Partida Rol por web

A Less la pilla totalmente desprevenida y se come el globo.

Observo los globos mientras los esquivo

-Peeves ¿quieres que llame al fantasma sanginario? por si no has visto hay slyterins aqui y ellos podan decirle lo que haces

Al instante me callo puesto que en un arrebato momentaneo y sin pensarlo le acabo de amenazar a peeves.
Observo a mi alrededor en busca de ayuda

ho! no que acabo de hacer, acabo de meterme con el mas chismoso y vengativo del castillo

Eliatar se oculta tras una columna mientras la bomba de barro pegostoso se revienta sobre uno de los cuadros de la pared haciendo que sus figuras huyan hacia los cuadros más cercanos...

Peeves al escuchar las palabras de Valeria se paraliza en el aire y mira algo horrorizado a los slytherins para decir:
-N...No...- Y echar a volar escaleras arriba gritando despavorido, no sin antes haber lanzado el bote de pintura en el suelo.

Algunos de vosotros os encontráis casi dentro de la habitación mientras que otros buscáis la forma de largaros de allí lo antes posible creyendo haber cumplido con vuestro cometido. Sin embargo, y antes de que podáis hacer algo notáis que la sala comienza a cambiar rápidamente, como si otra habitación minúscula comenzara a crecer dentro de ella hasta abarcarla por completo.

La sala es totalmente blanca y está decorada con objetos, cuadros y banderas de las 4 casa de Hogwarts. En cada una de las paredes hay estantes enormes donde se apilan distintos objetos extraños, algunos humean, otros emiten extraños sonidos o silbidos o brillan de una forma especial. También hay algunas jaulas cubiertas que emiten extraños pero sutiles olores (seguramente han sido atenuados mágicamente)y muchos libros apilados por asignaturas. En el centro de la sala hay una larga mesa de roble con varias sillas tapizadas a juego con la sala.

Pero lo que les hace sentir ese vuelco en el estómago de terror es la nariz ganchuda que veis en la punta de la mesa, bajo esas espesas cejas negras y los ojos fríos que apuntan hacia ustedes junto a otras severas miradas...

En al mesa están reunidos el Profesor Snape, la Profesora McGonagall, la Profesora Vector y el mismísimo Ojoloco, quien parece haber presenciado todo el espectáculo a través de su ojo mágico.

Lo que yo decía, Snape. Lo que yo decía. Dijo Ojo Loco mientras su ojo no se despegaba de la puerta donde estaban los alumnos. 

Vaya, vaya, vaya. Dijo Snape mientras sacaba su varita mágica y comenzaba a juguetear con ella entre los dedos. ¿Pero qué tenemos aquí? Un montón de alumnos que giraron por el camino incorrecto, una escalera extraña y una puerta más extraña aún. ¿Qué ha pasado? ¿Os habéis perdido... criaturitas?

Snape arrojó la silla hacia atrás de un golpe y se levantó rápidamente, caminando como solo él sabe hacerlo y se dirigió hacia los alumnos que allí estaban.

¿Griffindor? ¿Ravenclaw? ¿Slytherin? Veo que tenemos de todo un poco aquí. ¿Se puede saber que demonios hacéis aquí? 

Ojo Loco se incorporó en la silla y os miró a cada uno con su ojo bueno y con su ojo mágico, y carraspeó.

Snape, en mi época no aceptabamos una interrupción de esta manera. ¡Y en la mismísima Sala de Profesores! ¡Esto merece un castigo ejemplar!

Snape titubeó un segundo al escuchar a Ojo Loco, pero después, sonrió.

Es verdad, Proofesor, tiene usted toda la razón. Dijo Snape sonriendo maliciosamente. Creo que una noche en el Bosque Prohibido realizando trabajos es un buen castigo para todos los presentes. Dentro de tres noches, cumpliréis vuestro castigo. Y ahora... ¡Retiraos!

Snape levantó la varita y con un ademán de su mano, hizo que una especie de barrera de aire os expulsara a todos hacia fuera de la Sala, cayendo cada uno completamente despatarrados en mitad del pasillo.

La puerta volvió a cerrarse con un estruendo y desapareció.

Por lo menos, no había rastro de Peeves.

Nynaevhe se apresuraba en bajar las escaleras tras Will, y pillando a Valdruk de la mano...
Pero entonces, todo sucedió muy rápido...

Pese a estar un poco lejos, vio cómo la sala cambiaba y... ¿Habían profesores dentro? Peeves huía y... Y...
Entonces, les pillaban...

"Oh no... Maldición...!"

