¿Qué narices son esos gritos? Sonaba a humano... ¿Créeis que puede ser nuestro jefe o es que alguien se ha colado en la torre? -preguntó, consternado, a sus compañeros.
Lo que está claro es que en este trabajo no hay ni un minuto de descanso, joé...
Miró a su dulce reina y le pidió su opinión.
¿Qué quieres hacer Bonnie? ¿Subimos a mirar o hacemos como que no hemos oído nada e investigamos el resto de la planta baja?
Luego de una extensa recorrida entre tropiezos, transpiración y sonrisas perdidas, llego a la planta baja junto a Batracius (my Lord Sapo) y Bill (el ermitaño) hasta un sector donde diversos caminos emergían delante de mis ojos. ¿Cuál escoger? Por un lado, una curiosa escalera caracol tal vez nos incitaba a la aventura porque desde allí alguien nos pedía a gritos, su salvación y nos demostraría lo valientes como así también, buenos lutines que somos (cosa que no es cierta) y lo conocido o aburrido se presentaba como una pobre opción a elegir (puagg eso no).
Con férrea decisión, tomo la mano de Batracius y con mi pequeño dedo señalo las escaleras. - ¡Por la aventura! ¡Probemos nuestra valentía! - expreso en un tono animado, dejando pasar los comentarios de mi "futuro novio lutin/sapo". Y sin más que hacer, tironeo de su mano para emprender la marcha hacia el descubrimiento de lo que allí se encontraba.
-Nada, vosotros a lo vuestro que el viejo Bill no pinta nada aquí, a parte de salvaros el trasero a los dos...- susurraba mientras seguía a aquellos dos tortolitos de camino a la escalera.
-Y encima a subir escaleras! Quien me mandaría a mí meterme en éste jaleo...- dijo con resignación.
Comenzáis a subir las escaleras. Arriba se siguen oyendo gritos de mujer y voces que resaltan menos y que reconocéis como la de varios de vuestros compañeros. Pero justo antes de llegar al rellano de la primera planta, veis que el último peldaño ha sido quitado. El tablón está ahí a un lado como si alguien lo hubiese dejado olvidado.
El hueco que ha quedado es de dimensiones considerables, ya que los escalones están hechos para que sean cómodos para un humano y por tanto, son demasiado grandes para vosotros.
¿Pero qué?... ¡Si juraría que el escalón este lo estaba reparando alguno de los demás justo antes de irnos hacia los jardines!
Batracius estaba sorprendido ante el imprevisto obstáculo. Se rascó la cabeza dándole vueltas al asunto.
Yo puedo cruzar sin ningún problema, pero no creo que saltar ese agujero sea seguro para ti, Bonnie -dijo mirando con afecto a su querida princesa- ni para ti tampoco Bill, la verdad -añadió al reparar momentáneamente en su fornido compañero.
No es el mismo escalón. De hecho, podéis ver el arreglo que hicieron más abajo. Este es el último escalón antes de llegar al rellano.
- Jummm.... - voy pensando en aquel escalón faltante mientras escucho con atención a Batracius. - Vamos a colocar la madera de nuevo, entre los tres podemos hacerlo y luego subir sin tener que saltar. No estoy gorda pero mis pequeños pies no llegan hasta el rellano. - sugiero luego de hacerle ojitos a Batracius.
Sabía que Bill era grandote y fuerte, por lo tanto no nos costaría demasiado colocar el escalón para seguir con nuestro destino. - Bill... ¿Nos ayudas?- pregunto al lutin mientras lo contemplo.
Estaba claro que Patitas podría pasar sin problemas, seguramente incluso podría lanzarlo con sus propias manos hasta el rellano, era taaaaan flaco... Pero su majestad era otra cosa, necesitaban una alternativa.
La idea de Bonnie tenía sentido, si colocaban el tablón en su sitio deberían de poder pasar sin problemas.
-Claro, vosotros dos agarrad un extremo y yo agarraré el otro- dijo frotándose los brazos enérgicamente para calentarlos y escupiendo en sus manos para ganar agarre.
Vale, intentemos eso. ¿Créeis que será estable para pasar? Me parece un poco precario... -contestó Batracius algo reacio.
