Partida Rol por web

¡Acabó el instituto!

Todas habéis sacado más o menos las clases, por desgracia no os evaluaban de popularidad o de saberse los teléfonos los paquetes los nombres del equipo de fútbol, porque sino hubierais sacado una matrícula.

En el campeonato regional de animadoras no habéis quedado muy bien. Danni puso demasiado nervioso al animador que la cogía y casi se cae al suelo, se ve que miro lo que no llevaba bajo la falda ese día y su cerebro entro en cortocircuito. Estaba claro por qué los hombres no podían ser animadores, no podían hacer dos cosas a la vez. 

Lo bueno es que vais todas al día siguiente al campamento de verano para animadoras, lo mejor es que la famosa animadora jefa de los cowboys de Dallas estará allí como directora del lugar y lo supra mejor es que ¡no competiréis con chicos sino solo vosotras!

Eso había que celebrarlo, por ello Gillian había preparado una FIESTA DE PIJAMAS en su casa. Os había propuesto hacer glamping en su jardín, que es como el camping pero para no pobres, con canapés, barra libre y un montón de cojines de peluche. Porque todo el mundo sabía que los cojines de peluche daban un toque de glamour a cualquier fiesta de pijamas.

La música os espera, puesta a unos niveles que todos vuestros compañeros de instituto pueden oír y morirse de la envidia, así como un gran jardín con piscina, pista de pádel y jacuzzi. Todo casi nuevo a estrenar debido a la ausencia de los padres de la anfitriona, que suplían con zapatos, bolsos y demás parafernalia cara que pidiera su ojito derecho.

Por fin se acabó el instituto. Ese lugar lleno de víctimas que se paseaban dispuestas a ser destruidas. Ningún chico merecía la pena allí, salvo algunos del equipo de fútbol y profesores. Pero esos no eran chicos. Y allí también se podía conseguir causar dolor. A todos. 

Pero esos días quedaban atrás. Y algunos se habían librado de sus artes... Los menos. Y siempre que le hubieran hecho los trabajos o dejado copiar en los exámenes. Esos sí sabían lo que les convenía. 

Los demás no tenían protección. 

Ahora tenía que ir al campamento de verano para entrenar. Bien. Era lo apropiado. La sociedad ponía a los depredadores juntos para evitar la destrucción del rebaño, pero allí aprendería con las mejores y probaría sus técnicas con objetivos difíciles. no sabían lo que se avecinaba. 

Gillian había preparado una fiesta en su casa. Esperaba que con algo de alcohol y bebidas light. No estaría mal reencontrarse con el equipo. Allí se hablaba de todo tipo de cosas útiles en el futuro. Más que útiles... utilizables. 

Así que... un par de horas de arreglarse y para allá se iba, vestida maravillosamente y con un conjunto ya más adulto... que podía retirarse y quedarse en bañador, por si hacía falta conseguir que alguien tragase agua hasta mor... toser un poco. Y el pelo liso y arreglado, nada de recogido, eso para la competición, que no podía ir volando por riesgo a un "tirón accidental". 

Y quería charlar también un poco con Gilly sobre lo que le había pasado hacía poco, pobre chica. ¡Iba a darle todo su apoyo (y ver a la pobre... como estaría)! Sí, llegaría puntual, nada de seguir lo habitual de llegar algo tarde. 

Aparcó su coche lo más cerca posible y se aceró a la casa de los Rogers. A la mansión de los Rogers. Al menos estaba en su misma clase social —Hola. Gilly, cariño, ¿estás por ahí? 

Una pijama party era la ocasión perfecta para poder demostrar que la mierda de las fotos no me había afectado en absoluto. La “judas” estaba entre ellas y no me iba a permitir darle a la zorra culpable el placer de verme afectada. Era la única forma de no sucumbir dentro de un mundillo de pequeñas zorras: hacer ver que no pueden hacerte daño y se igual de zorra que ellas.