Tragó saliva... Acababan de pillarles cruelmente. Y aunque estaba algo alejada, estaba claro que lo de "Ravenclaw" iba para ella, puesto que era la única presente de esa casa. Fulminó a Will y a Vald con la mirada. Todo había sido culpa de ellos...
Cuando les echaron de ahí, soltó a Vald de forma brusca, bajando las escaleras apresurada...
¡La habían castigado! ¡A ella! ¡Castigado!

Sentía cómo las lágrimas se le intentaban escapaban de los ojos, ésa era la peor cosa que podía sucederle en el mundo... Un castigo...

Aunque William no estaba junto a sus compañeros, estaba lo suficientemente cerca como para haber oído lo del castigo. Pudo haberse escaqueado, pero tras la desaparición de Peeves no atinó a bajar las escaleras para irse. Y encima, estando Ojo loco en esa habitación, William estaba seguro de que lo había visto también. Así que se resignó y tomó nota del castigo. Cuando echaron a sus compañeros, bajó con Nyna las escaleras sin decir nada, pensando en sus cosas.

Perfecto, vamos a buscar la Sala de los Menesteres y esta se transforma en la sala de profesores, recibiendo así un castigo. Pero si no fue culpa nuestra! -no puede evitar exclamar, apretando el puño. Aunque decide tranquilizarse, algo sigue rondando en su cabeza y no puede evitar soltar una frase cínica- Alguien tuvo que transformar la Sala vacía en la de los profesores. Muy ocurrente...

Leslie asiente con la cabeza agachada.

¡Menudo primer día de clases! ¡Todo había salido mal! Empieza a dirigirse hacia la puerta, aunque una vez fuera, espera a sus compañeros. Supondría que todos irían a la Sala Común y prefería no estar sola en estos momentos.

?????
?????
?????

Despues de un rato de estar pasmada por los ultimos sucesos empiezo a reaccionar ante lo que acaba de acontecer

Espante a peeves??? la sala se transformo en el aula de profesores??? acabamos castigados???

Si alguien me mirara todo el resto del año como una loca se lo perdonaria por que sentia que mi exprecion era justamente esa, la de alguien que no sabe nada de nada

Recuperando un poco la cordura bajo las escaleras

Necesito descansar

Todos os quedáis algo perplejos después de ser castigados, pero rápidamente os dáis cuenta de la situación y os retiráis cada uno a vuestra sala común mientras os sentís algo mal por haber sido castigados tan injustamente.

Una vez habéis llegado a vuestras salas comunes decidís permanecer allí hasta la hora de la cena, momento en el cual os dirigís al comedor mientras los rumores acerca de un grupo de despiadados o valientes alumnos (dependiendo de las distinas versiones que escucháis) que irrumpieron en la sala de profesores causando desastres varios (desde sacarle el otro ojo a ojoloco hasta haber transformado a Snape en cuervo...); se esparcen rápidamente.

La cena transcurre algo callada para vosotros a pesar de la notable excitación en las mesas. Una vez terminan de comer vuelven a sus dormitorios para descansar, contando con que mañana sea un mejor día que este.

Caminas con la cabeza baja por los pasillos del colegio hacia la sala común. Tus pasos resuenan en la cabeza, a cada uno que das escuchas el grito de Peter al recibir la maldición del prefecto de Hufflepuff.

Al fondo del pasillo ves a un "tontejón". Es amigo del prefecto y uno de los que odian a tu Peter: Bram O'Brien. Camina hacia tí con la cabeza alta y algo sonriente. Eso te duele aún más.

Brit alza la cabeza y observa al chico... sin más dilación, mete la varita en la mano y lo apunta, le da igual que él sea mayor que ella, le da igual que sepa, por lo tanto, más conjuros. Frunce el ceño y los labios, lo mira fijamente, y con un odio profundo.

Saca tu varita, O'Brien. - ordena.

Te mira sorprendido y no dice nada.

- Como quieras pero no te lo aconsejo...

Saca su varita...

Saca su varita muy rápido, realmente te sorprende lo ágil que demuestra ser. Realiza un gesto con ella sin decir ninguna palabra. Notas como tu varita quiere salir de tu mano y sin poder impedirlo tu varita vuela hacia el.

¡Ah!

Corre detrás de la varita... hasta que queda a un metro de él, cuando ya tiene su varita en la mano... vuelve a llorar de pura rabia, aunque no como antes, ahora no emite ningún sonido, ni hace nada más que mover sus hombros hacia arriba, por los sollozos. Sin más, dirige su pierna hacia atrás, y... le clava toda la punta del pie en la espinilla.

¡¡¡IDIOTA!!! - chilla histérica.