Partida Rol por web

Jhon y Mar llegaron a la estación de El Rabal al cabo de cinco minutos. Jhon conoce bien el barrio; vive allí, y sabe donde buscar "presas". Condujo a Mar hacia una plaza donde había varios bares abiertos, aunque en realidad eran prostíbulos donde prostitutas viejas y poco atractivas ofrecían su cuerpo a desesperados y fracasados borrachos que se pasaban por allí en busca de los mismos vicios de siempre o simplemente de una manera de escapar durante unos instantes de sus vidas sin significado.
 

-Bueno, elijamos víctimas. Hago que se empiecen a incomodar, sin que sepan la causa. Y me voy, dejándote con ellos, a buscar algo que arrojarles encima...

Les induciría miedo, y bajaría la temperatura.

Lo otro, buscar algo que tirarles y el lugar desde donde hacerlo era el siguiente paso, mientras Smog les convencía, y montaba su numerito de leyenda y pesadilla.

Jhon señaló a dos borrachos que se marchaban de la plaza por uno de los callejones oscuros de El Rabal.

- Esos se apartan del grupo; serán buenas presas

-Perfecto. Sigamosles, mientras empiezo con lo mío...

Lo "suyo" era enfriar el ambiente hasta un límite incómodo, molesto. Una brisa que no estaba ahí antes, gélida, casi innatural. Y al mismo tiempo una charla banal con Smog, audible para los dos borrachos que iban delante, a la espera de entrar en sus mentes o almas, y arraigar ahí temores, acrecentando los que ya estaban instalados.

-Qué.... frío tan... extraño... estoy... teeee...teeemmblando...

Pese a sus esfuerzos, Mar no consiguió despertar el frío de su alrededor. No obstante, si que llamó la atención de los borrachos, que se le quedaron mirando sonriendo de forma estúpida

- ¡Eh guapa! ¿Tienes frío? ¿Quieres que te demos calor? -y sueltan una carcajada

La voz de Mar fue extraña al responder.

-Yo de vosotros tendría cuidado... ¿no sabéis dónde estamos...?

Y miró a su alrededor, y hacia arriba, como si estuviera asustada de algo.

John se situó tras los borrachos, en una esquina donde nadie le veía salvo Mar, y la miró con satisfacción; había sido un buen comienzo y supuso que a ella se le daría mejor actuar como "cebo" que a él, así que se encargaría de preparar la trampa. Guiñó un ojo cómplice a Mar desde detrás de los borrachos y mostró su amarillenta sonrisa, y de repente se esfumó en una nube gris de humo, dejando tras de si un olor caústico y una atmósfera... opresiva. El humo pasó junto a los borrachos y Mar como movido por una repentina sacudida de viento y se alejó, no sin antes dejar un susurro en los oídos de Mar

- Segunda calle a la derecha; yo me encargo de la parte pesada

No asintió, pero su parpadeo dejando entrever una mirada sesgada en su dirección dijo a John que había comprendido.

Su aspecto frágil se incrementó al encogerse, y pareció muy asustada, pero no de ellos. Algo debía haber allí más peligroso que los dos hombres. Y éstos, por borrachos que estuvieran, deberían notarlo.

-Estamos cerca... muy cerca. -Había echado a andar, en dirección al lugar por el que Smog había desaparecido. Pero se volvió a detener, había que darle tiempo, y dramatismo a lo que decía, hacerles entrar poco a poco en la historia. -¿No lo sabéis...? Ahí... a dos pasos... fue donde ocurrió. Y al parecer todo el Raval aún lo comenta... lo dijeron los periódicos...

Iba murmurando, como hablando consigo misma más que con ellos. No les miraba apenas, dirigiendo la vista a un lado y a otro, y arriba, con insistencia. Como si esperara que algo o alguien les atacara.

-Y ese... espectro... aún sigue aquí. ¿De verdad no lo sabéis...?

La bocanada de aire rancio y el relato de Mar hizo que la sonrisa estúpida de los borrachos se esfumase de sus caras, para tornarse en un gesto de preocupación. Mar pudo notar como el miedo empezaba a absorber sus otros sentimientos; parecía que estaba surtiendo efecto.

- ¿De... de que estás hablando? -pregunta uno de ellos

Les miró, a uno y a otro, seria, temblorosa.

-Hablo de algo siniestro, algo... oscuro y maligno. La muerte... no. ¡Peor que la muerte! Hablo de eso en lo que no creemos, no desde que dejamos de ser niños...

