Partida Rol por web

¡GROOOOOOAAAAAAAAR!

¡NO COARTES LA CREATIVIDAD DE MI MÚSICA!

¡GROOOOOOAAAAAAAAR!

Druck coge el mástil de su laud con ambas manos y empieza a destrozarlo a golpes contra el suelo. Luego aporrea su pecho con los puños como un gorila, hasta que finalmente queda fatigado por su enervada forma de actuar.

Recoge del suelo el más-de-una-vez-roto-laud y conjura sobre él reparando la madera y dejando el pobre instrumento con el aspecto remendado de siempre. Imitando la restauración del objeto, hace lo mismo con sus propias heridas.

Asiento al soldado con un gesto, indicandole que esta bien eso y se retire. Mientras, observo al bardo, con la mirada aun peligrosa.

-Alegrate de que corte tu creatividad y no algo que necesites mas, Druck...+Le contesto friamente, despues de su berrinche+ Lo digo de verdad.

Finalmente, regresa Elara y disminuyo mi ira levemente, mientras me aproximo a mi caballo..

-Bien. Druck, conduce el carro. Nosotras iremos montadas...

Miro a los lados.

-Donde esta ese clerigo¿?Me estoy impacientando...

¿Cortarme algo más necesario? ¿Pero el qué? Malditos humanos y su perspicacia, nunca terminan sus frases y esperan que entendamos lo que quieren decirnos.

Quedó pensativo mientras hacía uso de su escasa imaginación para desenredar la maraña de palabras y segundas intenciones de la frase. Así de paso recuperaba el aliento.

Como el proceso deductivo iba para largo, se acomodó en la parte de atrás del carruaje.

El Gran Trasgo fue avisado de que era requerido por el General. Por lo visto debía acompañar a otros soldados a alguna misión. No había recibido mucha más información, tan solo que ya lo estaban esperando.

Al llegar junto al cuartel vió como un carro con varios caballos y tres personas junto a él. Supuso que eran las que aguardaban su llegada y se dirigió hacia ellos.

Hola. Creo que alguno de vosotros me necesitaba para un viaje, ¿no es asi?

Druck asoma la cabeza desde el carro al oir la voz del gran trasgo.

Sí, necesitamos a alguien que lleve las riendas del carruaje. Súbete delante y salgamos de una vez. ¿Te han informado de la naturaleza de la misión? Hay ataques a carros de mercancías, por eso llevamos carro, como cebo, cuando en caballo podíamos llegar antes a la zona.

Coge su laud y lo revisa. Puede que su magia lo haya remendado, pero ahora va a tener que afinarlo de nuevo. Toca las cuerdas una a una, y de vez en cuando gira alguna clavija para modificar la tensión.

*Trun... Trin... Trun... Tran... Tren...*

Me mantengo en posición a la espera de de que partamos, dado que ahora tenemos un gran charlatán y otro que viene con aires de que nos está haciendo un favor.

-Sube al carro +Le ordeno, mientras monto mi caballo,+ Soy Menara y sere tu comandante en esta mision. Mis ordenes no son tema de debate, las obedeceras y punto. Por ahora, es todo lo que necesitas saber.

Una vez dicho esto, me acomodo la capucha sobre el pelo, mas luego voy abriendo un poco la tunica abjo para llevar comodas y sueltas las piernas. Confirmo que todo mi equipo este en orden, con las armas cercanas a la mano... aunque mi mejor arma soy yo. Una vez lista, indico:

-En marcha.

Ugruzh coge los mandos del carro y partís hacia Tiraner. Las calles están atestadas de gente, aunque todos se apartan de vuestro camino en cuanto ven que sois soldados.

Bajais la montaña por los senderos que comunican la capital con el resto del reino, aunque no es que sea muy comodo. Cuatro días de viaje os esperan hasta la ciudad en donde se os requiere.

Maldito sol... por culpa de Menara no podemos viajar de noche. ¡Mira que son amorfos los humanos! ¡Están más mal hechos!

Druck se echó la capa sobre la cara para tener algo de oscuridad y se quedó dormido en el carro.