En realidad, tampoco me había matado el asunto, solo había sido un brote rabia (que pagó Consuela, la criada latina con bigote. Ojo, que no soy racista). Un simple foto de estas tetazas de 30.000$ hubiera sido diferente. ¡Para eso las pagó papá!

El caso es que las chachas se esfuerzan me esfuerzo bastante en que todo quede a pedir de boca. La comida (light), la bebida (light), el alcohol (no tan light, pero necesario), la decoración del jardín, el oufit de los camareros… ¡Todo perfecto! (Ya ayunaría más tarde, si se te dejan de notar las costillas ya es sobrepeso, todo el mundo lo sabe).

Las cámaras me permiten ver que Beth es la primera. De sobra sabía de que era la más bitchie de todas, por eso siempre era preferible mantenerla cerca, que lejos.

A la vez que se acerca, acciono las puertas y hago una puta aparición de película, con su cámara lenta y todo.

Y el outfit apropiado, con dos buenas copas, y !dos cocteles también!:

- ¡Beth! - digo con una amplia sonrisa - Estás guapisísima... Bienvenida - añado, al tiempo que le tiendo uno de los cocteles- Tienes que probar esto. Se llama "Chupa y mama, que se derrama". Es nuevo, un experto mixólogo lo ha creado solo para la fiesta.

Only fans:

Aquella mierda era la oportunidad perfecta para comenzar coleccionar restos biológicos de mis invitadas: pelos, restos de saliva en las copas… Cualquier cosa valdría para completar rituales.

No tenía pensado proceder así con ellas. Pero viendo que ellas han empezado la guerra, yo también sabía jugar.

También guardo en un frasco semen de Josh. La toma de muestras no fue difícil:

Pero eso tenia otros propósitos.

La perra de Gilly ya está ahí y me recibe con una copa. No la odio por su entrada, mi odio siempre está al máximo, simplemente me quedo con el truco del pelo al viento yendo despacio. 

—¡Qué gran entrada, y qué gran fiesta! —finjo asombrarme por todo, a fin de cuentas, con un camping mejorado se podía hacer lo que se podía hacer— Gracias por la bebida, la necesitaba después del horror de instituto, apestoso y lleno de perdedores. ¿Se llama así? Pero derramar, derramará Danni, porque hay un límite en lo que se puede tragar. 

Lo pruebo y paso con ella dentro, a ver un poco más, haciendo mía su morada situándome en el mejor punto que vea —Está buenísimo¹

Probablemente con tres o cuatro de estos acabamos tiradas medio muertas en los cojines. No es mal plan. 

—Quería ver si estabas bien... con esa mierda de la publicación. Pero ya veo que sí. No te preocupes, en unos años, cuando te abras el Onlyfans —río, es una broma jaja no— ya tienes una historia más para contar. Mira como empezó todo con las Kardashians.

Aunque claro, ellas tenían culo. 

—Puedes contar conmigo para buscar al responsable, debe pagar... Acción reacción. Cosas que pasan.

Le sonrío complacida por lo de la gran fiesta. Sin duda, por dentro se estaría retorciendo. La arpía mayor no debía esperar que alguien que no cumple el canon de “super cool” supiera sabérselo montar tan bien. Soy versátil, montar cosas se me da bien, en general, aunque nadie supera a Danni (imagino el diametro de esa copa menstrual).

Su coña a costa de Danni tiene gracia y le tengo que conceder una pequeña risotada. Reírle las gracias a la gente a veces es bueno. A algunos se les sube tanto a la cabeza que confirman sus creencias de que están por encima de ti. Que crean eso también es bueno.

La guío hasta el jardín, donde está todo dispuesto. Le dejo mirar lo que quiera, que compare casas.

- Bah, ya ni me acordaba de eso. - hago un gesto con la mano de buen humor, como desenfadado. Pego otro trago a mi "chupa y mama, que se derrama". Le rio la segunda gracia, la del Only Fans.  - Ha debido de ser una niñata, que se piensa que por ese tipo de tontería me voy a cortar las venas en la ducha con mucho drama. O alguien que me envidia. Sea uno u otro caso, me suda el coño. - otra risita - Así que no te preocupes, mi querida Beth. - le sonrío.

