Partida Rol por web

Lentamente aquel custodio de la llave espada se despierta, el olor de la cama, el tacto de la almohada, todo le indica que está en su querido y tierno hogar. Al fin en casa, por así decirlo. Abriendo los ojos con lentitud, este pudo comprobar como su habitación se encontraba tal y como lo recordaba.

Pese a que el custodio de la llave no entendía del todo bien qué era lo que estaba pasando, o lo que había pasado, ahora se sentía seguro en la calidez y tranquilidad de su propia habitación, en su hogar.

Otra vez despertarse con sueños raros. Pero esta vez era un despertar de verdad ¿no? O tal vez no... la habitación se parecía a la suya de siempre... Caerulea corrió a asomarse por la ventana. ¿Era White Island? ¿Estaba de verdad de vuelta, por fin, allí?

El paisaje que mostraban las ventanas era algo familiar, algo que la propia Caerulea bien conocía y recordaba de su mundo de origen, de su hogar. Pese a ello, aún con el paisaje familiar que tenía ante ella, esta decidió abrir la ventana de su hogar y salir al exterior con la intención de ver qué era lo que estaba pasando en la calle...

Un sonido extraño se escuchó detrás de Caerulea, y una pila de libros que tenía apilada cayó dejando entrever a una pequeña criatura, similar a un gato con capa, tratando de esconderse detrás de aquella pila caída, eso sí, no lo hacía muy bien, pues tan rápido como se escondió, se asomó para ver a Caerulea.

Asomada a la ventana, con el ceño fruncido al ver que White Island desaparecía, grité: "¡AAAAAH! ¡NO CUELA, TRAMPOSOS!" tuve un impulso de tirarme inmediatamente por la ventana, así sin más, en pijama y todo. Y luego ya si eso dar una voltereta en el suelo al caer, tampoco estaba tan alta. No espera, ¡pero si ni siquiera estaba en pijama, estaba vestida! ¡NO CUELA, TRAMPOSOOOOS! Estuve a puntito de tirarme por la ventana pero algo me detuvo, un ruido. Una pila de libros se cayó al suelo. Miré hacia atrás, y había... un... un... ¿gatito de peluche bípedo con capa? "Uy. ¡Qué mono! Holaa~~"

Aquella criatura salió de su escondite y habló con una tierna y dulce voz.

¡Ups!

¡Supongo que me has descubierto!

¡Yo soy un Chirithy! ¡Holaaaa~~!

Echando un vistazo a un lado y a otro nerviosamente este habló. Al parecer estaba preocupado por algo, o quizás por alguien.

Estoy escondiendome, me están buscando.

Hay una persona enmascarada que quiere hacerme daño.

¿Podrías guardar el secreto por mi?

¡AY PERO QUÉ COSITA MÁS LINDA! Me tumbé al suelo junto a ella para mirarla en Alta Definición. "¿Está bien si te abrazo? ¿Puedo? ¿Puedo? ¿Puedo? ¿Qué es un Chiritín? Si alguien malo quiere hacerte daño, no te preocupes, puedes esconderte aquí. ¡Guardaré el secreto!"

La achuchable criatura asintió con la cabeza, permitiendo así que Caerulea le abrazara y le achuchara tanto como esta quisiera, a fin de cuentas, no parecía suponer ninguna amenaza hacia él, o hacia nadie a fin de cuentas.

-¡Me están buscando! -Exclamó- ¡No dejes que me lleven!.

Indicó aquella criaturita adorable.

-Por poco conseguí escapar de las garras del enmascarado, y ahora quiere volver a atraparme para hacerme hacer cosas malas. Y yo no quiero hacerlas, quiero ser libre y vivir con todos ustedes, portadores de la llave espada.

-Pero... no todos vosotros sois confiables... algunos son malos y trabajan para los enmascarados y eso es malo... ¡Ayudame!.

El Chiquitín me dio permiso para abrazarle y no me lo pensé dos veces. ¡Estaba calentito como un pequeño gatito o perrito! ¡Y tan blandito como un peluche! Y aunque al parecer su boca no se movía mientras hablaba, ¡sus ojitos tiernos sí que lo hacían! ¡Era muy expresivo! ¿Quién podría desearle mal a esta adorable criatura?

Después de abrazarla y soltarla, la criatura me contó un poco más de qué estaba huyendo. Había mucho, mucho que yo no entendía. "¡Te ayudaré, te ayudaré! Pero, vas muy rápido, ¿qué es un chiritín? ¿Cuales son los malos? Ayer vi una enmascarada vestida como de rosa, con orejas como de conejo en la capucha. ¿Esa? Oh oh ¿y qué es un portador de la llave espada? ¿Te refieres a la porra esa con dientes? ¡La espada llave! ¿Sabes para qué sirve? ¿De dónde sale? ¿Por qué tengo una? OH y, y. ¿Durante tus viajes no habrás visto por casualidad... a un chico una chaqueta como la mía? ¿Pero roja? Pelo negro corto... ojos tirando a castaño rojizo..."

Ahora la que fui demasiado rápido fui yo...

El pequeño abrazó de vuelta a aquella muchacha de cabellos azulados, y en efecto, era tan blandito y achuchable como este aparentaba en un primer lugar, y lo que era aún mejor, este también abrazaba de vuelta.

-La gente que no muestra su cara siempre es gente mala... -indicó de forma leve, aún con el abrazo- Los ojos son el reflejo del alma, y un alma malvada siempre trata de ocultar sus ojos...

