Partida Rol por web

La primera cita comenzaría por la mañana y las chicas podrían escoger donde:

Precioso día en la playa en el que podrían disfrutar de relajación comida veraniega y actividades en lancha, quads y barco.
Di en la montaña, el programa dejaría a su disposición una cabaña en el bosque con un pequeño embarcadero en un lago, caminos por senderos, montar a caballo...
La tercera opción sería un día en la ciudad, paseo comida en restaurante, tarde de cine...
Día en el parque de atracciones para volver a ser un niño con tu pareja.
Día en el zoo donde ponerse de nuevo en sintonía con la naturaleza.

Hacía un día espléndido, el sol brillaba más que nunca. Yo, me había vestido para la ocasión, la cámara me filmaba desde lejos:

me dirigía al paseo marítimo, donde se supone que debería quedar con Lidia. Esta sería mi primera cita. No estaba tan nervioso como esperaba, aunque las cámaras me perturbaban un poco, era como si te estuvieran examinando en todo momento. Recordé cuando iba a la universidad y estudiaba traducción, había un profesor que me hacía sentir así, como en ese mismo momento...

Detuve mis pasos y miré al horizonte a través de mis Rayban Wayfare, en dirección al mar. Pequeños puntos revoloteaban encima del agua, eran gaviotas. El lugar escogido por el programa estaba vacío, sería como nuestra pequeña playa privada.- ¡Qué lujo!

Tenía ya un plan para divertirnos, ya que ese era el propósito de la cita: divertirse y conocerse...

El sol aquella mañana era totalmente espléndido, era el mejor momento para pasar el día en la playa. Me habían dicho que hoy mi cita sería con Rafael, y me dirigía hacia allá.

La verdad, es que estaba bastante nerviosa, porque decidí apuntarme por puro impulso, pero ¿que podría salir mal? lo mejor de todo sería poder conocer a alguien nuevo y poder divertirse al fin y al cabo estaba allí para ello.

Sentirse grabada me parecía un tanto extraño, ya que aunque me gustaba el mundo de las cámaras de televisión nunca me habían grabado tal cual.

Llegué a la playa y me quité mis gafas de sol, dejando ver mi punto fuerte, mis ojos azules observando la playa: es una playa preciosa, creo que hoy lo pasaré estupendamente

Me puse junto a ella y mirando al horizonte a través de mis gafas dije.- Bonito, ¿Verdad?.- Después de unos segundos de mirar el mar me quité las gafas y mis ojos fueron a quedarse clavados en su mirada tan azul como el agua que miraba hace unos segundos.- Encantado, soy Rafael, me conocerás de la ficha.- Dije con una sonrisa en la boca. Mi sonrisa y mi mirada era segura, aunque estaba un poco inquieto. Acto seguido exploré visualmente de forma casi instintiva y discreta con un movimiento rápido de ojos cómo iba vestida, quería saber si tenía buen gusto, muchas veces eso dice cosas de una persona...- Tu eras... Lidia ¿verdad?.- Dije haciendo un pequeño esfuerzo por recordar su nombre, sin perder la sonrisa de la cara.- Le ofrecí mi mano con la palma hacia arriba.- ¿Te gustan las experiencias fuertes? ¡No malpienses!.- Dije riendo un poco de mi chiste.

Había elegido para la ocasión una camiseta de tirantes anchos de color blanco y unos pantalones cortos vaqueros, algo sencillo y cómodo para la ocasión. Miré de forma instintiva a Rafael para saber cómo iba vestido, ya que, siempre la manera de vestir te hacía intuir como era una persona.

Encantada, soy Lidia, si me suenas de la ficha también

Sin perder la sonrisa tomé la mano de Rafael, seria interesante ver que me ofrecería en cuanto a experiencias fuertes. Si, me encantan las experiencias fuertes ¿que tienes pensado? esperaba que me sorprendiera, quizá así mientras le iría conociendo algo.