Se había levantando con todas las energías, es que si bien sus padres siempre tenían ese instante del saludo al sol, a veces Eleanor se unía para que sea una mañana muy a tope con las buenas ondas. Estaba claro que hoy tenía fiesta en la casa de Gilli y le encantaban esas cosas, juntarse con sus perras, reír y hacer la tontería, algo tan típico que no aburre jamás. Sólo que esta vez tras la meditación guiada, abandonó su pequeño hogar con ese namasté típico de la rubia y se llevó ese batido loco con jengibre ya que debía estar power para lo que sea que vaya a surgir. 

Con un atuendo muy a su estilo, ella no distinguía la formalidad de lo casual y solía estar en ese punto intermedio donde dan ganas de sacarle el vestido a mordiscos o lanzarla al mar. En esta ocasión era la primera, además la rubia era muy consciente de que tenía buen cuerpo—no cerebro—y se aprovechaba de eso, era reunión de diosas así que era una obligación moral estar a la altura. Lo bueno es que en medio del camino subió fotos al insta en su línea porque así de loca, mística y graciosa solía ser. 

Una vez llegó a la casa de Gilli, abrió los ojos como platos y aceleró el paso. 

—¡Woooooooooooooooooow! ¿Pero que tenemos aquí?—dijo al mirarlas—. ¡Diosas! Eso sí. ¿Vale bañarse en topless?

No pudo evitar el preguntar aquello, sacó la lengua y fue saludando con dos besos a cada una en las mejillas. Le encantaba como tenían montado todo y parecía una niña pequeña con ganas de pasarlo bien. 

Dio dos palmadas en el aire metiendo prisa.

—¡Vamos, Humberto, venga venga venga que no tenemos todo el día, querido!

El chicano gordo de cincuenta años, marido de Filomena la chacha, se sofocaba por descargar la furgoneta. Focos, micrófonos, neones, instrumental eléctrico, portátil, tres cams, antena inalámbrica plus ultra, cacharrería y cables, nevera hermética con Moët en cama de hielos y baúl de trapitos y maquillaje.

—Humberto, querido, que las chicas me están esperando. Deja todo ahí—señaló una sombra junto al muro— y ya está. Gracias, querido. Pírate.

Humberto resoplaba como un cerdo. Aquello no estaba pagado. Pero no podía negarse. No sabía por qué, aunque sí lo sabía. No podía negarse. Ella pedía, él hacía.

«No te la vas a coger», susurraba la cálida brisa del verano.

Danni se miró en el móvil. Morritos niquelados, dientes sin paluegos, melena impecable. Sonrisa perfecta.

Y una extraña aura de magnetismo que la rodeaba, invisible, como la capa esa que protege al planeta de la destrucción.

Móvil, ok.

Palo selfie, ok.

Password, ok.

Wishlist actualizada, ok.

Instagram, stories, ok

«Noche de chicas, ¿te vienes o lloras?» Veinte hashtags.

Twitch, ok

Emitiendo en

3

«Sonríe, puta»

2

Mirada felina, pestañas kilométricas, sonrisa tentadora, chupachups.

1

—¡¡HOLIIIII DANIEEELEERS!!!

Contador de espectadores acelerando. 12, 236, 458, 1403, 3490, 7594, 12599…

Clinc clinc clinc clinc mone mone-ti-za-ción pam pam…

Era el puto día de exprimir a los pajilleros del mundo. Llevaba toda la semana avisando de la fiesta de chicas, la pool party, la piyama night de Danni y sus amigas.

Animadoras.

Animadores sexis.

La animadoras sexis amigas de Danni.

Las animadoras sexis amigas de Danni de las que tanto habla en sus emisiones.

Las adora.

