Partida Rol por web

Sintiendo como se clavaban las espinas en su nívea carne sabía que quizá pudiese escapar usando su poder antes de hora, sin embargo, aprovechando la ayuda de Pietrus, parecía que tratar de soltarse con un poco de ayuda valdría la pena.

-Solo trataba de andar por la pared para saltar hacia él sin que fuese un ataque frontal, pero parece que la planta ha sido más rápida que yo. Mala idea. -Se excusaba Theo mientras trataba de liberar una mano. Quizá así podría usar sus propias garras, sin embargo, Pietrus tenía razón, no estaba acostumbrado a pelear y la única razón por la que no sentía apenas el dolor era por la adrenalina de ser engullido por una masa vegetal. Eso sí, a medida que estiraba sentía como irreal la piel rajandose, la tibieza de la sangre y el lento goteo.

Lily y Natalia atacan a la criatura, sin guardar ninguna piedad, quizas por panico y sangre fria, la cuchilla de Lily desgarra el cuello de la criatura mientras que el disparo de Natalia acierta en plena frente, explotando parte de su craneo. La criatura cae al suelo, desplomandose sobre el.

Momento que Macario aprovecho para recoger la pala, al ver que su enemigo habia caido definitivamente.

Mientras Theo intentaba liberarse, ayudado por Pietrus y Laura, pero no solo no consiguio librarse, sino que las espinas se extendieron mas y empezaron a tirar tambien de los brazos de el ogro y la elemental, propagandose como una horrible plaga de espinas, antes de que los demas pudierais reaccionar, Theo fue absorbido por el muro, junto Laura y Pietrus, desapareciendo de vuestra vista.

Ahora solo cinco, y mientras os preguntabais que hacer ahora que habiais perdido casi la mitad de vuestro grupo. Escuchasteis un gemido a ras del suelo.

-...Lejos de la vida.- Cuando volvisteis la vista, veis como el supuesto cadaver sin cerebro se estaba levantando de nuevo torpemente y de manera lenta, las ramas de espinas cubriendo e invadiendo en las heridas, no curandolas, pero impediendo que su anfitrion muriese.- Siempre Eterno.

Natalia accionó el cerrojo de su rifle para colocar una nueva bala en la recámara, y volvió a apuntar, pero al ver que la criatura seguía en pie después de recibir un balazo en la cabeza, bajó el rifle y contempló la escena entre aturdida y asustada.

- ¿Pe...pero que es esto?

- ¡Laura!

Lily corrió hacia donde Laura, Theo y Pietrus habían desaparecido, y comenzó a palpar el muro de espinas. Por alguna razón, las espinas no se enredaron en su brazo, sino que se limitaban a frustar cualquier intento de la Oscura de trepar por ellas.  Con las manos llenas de raspaduras y pinchazos, se apartó del muro y pateó el suelo con frustración

- ¡Maldita sea!

Una sonrisa algo siniestra se dibujó en el rostro de Hierónymus, al parecer el omnipotente Pietrus no podía con todo.  Para su desgracia las dos muchachas se encontraban afectadas y, en lugar de preocuparse por la amenaza que tenían delante, se dedicaban, bien a mirar el muro, bien a quedarse paradas sin hacer nada.

Debía dejar salir la bestia y eso eso, el payaso garrado dejó lugar a un ser antropomorfo con rasgos felinos que se abalanzó sobre el sujeto espino.  Lo atacaría con sus garras, despedazándolo, haciendo que aquellas espinas no tuvieran cuerpo que cubrir, y luego seguiría con aquellas cosas.

¡Hieronymus! -Macario impresionado veía cómo se transformaba en una bestia- ¡De nada sirve atacar al cuerpo de ese pobre changeling ahí atrapado, concéntrate mejor en las espinas mismas! -esperaba que reaccionara y se diera cuenta antes de que la transformación animal lo cegara...  Es la voluntad del seto, de la madresabia, no de él, lo que las mueve. 

Lily, ¿alguien sabe si esta pala es mágica? ¿Saben cómo activarla?  

Decidió entonces que el fuego sería su mejor aliado.  ¡Miriam vierte el keroseno de la lámpara sobre el resto de las espinas que lo animan!  ¿Puedes producir una flama?  ¿Ustedes? Volteó a ver a las cazadoras por si ellas pudieran.

