Partida Rol por web

Conocimiento de Santiago: Bajo. Conoces poco de Santiago ya que llevas un par de meses estudiando allí. Sabes llegar a la facultad, a los centros comerciales y también a la casa de alguna amiga. Pero si te preguntan por calles o por sitios no sabrías explicarte bien.

Domicilio: Piso compartido con dos compañeras en la zona del Ensanche.

Amistades: Eres amiga de tus dos compañeras de piso, y también te llevas bien con Antía (una compañera de clase). Esta última se encarga de enseñarte la ciudad y de paso has conocido a sus amigos que son con los que sueles salir por Santiago.

Cosas que sabes: Sabes que el hermano de Uxía (Xabier) y su novia estuvieron envueltos en un asunto bastante turbio. Uxía no te comentó mucho más pero fue algo gordo ya que una vez escuchaste de un compañero de clase que había participado en un tiroteo. 

Trabajo: Estudiante a tiempo completo (si quieres buscar algún curro avisa y concretamos).

Viernes 3 de Diciembre de 1999

El día amanece nublado lo que no es una novedad en Santiago de Compostela. En los meses que llevas aquí has comprobado que hay más de cien formas de llover y todas ellas pueden suceder en un sólo día en la capital de Galicia. Además el invierno se presenta frío, habías escuchado que por aquí helaba de verdad y lo comprobaste a principios de Octubre cuando empezaron las "xeadas" como les llaman por aquí.

Miras el reloj y son las 10:33, es Viernes y no tienes clase. La semana que viene tenéis vacaciones hasta el Jueves por lo que es un fin de semana largo y esperas que muy entretenido. Has quedado en ir comer a casa de Antía, y luego salir de marcha con ella aunque primero tendréis que ir ver un partido de su hermano y del chico que le debe interesar a Uxía porque ella no es futbolera según tienes entendido pero últimamente no se pierde un sólo partido del equipo de su hermano.

El gris de la mañana, el de todas las mañanas, se filtraba entre las rendijas de la persiana mal cerrada. Y me había sentado en la cama sintiendo la piel erizarse bajo la camiseta. Las 10 y media. El frío, en aquella tierra, mordía.

Aún me costó un segundo abrir del todo los ojos. Y me estiraba alborotándome el pelo de la nuca mirando a mi alrededor en busca de las gafas. Hoy sería un día largo. Un día para mí. Hoy iba a ser un buen día.

Me levanté para sentir el frío del suelo de gres en los pies. La casa estaba en silencio, a esas horas Zenaida ya haría un par de horas que habría salido de casa, y Carla....

Me dirigí de puntillas hasta su cuarto. Con Carla siempre cabían varias posibilidades. Podía estar durmiendo la mona, podía estar acompañada, podía no estar...Abrí la puerta despacio para asomar apenas un ojo. En el poco tiempo que llevaba allí había aprendido a ser cuidadosa. Ensayo-error, decía ella entre carcajadas. En mis retinas solo quedaba el error. En todo caso, aquel día la cama estaba perfectamente hecha, inmaculada. Relajé el gesto y abrí del todo la puerta. Carla no había dormido allí.

Volví al comedor para rebuscar entre los cds desordenados sobre la cómoda que nos hacía las veces de mueble de comedor. Lo tenía todo planeado. Había quedado con Uxía sobre la una, pero saldría un poco antes de casa para intentar comprar algún postre y un vino de camino... Giré la cabeza sobre el hombro buscando por la habitación... Tenía que coger la cámara. En aquella ciudad nunca sabía una dónde iba a aparecer un rincón soñado, una foto perfecta. Y en todo caso, estaba segura que Uxía agradecería un buen reportaje gráfico de aquel partido soporífero al que me arrastraba. O, por lo menos, estaba segura de que agradecería una buena instantánea de alguno de los jugadores.

Un cd de Tom Waits buscó mis dedos. Bone Machine? Perfecto... Desenchufé el “huevo-cassette-cd” que habíamos comprado entre las tres hacía poco.  Distorsionaba y era un poco mierda, pero antes de salir de casa tocaba una buena ducha hirviente.

Y no hay buena ducha si no hay buena música...