Las animadoras sexis de Danni cinceladas de gimnasio y quirófano. En minis, en bikinis, en pijamitas, ¿en bolas?

Con Danni nunca se sabía.

Pero ella sabía a lo que venía. 1. Pasárselo bien. 2. Pasárselo bien. 3. Monetizar. 4. Stairway to heaven.

«Hoy vas a tragar mierda, Amouranth hija de puta».

Después de hoy, habría una nueva reina de Twitch. Llevaba meses trabajándose el puesto, ganando más pasta en una semana en lencería en el hot tub que cualquier clasealtamediana del insti en toda su puta vida.

Danni estaba tallando su carrera al estrellato como mejor sabía: a golpe de teta y culo, de sexualidad exuberante y descaro total.

Ya faltaba poco. Faltaba muy poco.

Un poco más, un poquito más, y sería mayor de edad.

Y cuando eso pasara… su cuenta secreta falsa en OnlyFans ya dejaría de ser secreta. No más meterse consoladores con un antifaz puesto. La jugada estaba a punto de revelarse. El recorrido medido al detalle: Insta, Tuich, tensión en el Only, culebrón con un famoso en el intermedio y desvelo final, contrato millonario y a vivir del cuerpo y la pura alegría de vivir antes de caer en la decrepitud de los ventitantos.

Danni ya tenía más carrera que media Phi-Beta-Gamma.

Y lo de esa noche iba a reventar el marcador.

16348.

Din-don.

Dijo el timbre del portón de Gilli.

Danni había llegado.

La servidumbre debió dejar pasar a Eleanor en algún momento, que aparece con su aura de comeflores. La gente que va de chill me producía cierta inquietud. Nunca sabías que escondía en el fondo tanto paz y amor. Era creepy. Estaba segura de que de ese rango de población salían el 60% de los psycho killer. Ya sabes: "Era muy buen vecino, siempre saludaba y me subía las bolsas de la compra". Los peores. 

En cualquier caso, chasqueo lo dedos para que el camarero "Pedazo de carne nº1" le acerque otro coctel. Quizá con alcohol se soltaba la melena y dejaba ver su yo real. Tenía que tener un lado darks y ansiaba conocerlo. Sería divertido.

- ¡Bienvenida! - la recibo como anfitriona, con amplia sonrisa y correspondiendo a eso de los dos besos. - Obvio, ¿donde has pensado que venías? La concentración de monjas puritanas queda una manzana mas abajo - drespondo a la pregunta en ¿coña? de Eleanor, dando otro trago a mi coctel. De aquí no iban a salir fotos indeseables. No era mi estilo.

Después de un curso y muchas horas de entrenamiento aun no acaba de pillar su humor. Ya se sabe, ¿que se podía esperar de las rubias? No incluía en el pack a Beth, porque esta tenía debía tener el chocho azabache. 

El timbre irrumpe. Otro chasquido. "Pedazo de carne nº 2" se pone en marcha para abrir, pero la cámara del portero automatico ya delata la presencia. 

- !Danni está aqui, chicas! - anuncio, yendo al encuentro de la recién llegada. 

Gilly no parece afectada por lo ocurrido y me alegro. Lo mejor de todo es tener un corazón de hierro. O no tenerlo, como me ocurre a mí. Eleanor llega cuando hemos cruzado pocas palabras y comenta cosas sobre bañarse en topless. 

Nos da dos besos —Diosa tú con ese vestido. Aunque si las estatuas griegas son certeras... necesitarías algo para rellenarlo. Bah, no puedo meterme contigo, eres demasiado pura —me autoengaño y la beso— y eso se arregla con un buen cirujano. Encantada de verte así de feliz. Avisa de qué hierba es esta vez, puede que le de uso. 

Gillian le explica que sí, que venimos a pasarlo bien. No podemos matarle la ilusión. 

—Ya puedes emborracharme para que tenga ganas de bañarme y enseñar carne. Vaya, llega Danny. Con ella tendrás menos problemas. 