-¡Claro que sí!- decía Bill mientras golpeaba con su mano abierta el tablón que debía darles acceso a la planta superior. -¿No ves? Resistente como la espalda de Rodegar "Tres Dedos", en la que casi a diario se rompían cuatro o cinco sillas en las broncas de la taberna "El Lutín Bravucón"-.
-Aguantará, seguro- dijo con una sonora carcajada.
-¡Claro que lo es! - respondo a Batracius con una sonrisa en mis labios carnosos de lutina. - Tiene razón Bill y además se me ocurrió una mágica idea. - sugiero ahora con mis manitas en la cintura mientras pongo una pose idónea para decir algo importante.
- Batracius subirás primero y desde allí nos esperas a que subamos el resto cuando terminemos de colocar la madera. De esa forma nos aseguraremos de que todos podamos subir, por ejemplo es apoyar los pies en el tablón, estirar los brazos mientras Bill ayuda con los pies, luego... Con Batracius te ayudamos tironeando de ti, todo en el caso de que falle. - explico mientras me coloco en el extremo opuesto del tabló y espero a mi querido enamorado para que nos ayude.
Como digáis -contestó ya más reconfortado ante la seguridad contagiosa de Bill y el apoyo de Bonnie a la idea.
Se colocó junto a ella y juntos agarraron el tablón mientras Bill hacía lo propio en el otro extremo, aupando el tablón para colocarlo en la posición correcta sobre el hueco de la escalera.
Colocáis la madera sin demasiado problema y pasáis por encima del peldaño y aunque está suelto y convendría fijarlo con puntas para evitar que haya una desgracia posteriormente, para ahora servirá.
Pasamos a la escena "primera planta".
El gato se acerca a ti mientras le tiendes la lata de comida. Ves su forma incomensurable acercarse, relamiéndose, aún con los restos de tu compañero colgando de sus fauces. Sudas la gota gorda rogando que se coma la comida y se vaya, sin más. Pero lo cierto es que el gato sí se acerca, pero lo que está haciendo por el momento, es oler lo que le estás ofreciendo, sin mucho convencimiento.
Ya puedes contestar.
Algorímedes, presa del pánico al ver los restos de su compañero busca apresuradamente una sombra donde esconderse. Quizás los bajos de un mueble, una baldosa mal colocada o una sombra. Algo, lo que fuera o fuese.
Motivo: Esconderme
Tirada: 3d6
Resultado: 2, 1, 5 (Suma: 8)
Exacto, era esto! Tiro dados para esconderme.
El gato, sorprendido por tu rápido movimiento deja de fijarse en la comida y se fija en ti. Por lo que se puede ver, está más necesitado de juegos que de comida. Te persigue combinando saltos y carrera pero consigues meterte a tiempo debajo de un mueble. El gato se tumba en el suelo e intenta cazarte metiendo una pata por debajo del mismo. Su pata, provista de unas grandes y afiladas uñas se acerca peligrosamente a ti. En ocasiones incluso acaricia tu cuerpo causándote algún pequeño rasguño. La situación no podía estar más al límite.
Motivo: Percepcion gato
Tirada: 3d6
Resultado: 8
Motivo: Percepcion gato
Tirada: 3d6
Resultado: 4, 2, 5 (Suma: 11)
- Ay madrecita mía que este es mi final - piensa Algorímedes mientras esquiva los zarpazos del gato. La única solución era esperar ayuda de algún compañero así que no se lo pensó más y gritó.
- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Sacad este maldito gato del medio. Si lo llego a saber, le ato las patitas y lo aso en la cocina.
Nadie responde a la llamada de Algorímedes. Trunxky parece haber fugido despavorido al ver el gato y el resto de tus compañeros, hasta donde tú sabes, quedaban en plantas superiores.
El gato sigue intentando atraparte con sus zarpas. Te pegas todo lo que puedes a la pared y de momento sigue sin alcanzarte. Pero sus uñas te pasan muy, muy cerca. Si no ideas algo pronto, tus días como lutín no tardarán en llegar a su fin.
Motivo: Zarpazo gato
Tirada: 3d6
Resultado: 6, 3, 3 (Suma: 12)
Vuelvo a probar uno de mis trucos: hacerle estornudar con mi dominio del polvo mirando de crear una nube de polvo en su hocico.
Motivo: Crear nube de polvo
Tirada: 3d6
Resultado: 5, 3, 3 (Suma: 11)