Partida Rol por web

Silvia se despidió de los chicos tras asegurarles de que irían a algún lugar seguro. Observó como salía el último y cerraba la puerta del piso. Un suspiro salió de sus labios y volvió a mirar a Ricardo. 

- Sí, voy a coger algo de ropa. Si quieres ir llamando de mientras al taxi, usa mi fijo - . Le dijo, señalando de nuevo el teléfono que había estado usando Xabier. 

Estaba nerviosa. Habían vuelto a secuestrar a su tocaya. Habían aprovechado el momento en el que habían bajado la guardia y todos se habían volcado en ella. He sido una idiota... ¿Por qué había creído que querían ir a por ella? ¿Por venganza? Pero... Después de tres años, ¿Por qué no dejaban a su amiga tranquila? 

Con esos pensamientos y un ligero temblor de manos, Silvia se dirigió a su dormitorio. Cogió una maleta pequeña y la llenó con un par de mudas, el pijama, su cepillo de dientes, el secador de cabello, la plancha... Cuando quiso darse cuenta, la maleta casi ni cerraba. Suspiró y sacó la plancha y un par de tonterías más. Había metido la ropa de cualquier manera, tenía prisa por salir de allí...

Ricardo llama a radiotaxi y en diez o quince minutos tendréis uno delante de la puerta de casa. Ricardo ha pensado en un buen hotel y el mejor en Santiago es el Araguaney. Queda en la zona nueva, cerca de la plaza de Galicia y es un buen hotel con seguiridad y famosos porque allí trabajaba Boris Izaguirre que está empezando a despuntar en la televisión gallega y en las nacionales. Eso sí la noche será cara pero una noche o dos os la podéis permitir.

A los veinte minutos veis que un coche ha llegado al portal de la casa de Silvia y espera tras pitar una sola vez para que sepáis que ya está abajo. Desde la ventana veis que es un modelo largo de coche, un mercedes por las formas y lleva la luz en el techo característica de los taxis en la ciudad.

Ricardo se había quedado en esa sala luego de haber llamado a un taxi, se aseguro de que fuera uno de sus números guardados, de esas compañías confiables para luego pensar a donde podía ir... La verdad es que habían opciones, pero cuando levantaba la mirada para dirigirla hacia donde se debía encontrar Silvia, la respuesta se le vino a la cabeza en segundos porque no podía arriesgarse a ir a cualquier hotel y además, se podía permitir algo por un par de días.

Silvia necesitas ayuda? El taxi llegó.

Era lo que él decía justo luego de escuchar la bocina del taxi luego de varios minutos, esperando que ella estuviera lista y al mismo tiempo, por desgracia, no pudo evitar pensar que si seguía caminando hacia el cuarto de Silvia, podría ser la oportunidad perfecta para ver como era su cuarto, espiar un poco mas y hasta conocer algo que ella posiblemente no mostrara... Pero al final se detuvo prefiriendo esperar a que ella le dijera algo.

Tras preparar la maleta y dejarla en el suelo, Silvia se había quedado sentada sobre la cama, con la mirada perdida y los nervios encogiendo su estómago.

No fue consciente del paso del tiempo hasta que escuchó la voz de Ricardo. Pestañeó y miró hacia la puerta.

- ¡Oh...! Vale, ya voy... - Dijo mientras hacía un repaso rápido a sus pertenencias. Sus pupilas se detuvieron en el cargador del móvil que siempre tenía en la cabecera de la cama. Casi me lo dejo... Se dijo mientras se levantaba y se acercaba a cogerlo. Lo guardó en uno de los bolsillos de la pequeña maleta y salió del dormitorio, encontrándose con Ricardo. 

Una suave sonrisa aleteó en sus labios y asintió con un gesto de cabeza. - Ya estoy... ¿Vamos? - Preguntó, cogiendo las llaves del bolso y dirigiéndose hacia la puerta. 

Al verla aparecer lista, Ricardo buscaba sonreírle en un intento para animarla, sobretodo porque lo que menos quería en esos instantes, es que ella siguiera asustada con todo lo que estaba pasando. Puede que cuando escuchara el lugar al que la llevaría, la animara o incluso le diera la seguridad que seguramente estaba necesitando.