Llega otra más Gilly ¿Por qué pienso en ella a veces como Gilly y a veces como Gillian? La servidumbre abre. Otras hemos entrado como si todo nos perteneciera. Lo hace. El mundo.

—Vamos a recibirla. Espero que se haya acordado de venir vestida... 

Danni viene grabando. Qué ganas de contentar pajilleros y ganar dinero de todos los incels del mundo. Pero no todas tenemos la suerte de tener padres ricos. Nuestras abuelas y madres se la tuvieron que chupar a alguien. Aunque no despelotarse delante de millones. Sí, Danni no tenía suficiente con tirarse al equipo de fútbol, querría tener sexo con todo internet. Debía estar preparando el salto a Pornhub o algún sitio de esos. 

Llego en la parte de atrás de mi Mercedes Blanco observándolo todo como una reina. Que coño, soy una puta reina! La fiesta era en casa de la Gillian. Obviamente no iba a ser en la mía, una líder iba a las casas de los demás, como si fuera el jodido emperador del Japón, y era el deber de sus zorras el agasajarla como debiera.

Fernando, el jardinero/chofer/amantedelazorrademimadrastrasegunda me abre la puerta. Bajo empujándolo ligeramente para que su presencia no me moleste el contemplar la casa de Gillian ¿Sólo los dos pisos y una piscina? Vaya puta mierda. La casa de mi padre tenía cuatro pisos, tres piscinas, gimnasio y cancha de tenis ¿Cómo me habría rebajado al venir aquí?

Abro la puerta de un empujón. Obviamente está abierta. Una líder no se rebaja a tocar los timbres, las cosas se abren a su paso y punto pelota.

-¡¡Holaaaa, chicas!! ¡Ya estoy aquí, ya podemos empezar la fiesta! -lógicamente era la última en llegar. Las líderes siempre eran las ultimas en... un momento... ¿Dónde está Yanet? ¿¡Aún no había llegado!? ESA PERRA HIJA DE PUTA IBA A SER LA ÚLTIMA EN LLEGAR??? PERO QUÉ COJONES SE HABÍA CREÍDO???!!!! Muy bien zorra, muy bien, esas tenemos...

Saludo con besos a todas mis amigas y me dejo caer en una de las hamacas de la piscina dejando ver que no llevo nada debajo del vestido...

-¿Dónde está Yanet? -pregunto con una voz peligrosamente dulce.

—¡Ohhhh! ¡Que lindo! ¡Una polla con jugo y no debes trabajar para tenerlo! —dijo entusiasta mientras mantenía ese humor peculiar—. Hm, lástima que tiene el sorbete que sino sería otra experiencia. ¿No?

Y poco le importó las miraditas que le echaban sus amigas, ella era muy feliz a su manera y hoy tenía el chi bien arriba así que estaba muy dispuesta a pasarlo bien. Después le sacó la lengua a Gillian cuando dijo lo de las puritanas, pero no respondió a ello ya que apareció Beth a decirle algunas cosillas. 

—Darling, este culo no se sostiene por sí solo. ¡Algo debía recaer un poquito!—respondió mientras se daba un cachete en la nalga—. Gracias, estás guapísima y venenosa. ¡El combo perfecto para una noche a tope! Uish, que ganas y espera... Nada de hierbas cariño, sólo meditación mientras me lleno de sol cuando lo saludo por las mañanas. Es  p e r f e c t o... 

Cuando le comentó sobre enseñar carne, festejó. 

—¡Challenge accepted! —dijo divertida, pero su gesto cambió cuando vio a Danni—. ¡Hiiii Dan! Guapa que estás, ya me dirás como haces para que te quede ese short así. 

Claramente la recibió, aunque le dio dos besos y un abrazo. Sólo que después se alejó un poco de esa bomba molotov mientras vio que llegaba Jennifer, así que aprovechó para beber de la polla azul y la saludó con la mano como si estuvieran en primaria. 