En cuanto a la pregunta de un muchacho, este levemente asintió.

-Tu corazón tiene una fuerte conexión... ¿Se llama Erythrum?. Lo conozco, está atrapado en "El Mundo Final"... ¿Quieres que lo ayude a salir de ahí?.

Caerulea, aún agarrada al achuchable peluche tuvo una leve visión de un mundo completamente vacío e inmenso, en donde lo único que podía ver era un cielo azul con alguna que otra nube blanquecina y grisacea; sus pies estaban tocando un suelo más cercano a un mar en calma, pues a cada paso que daba se generaban unas leves hondas bajo sus pies. Además, podía ver el claro reflejo de las nubes y de ella misma en aquella superficie cristalina.

Apenas pudo "estar" en este mundo por unos cuantos segundos, cuando a la distancia, pudo ver la figura de su querido prometido, este al parecer no se había percatado aún de la presencia de Caerulea, y cuando trató de alcanzarle y gritar su nombre, todo se volvió oscuro y ella volvía a estar de nuevo en su casa, en su habitación, abrazando al achuchable peluchito que se encontraba temblando.

El Chirithy parecía agotado, ya no estaba abrazando a Caerulea como antes, al contrario parecía haberse cansado de haberla hecho "viajar", pese a ello, aún seguía consciente, al menos de momento...

-Lo siento... -Indicó con un hilo de voz- No tengo fuerzas para transportar tu corazón a "El Mundo Final"... La oscuridad está muy cerca y me impide hacer uso de mis habilidades como debería... Si tan solo no estuviéramos en esta situación, podría usar el vínculo que tienes con él para traerlo de vuelta... pero... ahora me es imposible... Lo siento...

El pequeño Chirithy se separó levemente de Caerulea y pese a que por un instante se mantuvo sobre sus dos pasitas, este cayó de espaldas, inconsciente contra el suelo. Al parecer era cierto que había usado su poder y que alguien le había impedido hacerlo.

"Erythrum..."

Atrapado en el mar de mundos... en el borde, en uno llamado Mundo Final... En un limbo sin salida, en soledad... Solo... Solo otra vez. El corazón de Caerulea se sintió muy, muy triste al tratar de empatizar con el de su prometido. ¿Cómo debería de sentirse allí? Ella le encontró una vez, cuando cayó de los cielos en su mundo como una estrella fugaz. Ella siempre había estado sola, no tenía más amigos que las Sombras, que de vez en cuando le contestaban. La tomaban por la loca del pueblo, medio abandonada por sus padres, así que ningún otro joven tenía el permiso de sus padres para acercarse a ella. Hasta que conoció a Erythrum. Él venía de otro mundo, no tenía dónde quedarse y ella le ofreció un techo bajo el que dormir...

Cuatro años estuvieron conviviendo juntos, los más felices que ella pudiera recordar de su vida. En la noche del cuarto aniversario del día en que se encontraron, él le pidió su mano en compromiso, antes de anunciarle que tenía que irse...

Le prometió que volvería al medio año. Pero nunca lo hizo. Nunca lo hizo así que ella misma fue a buscarle. Ahora Caerulea sabía por qué. No lo entendía muy bien, pero su prometido estaba atrapado en algo así como el último de los mundos. 'El Mundo Final'. Pero el Chirithy no podía rescatarlo. No allí, en ese mundo, rodeado de Oscuridad. Tenían que irse.

...

"Descansa, Chiritín..." dijo, tomando un cojín y colocando la cabeza del animalito encima de este. "Te protegeré. Eres mi propia estrella fugaz caída del cielo... capaz de concederme el deseo de salvar a mi prometido... ...Así que te cuidaré ahora aún más que nunca..." Aquel Chirithy chiquitín, fuera lo que fuera, era su esperanza para rescatar a Erythrum. Ya le había dicho que le ayudaría, que lo escondería de los enmascarados malos. Pero ahora que sabía que él también podría ayudarla a ella, aún más determinada estuvo de ello.

Tomó su mochila azul más grande, unos cojines, tijeras, hilo y dedal. No había cosido nunca, aunque había visto a sus padres balleneros cuando estaban en casa, coser desde ropa hasta heridas, o coser y luego vender colgantes de huesecillos de ballena. Acolchó por dentro la mochila para que el Chirithy 'Chiritín' estuviera a salvo de golpes y le metió dentro. Así lo escondería, podría sacarlo de allí con ella.

Preparando la mochila para la mayor comodidad de aquel Chirithy, Caerulea le costaría unos cuantos minutos y algún que otro pinchazo en su dedo índice, pero finalmente lo logró. Ahora al fin podría salir al exterior llevando a aquella criatura sin que nadie pudiera verla... y lo mejor aún, sin que nadie que entrara ilegitimamente en su casa pudiera toparla sola.

Caerulea se despertó sobresaltada en su cama; echando un vistazo al reloj, eran las 06:00 horas de la noche. No era una hora ideal para hacer cosas como cuidar el jardín, ir a visitar a un familiar a su casa, o gritar con todas tus fuerzas mientras juegas al pilla-pilla.

La cuestión era... ¿Cómo y cuándo había llegado hasta ahí?.

Tampoco pareciera que nadie hubiera entrado en la casa a decir verdad. Eso sí. Caerulea encontró algo que estaba fuera de lugar en todo aquel asunto, una pequeña caja blanca justo enfrente de la puerta de entrada de su hogar; sin ningún tipo de marca salvo una "H" estilizada de color negro.