Mientras, usó su agilidad para que las retorcientes espinas se enredaran en la pala cual madeja, como quien enrolla el espagueti en el tenedor antes de comérselo.  Jaló.  ¡Aquí mejor Hieronymus, corta aquí! 

Miriam agarró por inercia la lampara que le dio Macario, aunque no sabía que demonios hacer con ella. LA voz de Macario resonó en su cabeza como un sonido lejano y distinta. Estaba claro que aquella situación distaba mucho de lo que estaba acostumbrada pero decidio obedecer como mejor pudiese.

Arrojó el combustible de la linterna contra la planta que daba esa falsa vida a su adversario y se apresuro a buscar su mechero para prender fuego a todo lo que se pusiera en su camino.

-¡Cuidado todos!

La carne cedio con facilidad a las garras de Hyeronimus, destrozando y cortando musculo y piel con facilidad, pero cuando mas cortaba, mas se reformaban las espinas y mas abominable era la criatura en las que os enfrentabais, visteis como una vez descabezado y sin un brazo, las espinas desistieron de reparar, y empezaron a reconstruirse, juntandoses y formando tentaculos espiandos que sobresalian y se agitaban freneticamente.

Uno de esos tentaculos se enredo en la pala que agitaba Macario, y oistes el crujido de la madera rompiendose en mil astillas,avanzando y reptando a los brazos de Macario, si esa cosa lo tocaba, le partiria los huesos con facilidad.

No fue sino el esfuerzo de Miriam, que salvo la situacion, lanzando el combustible y el mechero contra el tentaculo, haciendo que el fuego impregnera y se extendiera por las enredaderas, apartandose Hyeronimus y Macario antes de que el fuego los tocara, fuisteis testigos de la pira humanoide en la que se habia convertido la abominacion, agitandose en el suelo y chillando un grito inhumano o siquiera vivo. El fuego brillo con fuerza por unos segundos, antes de apagarse por completo, solo dejando el olor de las cenizas como recuerdo de aquella cosa.

Estais vivos e intactos, pero os sentis como si hubierais sido testigos de algo que no deberais haber visto.

La criatura había desaparecido por fin, no había sido gracias a sus garras sino a la astucia de Macario y a la presteza de Miriam.  Pudo apartarse a tiempo y una vez hubo comprobado que la criatura ya no presentaba una amenaza se giró a sus compañeros e hizo un gesto afirmativo con su cabeza.

-Habéis actuado bien- dijo sin más -¿Cómo están todos?  Yo... no lo sé, me siento extraño-

A Macario le temblaban las manos.  Se paró.  Bien Miriam, bien hecho.  Que bien que pudiste, y ... y justo a tiempo.  Ahora sabemos que las espinas de la "madresabia" tienen aceite inflamable. 

Que pena por él. Dijo con la mirada perdida en el horizonte, como si le doliera decirlo.  Ojalá lo hubiéramos salvado, como a la otra chica, de las espinas.  ¿Porqué no pudimos?  Yo, yo, a mi, me hubiera gustado hablar con él, saber quien fue.   Le hubiera pedido que me dijera, antes de morir, de quien quería despedirse allá en la ciudad.  Algún mensaje.  Ahora no habrá ninguno.  Quizá no hubiera habido.  Tantos se pierden vacíos.  Pero no, algo siempre hay, para rescatar.  Algún mensaje. Ojalá hubieramos podido. 

Vio la pala.  Le dio terror acordarse de las espinas rodeando sus brazos, a punto de hacer astillas sus huesos como lo habían hecho con la pala.  De no haberlo quemado. Tragó saliva. 

Ella, ella nos podría convertir en eso.   Temblaba inconscientemente.  Y estaríamos infinitamente perdidos.  Alejados de la vida y la muerte.  ¡Que horror!

Dio un suspiro grande.  Hay que seguir.  -agitó los cuervos de sus pensamientos.-  Ahora que se quemaron las enredaderas, ¿creen que podamos subir para ver si del otro lado están Petrus y los demás?  Sabía que había truco sobre truco pero habría que tratarlo.  