Decides pegarte una buena ducha. Estás sola en casa y no crees que nadie se queje así que aprovechas y te relajas en ella. Tras secarte y vestirte ya estás preparada para salir aunque al mirar por la ventana se te quitan las ganas...está lloviendo a mares (lo que suele ser normal).

Miras el móvil que te regalaron tus padres cuando te viniste a estudiar a Santiago para poder llamarte directamente por si te llegó algún mensaje cuando estabas en la ducha y compruebas que Antía te envió un mensaje desde el móvil de su hermano. Típico en ella que se ha pulido el saldo en menos de una semana, la verdad con esto de los mensajes 1000 pesetas no duran nada y a ella menos que se pasa todo el día enviándolos.

El mensaje dice de que podéis quedar en una librería que queda a dos manzanas, tardas medio minuto en ubicar la librería. La verdad recuerdas haber pasado delante de ella pero nunca has entrado aunque no tenía mala pinta. Bueno así por lo menos podrás usarla como mula de carga cuando compres el postre y el vino; y te reirás un poco de mañana que nunca viene mal.

El pelo aún húmedo sobre los hombros y húmedo el mundo a mi alrededor. Cómo era posible? Siempre, siempre lluvia. Dramática di dos golpes con la frente en la ventana y suspiré empañando el cristal. En fin... por lo menos, con un poco de suerte, el chaparrón cancelaría el partido ese de fútbol al que me condenaba Antía... Aunque a saber. Aquellos gallegos parecían hechos de niebla y aguaceros. Si a algo no le temían, era a la lluvia...

Me encogí de hombros y volví al armario para recoger mis botas de agua mientras me quitaba las converse rojas de los pies. Nunca las llevaba realmente atadas, así que no fue difícil; y me senté en la cama para calarme la goma de las botas. Empezaba a sentirme como un coche. Siempre con los pies encauchutados.

Me levanté apoyando las manos en el colchón y cogí mi chubasquero rojo y el paraguas verdoso que me tuve comprar apenas bajé del avión. Bolso, monedero, llaves, móvil.. Un bufido se me escurrió entre los labios. Tendría que renunciar a mi preciosa Pentax LX y elegir a la mucho más modesta Canon ixy.. Total... con aquella lluvía Uxía no me iba a dejar parar a hacer fotos, y para echarle instantáneas a su rollete ya había de sobra.

Cerré con llave al salir y bajé deprisa los escalones. Por lo menos, el quedar en la librería, me había alegrado la mañana. Había pasado varias veces por delante y nunca había encontrado la excusa para entrar, así que caminé deprisa, pisando todos los charcos, hasta llegar a la vidriera que exponía los libros. Cuando entré noté un silencio reconfortante y con una sonrisa a la dependienta, y después de dejar el paraguas en un cubo justo al mostrador, me dirigí a la sección de fotografía. No tenía mucho dinero pero... quien sabía? Quizá encontrase alguna pequeña joyita antes de que llegara mi amiga...

Entras en la librería, se llama "Follas Novas" (Hojas nuevas en gallego). Es una librería muy amplia la verdad, posee dos pisos. En el superior (muy iluminado) están los superventas, los libros de texto, cuentos, etc...en el piso inferior están los libros antiguos y misteriosos. Hay tres dependientes: un señor de mediana edad, una chica pelirroja y un joven de tu edad más o menos que ahora mismo está llevando una caja de libros para el piso inferior.

Tu amiga no tarda en llegar. Entra en la librería sonriendo como siempre, la verdad es que rara vez no sonríe.

- ¡Bos días! - te saluda mientras te da un par de besos - ...veo que llegaste temprano... - ojea los libros que estás viendo - ...libros de fotografía...leer eso le llamo estudiar en el tiempo libre...

Luego echa un vistazo por la librería como buscando a alguien pero parece no encontrarlo.

 Ver entrar a Antía era como ver salir el sol. Randiante. Siempre estaba radiante. Por mucha juerga que hubiésemos tenido la noche anterior, por mucha falta de sueño que acumulara en su cuerpo, la sonrisa de Antía siempre era resplandeciente.

