Partida Rol por web

- Joder. -me quejo al no poder hackear a Kagemusha.- Tenía que intentarlo.

Luego, al ver lo que apareció de detrás de las compuertas del hangar, corrí a ponerme a cubierto y empuñé mi Defender. - ¡Tenemos compañía! - grito para alertar al grupo. Y me preparo para disparar.

Tras ponerme el equipo, bueno. Hora de trabajar en equipo... vámos.

No sabia que estaba pasando pero iba a ver en que podía ser de ayuda.

El primer exoesqueleto golpea al Kris de Jonathan con su taladro antes de que éste tenga tiempo de reaccionar. La afilada broca de ferrodiamante arranca varias placas de blindaje cerámico pero por suerte no llega a traspasarlo...

Lía siente un ligero hormigueo en los ojos cuando activa su conjuro de escudriñamiento. Si alguien pudiera mirarlos ahora los vería completamente blancos por la magia del hechizo.

A su lado, el aura de Ángel presenta tonos negros de origen ultraterreno y bermellones por la diversión que le supone ver a Jonathan recibir el ataque de la máquina minera. Junto a Jonathan el aura de Alfred es un confuso y chispeante remolino de naranjas (miedo) y rojos (furia), cambiando rápidamente del uno al otro por la ansiedad. El aura del marine acorazado es similar pero añadiendo tonos azul claro que indican sus esfuerzos por mantener la calma y contraatacar.

Más allá de él no puede ver ninguna aura surgiendo a través de los exoesqueletos, lo que le indica a la hechicera que  alguien (probablemente Kagemusha) los está controlando a distancia

Lo tomaron por sorpresa, era el riesgo de llevar el sistema de sigilo activado, sus sistemas de detección tampoco funcionaban.  Se maldijo por no haber previsto que la IA ya habría tomado medidas y eso le costó un tiempo de reacción valioso, suficiente como para ser alcanzado por broca del arma improvisada de su enemigo.  No lo dudó, y aprovechando que su atacante estaba a quemarropa disparó su cañón de onda arcana.

El poderoso cañón de onda arcana de Jonathan vuela en pedazos el exoesqueleto minero revelando que no hay nadie en su interior. Un segundo exoesqueleto se abalanza sobre el Kris intentando cortarlo con un soplete de plasma...

Jonathan necesito que despejes la linea de tiro para poder apoyarles con el cañon desde la Manticora- digo  alistandome para disparar- a ver si podemos  librarnos de esas cosas...

Quería ayudar de alguna forma al equipo y dado que ellos estan teniendo una batalla distinta posible pueda utilizar los recursos de la nave, pero no quiero errores, si no despeja posible  haya fuego amigo cosa que no deseo.

Alfred escucha el disparo y se gira en la dirección en la que están los otros a tiempo de ver cómo Muller acaba con un exoesqueleto

-"Mierda"-empieza a correr para coger una buena posición para disparar ya que desde donde se encuentra puede dar a Jonathan o a Lia.Una vez que alcanza su objetivo se posiciona y apunta para disparar

El cuerpo de Lia se encoge ante las chispas desprendidas tras el impacto del arma de aquella cosa contra el marine pero no detuvo su retroceso cauteloso, pues seguía latente el miedo de ver de lo que era capaz Kagemusha.

Llegó un momento que podia ver las espaldas de sus compañeros. Fue entonces cuando se dejó caer sobre sus rodillas con los brazos abiertos apoyando la punta de sus dedos en el suelo, a la vez que emitia una especie de siseo. Su rostro descendió también como si se hubiera quedado congelada mirando un punto concreto.

- Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. ¿Dónde estas? - la mujer esperó en aquella extraña postura a que su compañero llegara hasta ella

- ¿Podrías hacer tropezar a alguna de esas cosas? - a pesar de que habia cerrado las comuniciones habló bajito, aunque el casco amortiguaba bastante el sonido de sus palabras. - Si nos alcanzan estamos acabados, mi pequeño Ángel. Démoles opción a los fuertes del grupo - su voz sonaba angustiada

Sabes que esos cacharros pesan media tonelada y yo apenas veinte kilos ¿verdad? - responde el ajeno - Pero si de verdad quieres que lo haga igual puedo inventarme algo que no acabe conmigo convertido en una mancha en el suelo. La destrucción de mi cuerpo físico supondría una molestia...

Ninguna siempre que os apartéis de la línea de tiro

Los exoesqueletos aquellos eran duros de cojones y probablemente un simple disparo no les haría nada por lo que apuntando lanzó una ráfaga contra una de aquellas cosas.Estaba en buena posición y Muller ya se había cargado a uno por lo que no dudó en tirar al que le pillaba más cerca de su posición

La ráfaga de Alfred impacta de refilón en el blindaje del exoesqueleto minero rebotando con un rosario de chispas incandescentes...

La mujer parece seguir de rodillas contra el suelo y solo extiende la mano un momento, pues la recoje rápidamente

- Se que te pido mucho, pero también se que tienes recursos. Lo último que quiero es que te pase algo - estiró la mano para acariciarlo, pero se detuvo en el último momento y volviero a recogerla