Partida Rol por web

Aquel camaleón mutante de sangre fría lanzó una mirada a Owen y semejante mirada, quizás de la impresión, quizás del laser que le entró por el pecho, hizo que este chaval que había llamado la atención de la gigantesca criatura cayera al suelo inconsciente.

Por otro lado, concentrando energía en su cuerno, proyectó una increíble descarga sobre Archival, el cual no pudo esquivar y fue chamuscado por ella causándole gran daño. Pese a ello, el chaval era lo suficientemente fuerte para seguir en pie.

La única y solitaria mona anaranjada que estaba presente se veía notablemente nerviosa con todo lo que estaba pasando en esos momentos. Veía ante sus ojos que su futuro iba a asemejarse más a Harambe que a King Kong, y eso que ambos terminaban muertos al final de sus actos... 

Sea como fuera, esta decidió lanzar una china con su tirachinas contra el muchacho que no había atacado en el anterior turno, pensando que este se había ido AFK o algo similar... nuevamente. Esta vez recuperando el ataque que no había usado en el anterior turno y acertando uno de los tres.

Y el chico de gafas cayó, ¿Qué demonios pretendía?

Mire a Aleksis que por fin había dejado de golpearse.

No sé exactamente lo que es lo que tienes que buscar. Mira a ver si hay algún rastro de algo. Era una bola metálica con un número en ella, 409 o algo así, parecía importante pero si mi bolsillo está así de roto quizá algún bicho de estos me lo haya roto y se haya caído por ahí. igual hay un rastro o algo.

Me giro hacia al resto de luchadores que sigue en pie. ¿Alguien puede chamuscar esta cosa, por favor? Quizá eso sí  le afecte ¿Aún quedáis Magos en pie verdad? Y habría que acabar sobre todo con el mono naranja parece más peligroso que los otros.

El aprendiz de sombrerero comenzó por intentar notar una presencia "mágica" de una bola metálica con el número 409 pero lo único que notó fue el fuerte olor corporal de cierto grandullón cerca de él.

Pero no iba a rendirse tan fácilmente, Se puso a cuatro patas, sacó la lupa y comenzó a decir frases como cierto detective que había conocido no hace mucho.

Que interesante, mmm impresionante. Aunque no había nada ni remotamente interesante ni impresionante por allí.

Cuando se dio cuenta que repetir aquellas frases no lo harían más listo ni más observador, empezó a buscar rastros de una bola metálica rodando por el suelo, arañazos, o cualquier cosa fuera de lo normal, lo malo es que se acercó a la barrera y se golpeó la cabeza con ella dejando patente para todos los presentes que Aleksis no iba a encontrar la bola.

Mareado por el perfume de aquel tipo enorme me acerqué a él.

Perdone señor, me ayuda a buscar mi pelota, tiene el número 409 escrito en ella y es metálica. Y de repente Aleksis parecía un niño de cuatro años. Sin embargo en su foro interno estaba oyendo una agradable canción, llamada algo así como Nothing Else Matter que había oído cantar al gato rosa y negro de su mundo. ¡ Maldito gato de mierda !

Aquel gigantesco camaleón agarró la llave espada de Rayla con una de sus garras, mientras que con la otra, la usó para desgarrar la piel de la muchacha que lo había atacado de forma casi automática. Aquella batalla iba a ser difícil y más si Raanmar, Archival y Naoko no ponían de su parte para terminarla.

Aquellos tres monos azulados aprovecharon su oportunidad para atacar a los portadores de la llave espada, dos de ellos fueron a por la chica de cabellos rosados, pero tan solo uno logró golpear, debido a que la muchacha esquivó al otro mono; y el tercero fue en busca de pelea con Rayla, pero esta habiendo liberado la llave espada de la garra del camaleón pudo defenderse y contraatacar al mono.

Aquella gigantesca criatura de sangre fría parecía decidida con atacar a Naoko, primero cruzó el campo de batalla a toda velocidad para tratar de empalarla con su cuerno; pero esta logró esquivar el ataque saltando a un lado.

Habiendo perdido a Naoko y pasando de largo, este monstruo decidió usar la habilidad de lanzar rayos laser por los ojos para tratar de dañarla, pero aún con esto, la pequeña Naoko fue capaz de salir indemne del enfrentamiento.

De momento...

Aprovechando que el gigantesco camaleón estaba atacando a Naoko, aquella mona anaranjada decidió centrar sus ataques en el otro muchacho que estaba en escena y parecía ser más susceptible a recibir golpes de piedras, tal y como Raanmar hubo demostrado con su "Home Run".

Apuntando a Archival con el tirachinas, la mona disparó dos veces, acertando y dañando al chaval.

Aleksis no encontró absolutamente nada que llamara su atención. 

Tanto Zaki Yanko como Élan Saiki salieron a la plaza, y lo que se encontraron fue una escena normal, de gente normal haciendo cosas que la gente normal hacía. Pasear, leer un libro bajo la fuente, charlar tranquilamente mientras la brisa de la tarde les acariciaba...