Me fijé en que tenía buen gusto vistiendo, además lucía un tipito bastante mono...
Cuando me agarró la mano la llevé a mis labios y se la besé de forma galante mientras no quitaba los ojos de los suyos.- Soy de los que no revelan los detalles hasta el último momento, pero tengo la impresión de que te va a encantar. Lo puedo leer en tus ojos.- Cogida de la mano la dirigí hasta la arena de la playa y me senté.- Pero antes hablemos un poco de ti y de mí, ¿qué te trajo hasta aquí?.- Digo mientras me sentaba en la arena y me descalzaba.

Quería saber que esa chica era un buen partido y no alguien poco interesante...

Sonreí ante el beso que me dio en la mano y ante ese comentario, a decir verdad era muy buena respuesta. A decir verdad, fue por impulso, hacía poco que había vuelto a quedarme soltera y quería conocer gente que fuera interesante y realmente mereciera la pena. - Dicho esto, sentía curiosidad por saber algo de Rafael- Cuéntame de ti, ¿cual fue el motivo para venir aquí y a que te dedicas?

Poco a poco me fui acostumbrando aún mas a las cámaras, hasta que ya parecía que no estaban presentes.

Estando con ella me había olvidado completamente de las cámaras. Sus ojos eran reconfortantes y su cara era bonita como la de un ángel. Pero no era un chico fácil yo. Escuché su respuesta y atentamente escuché su pregunta. Sin dejar de mirarla a los ojos, ahora con mirada más penetrante dije sonriendo.- No te quedes ahí de pie.- Dí una palmada en la arena.- Siéntate al lado mía, llevo puesto el collar.- Dije de forma metafórica riendo. Acto seguido proseguí a responder.- ¿El motivo que tuve para venir aquí? el único motivo que tengo es que debo estar loco y me considero muy impulsivo, y vi que sería una experiencia totalmente nueva esto de conocer gente y delante de una cámara.-Ahora miraba el suelo y jugueteaba con la arena cogiéndola y dejándola caer en frente mía mientras hablaba.- Digamos que... es una nueva aventura para mí.- Dije mientras dejaba caer mi último montón de arena de mis manos y volvía a sumergirme en esos ojazos azules.

- ¿A qué me dedico?.- Hice mi sonrisa más pronunciada, como la de un niño pequeño ilusionado.- En realidad deberías haber leído más atentamente mi ficha, ahí lo ponía.- Reí.- Pero he de confesarte que tengo un trabajo secreto... que no figura en esa lista...- Puse cara de pillín mientras la miraba ahora contemplando sus labios y con la cabeza ladeada mientras me apoyaba con una mano en el suelo.

Reí con bastantes ganas ante la broma de Rafael, y me senté a su lado como me dijo. Me llamó la atención el motivo por el que había decidido apuntarse al mismo programa, al parecer éramos los dos unos impulsivos y eso era un punto en común. Entonces, mas o menos se podría decir que te has apuntado aquí en parte por el mismo motivo que yo, el conocer gente y tener una experiencia nueva. se lo dije con una sonrisa, ya que me parecía un chico bastante simpático a pesar de lo poco que llevábamos hablando.

Leí atentamente tu ficha, pero también deberías caer en que en ella solamente pone lo básico, con lo cual es solamente una parte de la información de una persona. Coméntame ese secreto, tengo curiosidad la verdad es que sentía curiosidad por ese trabajo secreto que tenía, esperando que no fuera otra broma de las suyas.

- No es el momento de contarte ese secreto aún...- Dije con tono de misterio mientras no dejaba de mirarla. Me di cuenta que no había soltado su mano, pero me sentía a gusto agarrándosela, así que no hice nada por soltarla. Ella parecía cómoda también así que le tiré de la mano para tumbarla en la arena en forma de juego mientras decía lo anterior y volvía a reír. Quería tirarla de forma que quedara tumbada de costado en la arena.

Reí divertida ante el toque misterioso que quería atribuirse Bueno, si no es el momento de revelarme eso aún seguiré preguntándote... veamos... ¿tienes algún hobby interesante? justo después me tumbé también en la arena quedándome de costado para poder seguir mirándole, no me incomodaba para nada el hecho de que estuviera así de cercano conmigo, era algo casi reconfortante.