—Ven, eso es estilo. Con ese look estás para arañar espaldas, darling. 

-¡Hola, Eleanor, estás preciosa! -la miro de arriba a abajo, yo estoy más buena, pero ser segunda tampoco está tan mal. No eres más que el primero de los desgraciados- ¿No hay un pollofre azul de esos para mí? -solicito, exijo, ordeno.

Aquel día su padre le había dado una buena noticia y otra mala. La buena, era que podía coger su moto todo lo que quisiera, porque Yanet había demostrado ser una alumna ejemplar y se portaba como una auténtico ángel. Cosa de lo que ella misma sacaba beneficio. Tener contentos a sus padres era una de sus metas mas fervientes. La otra mantener la línea y estar en forma.

La noticia mala, es que su padre le dijo que debía trabajar. Yanet no era soberbia ni avariciosa, tampoco se bañaba en dinero pero los Lewis era una familia de buena posición, y no les faltaba de nada. Era verdad que a Yanet, se lo daban todo y querían enseñarle el valor del dinero y de luchar en la vida por lo que se quiere. Ella no mostró demasiada disconformidad, no a su madre que siempre le regala una sonrisa complaciente, pero con su padre si se desfogó. Apunto estaba de no dejarle la moto pero tras un momento de tregua, lo consiguió. Claro que el enfado que cargaba era curioso. Hoy quería divertirse.

Estaba acostumbrada a la opulencia de sus amigas, cuando ella y su familia disfrutaba del dinero sin regodeos, tampoco era celosa ni envidiosa, si es que Yanet era una buenaza. Por lo que cuando aparcó su moto cerca de los vehículos de sus compañeras, simplemente sonrió porque ya las conocía.

Fijo que las muy zorras van en modo pase de modelos para Instagram. Yanet iba preparada pero no con el high level que mostró el resto. Entró caminando con calma, llevaba botas y una mochila, pantalones cortos y gafas de sol. Una pilla sonrisa asomó por sus labios al ver como aquella polla recipiente se encontraba entre sus amigas como si fuera el santo grial.

- A ver... ¿Quién será la guarrilla que le de la primera probada a esa polla? - Soltó sin pudor, a modo de saludo y les sonrió ampliamente, subiendo las gafas de sol a su cabeza y mostrando sus enormes ojos azules. - ¡Hola bellas!

Yanet era alta. Sus piernas largas destacaban. Sus ojos mas. Aunque lo que realmente resaltaba en ella era sus pechos. Y no tenía problemas en lucirlos, solo que ya lo haría cuando tocase remojarse y lucir su ropa de baño.

Parece que ya estamos todas. Me cercioro de que cada una tenga su propio "Chupa y mama, que se derrama", sin dar importancia a los humos de Jennifer. Quizá necesitaba relajarse después del estrés del curso. Si, seguramente. A veces la solución más rápida era un buen meneo. Pero a falta de eso, siempre estaba una buena fiesta de pijamas.

Danni venía preparada y no tengo problema en dejar que instalen sus cosas por el jardín. No me importaba que grabara. ¿Quien se iba a quejar? ¿Mis padres?

- ¿Qué piensas montar? Me das miedo - le digo a Danni alzando una ceja de buen humor.- Pero seguro que Winston Oswaldo puede ocuparse de montartelo. El set, quería decir. - puntualizo. 

Me caía bien, desde el principio. Sin motivos, simplemente porque si.  Podría reír coñas sobre su persona y hacerlas, pero el objetivo no era juzgarla por lo que hace con la almeja, sino mantener el nivel de cabronismo básico y ¿sano? que debe haber siempre en un grupo de amigas. Enésima ley de la termodinámica.

Con Yanet había conocido un nivel de bondad que me chocaba. Luego acabé descubriendo que era aparentemente genuino, al menos hasta donde yo había podido ver. Además, admiraba esas tetazas.