Me dejé besar contagiada de su sonrisa. Y me encogí de hombros cuando, como siempre, se metió conmigo por empollona. Cómo si hacer fotos no fuese otra cosa que disfrutar para mi...

-Sí, bueno..... Oye! he pensado que vamos a ir a comprar un vinito y un postre, no? Pago yo. Qué te parece? Algo contundente y que engorde mucho...jajajajaja- lo ausente de su mirada me hizo volverme con la ceja enarcada para recorrer la librería sin saber qué estábamos buscando.. - pero.. a quién buscas? 

Se hace la despistada cuando preguntas a quién busca pero sonríe picaronamente. 

- Me comentaron que hay un dependiente muy guapo en esta librería... - te dice susurrando - ...es Brais, un chico que juega al fútbol con mi hermano...¿lo recuerdas?...pelo corto, ojos claros, barba de un par de días...cuerpazo...

La verdad es que muchos de los compañeros del hermano de Antía tienen esa descripción. La verdad es que ese equipo de fútbol tiene a unos cuantos jugadores "apetecibles" pero crees recordar a cierto media punta al que Antía le gritaba mucho en el último partido...

Pero ella cambia de tema al momento y añade.

- El vino y el postre a medias...aunque seguramente te pida prestado unas mil pesetillas que mi querido hermano no soltó ni un mísero billete...y sólo era la cuarta vez que le pedía en la semana...

Sabes que te lo devolverá al llegar a casa (siempre lo hace) pero te sigue haciendo gracia que le pida dinero a su hermano. Al parecer lo funde todo nada más tenerlo en sus manos.

-Brais?

Me giré para otear con ella la librería, estirando mucho el cuello y poniéndome de puntillas para asomar mis gafas sobre las estanterías.. Uhm... Brais.. ojos claros... cuerpazo.. barbita... La imagen de uno de los jugadores empieza a tomar fuerza en mi memoria, poco a poco, como una de esas imágenes a las que les haces zoom y de repente están completamente enfocadas...

-Oh! Brais... sisisisisi...

Realmente, Brais era un niño muy... fotografiable.

Pero en seguida Antía tira de mi y de nuevo la imagen se desvanece.. Mil pesetas? Incorregible.

-Mil pelillas.. jaajajajajajaj.. Ains, claro, mi niña. Anda vamos. Vino tinto, pero.. qué postre compraremos? Qué tal algo típico de aquí?- me dirigía hacía el cubo que contenía mi paraguas mirando con un poco de nostalgia los libros de fotografría. Volvería otro día a por un par de ellos. -Prometo que un día de estos te voy a hacer los panellets de mi tierra. Te van a encantar...

La puerta y la lluvia al otro lado. Miré mis pies hundidos en las botas de agua. Pero por qué siempre tenía que llover?  

Salís de la librería sin haber visto a Brais, es posible que esté abajo o no esté trabajando. Camináis hacia una pastelería cercana a la librería, queda en la misma calle así que no tiene pérdida. 

- Típico de aquí es la tarta de Santiago, podríamos ir a la Mora a comprarla. Es donde mejor la hacen sin duda, o las bicas...pero prefiero tarta...mmm...en el Airas Nunes hacen la mejor tarta de chocolate o de queso del mundo mundial...podríamos pasar... - comenta Antía antes de quedarse muda al leer de pasada un titular de la prensa, concretamente de El Correo Gallego. Aunque también lo ves en el Faro de Vigo y La Voz de Galicia.

Lees lo que pone al lado del titular:

"Joven estudiante de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) es secuestrada en la zona vieja de la urbe compostelana alrededor de las doce horas. Se desconocen los motivos que han llevado a este secuestro, testigos afirman haber escuchado los gritos de la muchacha en unas obras situadas al lado de la avenida Xoan XXIII"

-Tarta de Santiago?... nah, eso ya lo probé mil veces.. Creo que yo también prefiero tarta de chocolate. Dónde dices que está esa Airas Nunes?

Aún caminé unos diez pasos antes de darme cuenta de que estaba hablando sola. Y me sentí estúpida mirando a mi alrededor para no encontrar a nadie a mi lado..

