Partida Rol por web

- Sea pues. - digo. Jarno nos introducirá en el Asteroide.

- Espero que quien pilote el otro saltador sea tan bueno pilotando como Jarno. - comento.

- Por cierto, ¿que hay de esos Blaster Pesados y esos Chalecos?

El Orador Verpine toma la palabra y os comenta - este es el equipo que os podemos proporcionar. Estamos algo escasos de armas, ya que somos un pueblo pacífico, y siento que tengáis que ir con lo que tengáis - luego se vuelve hacia los saltadores para describir - cada uno de los saltadores puede llevar hasta cuatro pasajeros. Son repulsores de corta distancia, ideales para viajar entre los asteroides, pero no para ir a espacio abierto. Además, han sido recubiertos por un material reflector de sensores que debería confundir al equipo de rastreo imperial. Si todo va bien, en tres horas llegaréis a la estación espacial. Mucha suerte.

Los saltadores de asteroides salen del transporte Verpine sin ningún tipo de problemas. Observáis como a vuestro alrededor hay flotando varias docenas denaves pequeñas y medianas, todas ellas de arquitectura Verpine.

Un bote salvavidas como el que os trajo aquí se acerca a la zona en la que os encontráis, y es atraido por un rayo tractor desde uno de los navíos más grandes.

Jarno aprieta la palanca de repulsión y el saltador se aleja, dejando atrás a la flota Verpine mientras ésta se reune.

Sentís como la responsabilidad os atenaza unos momentos antes de avanzar rápidamente con agilidad y precisión.

- Veamos que nos depara el futuro. - pienso mientras observo a toda la flota Verpine a nuestro alrededor.

Justo en ese momento Jarno aprieta la palanca de repulsión y el Saltador deja atrás rápidamente a todas las naves que apenas unos instantes antes estaban junto a nosotros.

Antes de subirse al saltador, Zeenah, preocupada por el almirante, aparta un momento a Ackbar y le habla en voz baja.

- Señor, permítame recordarle que tenemos un topo a bordo. Procure no quedarse a solas con nadie.

Después de eso, sigue a sus compañeros al interior de la nave y toma posición en uno de los asientos para pasajeros junto a Ron y Luther mientras Jarno ya está trasteando con los mandos. Tiene ganas de ponerse en acción pero viajar por los asteroides no la tranquliza mucho, así que no puede evitar sentir una pizca de nerviosismo.

- Espero que sepas manejar este cacharro, Jarno...- dice en un tono que suena más a súplica que a suposición.

El viaje hacia Shantipole comienza sin percances, y vuestro piloto lo continúa sin problema alguno esquivando, gracias a los mecanismos especiales de vuestro transporte, todos los pequeños impactos que habríais podido tener en cualquier otra aeronave. A decir verdad, la cantidad de asteroides que pasa a vuestro lado os hace pensar si estaréis seguros en el vehículo, pero con el tiempo comenzáis a mostraros cada vez más tranquilos.

Ha pasado casi una hora sin problema alguno, pero vuestra radio comienza a captar una señal desconocida que aumenta en intensidad.

- Parece algun tipo de codigo - señala Luther mientras aguza el oido - dejadme un momento a ver si puedo deducir de que se trata -

- Adelante. - le digo a Luther.

A toda la velocidad que da nuestro saltador, pegandome a las estelas de los asteroides que se cruzan en nuestro camino, avanzamos hacia nuestro objetivo.
En el interior de la estrecha cabina del saltador, se pueden escuchar dos sonidos.
El primero de ellos, es el zumbido, que a menudo se torna agudo, de los repulsores gemelos que impulsan la nave.
El viaje es movidito, como a mi me gusta, y los pobres repulsores, mas de una vez, parecen gemir al darme toda su potencia para esquivar alguna roca que se cruza en nuestro camino.
El segundo sonido, soy yo silbando alegremente cierta tonadilla que aprendí en uno de los antros del nivel inferior de Coruscant.
Si, se nota que estoy de buen humor ante la posibilidad de hacer saltar por los aires, a otro montón de imperiales.
En ese momento, una luz parpadea en la consola de control y yo, callo y conecto el audio.
Parece un código cifrado y sin girar la cabeza, tras escuchar a Luther y Ron, me limito a añadir.
Esperemos que no sea una fuente de problemas imprevista. Os recuerdo que este trasto no porta armamento de ningún tipo.

Tras afinar el osciloscopio y los tonos, a la vez de cambiar la frecuencia levemente, descubrís que la jerga que se emplea es la del Imperio, y que se trata de algún tipo de droide.

Cuanto más avanzáis, mejor es la señal que va captando Luther con los aparatos de la nave, por lo que deducís que os estáis acercando mútuamente.

Con un último ajuste, Luther consigue romper la seguridad de la conversación, por la que os enteráis de que el droide, un droide de exploración del imperio, aún no ha descubierto a la flota Verpine, aunque si continúa el camino que sigue, llegará, en una hora apróximadamente, hacia ésta, dejando en una situación muy delicada a ésta.

La habilidad de Jarno para navegar entre asteroides queda más que demostrada después de una hora de vuelo sin percance alguno, pero justo cuando Zeenah empieza a relajarse, una señal que no augura nada bueno interrumpe la alegre melodía del piloto... y la tranqulidad de todos.

- Mierda...- suelta la twi'lek en un tenso susurro- tenemos que cargarnos a ese droide, pero si nos lo cargamos... sabrán que algo los acecha, no es así?

- Me temo que si mi querida Zeenah. Aunque si conseguimos destruirlo sin que nos detecte y antes de que mande ninguna señal quizas se crean que ha chocado con un asteroide. Ese es un fallo tipico de estos dispositivos y por eso no se suele mandar uno solo de ellos sino un gran numero para evitar falsas alarmas - respondio Luther poniendo su mejor tono didactico.

Por si fuera poco con el baile que tengo con los asteroides. Ahora también he de preocuparme de un puñetero droide explorador.
Gruño, naturalmente, y tras los comentarios de mis compinches suelto.
No vuelvo a meterme en una mision de combate desarmado. ¿Y ahora que?.
Sera mejor que pensemos algo rápido. Ese droide no ha de detectar a la escuadra verpine. Si lo logra, todo el plan se puede ir al carajo.
Y como no es algo que este dispuesto a aceptar. Mis ojos ya recorren las inmediaciones buscando algún asteroide no demasiado grande y rote sobre si mismo mientras sigue un curso en dirección al droide.

Noto como Jarno da media vuelta para interceptar al Droide. Rápidamente busco los controles del armamento de la nave.

En el scanner,el punto parpadeante que muestra la localizacion del droide, crece y crece.
Y yo, sigo driblando entre los asteroides buscando uno que rsulte apto para lo que tengo pensado.
Entretanto, Ron se pone a pulular por la estrecha cabina del saltador.
Ron, compinche, si por casualidad estas buscando cualquier cosa con la que disparar, lo siento pero vamos desarmados. Si. Nuestro querido Ackbar, se ha lucido esta vez.
No obstante, yo que tu me sentaria. Si tenemos suerte, toca maniobrar al estilo que tanto me gusta.
¡Ah!. ¡Ese tono de voz otra vez!. No necesito mirar atras para saber que mis compañeros, vuelven a cruzar miradas algo inquietas.