Partida Rol por web

- Sin comentarios, mi teniente.-

dice Márquez dejando claro que por su parte está todo correcto.

Otra vez volvemos a la acción necesitaremos el equipo apropiado.

Buenos días jefe:

Me gustaría comentarte una cosilla a ver qué te parece. Sé que voy un poco tarde pero creo que mejoraría las conversaciones en esta partida (O tal vez no...Quién sabe, nunca sabes cómo resultan estas idas). La cuestión es que cada vez la gente quiere saber más, y es normal, porque están contentos al haber salido bien la misión anterior, y preguntan (espero) por las armas y similar (por cierto creo haber encontrado un manual). La cosa es que yo suelo ser muy ordenadillo, y me pone los pelos de punta que se desvirtué las escenas de misión (no sé si a ti te pasa lo mismo) pero es que escribir en el off para preguntar estas cosas entre el grupo de los aliados es complicado, por a quien marcas y similar. Así que ahí va mi propuesta:

¿Se podría crear (a parte del que ya hay claro está que es necesario un lugar donde todos coincidir) un foro OFF para el grupo aliado y otro para el Germansky? Es para poder preguntar todas estas cosas técnicas y de equipo o de misión que son solo del grupo aliado (y supongo que los germans tendrán similar asunto) sin desvirtuarte la escena de misión 4. ¿Podría ser?

Lo pregunto porque estoy en una partida de 20 jugadores, en la que son 4 grupos de 5, dirigidos por 4 máster diferentes, y cada grupo tiene su OFF a parte del OFF general donde todos coincidimos. Es más que nada para no desvirtuarte la escena con preguntas y demás. No sé cómo lo verás. Yo lo planteo simplemente para eso, no ensuciarte a lo bestia tu escena de misión y similar. Todo por ayudar no por otra cosa.

Un abrazo muy fuerte. (Aquí ando, escribiendo desde un teclado de los años 90, que al mio se le ha jodido la barra Espacio... y este antiguo suena como una vieja ametralladora Maxim.... Es terrible... XD)

Bueno, segun lo que me ha comentado Caparso... Pues la verdad es que no se, tu eres sargento, osease Feldweber. Pero puedes elejir lo que prefieras, echa un ojo a tu ficha y mira en que tienes más habilidad. Lo cierto es que espero y toco madera que esto acabe siendo intrascendente, no necesitemos hacer uso de las armas y que no nos pillen con uniforme aleman, porque... Ejem... Tengo entendido que tras pasar por las manos de las SD (Sicherheitsdienst), que eran el servicio de seguridad de las SS y se las hacian pasar putas a todo el mundo como reto personal, te acababan ahorcando...Ejem...

Pero espero que no pase eso. De todas formas algo hay que llebar, el jefe de escuadra llebaba una Schmeisser, aunque tu decidies, si prefieres mauser, pues mauser, segun tengas mas habilidad.

He estado viendo un poco el reglamento de las armas y similar, y creo que al final me decido por la P38, puesto que tiene los mejores atributos de todas las armas en cuanto a alcance y daños (¿Se le puede aplicar silenciador?):

21 cms de longitud, 950 gramos de peso, una 9 mm. con cargador de 8 balas y las distancias y dificultades en metros son: Muy Fácil: hasta 6 metros, Fácil: 7-12, Normal: 13-30 metros, Difícil: 31-90 metros; Muy difícil: 91-130.

En cuanto a armamento principal me quedo con la MP38 (No la MP 40, que en reglamento tiene peores atributos que la Schmeisser 38). La MP-38 tiene:

80 cms de longitud, 4200 gramos de peso, una 9 mm. con cargador de 50 balas y las distancias y dificultades en metros son: Muy Fácil: hasta 8 metros, Fácil: 9-16, Normal: 17-80 metros, Difícil: 81-245 metros; Muy difícil: 246-355.

No se porque la MP-38 figura con un cargador de 50, cuando la MP-40 figura con uno de 32. Supongo que bueno, segun lo que explica el reglamento, tubieron que sustituir la 38 por la 40 para abaratar costes. Será por ello que la 40 tiene peores atributos que la 38, pese a ser del final de la guerra, y ser introducida en 1940, frente a la 38 que sirvio desde 1939.

Los siguiente cuatro días os dedicáis a preparar concienzudamente lo que vais a necesitar para la incursión en territorio enemigo y a comunicarlo mediante mensajes cifrados a los partisanos holandeses. El tiempo apremia y, a medida que pasan los días, la situación en Europa se hace más desesperada: otros dos países más, Rumanía y Eslovaquia, se han unido a la maquinaria nazi y parece que nada puede detener a esta plaga que amenaza con engullir el mundo.