Permíteme.

Era lo primero que le decía para tomar la maleta de ella y llevarla antes de dirigirse hacia la salida, afuera estaba el taxi esperando por ellos y todo parecía normal. Puede que la policía no pudiera acercarse a ese lugar, pero en un hotel eso no iba a pasar y menos con el hostel al que estaban por ir.

Mañana que tienes que hacer?

Le preguntaba mientras salía por aquella puerta dispuesto ir hacia el taxi y poner la maleta de Silvia atrás, quería saber si Silvia tenía clases aunque lo que era realmente seguro, sería que ella tuviera que trabajar de nuevo... Puede que se pudiera saltar el trabajo con todo lo que pasaba, pero al mismo tiempo dudaba que Silvia quisiera algo así.

Silvia dejó que Ricardo le cogiera la maleta. Salieron del piso y ella se detuvo para cerrar la puerta con llave, no quería llevarse una sorpresa a su regreso. Suspiró y se volvió a mirar al chico.

- ¿Qué...? ¿Mañana...? - No había pensado en ello. - No, no tengo uni, estamos en puente... Pero por la tarde sí que trabajo - . Aunque sabía que si le explicaba a Pepa lo que estaba ocurriendo le daría unos días libres... - No sé qué haré... - Murmuró, formando una mueca con los labios. 

Bajaron por las escaleras. Ricardo iba delante, abriendo la marcha. Silvia caminaba casi como si fuera flotando. Desde que Xabier les había dicho que habían vuelto a secuestrar a su amiga, se encontraba algo mareada. Sentía como si el suelo estuviera hecho de nubes y sus pasos fueran lentos y torpes. 

Al llegar a la calle sintió el frío azotar sus mejillas. Pestañeó y volvió su mirada avellana hacia el taxi que les estaba esperando. En ese momento se dio cuenta de que había olvidado parar la calefacción.

- Ricardo, ve dejando la maleta en el coche, vuelvo enseguida... - Le dijo y dando media vuelta echó a correr de nuevo hacia el interior del edificio. El aire frío la había espabilado, ya no tenía aquella sensación como de estar flotando. Subió los escalones y, sacando las llaves del bolso, entró de nuevo en el piso.

Montáis en el taxi y pedís que os lleve a Montero Ríos, al hotel Araguaney. Es un 5 estrellas y podéis estar tranquilos que estaréis perfectamente atendidos.

En la puerta podéis ver a dos guardias de seguridad lo que os hace respirar aliviados, os acercáis a la recepción y pedís una habitación. Os duele un poco cuando os dicen que la habitación cuesta 8000 pesetas la noche y no incluye desayuno (y es de las más baratas).

Subís a la habitación y os acomodáis. Cama de matrimonio gigante, un armario amplio y un baño completo con una bañera gigante. Pasáis el pestillo a la habitación para que nadie os moleste. Estáis en un sitio seguro por lo menos de momento.

Bueno Mañana no tengo que trabajar, asi que puedo acompañarte sin problemas.

Eran las palabras de Ricardo cuando se estaban por subir al taxi, realmente dispuesto a asegurarse de cuidarla y no dejarla sola aunque por otro lado, cuando ella tuvo que volver para revisar aquello de la casa, le costó mucho no detenerla para hacerlo él. Pero en cambio, aprovechó la oportunidad para indicarle al taxista a donde irían y de esa forma, mantener el secreto del destino hasta el último instante... Era una sorpresa y eso, era lo que Ricardo quiso mantener hasta el último instante.

Era así que para cuando se subían popr fin al taxi y llegaban al destino a los pocos minutos después, Ricardo miraba a Silvia esperando notar su reacción al ver que irían al hotel Araguaney y que pasarían allí un par de noches. La verdad es que él no era de dormir en hoteles, incluso sería la primera vez que iría a uno de cinco estrellas, pero Ricardo no dudaba en mantener la calma como si eso no fuera tan sorprendente, simplemente pagar por una buena habitación y asegurarse de que fuera seguro para Silvia.

