietante. Ladeó la cabeza a la propuesta de cantar juntos.

-Nunca me niego a cantar con alguien. Suele ser enriquecedor, por diversas que sean las voces y los estilos. -Cabeceó contundente, asintiendo. Y siguió, entrecerrando los ojos azul celeste.- Mmmm... veamos... Mar es una mujer fría, pero no siempre ha sido así. Hace mucho... conocí a alguien... en fin. - Dejó morir la frase, pero se sobrepuso.- Formo parte del coro del Liceu, y soy profesora de canto, en el Conservatorio. Y doy clases particulares, también, así me gano la vida. Siempre alrededor de la música y la voz, desde que era una niña.

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21/11/2013, 13:37
Miriam White
Sólo para el director

A pesar de sentirse bastante desconcertada por la situación, Miriam había vivido situaciones mucho peores, y para algo se había entrenado en manejar sus propios sentimientos, y pensamientos y no perder el control.

Desde luego la situación la tenia dudosa, pero hasta que descubriese algo mas haría lo que mejor sabia hacer, seguir la corriente.

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21/11/2013, 13:36
Hieronymus Azacinto
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Intentaba no pensar en cómo se verían bailando, prefería creer que Mar sabía guiarlo y que lo estaban haciendo bien.  No iba a ahondar en la historia su historia más allá de lo que ella estuviese dispuesta a contar.  Después de todo tampoco estaba verdaderamente interesado de momento.  Sin embargo si le interesó aquello del canto.

 -Así que clases particulares.  Bueno, si estas de acuerdo me gustaría contratar tus servicios- aunque no fue su intención no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lujuria y que su mente proyectase a Mar desnuda meciéndose sobre él, después de todo, aquellos eran los servicios que estaba acostumbrado a contratar.

-Me refiero al canto, por supuesto- aclaró innecesariamente y se ruborizó al comprender que la aclaración sólo había vuelto infortunado el comentario.  En lugar de continuar excusándose prefirió dejarlo estar y agregó rápidamente.  -Canto, pero tampoco soy una eminencia en el arte-

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21/11/2013, 13:44
Miriam White
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Al principio la chica tardo algo en reaccionar, pero cuando se alejo su compañero, lo siguió sin dudarlo. Se notaba que su intención no era entrometerse, que se sentía igual de incomoda en la situación pero al parecer tenia algo que decir.

-No, no le puedo disculpar... -Dijo tímidamente, volviendo a agarrarse al brazo de su acompañante, se notaba que haciendo un gran esfuerzo al pronunciar las frases.- Usted es mi acompañante, no estaría bien que una señorita de mi condición se quedara por aquí sola.