Entrecerró los ojos, como no queriendo pronunciar la palabra, como si esperara que ellos la dijeran. Con intención dejó pasar un segundo, un silencio opresivo a posta. Y, tras ese lapso, asintió.

-Sí... fantasmas. El fantasma de un hombre que murió aquí mismo... y que regresa por las noches... a la captura de ingenuos, como nosotros. Para matarles, a su vez, para vengarse... porque murió...

Echó a andar hacia el callejón, arrastrándoles con ella, lenta pero sin darles opción de otra cosa.

-...murió aplastado. Por un... mueble... que se precipitó... inexplicablemente...

Y miró hacia arriba, hacia la noche y los balcones, hacia el pedazo de cielo negro que asomaba entre los terrados...

Los borrachos empezaron a reirse, pero no era una estúpida risa alcoholica. Era una risa nerviosa, asustada, como de no querer creerse lo que Mar les estaba contando, y sin embargo creerselo

- Venga ya... ¿Fantasmas? ¿Y has probado a llamar al tipo ese de Cuarto Milenio, el tal... Iker Jiménez?

Volvieron a reirse nerviosamente, mientras miraban hacia el callejón que Mar les había indicado

-Sí... reíros... yo no me río. -Efectivamente, seguía seria, mirando asustada a un lado y a otro, y arriba. En realidad intentaba otear dónde estaba Smog preparando su trampa, para colocarles estratégicamente.- Y no os reiríais vosotros si tuviérais un amigo al que... le hubiera sucedido lo que le sucedió a una amiga mía. No es algo que sepa por otros, le pasó ¡A ELLA!, a MI amiga, ella misma me lo contó. Vive en la rambla, la rambla del Raval, y pasaba por aquí a menudo. Ya no lo hace, ahora da los rodeos que sea, para no volver a pasar... por... aquí...

¿Aquella sombra recortada en un terrado vecino era Smog...?

-...le cayó justo al lado algo que, de caerle encima, la habría matado ¡Un bloque de piedra de una cornisa! Iba con su novio, y en ese momento él la estiró hacia sí... eso la salvó. Pero ambos juran que escucharon una carcajada tétrica, y una voz que daba miedo, ¡el fantasma del Raval! Y que le vieron... una especie de forma blanquecina... arriba... rodeada de niebla y humo...

- ¡Que chorrada! ¿Quien se ha inventado esa tontería?

Uno de los borrachos, envalentonado por el alcohol, se adentró en el callejón, mientras el otro miraba dubitativo

- ¡A ver ese fantasma, que de la cara para que se la caliente un poco!

Casi siguiendo a su bravata, una silla cayó desde lo alto de una cornisa. No alcanzó al borracho por apenas unos centímetros

- ¡Hostia puta! -gritaron ambos al unísono y miraron arriba. Podía verse una silueta ensombrecida en el sitio desde donde había caído la silla

- ¿¡Que fantasma ni que cojones!? ¡Hay un tio ahí arriba! ¡Tu cabrón, baja aquí ahora mismo si tienes huevos!

Una risa áspera resonó en el callejón y la figura se esfumó de repente en una voluta de humo, lo que dejó momentaneamente aturdidos a los borrachos.

- ¿Donde se ha metido? -preguntó el primero. Seguia intentando hacerse el valiente, pero era obvio que estaba cagado de miedo.

- Tio... Detrás tuya... -dijo el otro.

Una nube de humo se había formado detrás del primer borracho, y poco a poco iba tomando forma humanoide. Entre el humo podían verse unos ojos amarillos y una sonrisa siniestra y podrida. El borracho se dio la vuelta poco a poco...

Cuando tuvo la cara del borracho "valiente" delante, Jhon ya sabía que el tio iba a necesitar un par de calzoncillos limpios, como mínimo

- Ya estoy abajo. ¿Y ahora, que?

En ningún momento recuperó su sustancia física; solo cuando el numerito estuviese terminado

-AAAAAHHH!!!!

Mar gritó como si hubiese visto... ¿un fantasma...?

Y se dispuso a secundar a Smog en su aparición, y su puesta en escena.

-¡¡Ahí está!! ¡¡Os lo dije!!

Señalaba la forma imprecisa del chageling, presa de un pavor que parecía auténtico. De hecho, disfrutaba. Sentía las reacciones de cada uno de los dos hombres, su desplante inútil, olía su miedo. Literalmente...