- De hecho, quiero mostrarte lo que más me gusta hacer en la playa.- Me levanté de repente y le tiré de la mano para que se levantara, acto seguido la conduje por la orilla de la playa hasta llegar a una moto acuática. Comencé a quitarme los pantalones y me quité la camiseta, dejando ver un torso poco marcado aunque sin michelines ni barriguita.- Espero que traigas bañador...- Le dije en tono juguetón.- Porque nos vamos a mojar.

Sonreí ante las palabras de Rafael claro que traigo bañador, venir a la playa y no traer bañador es un pecado despues de esto comencé a quitarme la camisa de tirantes y los pantalones cortos dejando ver un bikini de color azul oscuro, la verdad es que mi cuerpo era un cuerpo bastante normal, tenia unos pechos medianos y delgadita. Deberías de saber que subir en moto acuática me encanta,¿vamos?

Tenía un cuerpo bastante normalito pero no son los pechos grandes lo que más me excita, ni un buen culo. Es el atractivo de la persona, cómo se mueve, cómo habla, su tono de voz... no hacía falta que la que podría ser mi pareja tuviera un cuerpo perfecto, aunque como todos exigía un mínimo.

Reí y acto seguido debido a que su físico la verdad es que me atraía se lo hice saber con una indirecta:

- Y tu deberías saber que ese bikini te sienta muy sexy, no se si sería buena idea estar tan agarraditos en la moto...- Dije con tono de humor y picardía.- ¿Crees que resistiré a tus encantos y prestaré atención a la carretera marítima... podríamos tener un accidente con una ballena.- Acto seguido empujé la moto al agua con algo de esfuerzo y me monté encima de la moto.

Enarqué una ceja ante la indirecta de Rafael, no parecía el tipo de persona que fijara toda su atención en el físico, aunque no podía estar del todo segura.

También tu deberías de saber que si vas a estar incomodo por estar en una moto con una chica en bikini por el cuerpo sexy que tenga... deberías poder prestar atención a la carretera por que si no podríamos acabar en el agua y tener un buen susto - dije riéndome ante el comentario- bueno, ¿vamos?

- Vamos monta.- Dije tomando las riendas de la moto.- Si prometes no susurrarme de forma sensual en el oído intentaré no tener ningún accidente.- Dije de forma juguetona mientras montaba. Acto seguido puse en marcha la moto que hizo un rugido potente y esperé a que se agarrara bien a mí antes de comenzar a andar.- ¿Estás bien sujeta?.- Dije para asegurarme que no se iba a caer tras arrancar.

Me monté en la moto acuática sin problema ninguno, podía presumir de que poseía bastante agilidad. cuando Rafael puso la moto en marcha me agarré a el fuertemente para evitar alguna caída. A decir verdad estaba ansiosa por poder dar una vuelta en una moto acuática, había subido alguna vez en alguna, pero siempre había sido en compañía de mi padre o mi madre, nunca de manera más independiente o en una cita. Se podría decir que era una experiencia nueva para mi.- Si, estoy bien sujeta, tranquilo que no me voy a caer

Noté como me agarraba fuertemente así que sin pensarlo dos veces le di caña a la moto.- Vaaamos allá.- Con un rugido la moto comenzó a moverse. Al principio fui despacito hasta llegar un poco más profundo, luego comencé a correr y a saltar por las olas. Había saltos tan grandes que a veces permanecíamos en el aire unos 3 segundos. Al cabo de unos 5 minutos de saltos y velocidad paré la moto donde no dábamos pie pero se veía la costa cerca. Aquí no había olas ya, así que no había peligro de ser tragados por el mar ni nada, y la moto estaba quieta con nosotros. Así que sin más hice como que me caía al agua con la intención de que la chica siguiera agarrada a mi y cayésemos los dos...

Durante la vuelta en la moto acuática sentí la adrenalina que sentía de pequeña cuando montaba en ella, a decir verdad había olvidado la sensación que me producía aunque ésta vez lo sentía de manera diferente. Imagino que sería por la nueva compañía que tenía en estos momentos.

Al caerse Rafael al agua, caí yo con el de bruces al agua, sabía que no corría peligro ninguno pues a decir verdad se me daba bastante bien nadar.
En el momento que salía a la superficie y me eché el pelo para atrás comencé a reirme ¿No te he susurrado nada sensual y haces que nos caigamos al agua? dije en tono divertido