Partida Rol por web

Regresais a la hora prevista al punto de reunión en las afueras del pueblo, cerca de la carretera por donde vinisteis, pero aún no ha aparecido ninguno de vuestros compañeros...

Sigámosles pues, pero a gran distancia...

-Si volvemos con Böhm, éste pondrá aqui los explosivos y Birnbaum inutilizará el oruga. No podremos hacer más sin que nos descubran...Mejor, estar organizados. Tranquilo Hastings, a mi tambien me gustaria hacerlo ya mismo, pero tienes que tener un poco de paciencia para proporcionar un mayor golpe... y más destructivo.- sonrio poniendole la mano en el hombro. -ficken, le entiendo perfectamente, yo tambien me muero por actuar ya, en vez de hacer de vigia.-

Hans y Hastings regresan al punto de reunión para encontrar allí a Martin y Rudolf montando guardia, nerviosos. Del teniente y Karl aún no se han tenido noticias...

Aguardais ocultos en un callejón lateral a la posada a que los oficiales salgan del establecimiento. Unos minutos más tarde se oyen ruidos en la entrada y voces despidiéndose en voz baja. Veis pasar a los oficiales polacos y os apresuráis a seguirles.

Os conducen hasta un edificio de tres pisos grande y con el tejado a dos aguas situado en una de las calles del pueblo. El suelo está cubierto de adoquines y frente al edificio hay aparcado un jeep militar. Hay un poste telefónico cerca del edificio, seguramente conectado al del puesto de carretera. No hay guardias en la puerta y el jeep aparcado ante la entrada parece ser el único vehículo militar de la zona.

Karl se mantiene oculto entre las sombras siguiendo al grupo con gran sigilo, pero Dirck tropieza con un adoquín suelto y suelta un inconsciente reniego en voz alta. Los oficiales se quedan parados en las escaleras de entrada al cuartel y se giran hacia vosotros. Descubren la silueta de Dirck en la oscuridad y le gritan algo en polaco.

Tras escondernos un poco y tendernos para vigilar más cómodos, vemos unas figuras acercarse. Van en silencio y algo agazapados, girándose a todas partes como esperando el ataque de cualquier sombra, no hay duda, son de los nuestros.

Es agradable que otro grupo regrese, ya sólo pueden descubrir a dos de los nuestros.

Se están demorando mucho, espero que sea por haber encontrado un objetivo jugoso.

Qué gusto de ver vuestra cara. Hemos encontrado un edificio que puede ser un acuartelamiento y un vehículo. Si Karl tiene a bien, unas cargas y adios a los angelitos sin enterarse. ¿Habeís encontrado algo interesante?

Verdammte Scheisse! maldigo por dentro. Busco mi cuchillo para mantenerlo en la mano, oculto pero preparado. Aprovecho que no me han visto, a ver si se acercan y podemos acabar con ellos silenciosamente.

Si están a una distancia considerable, le susurro a Dirck No mires hacia mi posición, no me hables. Intenta que se vengan acá y que le gane la espalda a uno que sea. Me encargo de ese y tú del otro. Hazte el borracho que se ha perdido o algo así.

"Por fin... la verdad es que empezaba a preocuparme" Escucho a Martin mientras comenta al resto nuestros hallazgos y espero que el oficial SS Kruger y Hastings nos comuniquen los suyos.

-Hemos encontrado el polvorín, y un oruga. Es un buen sitio para poner cargas, y que tú, Birnbaum, inutilices el vehiculo.- expeto a los soldados.

¡Inútil! ¡Eres un inútil! ¡De todas las operaciones de los últimos años tienes que hacer ruido en la única que no debías hacerlo!

Rápidamente me quito la gorra, la cual denota mucho mi origen escondo el rifle con la longitud de mi cuerpo, apoyado en la pierna y lejos de su vista y me acerco mucho a una pared, fingiendo que vomito, y hago movimientos bruscos y torpes, mientras balbuceo algo en ningún idioma en particular, haciéndome el borracho tal y como ha recomendado el soldado Böhm.

Mientras, busco lugares bastante oscuros hacia los que dirgirme si se acercan, cosa que espero que no hagan, mientras miro la bayoneta que tengo en su funda.

Si vienen me meto a un callejón, rápidamente calo la bayoneta y se la clavo al primero que asome, y que le den a la operación...

Los tres oficiales se ríen ante tus movimientos creyéndote realmente borracho. Uno de ellos te señala y dice algo a los otros dos que le siguen la broma. Después los tres hombres entran en el edificio cerrando las puertas tras de sí. Estáis solos en la calle.

"Jawohl, Herr Kruger... mas, ¿no deberiamos esperar a Herr Oberleutnant Von Heiser para informar y recibir ordenes?

Mientras replico al oficial de las SS, noto como si el circulo que formaban mis compañeros se ampliase y me dejasen solo frente a Herr Kruger... "Imaginaciones mias...." Una pequeña gota de sudor helado se desliza patilla abajo de mi rostro... haciendo que un escalofrio me suba de la rabadilla hasta el cogote...

-No era una orden directa soldado... tranquilo.- frunzo un poco el ceño al mirarle.

-Por cierto cerca del almacen hay un par de polacos haciendo vigilancia. Y por ultimo  dentro del almacen de madera hay un semioruga  con ametralladora, ademas de 3 jeeps morteros y municion. -Tras rascarme un poco la barba comento: -Os deseo suerte parece que a vosotros os ha tocado el gordo.

-Pero de todos me empiezo a preocupar... ¿Es posible que los hayan encontrado? -Tras encararme al oficial de la SS le pregunto: - Señor, ¿me permite subir a un arbol para  mirar con la mira del fusil y ver si veo algo?

-Hagalo Hastings.- Digo sin rodeos tras mirar el reloj de mi muñeca. -Sin en 5 minutos no han venido, asumo el mando y damos el golpe.- digo friamente mirando a los soldados.

-Gracias señor.

-Tras darme permiso el oficial, busco un arbol lo suficientemente alto como para ver bien el pueblo, y lo suficientemente frondoso como para no ser visto facilmente.

-Tras intentar la escalada, procedere acontinuacion a observar con la mirilla el pueblo principalmente en la zona por donde se ha dirigido el teniente. De paso seria buena idea ver si tengo buenas vistas como para actuar de francotirador sobre todo el pueblo.

Nos hemos librado esta vez, sorprendido por unos polacos, ¿puede haber algo más humillante? Volvamos con el equipo y organicemos el ataque, ya sabemos dónde encontrar a los oficiales y algún número de soldados, quizá aquí sea un buen sitio para que Hastings haga su trabajo.

Bien soldado, respire, volvemos al punto de encuentro.

El Teniente y Karl regresan antes de los cinco minutos que propuso Hans. Hastings, subido a un árbol fue el que dio el aviso de que los veía venir por la calle principal del pueblo. Media hora después de que os separarais, estáis otra vez reunidos en la carretera de entrada a la villa. Son las tres de la madrugada en punto, 1h y 45 minutos antes de la invasión del país.