¿Me subo? -preguntó.  Ya dudaba de si.  Eso no era bueno.  No era él.

-Macario espera un segundo- interrumpió Hieronymus con su ya habitual forma payasesca -Creo que sabes bastante de lo que está ocurriendo aquí y es hora que lo compartas.  No sólo no me gusta no saber contra lo que peleo, sino que además creo que es necesario que todos sepamos tanto como sea posible, de lo contrario quizás no salgamos de aquí-

- Si, no estaría mal -añadió Natalia reforzando las palabras de Hieronymus, mientras recargaba su rifle- Si ya has visto cosas como estas antes, estaría bien que lo compartieses

Lily terminó de pelearse con las espinas que cubrían los muros; no podría llegar hasta Pietrus, Theo y Laura desde ahí. Empezó a dar vueltas alrededor de la zona iluminada por el cadáver del extraño "jardinero", visiblemente preocupada y nerviosa. Ansiosa. Parecía a punto de salir corriendo en cualquier dirección.

Tras prender fuego a aquella criatura-planta, el estallido de llamas hizo que Miriam cayese de culo, literalmente. Sus nalgas aterrizaron de pleno contra el suelo por la sorpresa de la deflagración, su níveo traje quedaba ahora machado aquí y allá de un marrón sucio, especialmente en algunas zonas (la zona de las posaderas). Con cierto asco apoyo sus manos en el suelo, intentado mantener el mínimo contacto con la superficie y se levanto, al segundo intento, recuperando el equilibrio sobre sus tacones que además habían corrido la misma suerte que su vestido.
Sus cabellos siempre perfectamente ordenados, estaban revueltos, todo ello combinado con un gesto de enfado en sus labios no podía evitar por su naturaleza feerica que le dieran un aspecto salvaje y sexy, aunque estaba lejos de las intenciones de la muchacha.

-¡NO! -Hizo que su voz sonara sobre la del resto, reclamando la atención que merecía. Algo bastante raro en la discreta Miriam. Macario no pudo evitar la sensación de que le venia una bronca encima- Esto es una infracción de libro, no sabemos cuantas criaturas de esas habrá y no tenemos más fuego, ¡apenas si lo contamos solo con una!
Lo que hay que hacer, es volver e informar a las cortes y que se tomen medidas, no aventurarnos a lo loco... -se notaba por el tono que le parecía totalmente de locos siquiera plantearse en seguir adelante.- Y es cierto que no puedo hablar por el resto... pero eso es lo que Macario y yo vamos que hacer, además... tengo algo importante que compartir con mi compañero.

Tras lo cual se acercó a Macario, para comentarlo algo en voz baja.

Se acerco a Macario, con un aire de tristeza e incluso de decepción en la mirada, si el joven perdido echaba la vista atrás en sus recuerdos, podía recordar una Miriam risueña con cada una de sus travesuras y sus fugas, y como con cada repetición de las mismas habían ido borrando esa sonrisa y dejando paso al rostro melancólico que tenía ahora ante el. En su momento la actitud atrevida y despreocupada de Macario le causaba incluso admiración, y hoy en día seguramente lo seguiría haciendo si no fuera por que esas fugas era ella quién tendría que pagar por ellas...

-Macario por favor, se que no es tu intención y es tu naturaleza, pero te ruego que por una vez me escuches y vuelvas conmigo, por favor... -añadió suplicante en un susurro.- hazlo por mi, o tendré que volver sola, y si vuelvo sola... -la frase quedo a medias, la perdida trago saliva, la angustia se podía ver en su rostro. Deseaba que el hecho de pedirselo fuese suficiente para convencerlo pero en su interior un gran miedo de que no lo fuera era mucho mas grande, temía que iba a tener que ofrecerle algo más- Ademas... tengo.. tengo una pista sobre Botas, pero el rastro se enfriará pronto...

- Esto tiene algo que ver con la campeona de Primavera, ¿verdad? -comentó Lily en un tono apagado

Se acercó a Miriam y Macario, despacio

- Macario dijo que había sido "recién rescatada", pero no tuvo forma de enterarse durante el tiempo que estuvo en el orfanato. Solo podía saberlo... si la encontró él. O vosotros.