Partida Rol por web

Asombrado ante el detalle y perfección de las obras, Theo se acerca para mirarles a los ojos.

Estas practicamente seguro de que ninguna de las estatuas rezuma tristeza o algun sentimiento similar. Ahi solo hay fria piedra esculpida bajo el cincel, sin ninguna clase de residuo mental o emocional.

-Parecen simples estatuas, pero de seres poco estimados por algún otro con garras... -Comento Teo. -Chicos, hacia dónde vamos? Y... Laura, voy recordando cosas del sueño... Estos dos iban a darnos un regalo que lo cambiaría todo... o quizá lo hicieron...  ¿Quien es Gaia?

- ¿Estos dos? - pregunto señalando a las estátuas. ¿En serio?

No creía en las casualidades y esta vez era una excepción.

-"El regalo es algo que nos quitaron los Otros y todos perdismos en nuestra estancia en Arcadia", pero no puede ser "Nuestra vida anterior", porque es... "un regalo que uno por si mismo no puede dar uso, son necesarios dos, ni tres ni uno, dos."... además, un regalo que "tendrá un coste", "superar obstáculos y pagar un precio para desbloquearlo", que será verdaderamente peligroso, pero... "pero a cambio, los elegidos, y este Feudo, cambiaran el futuro de los Perdidos del mundo mundial tal como se conoce !POR SIEMPRE¡" -Murmuró no estando seguro de alegrarse de comenzar a entender qué hacían allí.

Laura permanecía como ausente, contemplando las estatuas, hasta que Theo le preguntó directamente

- ¿Gaia? Uhm... Una Elemental de la Corte de Primavera. Esa mujer enorme que iba dando abrazos de oso en el sueño, si recuerdas. ¿Por que?
 

- Si lo que dices es cierto estoy seguro de que no pocos serán los que quieran evitar que nos den esos regalos. - comento. Mas también cabe la posibilidad de que sea mentira y todo eso no sea más que un engaño para vete tú a saber que planes y que quien hizo esto sea una víctima anterior de ese mismo engaño.

Hago un alto para mirar a mis compañeros de camino.

- Debemos averiguar quién es el responsable, el motivo de estas atrocidades y salir de aquí de una pieza.

De repente, mientras hablais, ois un ruido y os girais para ver que es, y esta vez todo sois testigos. Una figura encapuchada con ropas desgarradas, sale corriendo y se adentra en una de las salidas del hueco donde estais, perdiendose de vista.

Si os dais prisa quizas seais capaces de alcanzarlo o arriconarlo contra algun callejon sin salida.

-¿Veis eso? ¡Persigámosle! -Anima, listo para salir disparado.

Observo como una figura aparece de pronto y sale corriendo a través de un hueco.

Si pensármelo dos veces salgo corriendo en pos suya.

- Maldita sea. - musito entre dientes. Detente.

- ¿Eh? ¿Que? Eh... ¡Esperad! -gritó Laura cuando vio que los otros dos salían corriendo detrás de lo que fuera aquello. La Agraciada no estaba muy por la labor de ponerse a perseguir sombras en aquel laberinto siniestro, pero les siguió, a paso más lento

Theo es el mas rapido, y despues de una rapida persecucion por los pasillos y esquinas del laberinto, lo placa y lo inmoviliza en el suelo, sin costarle mucho.

Ve bajo suya, un Perdido infestado de espinas, un elemental de fuego, pero con un color inusual, en vez de rojo, brilla con un antinatural verde y de manera apagada, se le ve debil fisicamente y envejecido, bajo la capucha puedes ver como parte de su rostro ha pasado de ser llamas a brasas semi-apagadas y sus ojos y mejillas estan hundidas, casi como si fuera una calavera.

-*Cough* ¡Sueltame! *Cough* ¡No sabes lo que estas haciendo!- Dijo el anciano, intentando liberarse sin exito del agarre de Theo.

Al fondo, veis otra estatua mas, una bruja exotica, portando atuendos rasgados y runas desconocidas sobre su piel que os hacen pensar un lugar muy recondito y desconocido del Seto, la bruja esta sujetando de los hombros de manera protectora una figura desnuda y sin rasgos sexuales, portando solo una espada de doble filo y una mascara, que combinaba tanto la faceta de la tragedia y comedia griega, en una pertubadora media-sonrisa-llanto. Theo y Laura sentian malestar y jaqueca con posar la vista en ella, como si algo en ella fuera "incorrecto".

Abajo pone "La Hermana Picara y El Campeon del Crepusculo NONONONOHEREJIAHEREJIA"

Al contemplar la estatua, Laura empezó a sentirse mareada. De repente le venían a la cabeza algunas profecías que había hecho como Recolectora, y sentía como las madejas del Wyrd se enredaban entre ellas, pero no era capaz de sacar nada en claro; todo era demasiado confuso. Sentía un peso en el pecho que amenazaba con asfixiarla, y se vio obligada a sentarse en el suelo y dejar de mirar a la estatua, para no vomitar.