- Llegas tarde, nuestro honor es insalvable. Yo ya llevo unas cuantas - le respondo a Yanet , por lo de la primera en comerse esa polla. Me refería al par de copazos que llevaba encima y al calabacín de Josh hace unas horas.  

Llega la jefa como un tornado. Y con cara de furia. Debe estar en esos días del mes. Nos pasaba a todas, qué le íbamos a hacer. La alternativa era operarte como la Jolie, y convertirte en un florero. 

Eleanor por su parte dice lo que todas pensamos... lo que todas piensan del vaso del cóctel. Porque  yo no trabajo para obtener nada. Los hombres me comen lo de abajo, yo no me arrodillo, las rodillas sufren así. 

—¿Un saludo al sol? Vaya vaya —qué cosas tiene la loca. Hierbas seguro, ni se acuerda de tomarlas, y respondo a la jefa— Yanet estará al llegar, ya sabes. No vive en el suburbio de lujo este, sino con el gentío. 

Y sí, Yanet llega al poco —Pero Yanet, si parece que vienes para un camping de verdad... —río— Eres la leche— Y habrá pollas para todas, me conozco a la anfitriona.

Y sí, Gillian se dedica a repartir. Una polla por chica. —Que ricas, Gillian, aunque sean azules y a vosotras os gusten las negras. 

 —¿Dónde estábamos? ¿En enseñar carne en la piscina? —parece que no saben hacer otra cosa. Pero pocas veces podías bañarte en pelotas en un lugar seguro entre tus iguales— ¿Quién se atreve a ir primero? 

Es decir, ¿Quién es más furcia/valiente? Porque Crazy/hot dábamos todas el máximo, salvo Yanet, que Dios se había equivocado al fabricarla y le había dado su crazy a Eleanor. 

Las puertas se abrieron y todo era como Danni había deseado.

Ni hecho a propósito, vamos. Danni lanzaba lengüetazos a la cámara mientras su palo selfie captaba la apertura y la aparición gradual de un jardín de lujo, música atronadora, excesos en forma de camareros y tías fap-makers que surgían como diosas bebiendo con picardía de pollas de colores.

Es decir: 20249.

Clinc clinc clinc

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Tips

ESAS eran las fiestas que el público esperaba de Danni. Si sus noches de pijamas y cotilleo eran como una pool party de la NFL. ¿Cómo sería una puta fiesta de verdad?

—WIIIIII!!!! EH GUYS hoy conoceréis a todas mis amigas.—Bebió polla guiñando a la cámara y le gruñó al camarero tras morderse el labio al verlo.

Cualquiera con 30$ al mes podría pensar que esa boca chupando era idéntica a la de una tal Dakota Ducatti, del Only.

Solo que Dakota Ducatti salía siempre enmascarada.

Una seña de identidad que alimentaba el morbo. Sobre todo porque Dakota jugaba con el misterio.

«Quién soy, chicos?»

«Muchos me conocéis y no lo sabéis»

Los rumores corrían por la red. El misterio alimentaba las suscripciones.

«Muy pronto, queridos, muy pronto…».

—¡¡¡GIIIILLL!!!—chilló al abrazarse a la anfitriona. Piquito en el aire. Tomada por la cintura. Enfocada a cámara. Piel con piel. Sonrisita inocente inesperada a lo otaku— ¡Danieeeeleers, ¿sabéis quién es?! Mi amorcito Gilli Vagini.

Palo selfie de arriba abajo y vuelta de recrearse.

—Qué buena estás, querida.—Agarradita de manos—. No, queridos, no la busquéis en Suicide Girls. ¿O sí? Por cierto, os dejo mi enlace de afiliación para Suicide Girls, con el código «Dannicide» os regalan un 10 % los tres primeros meses.

Guiñito a Gill.

—Es broma, queridos. En realidad es la Gillian, os hablé taaaanto de ella ya que seguro que lo habéis adivinado. Pero suscribíos a SG igual con Dannicide.

Se acercó al oído de Gillian.