Que te parece? Aquí no hay forma de que nos pase algo.

Le preguntaba y aseguraba al instante siguiente mientras abría la puerta de la habitación que les dieron, encontrándose con algo que no se esperaba y al mismo tiempo, quería a pesar de que eso no fuera algo muy "noble". Se encontraban con una habitación amplia, perfectamente acomodada y al mismo tiempo, una sola cama matrimonial, algo que significaba muchas cosas, que lo podía hacer quedar mal y al mismo tiempo, le hacía tener problemas para no ponerse nervioso... Era realmente raro para él sentirse así, siempre fue seguro, directo y hasta bastante exitoso con las mujeres, pero Silvia era diferente.

Tendremos que compartir la cama... Si no te molesta... Sino puedo pedir otro cuarto.

Eran sus palabras para luego, en instantes al escucharse y sentir que eso no sonaba nada bien dicho por él, pronto intentó arreglarlo a su manera aunque al final, se la quedaba mirando nuevamente guardando en silencio y ver que diría ella en esos momentos... Seguramente compartir una cama con él era el menor de todos los problemas que surgieron en esa noche.

Silvia tampoco había estado nunca en un hotel como aquel. Con la situación que había tenido en casa cuando vivía con su padre, y después el tener que estudiar y trabajar para poder mantenerse, no le había dejado mucho tiempo para poder hacer esas locuras. 

Al entrar en la habitación se detuvo delante de la puerta y recorrió la estancia con la mirada. Sus ojos se detuvieron por un instante en la enorme cama que parecía dominar el dormitorio. Sus pupilas se contrajeron y su ceño se arrugó suavemente. Pestañeó un par de veces y sacudiendo un poco la cabeza, se volvió a mirar a Ricardo.

Aquella era una situación muy extraña. Casi no le conocía, ni sabía qué gustos compartían. No sabía de qué podían hablar e iban a pasar muchas horas juntos. 

- No te preocupes... La cama es grande y cabemos los dos sin tener que estar pegados - . Le respondió e intentó sonreír, aunque sus labios se torcieron en algo más parecido a una mueca. - Además, son ocho mil pesetas, dos habitaciones picaría ya demasiado - . Le recordó y esta vez sí que sonrió. Y no quiero estar sola... Pensó mientras la sonrisa empezaba a desaparecer de su rostro. 

Se acercó a la cama y colocó la maleta sobre ella. Entonces empezó la investigación a fondo del dormitorio. Entró en el baño y abrió los armarios, observando lo que había en el interior. 

- Es enorme, nunca había estado en un sitio así... - Le confesó y sintió como sus mejillas se ruborizaban. Seguro que él debía estar acostumbrado. No le había visto titubear en ningún momento, ni hacer comentarios sobre lo caro que iba a ser. Pensará que soy una paleta...

Por un momento Ricardo guardó silencio notando la mueca en el rostro de Silvia, pero luego sonrió apenas al ver que ella parecía estar bien con eso, aunque nada dijo sobre el costo del cuarto. Lo cierto es que un par de noches allí se comería su fondo de vacaciones, aunque tampoco es que quisiera irse de vacaciones, estaba bien usado en eso. Pero mientras ella miraba el cuarto, él se aseguraba que la puerta estuviera bien cerrada antes de mirar mejor ese sitio, que seguro tenía un mini refigerador, pero eso no era importante.

Aunque en el momento en que ella le confesaba aquello mostrándose algo mas "adorable" para los ojos de Ricardo, él no pudo evitar acercarse mas a ella para apoyar sus manos en los brazos de ella, buscar frotárselos apenas para animarla. El tampoco fue a un sitio como ese antes, pero los hoteles en esencia eran lo mismo y tampoco quería parecer un tonto con ella delante.

Yo tampoco, pero si te fijas es como cualquier hotel no?... Solo que aqui estaremos mas cómodos y tiene su propia seguridad, hay mas gente cerca seguro... Aqui estarás bien y es lo que importa... Quieres mirar algo en la tv?