Finalmente el día 24 ya estáis preparados. Vestidos de paisano y completamente desarmados, subís a bordo de un barco mercante que os llevará directamente hasta Den Helder, en Holanda. En vuestros papeles pone que sois simples marineros que llevais ya un par de años a bordo. El barco zarpa esa mañana escoltado por dos destructores británicos para protegeros de los submarinos alemanes. La travesía es bastante tranquila y, al anochecer, atracáis en el pequeño pueblo. Un par de soldados nazis comprueban los papeles de los que bajan a tierra. Apenas lanzan una mirada a los vuestros mientras os lanzan un escueto saludo antes de dejaros seguir. Inmediatamente sois abordados por dos personas que os saludan efusivamente en holandés mientras os hacen señas de que les sigais. Una vez fuera de la vista de los alemanes, os dan la consigna que los identifica como los partisanos con los que tenéis que contactar.

Posteriormente os llevan hasta una taberna. El dueño os saluda con gravedad mientras cierra la puerta del local y atranca las ventanas. El establecimiento está vacío y os acomodáis en una de las mesas mientras que el dueño os trae pan, vino y queso fresco.

El viaje en barco no fue mal, pese a que sabíamos que el peligro no se encontraba en la superficie de los tranquilos mares. Una vez en tierra tomamos contacto con los primeros soldados del tercer reich. Amables a su modo, nos saludaron sin darse cuenta de que puto comando más peligroso de cuantos operaban, había pisado tierra y se movía entre ellos muy tranquilamente.

La bienvenida de los partisanos locales no fue nada mala. Entre saludos y abrazos nada disimulados en plena cara de los alemanes, nos acompañaron a una taberna que fue cerrada para la ocasión. El vino (del que solo probé un culin que me sirvieron como gesto de cortesía para no ofender a esa gente que tanto arriesgaba) y el queso del que di buena cuenta me sentaron de maravilla. Algo estaban preparando mientras nosotros almorzábamos, seguramente sería el equipo que utilizaríamos en la misión.

Allí, en esa mesa, en ese territorio invadido por una plaga, mis compañeros eran los únicos en quien podía confiar. ¿Qué tal vamos? ¿Todo bien muchachos? ¿Listos para cambiar de piel? Jejejejeje. Dentro de poco nos calaremos el casco de acero, temporalmente espero... Jajajaja. No hay nada que me dé más asco que lo que representa... Comento mientras tomo otra tajada de buen queso holandés.

 Los compañeros partisanos se habían portado. Carrick tuvo ocasión de compartir algo de tabaco con un tipo que chapurreaba algo de inglés. Llegaba el momento de dar el cambiazo. Los nervios estaban a flor de piel. Sin duda esta misión era distinta a todas las demás. No era sólo meterse en un lugar inhóspito, al amparo solo de la noche y arrastrarse por el barro hasta tener un objetivo claro y apretar el gatillo. La misión en el ghetto requería de una sutileza de la que no habían hecho gala hasta ahora.

Pero una cosa era segura, si volvían con el objetivo cumplido, serían el comando más cojonudo que jamás tuvieron los aliados. Pero procuremos no vender la piel antes de cazar al oso.

- Listo, teniente Larkin... espero que no les cojáis cariño a estos trapos...

Comprobó el equipaje. La eficiente maquinaria alemana contaba con un armamento y una tecnología de guerra abrumadoras. Ciertamente la férrea disciplina de la que hacían gala sus oficiales y soldados intimidaba un poco. 

Echó un último trago al vino, bastante corto, simplemente para mojarse los labios. 

Después de echar la pela varias veces durante el trayecto en barco, Márquez se alegró enormemente de volver a tierra firme. Allí pasaron el primer control de soldados nazis, tampoco fue precisamente exhaustivo y no tuvieron ningún contratiempo más. Una vez contactados con sus enlaces en la zona, el comando se dirigió a una taberna.

Parece que esto marcha, al menos la fase inicial.

Pepe tomó un trago del vino que le ofrecían y comió el queso y el pan. Necesitaba llenar su estómago después de vaciarlo en reiteradas ocasiones a lo largo de su viaje marítimo.

Ya totalmente reestablecido el ex-republicano español hizo un gesto de asentimiento hacia su teniente.

- La cosa va p'alante. No obstante, cuanto antes nos provean de armas mejor. No me gustaría toparme con una patrulla alemana y tener que reventarles la cara a hostias.-

les comenta por lo bajo, esperando acontecimientos.

Acepto la comida y el vino de buen agrado, ya que el viaje me había abierto el apetito. Hoy notaba especialmente contento al Teniente, y siempre venía bien un poco de alegría antes de meternos en el fregado.

La cosa marcha, teniente. Será mejor que disfrutemos un poco de esta hospitalidad antes de meternos de lleno en la mierda.

Después de dejaros cenar con tranquilidad, el tabernero recoge los cubiertos y los platos en silencio mientras que los dos hombres que os saludaron vuelven para sentarse con vosotros.