Y porque eso nadie se lo cree, lo que realmente Zaki Yanko y Élan Saiki vieron fue a un gigantesco camaleón cornudo gigante luchando contra Naoko; un mono anaranjado disparando piedras con un tirachinas contra Archival, mientras Raanmar y Rayla trataban de recuperar el aliento aún en combate; en el suelo se encontraba en un charco de su sangre Oween, el cual por algún motivo ahora tenía una "e" más en su nombre. A si mismo había otros tres monos azulados gritando y haciendo gestos, más que dispuestos para continuar con su ataque.

Por otro lado, Caerulea, Nate, Dan y Aleksis parecían estar fuera, al igual que él, de la cúpula invisible. Unos más afectados que otros, y otros sollozando y gritando más que unos... y otro por el suelo rebuscando algo...

En definitiva, un martes normal.

Asrai Toujou llegó a la plaza, y lo que se encontró fue una escena normal, de gente normal haciendo cosas que la gente normal hacía. Pasear, leer un libro bajo la fuente, charlar tranquilamente mientras la brisa de la tarde les acariciaba...

Y porque eso nadie se lo cree, lo que realmente Asrai Toujou vio fue a un gigantesco camaleón cornudo gigante luchando contra Naoko; un mono anaranjado disparando piedras con un tirachinas contra Archival, mientras Raanmar y Rayla trataban de recuperar el aliento aún en combate; en el suelo se encontraba en un charco de su sangre Oween, el cual por algún motivo ahora tenía una "e" más en su nombre. A si mismo había otros tres monos azulados gritando y haciendo gestos, más que dispuestos para continuar con su ataque.

Por otro lado, Caerulea, Nate, Dan, Élan, Zaki y Aleksis parecían estar fuera, al igual que él, de la cúpula invisible. Unos más afectados que otros, y otros sollozando y gritando más que unos... y otro por el suelo rebuscando algo...

En definitiva, un martes normal.

Tras llegar a la plaza, no me podía creer que de un momento para el otro, se había vuelto totalmente mas raro que antes, al parecer pasamos de un día raro a un locura, pero me llama la atención como varios de estas personas de otros mundos, están luchando a solas contra criaturas que parecen ser de Fantasya... Yo recordaba pelear contra criaturas marinas y robots, pero no contra caricaturas o similares, debe ser algo de otros mundos... ay ya yay... que diría Petra en esta situación... 

En eso volteo a ver a Zaki y le digo:

¡¡HAY QUE IR AYUDAR!!!

Por impuso de héroe voy en ayuda, pero voy en ayuda de Naoko que parece tener problemas. Fue tan mi impulso, que olvide que tenia a un bebe en las manos y la jarra del abuelo en la otra. A acercarme a la chica con una postula heroica se hace presente. 

¡¡Descuide Señorita, el héroe de San Fransokyo junto al equipo Dinamo han llegado para salvar!!

Élan queriendo entrar en combate de forma apresurada se alza sobre los presentes con su arma en mano, o bien el bebé o bien el jarrón del abuelo; pero este finalmente se golpea contra la cúpula invisible que rodeaba el centro de la plaza. Haciendo que la jarra del abuelo se rompiera en pedacitos y el bebe comenzara a llorar desconsoladamente.

Aquella situación me tenía exhausto, tanto que perdí la oportunidad de golpear a aquel mono una vez -¡Mierda!- para colmo, ésta aprovecho y me disparo a la cara varias veces.

Empezaba a preocuparme, dos compañeros habían caído y yo estaba notando el agotamiento poco a poco, y encima no paraba de llegar más gente a la plaza -Si tan solo hubiera una manera de dejarlos entrar-.

Como fuese, esta vez no perdería la oportunidad de golpear, así que me abalancé de nuevo contra el simio naranja, esperando acabar con ella de una vez por todas. 

Maldita sea, al final me parece que no voy a poder saber nada hasta que acabe el combate. Yusuki... ¿Cómo has acabado así?

No podía perder tiempo así que me lance otra vez hacia el camaleón.

Toda la pelea iba de mal en peor. Y los demás no conseguían traspasar la barrera por mucho que lo intentasen. Encima, los monos azules se lanzaron sobre mí. Me habían ignorado todo el rato antes, pero ahora se habían encaprichado conmigo.

—¡Ah! ¡Ah! ¡Dejadme en paz! ¡Soltadme! —grité, a la vez que esquivaba como podía sus ataques. Pero no parecían entender a razones. Estuve tan distraída evitando sus ataques, que no logré hacer nada durante varios segundos.

Pero la cosa no acababa ahí. De repente, vi por el rabillo del ojo cómo el camaleón cargaba a toda velocidad en mi dirección, con el cuerno por delante. Por suerte, reaccioné a tiempo y me hice a un lado en el último momento. Lo miré con una sonrisita engreída y provocativa, al ver que pasaba de largo después de fallar. «¿Creías que ibas a pillarme por sorpresa? ¡Ja!». Justo entonces, abrí la boca y los ojos al ver que sus ojos brillaban. «Oh, oh». Pero al igual que el anterior, esquivé el ataque por los pelos. Incluso me pareció que se me había chamuscado un poco el pelo.

«Phew». Solo quedábamos cuatro en pie. Y yo estaba cansada, física y mentalmente. No podría lanzar muchos más hechizos, ni aguantar golpes. Lo mejor que podía hacer era arremeter con todo lo que podía al rival más peligroso: el camaleón. Por ese motivo, lo apunté con mi llave y le lancé un poderoso hechizo de hielo.