-Pe... pero dónde...?- me ajusté las gafas con el indice mientras parpadeaba incrédula. Antía se había detenido delante de un kiosko y miraba estupefacta las revistas... O eso creí. -Pero oye niña... que me dejas hablando sola para mirar vete tu a saber que chorrada de famoset...

La voz se me congeló en lo labios y la sangre en las venas. Los titulares eran impactantes. Un secuestro?

-Por favor.. - me había acercado al kioskero – podría darme esos tres periódicos?- mi mano rebuscaba en el bolso para tenderle el dinero – Sí, sí... los tres, por favor. - la mirada busco la palidez de Antía por encima del hombro. Yo me sabía igual de pálida. Quién podría ser la chica? Intentaba recordar alguna niña bien del campus por la que se pudiese pedir un buen rescate... Un escalofrío me recorrió la espalda.

Dioses, un secuestro... 

- Creo que es mejor pasar de la tarta... - dice Antía con una cara extraña - ...debemos ir ahora a ver a mi hermano...seguramente esté en el taller, tenemos que contárselo...

Te agarra la mano, y la notas nerviosa. Te parece extraño porque no tiene pintas de asustarse con facilidad. Puede que conozca a la chica pero sigues leyendo y ves que la chica estudiaba en la facultad de medicina y es natural de Santander. No es santiaguesa y nunca escuchaste a tu amiga nombrar amigas cántabras. Parece ser que hay otro motivo para este nerviosismo...

 Intentaba sujetar los periódicos mientras ella tiraba de mi. Qué ocurría? No recordaba haber visto tan nerviosa a Antía jamás, e intentaba seguir leyendo buscando el detalle que había desatado aquella reacción desmesurada.

-Pe.. pero Antía.. - me dejaba arrastrar, demasiado preocupada para otra cosa. -a tu hermano? Ahora? Pero qué pasa? - no es que me importara ir a ver a Xabier. La verdad es que era un niño encantador y me caía genial... pero todo aquello era, como poco, extrañísimo. Sí, claro que era alarmante que hubiesen secuestrado a una chica pero, en realidad.... a nosotras qué? Hablaríamos un par de semanas del caso y luego lo olvidaríamos, sin más.- Es que la conocía tu hermano? 

- No...es que hace unos años mi hermano se vio envuelto en un suceso similar...y a la chica la secuestraron en el mismo sitio...y por la foto que sale...digamos que ella y Silvia son muy parecidas... - la chica es pelirroja - ...y son demasiadas coincidencias...y a Michi y a mi hermano casi los matan... - ves que se está poniendo demasiado nerviosa y hasta las lágrimas asoman por su cara. Parece que el recordar lo que sucedió hace años le está afectando. - ...es mejor hablar con él, sabrá que hacer...sí...es lo mejor.

Por sus palabras intenta convencerse de que su hermano tendrá la solución. Conoces poco a Xabier pero es un chico muy formal y que impone respeto (mido metro ochenta y está bastante fuerte) aunque tiene cara de bueno.

El taller de carpintería de la familia de Antía queda a las afueras así que es necesario que cojáis un bus o un taxi. El más rápido es el segundo sin dudas pero también más caro.

-Verse... envuelto? Cómo que verse envuelto? Cómo se ve uno envuelto en un secuestro? - Antía estaba desconocida, realmente atemorizada, y yo seguía dejándome arrastrar cada vez más confundida. De qué iba todo aquello? La detuve en seco, tirando de su brazo para que me mirara.

-Pero vamos a ver, Antía... Quién es Silvia? Cómo que casi les matan? Quién haría algo así?? Mira.. no entiendo nada. Pero está claro que vamos a gastarnos esas mil pelas en un taxi para ir a ver a Xabier- desaté mi mirada de ella para levantarla en busca de uno – Y me lo cuentas todo tranquilita... y desde el principio.

Permanecía atenta a la carretera, algo nerviosa yo también, en espera de ver aparecer el cartelito de taxi encima de algún coche. Aún no me acostumbraba a que los taxis allí no fueran negros y amarillos. Y entorné la mirada sobre el hombro a mi amiga, a la que seguía sujetando por el brazo. Estaba tan pálida...