-Espero que no hayan tenido complicaciones durante el viaje -empieza uno hablando inglés con un fuerte acento-. Tenemos preparado sus nuevos uniformes en la trastienda. Hemos conseguido todo lo que han pedido, aunque ninguna arma demasiado pesada como panzerfausts. No es tan fácil y no creo que una patrulla como la vuestra lleve ese tipo de armas -del bolsillo de su chaqueta saca un grupo de pasaportes y documentos-. Sus nuevas identidades y los permisos para poder circular por territorio nazi como unidad penal. Según esta orden tenéis que trasladar a dos prisioneros políticos de vuelta al ghetto de Varsovia. Esos prisioneros son hombres nuestros y os ayudarán a contactar con los partisanos polacos. Mañana os presentareis en el cuartel alemán y ellos os llevarán hasta Amsterdam. Desde ahí cogeréis un tren militar directo a Varsovia pasando por Berlín.

Adentrándonos en la boca del lobo, para luego salir por el culo... Desde luego este viaje va a ser muy sucio... Reflexiono sobre las palabras de nuestros contactos. Parece un buen plan, y desde luego, si queremos salir vivos de esta habrá que cumplir los horarios y los pasos de control que la unidad tiene asignada en las ordenes de viaje. De toparnos con una patrulla de los cazadores de cabezas... nos echarían el lazo al cuello más rápido que un polvo a una puta de Hamburgo...

Pienso bien en todo lo que nos será necesario para la misión y les pregunto a nuestros nuevos camaradas. ¿Mapas de la zona? Abro el estuche de documentos pertenecientes al equipo de oficial y miro en su interior mientras pienso: Vete a saber a quienes pertenecían estos uniformes... La verdad es que mucha pena no me da... Un Leutnant menos del que preocuparse.

¿Quiénes serán los dos hombres que vendrán con nosotros haciéndose pasar por prisioneros? Me gusta conocer lo más posible a quien va a ser mi camarada en una misión. Camarada es algo exagerado, vosotros vais a ser colaboradores por el momento, camaradas solo son los aquí presentes, con quien he sangrado. Sin duda mis compañeros habrán notado el tono de ese "Camaradas", prácticamente imperceptible para alguien con un inglés aprendido. 

Una vez en el punto donde hay que cumplir el principal punto de nuestras ordenes, deberemos intercambiar a uno de los hombres que nos acompañen por el paquete en cuestión. ¿Está todo listo para ese hombre? No quiero intercambiar una vida por otra, sea cual sea la que hemos venido a buscar. ¿Lo comprenden no? Espero que ellos sí, porque no me lo he creído ni yo conforme lo decía. ¿Podrá salir luego de la zona sin problemas su agente?

 Carrick echa un vistazo a los documentos que les han facilitado. Los observa detenidamente. En todos sus años de carrera habría imaginado que tendría que hacerse pasar por un jodido nazi. Parecía que aquí los compañeros partisanos tenían el tinglado bastante bien montado. Si eran tan eficientes probablemente ya le habrían dado algún golpe bajo al comandante alemán de turno y los boches estarían con toda su atención puesta listos para desenmascararles al más mínimo descuido.

Escuchó las últimas palabras de Larkin. Su misión era sacar de allí a ese hombre, y era más prioritario sacar la información que él tenía que él mismo. La guerra es así de puta, pero las órdenes eran órdenes. Al menos el destino que le podía esperar a quien cambiaran por el retenido era mejor que el que habían sufrido algunos de sus compañeros, pasados a cuchillo en una azotea en mitad de la nada. No era su estilo dejar a nadie abandonado a la buena de Dios en mitad de este jodido caos, pero nunca sabes con lo que te vas a encontrar y sin embargo lo único que te puedes asegurar a tí mismo, es que después de cada batalla, nunca vuelves a ser el mismo.

Sonrió plácidamente cuando les dijeron que les habían conseguido prácticamente todo. Los alemanes eran todos unos psicópatas con uniforme, pero había que reconocer que la maquinaria que gastaban era tan precisa como manejable. Esperaba no tener que recurrir a ello, pero si llegaba el momento y las cartas venían mal dadas, pondría a prueba la eficiencia de las armas alemanas.

Mientras da un último sorbo al vino carraspea y mira a Larkin.

- ¿Crees que esto colará? - no dudaba de aquellos hombres que les habían facilitado los documentos, pero si quería saber que él era el único inseguro del grupo. Total, mucha pinta de alemanes no tenían ninguno, pero un uniforme, poca luz y algo de suciedad pueden hacerles ser lobos entre corderos. ¿O quizá sería al revés?

- Precioso, un "tour" turístico por media Europa ocupada. La cosa va a ser difícil, pero puede hacerse.-

les comenta a los suyos Márquez. Tenía toda la pinta de ser una misión suicida en toda regla, sobre todo porque no hablaban alemán con la suficiente fluidez y se iban a pegar un generoso trayecto en tren con - suponía el español- un montón de soldados de la Whermach.

- Al menos esta gente se lo ha montado bien y han conseguido el material. Esperemos que funcione.-

les dice mirando un documento escrito en un indescifrable alemán.