El viaje se os hace corto una vez se acaba el tramo de montaña y empieza el camino sobre valle y bosque. Tras fugaces pasos por Muruk, Pedrada y alguna aldea de menor importancia, empezais a ver los campos de cultivo que rodean a Tiraner.

Tanto humanos como orcos y otras razas trabajan las tierras de cultivo con las que se abastece de alimentos la ciudad y de las que dependen en menor medida Doreinel y la Ciudadela de Mork, ya que estas están mucho más involucradas en la guerra.

Entre el bosque del sur y los cultivos, situados sobre todo al norte por estar más cerca del río, se encuentra Tiraner. Una discreta muralla rodea la ciudad. La defensa no parece ser una prioridad en el lugar, ya que apenas se han dado casos de batallas cerca ni tropas enemigas por los alrededores. Aún así, unos atentos guardias coronan las cuatro torres de la ciudad y otros tantos están apostados en las puertas.

En cuanto los soldados os ven llegar, uno de ellos se mete adentro para salir al instante con un orco de mayor rango que el primero.

Llegais hasta la puerta y el orco que salió mas tarde os habla en cuanto parais el carro.

Bienvenidos, soldados. Sois los enviados desde la capital, ¿no es cierto? Pasad, os explicaré como nos podreis ayudar.

Cuando lo veis de cerca os podeis dar cuenta de la cantidad de cicatrices que su envejecido cuerpo tiene a la vista, incluso parece como si no pudiera mover el brazo izquierdo.

Sin inmutarse por el recibimiento, desmonta con agilidad, pasando sus largas y bellas piernas a un lado. Luego se afirma en el suelo con firmeza, mientras da un leve vistazo al destacamento. Tambien al que les interpela y sus rasgos.

*Un guerrero de otrora, bastante deteriorado... .

-Por supuesto.+contesta+

Se abrocha la tunica mientras desmontan los demas, y luego camina primera tras el orco rapidamente.

Druck baja del carro con todas sus pertenencias a cuestas.

¡Menudas cicatrices! Ese sí es un guerrero como Grumsh manda. Espero que sepa realmente a qué nos enviaron. No vaya a ser que también esperen a los nuevos limpiadores de letrinas y se dé un malentendido cómico. Uhm... eso me da una idea para una nueva canción...

Empieza a seguir a Menara con las piernas un poco agarrotadas por tantas y tantas horas pasadas en el carruaje.

Dejo mi caballo y me situo atrás de Menara, seguida de cerca por (nombre de la mascota). Le acaricio un poco el pelaje de su cuello mientras caminamos guiadas, bueno guiados dado que hay un par de todavía indefinidos cerca hacia alguna dependencia.

El orco os lleva adentro de la ciudad. Unos soldados en la puerta recogen vuestros caballos y el carro y los llevan con vosotros.

Mientras vais caminando, el orco comienza a hablar:

Pues está desapareciendo gente. Eso es lo que pasa. Habla en un tono bastante directo, no parece que tenga muchas ganas de dar rodeos con la cuestión. Comerciantes, viajeros, cazadores o lo que sea, da igual, se meten en el bosque y no vuelven a aparecer.

Tras pasar por apenas un par de calles llegais hasta un edificio con la insignia del ejercito Talkmaariano.

Pasad dentro, en mi despacho tengo un mapa con los lugares donde se han encontrado las mercancias de los comerciantes o algunas cosas de los desparecidos.

Siguiendo al jefe de la guardia local, entrais al edificio por donde le van saludadndo marcialmente todos los soldados que os encontrais por el camino.

No es que se hayan extraviado la mitad de la población ni nada de eso, solo han sido unos 20 más o menos, pero la gente se alarma en seguida. Si les preguntas, se pondrán a hablarte de fantasmas, de espiritus vengadores del bosque...¡¡joder, ahora les da miedo hasta talar arboles!!

Hace una pequeña pausa y sigue un poco más calmado

Es obvio que son esos cabrones de Airlia. Seguro que han enviado alguna gente para jodernos bien. Encontradlos.

A eso hemos venido +asiento, mientras lo sigo para examinar el mapa.

Entre tanto voy tras sus pasos le inquiero, sin mirar siquiera a los soldados en torno.