Le terminaba diciendo buscando que ella no se sintiera avergonzada ni nada, incluso pronto le preguntaba que quería hacer, aunque por la hora puede que Silvia quisiera más dormir que otra cosa... Era entonces cuando Ricardo recordaba que el no tenía mas ropa que aquella que llevaba sobre su cuerpo, tendrá que buscarse mas cuando sea de día y explicarle a su madre que pasó.

Cuando Ricardo confesó que tampoco había estado nunca en un hotel como ése, los ojos de Silvia se abrieron como platos.

- ¡Oh...! Creía que sí, que debías estar acostumbrado a esto... - Le confesó y el rubor de sus mejillas se acentuó todavía más. El chico había vuelto a frotarle los brazos y ella estaba confusa. No tenía tanta confianza con él como para sentirse cómoda con aquellas muestras de cariño. 

Se apartó, intentando no ser brusca, y se acercó a su maleta. La abrió y buscó el pijama que había metido a toda prisa. 

- Iré al baño a ponerme el pijama. Pon lo que quieras en la tele, la verdad es que ni sé lo que echan, ni me preocupa mucho - . Le dijo, volviéndose a mirarle de nuevo. A esas horas normalmente estaba trabajando y los días que tenía fiesta aprovechaba para estudiar. Tendría que haber cogido los apuntes. Se dijo, al darse cuenta en aquel momento que se había olvidado de ellos. Bueno, tampoco creo que estemos mucho aquí. Mañana llamaré a Xabier... Tenía que haber ido con ellos. Estoy comportándome como una cobarde... Tragó saliva y se dirigió al baño con la intención de ponerse el pijama. 

A veces si, pero no es lo normal...

Le comentaba Ricardo al sonreír mas por escucharla, incluso le gustaba verla mas sonrojada aunque al final no se le pasaba por alto al ver como se apartaba de él. La verdad es que eso era algo difícil de ignorar, puede que se estuviera tomando demasiadas confianzas y al mismo tiempo, no comprendía porque le costaba tanto con ella, incluso con toda esa situación, ya era de antes que sentía que Silvia tenía un "no se que" que lograba ponerlo un poco nervioso...

Puede que debíamos haber traído la película. 

Comentaba un poco divertido luego de asentir a ese pedido, aunque mientras notaba como parecían no solo tener cable sino que con todos los canales habilitados, no dudo en poner HBO. En ese canal siempre pasaban algo bueno sin importar que fuera aunque por otro lado, cuando dejaba ese canal puesto, pronto puso su atención en la puerta del baño antes de dirigirse hacia la salida.

Mejor me aseguro que esté bien cerrada...

Pensaba en un arranque de responsabilidad, no estaban allí para disfrutar ni nada, estaban en ese cuarto para que Silvia estuviera mas segura... Había una amiga de ella secuestrada, compañeros heridos y lo peor de todo, es que Xabi y los demás estaban afuera intentando hacer algo. La policia parecía no servir de nada y en esos momentos, no podía evitar preguntarse en que se estaba metiendo... No, no se iba a ir, no iba a dejar sola a Silvia y prefería terminar lo que empezaba, sin mencionar que no sería justo ni sería algo que lo hiciera ver bien.

Silvia no había pensado en traer la película y cuando Ricardo lo comentó, ella lo miró y se encogió levemente de hombros.

- No pensé en ello. Aunque seguro que hay algo interesante por la tele - . Le comentó antes de meterse en el baño. 

Una vez dentro se quedó unos minutos apoyada en la puerta, pensando en todo lo que había ocurrido aquella noche. Desde que se había cruzado con Álvaro en el campo de fútbol hasta ese mismo momento, en el que estaba compartiendo el dormitorio con Ricardo. 

Como una autómata se quitó la ropa y se fue poniendo el pijama. Había cogido uno que era bastante nuevo. Lo había usado una o dos veces. Los pantalones eran de color rosa y la parte de arriba tenía rayas horizontales, azules, blancas y rosas y tenía un pequeño dibujo en la parte inferior derecha. 