—Estás preciosa, querida, y todo está perfecto aquí. Luego apago esta mierda, que los pajilleros paguen el privilegio un rato. Gracias por montar esto, ¡tenía ganas de grrrl party!

Guiñito amistoso. Apretoncito de manos.

El tiempo mandaba. Había que pasar rápido a otra cosa o habría una pausa complicada que frenara la gráfica de rendimiento.

Se giró buscando otra carnaza. Objetivo localizado.

—¡¡Señorita Eli, paseeee por cajaaaa, por favor!!—Llamó a voces a Eleanor, haciendo un gesto obsceno señalando a su coño con mirada sucia y sonrisa de pasárselo pipa con tanto espectáculo.

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Y bueno, que con Eleanor tenía algo pendiente.

Y no es que Danni fuera de las de avergonzarse.

—¿Ya quieres destaparte? Bebe un poco más de polla y te liberas. 

Aquello iba para Beth, incluso le regaló un guiño divertida y al ver que se unió Yanet la saludó con la manita igual que una niña cuando invita a su amiga a jugar. Incluso le dijo sin voz: Me alegro de que estés. 

Le caía muy bien la chica, si bien no tenía el veneno de una cobra como Beth o Gillian, tranquilamente podría ser una pitón si se la entrenaba para ahogar a la gente con sus palabras. ¡Era un proyecto personal! Ya le tocará iniciar la clase 1. 

​​​​​​Y después Danni, que luego de estar con la cabrona de Gillian la llama a ella y le señaló su coño, sin poder evitarlo se mordió el labio inferior. La muy cabrona se aprovechaba de las tonterías que hicieron, aún así, ambas saben lo que pasó. Igual le seguiría el rollo. 

—¡Heeeey! Hiii guys, aquí Eli—saludó a la cam—. Es muy sabrosa esa caja, imagen que es jugosa y dulce. Ñam. 

Sin escrúpulos algunos la miró a su amiga y le sacó la lengua, si esos pajilleros querían imaginar con eso ya tendrían un rato. 

​​​​—Por cierto, tengo mi propio canal: Yoga y amor. Por si quieren inspirarse en las posiciones que hago. Ji. 

Se atrevió a soltar su publicidad y lanzó un beso al aire, no sin antes plantarle un besito en los labios a Danni. 

—Para ellos, para ellos. 

Las cámaras están encendidas para un espectáculo que en internet será recordado durante eones y eones. Los arbustos de Gillian -los de su jardín claro, porque ahí abajo lo tenía todo pelado como una barbie malibú-, comienzan a moverse. Parece que hay alguien escondido ahí detrás y es alguien grande.

Los camareros latinos se asustan y comienzan a huir gritando.

¡El chupacabras! ¡El chupacabras!

Les da igual ir en tanga o que ya les hayan pagado por quedarse toda la noche de trabajo, no iban a arriesgar su vida por unas niñas mimadas. Así que los fuertotes señores en tanga comienzan a huir tan rápido como les dan sus piernas. Lo cual es bastante rápido, dejando a las animadoras desamparadas.

Tuve que ahogar una risotada cuando Danni me dice aquello al oído. Si que eran pajilleros. Pero esos aficionados al solitario le daban un sustento y eso la convertía en toda una mujer de negocios. A su manera.

Cuando me doy cuenta, los camareros en tanga empiezan a salir por patas. Me distraigo un momento en las vistas de sus  molletes de culo danzantes, pero acabo decidiendo que el culo de Josh era mucho mejor. Duro y apretado, como el marmol negro. 

Vuelvo en mi cuando gritan aquello de "Chupacabras". ¿Qué mierda de excusa era esa?

- !Os voy a dejar una review de mierda en sexywaiters.com!  - les grito y me acerco yo misma al arbusto. A mí no se me caían los anillos. Se abría colado algún mirón o algún pajillero del grupo de fans de Danni. - Sal de ahí puto pervertido - Y si, me ocupo de sacarlo.