-Todo va a ir bien, preciosa... ya verás. Seguro que es una coincidencia estúpida. No sé que pasó entonces pero ahora no va a pasar nada. Tranquilízate, cielo...

Cogéis un taxi en la parada de la Plaza de Galicia. Antía le indica la dirección del taller de carpintería que queda a las afueras de Santiago concretamente pasado Lamas de Abade (a dos kilómetros de El Corte Inglés).

El coche de Xabier está aparcado fuera, es un Seat Ibiza negro del año 95. El taxi os deja a unos veinte metros para no tener que meterse y dar la vuelta. Pagáis la carrera que al final son sólo 400 pesetas. Antía se baja corriendo y entra en el taller. Tras pagar al taxista caminas hacia la puerta del taller cuando en ese momento escuchas una voz detrás tuya...

- ¿Quería algo? - te pregunta una voz joven con claro acento gallego.

Te giras y ves a un chico de pelo castaño con barba que camina hacia ti con un hacha en la mano izquierda apoyada en el hombro. No tiene apariencia agresiva pero si fuera de noche en esa zona seguramente te habrías acojonado. En su cara se divisa una amplia sonrisa mientras dice:

- Eres amiga de mi hermana...me suena de haberte visto con ella.. - en ese momento su cara se ensombrece y pregunta - ¿Pasó algo? 

 Xabier era un tipo realmente impresionante. Y aquel hacha no hacía más que darle un aspecto aún más recio, más.... Era difícil de explicar, una mezcla de inquietud y serenidad, feroz e inofensivo. Cómo le retrararía? Inclinaba la cabeza levemente a un lado mientras le veía acercarse. No costaba mucho imaginarle como el Robinson perfecto.

La sonrisa que se le dibujaba en la cara pronto se le difuminó de los labios y los ojos. Y yo deje de asentir a su sonrisa para ser espejo de su gesto grave.

-Sí.. sí. Soy Perséfone, Perse... soy amiga de Antía. - los dientes aprisionaban el labio inferior, nerviosa -Antía te busca dentro. Yo.. yo no sé... no me dijo mucho - negaba ahora con la cabeza, un oscilar que provocó el leve caer de las gafas y que obligó al gesto automático de la mano a colocarlas en su sitio. - pero ella quería hablarte de.. esto...

No sin cierto recato le tendí el periódico. Si a Antía le había causado tanta impresión... qué provocaría aquella noticia en Xabier?  

Xabier coge el periódico y puedes ver que una sombra oscurece su sonrisa. Al momento lo notas serio e incluso algo frío.

- Será mejor que entremos, es normal que Antía se preocupase...no es ninguna broma, tres años después los sucesos se repiten...

Te acompaña amablemente hasta el taller.

El lugar donde trabaja Xabier es un sitio más pequeño al lado de la nave principal. Según ves él se dedica a labores de ebanistería más que a la carpintería industrial.  Es un lugar acogedor y cálido, tiene una estufa de aceite encendida y puedes ver una cafetera humeante.

Antía está dentro con ojos llorosos y se la ve preocupada. Xabier te mira y te dice:

- Toma asiento y sírvete una taza de café. 

Se acerca a Antía y la abraza. Esta rompe a llorar pero tras cinco minutos parece calmarse. Se giran hacia ti y Xabier dice:

- La chica que fue secuestrada hace tres años es amiga nuestra, ayudamos a rescatarla y Álvaro y yo casi acabamos presos tras un incidente en una finca en la calle Galeras. Lo que pasó anoche es la historia repetida, chica pelirroja y en el mismo sitio...seguramente la sacaron a través del alcantarillado. Es el sistema viejo que da a las catacumbas de la zona vieja. 

Ves que Xabier mantiene la calma aunque se le ve tenso. Antía parece más tranquila y se sirve una taza de café con mucho azúcar.

- Tendré que avisar a Michi para que vaya a casa de Sil porque me temo que la prensa la querrá interrogar...

Va hacia un pequeño despacho donde tiene un teléfono, un ordenador y mucho material de dibujo y diseño. Cierra la puerta y volvéis a quedar a solas Antía y tú.