En el baño quizás estuvo unos veinte minutos. Entre que se cambió, orinó, se limpió el maquillaje de la cara y se lavó los dientes, el tiempo había estado pasando.

Finalmente salió y buscó a Ricardo con la mirada. - El baño ya es tuyo -. Le dijo mientras se acercaba a la cama y se sentaba en el borde.

No había tiempo para pensar la verdad.

comentaba Ricardo quitándole importancia al asunto de la película, la verdad es que con todo lo que pasó, no podían pararse en esos detalles. Aquello solo le recordaba que tenía que explicarle todo aquello a su madre, no era algo que se fuera a solucionar pronto, todo lo que leyó en los diarios y lo que se enteró por Silvia, le indicaba que podía llevar mas días al igual que se estaba metiendo... Pero por mas que pudiera parecer una película de miedo y suspenso, tampoco podía irse, no quería hacerlo y se lo repetía constantemente.

Puede que lo mejor sea que descansemos, ha sido una noche muy larga y no creo que Xabi nos llame hasta mañana.

Le comentaba cuando la veía salir del baño, cambiada de ropa y buscando ver si esa nueva idea le agradaba mas ya que si dormía, las horas pasarían mas rápido... Allí, estaban a salvo aunque pronto eso quedó en un segundo plano cuando se percataba nuevamente de un detalle que ya había pasado por su cabeza antes. Él no tenía ropa para dormir, para cambiarse y con ese pensamiento pronto se metía en el baño encerrándose en el mismo...

Bueno... Estas nervioso... Eso si que es nuevo....

Pensaba mientras se mojaba la cara, luego pensó que lo mejor era ducharse, cuidando su ropa al sacársela y viendo que si pasaba esa noche, lo primero era buscar mas ropa... Pero por el momento se le ocurría que luego de la ducha, solo dormiría dejándose los pantalones, así no quedaría tan mal como parecía.

- Sí, será mejor que descansemos... - Le respondió con una suave sonrisa. Ricardo se dirigió hacia el cuarto de baño, cerrando la puerta tras él. Durante unos segundos, Silvia se quedó completamente quieta, con la mirada fija en la pantalla del televisor. 

Los recuerdos de lo ocurrido hacía tres años no paraban de asaltarla. Entonces había estado más unida a sus amigos y juntos habían conseguido salvar a su tocaya. Pero... ¿Ahora qué iba a ocurrir? La policía seguro que no tenía ninguna pista y, lo peor de todo, seguro que sus captores no cometerían los mismos errores que en el pasado. 

Espero que estén bien... 

Buscó el mando de la tele y la conectó. Quería dejar de pensar, abstrayéndose con cualquier cosa que echaran. Se recostó en la cama y empezó a hacer zapping. 

El plan del hotel era bueno, incluso estaba seguro que nada malo pasaría allí, incluso si sus compañeros descubrían o les pasaba algo, tenían como comunicarse con ellos gracias a los móviles. Nada de eso era realmente un problema para Ricardo que luego de lavarse la cara y tomarse una ducha rápida cuidando de no mojar la única muda de ropa que tenía, debía decidir como saldría de allí sin parecer un pervertido o que quisiera aprovecharse del momento...

Peguémonos al plan.

Eran sus palabras que pronto se terminaba de poner los pantalones, estaría bien dormir solo con ellos, no sería raro y por eso pronto abría la puerta encontrándose Silvia mirando el televisor y cambiando de canal aparentemente tranquila. La verdad es que en su situación, el mismo no estaría tranquilo, aun recordaba lo que pasó hace poco cuando ella perdió el conocimiento, luego la llamada y aun así, allí estaba ella.

Lista para dormir, mañana será un día largo... Creo que deberíamos ver a la policía, tambien tengo que ir a mi casa, buscar ropa y hablar con mi madre.

Ese era otro tema, sabía que si le explicaba lo que pasaba, su madre le diria que no se preocupara, pero ella ya era grande para hacerse cargo sola de la panadería... No podía dejarla ahi, pero apenas empezaba el fin de semana,e ra mejor no atormentarse con todos esos detalles, no aún.