Partida Rol por web

por mi seguimos también

La travesía en dirección a Noruega transcurrió con lentitud. El comando sabía que la zona hacia la que se dirigían estaba plagada de submarinos alemanes que operaban en grupos. Los "Wolf Packs" como los llamaban los británicos. Sus objetivos más apetecibles eran, por supuesto, los barcos de mercancías que traían suministros desde lugares tan lejanos como Canadá o Estados Unidos. Durante el trayecto los marineros les hablaron poco, ocupados como estaban en sus tareas. Les dieron de cenar, por supuesto, pero aquella comida insípida no hizo más que sentar un peso en los estómagos de los soldados.

Después de un tiempo que se hizo eterno, el suelo volvió a inclinarse a medida que el buque regresaba a la superficie. El comandante del navío entró entonces en la sala donde los comandos mataban el tiempo ya fuera hablando en voz baja, revisando su equipo o dormitando.

-Capitán Miller. Estamos en posición. En dos minutos emergeremos a la superficie. Se les proveerá de un bote neumático con el que remarán hacia la costa. A partir de ahí ya es todo cosa suya, capitán. Cuando hayan logrado el objetivo, utilicen la estación de radio del pueblo. Enviarán un mensaje en código morse que rezará "los pájaros están en el nido". Esa será la señal para que mis hombres vayan en botes a la costa y los saquen de allí -el comandante miró su reloj-. Son las 11 de la noche, hora local. El sol sale a las 3:52 horas. Eso les da un margen de unas cinco horas para cumplir su misión. Si no es así, el sol se volverá a poner a las 9:35 horas. Si no he recibido ninguna noticia suya a las 10, supondré que han muerto o han sido capturados y que la misión ha fracasado, con lo cual abandonaremos estas aguas. Espero que no sea así. Buena suerte y buena caza.

Carrick toma nota mental de las instrucciones del oficial a bordo. Nada fuera de lo habitual, salvo porque tenían poco tiempo para posicionarse, sacar a esos muchachos y evitar que esos cabrones de alemanes les pillaran con las bragas en la mano en mitad de todo el operativo.

Carrick se santigua. Es una costumbre que tiene justo antes de emprender una misión. Aunque no es precisamente un completo feligrés, sabe que en alguna parte, alguien cuida de él y evita que le hayan volado el culo en más de una ocasión.

Carrick se vuelve hacia los compañeros que tiene al lado.

-Es la hora... un montón de hermanos dependen de nosotros. Creo que ya han pasado mucho tiempo fuera de casa...

Me reuno con mis compañeros y les pregunto:

¿Que os parece el plan? Yo lo veo bien, no creo que nos esperen ya que ni nosotros sabiamos nada de la misión. Teoricamente esto sera una acción facil, entrar y salir... Pero... ya sabemos como suelen ser nuestras acciones faciles.. jejejee.

Una ultima revision a mi equipo me dice que todo esta en su sitio. Solo falta la orden de nuestro oficial para ponernos en marcha. La hora se acerca.

Angus ajustó todo su equipo de nuevo antes de ponerselo y reunirse con el resto, donde escuchó las palabras de sus compañeros:

- Creo que es cierto, es hora de salir de aquí y acabar el trabajo lo antes posible...

Parecía decidido a acabar el trabajo de modo rapido y eficaz.

Jose se junta con sus compañeros para  comentar los detalles de la misión.

- Sí, parece fácil. Pero luego ya veremos. Recordemos que es territorio enemigo y que los alemanes estarán ojo avizor. Además, no olvidemos que se trata de marineros no muy duchos en combate. Esperemos que no sean un lastre para salir de allí.- les comenta a sus compañeros.

A ver que tal el viajecito en bote hasta el objetivo. Esperemos que haya suerte y salga todo bien.

- Yo estoy listo, cuando usted ordene, mi teniente.- se dirige hacia su oficial.

Me acerco al resto de mis compañeros para comentar el plan:

Esperemos que sea tan fácil como lo pintan. Entrar y salir... suena bien. Ya sólo me falta echarme un maldito cigarrillo a la boca y todo será perfecto.

El capitán Miller se despide del oficial del submarino con un saludo militar.

-Gracias comandante. Cumpliremos nuestra misión dentro de ese plazo, delo por hecho ¡Caballeros, en marcha! Es hora de hacer turismo.

El capitán sale de la sala de reuniones mientras el resto del comando recoge sus cosas y le sigue por los pasillos claustrofóbicos de la nave. Una escalerilla les lleva hasta la escotilla de salida. El submarino permanece en la superficie meciéndose suavemente en las aguas noruegas. Unos marineros han botado una balsa de goma con bastante espacio para todos. Frente a vosotros, las impresionantes montañas que conforman los fiordos os observan desde una altura impresionante. Más allá de esas moles, el imperio nazi subyugaba a otra nación libre.

La villa pesquera de Tysnes se encontraba en el interior de los fiordos, oculta en el interior de esos canales que la naturaleza había construido. Sólo Larkin tenía nociones de navegación y manejo de botes así que fue él el que organizó a sus compañeros en turnos para remar. El submarino no se atrevía a entrar en los canales así que había que remar un largo trayecto de casi tres horas de duración. Eso les dejaría con un margen de unas dos horas para cumplir la misión antes de que saliera el sol. Miller maldijo el tiempo que estaban perdiendo remando como si fueran un grupo de amigos yendo de pesca. Si la evacuación les iba a llevar otras tres horas, esperaba que no fuera bajo fuego enemigo.

Hacia las dos de la mañana, hora local, se avistan las primeras luces costeras de Tysnes. 

Pepe, remo en mano, observa las luces del pueblo objetivo. Con un susurro da voz a un pensamiento común.

- Camaradas, nuestro objetivo.- sentencia con voz fría. No le gustan los botes. La última vez que se subió en uno fue para cruzar el Ebro, corría el año 1938 y las bombas de la aviación nacional caían cerca, destrozando las pasarelas y reventando hombres que se quedaban flotando en las aguas.

Espero bajarme de aquí echando leches. Odio todo esto. Si esos ingleses no fueran tan acojonados nos podrían haber dejado más cerca, ahorrando tiempo y fuerzas.

Tres horas remando. Mis brazos temblaban tanto que apenas conseguía acertar a coger mi paquete de cigarrillos cuando conseguimos avistar las luces del pueblo. Dando por imposible fumar un pitillo, dejé de remar durante unos segundo para observar la costa:

Señores, pase lo que pase a partir de ahora, sepan que han sido unos grandes compañeros.

Angus miró a Caparso, mientras remaba y pensaba en todo lo acontecido en el viaje, tantos lugares, tantas razones para ir, tantas pruebas para volver a casa, la vida del guerrero. Angus no dijo una palabra sobre ello, era lo habitual:

- No seas melodramática, todos saldremos de esta... - Miró al horizonte un segundo.- Pero si, ha sido un jodido honor...

El mar empezaba a arrugarnos, y para mis adentros pensaba:

Desde luego, no estábamos hechos para el agua, al contrario que esos tipos silenciosos del submarino que dormían junto a sus torpedos... Madre mía... Ahora toca trabajar, y eso lo cambia todo... Concentración...

Venga muchachos, un poco mas y ya estamos, atamos este neumático viejo por ahí, y volvemos cagando leches. A ver si todo sale bien, preparados para saltar a tierra y desplegarnos.

Carrick procura remar lo más rápido que puede, administrando bien sus fuerza. Les harán falta cuando hayan dejado el bote. Pone la envoltura al fusil para que el agua no lo estropee, y cada cinco minutos se asegura de que sigue seco.

- No hay que ser agorero, Caparso - dijo con una media sonrisa. - verás como mañana a estas horas estamos viendo como te despacha una tabernera...

Cuando ya se encuentran cerca de la costa, la expresión de James cambia por completo. No es miedo, no es nervio, no es seguridad en sí mismo... más bien es una total carencia de emociones, propia del que sabe que puede que no le queden muchas horas de vida... pero lo mantiene en silencio, no quiere exteriorizarlo a sus compañeros, que ya de por sí tendrán sus propios demonios en la cabeza.

- Cuando diga, oficial...-

Había sido una travesía 3 horas nada más y nada menos y esto solo era la ida, me puse a remar para ayudar al resto, que fuese el oficial no significaba que no arrimase el hombro con mis muchachos, una vez nuestro objetivo quedaba a escasos kilometros, que el pueblo se pdía divisar ya a lo lejos sentí un escalofrío que recorría mi espalda de principio a fin y cerre los ojos unos instantes, después volí a abrirlos y solté el remo poniendome medio derodillas en la barca y alzando mi mano señalando hacía el lado derecho de la orilla para desembarcar, después hablé bien bajo

-Bien muchachos, a llegdo la hora de la verdad, a mi orden os bajais de la lancha y abris un perimetro de seguridad alrededor de , quiero la zona de desembarco segura, nunca se sabe que se puede encontrar uno

Después obseve a todos unos instantes estaba algo nervioso pero debía manener la compostura

La barca se fue acercando a la costa. El teniente Miller señaló a una pequeña cala que formaba una especie de playa de rocas y hacia allí dirigieron el bote. Nada más tocar la orilla, el grupo saltó a tierra y tiraron del bote sacándolo del agua. Caparso y Pepe vigilaban con los rifles preparados mientras el resto ocultaba la embarcación tras unos peñascos. Después el grupo se abrió en círculo inspeccionando los alrededores cercanos que, afortunadamente, estaban vacíos. El pueblo descansaba a lo lejos como en una postal a unos trescientos metros.

Carrick comienza a dibujar en la arena con un rudimentario e improvisado puntero (vamos, un palo) un pequeño mapa de lo que debería ser su situación actual.

-Señor... - dijo mirando al teniente - usted dirá... deberíamos buscar el acceso más rápido. El tiempo no es nuestro aliado precisamente y aún contamos con el factor sorpresa.

José estaba agachado y apuntando hacia la oscuridad con el máuser, atento a cualquier movimiento en la noche.

Bueno, ya era hora, al final hemos llegado. Espero que esos ingleses no se caguen de miedo a las primeras de cambio y podamos salir de esta enteritos.

- Deberíamos movernos, aquí perdemos el tiempo.- susurra esperando las ordenes del teniente.