-Estos desaparecidos tienen algun rasgo comun? Solo hombres o mujeres, solitarios, o grupos, armados o desarmados...  O simplemente cualquiera que pasa por alli?... Ah, y me gustaria saber si hay huellas de resistencia... signos de pelea, tal vez?

Escucho atenta la respuesta que dará el líder sobre las preguntas que Menara está haciendo y por más que vea que se le escapa algo, jamás se lo haré saber abiertamente, lo haré discrétamente y bien por lo bajo.

¿Cómo saben que el responsable no es ningún depredador natural? -interrumpió bruscamente a Menara.

Dragones, dinosaurios, gigantes... todos tienen la habilidad de hacer desaparecer gente... en el interior de sus estómagos. Me parece más lógico pensar en eso si tras de sí dejaron pertenencias que un humanoide podría vender en el mercado negro.

Ugruzh había permanecido callado durante todo el trayecto, el hecho de habar llevado las riendas unido a los ronquidos de su compañero bardo había hecho que el trasgo no hubiera dado rienda suelta a su despótica personalidad. Al parecer había en el grupo una personalidad más despótica que acaparaba el liderazgo, tal situación no podría durar mucho tiempo más, aunque Ugruzh había pensado que quizad sería mejor dejar que la humana tomara el liderazgo del grupo mientras él se encargaba de los aspectos "morales" del grupo.

Escuchó las palabras de la maga y siguió sin tomar partido en la discusión, luego escuchó la intervención del bardo que, si bien osada, no estaba carente de su respectiva lógica. A ver qué talante posee nuestra querida lider.

Idiota.+digo al bardo, friamente, mirandolo de soslayo y enseñandole mi palma abierta como recordatorio+ Si no eres capaz de pensar antes de hablar, no hables! Acaso crees que hasta unos simples soldados no reconocerian las huellas de un ataque de gigantes o bestias de esa indole? Bah, para que me gasto explicandote, solo cierra la boca y escucha.

Me vuelvo al orco a cargo aqui, dandole la espalda a Druck deliberadamente mientras bajo el brazo. Le hablo en tono mucho mas serio y educado que al impertinente.

-Ignorelo, es evidente que es un imbecil. Ademas de lo dicho, ninguna de esas criaturas podria operar con tanta presision, sin dejar rastros y tomando solo lo importante... Es obvio que son ataques planeados con una mente racional. Una mente a la que no le interesa la mercancia, sino la gente. Asi es mucho mas facil infundir miedo y perjudicar esta ruta comercial... Un ataque directo, de cualquier fuerza, seria repelido o contrarrestado automaticamente, y conllevaria un gran costo. En cambio asi, una operacion pequeña, algo como la nuestra, puede causar severos problemas... y seria virtualmente indetectable, o casi. Sin embargo prefiero no cerrarme y considerar que la opcion a que sean los airlianos, hasta tener mas informacion del area y las circunstancias. Lo escucho, señor.

Concentro mi atencion en el jefe, asimilando cualquier dato que comparta con nosotros...

El orco no parecía estar muy interesado en involucrarse entre vuestros problemas internos del grupo y se limitó a contestar con la información que disponían.

Pues no, no hay ningún tipo de rasgo común entre los afectados. Lo único es que nunca han sido grupos grandes y que no han atacado a nadie con escolta. Y señales de pelea, pues alguna vez si hemos encontrado sangre alrededor de los carros.

Sigue rebuscando en busca del mapa que os prometió. El despacho se veía bastante desordenado, rollos de papel por todos lados, algún que otro trofeo colgado en la pared, armas de varios tipos en lo rincones...Espeerais que el jefe tenga un cierto orden dentro de este caos, porque si no es asi, podría tardar horas en encontrar lo que busca.

Lo que dice del depredador natural no se ha tenido en cuenta, ya que nunca antes había habido problemas. No hay grandes depredadores en ese bosque y, si los hay ahora, deberán haber sido traidos por alguien. Por eso pensamos que esta está organizado por los Airlianos.

Tras buscar un poco más, encuentra un rollo de papel en uno de sus cajones

¡Aquí está!

Las cruces son donde hemos encontrado algún objeto de los desaparecidos. Los que están cerca del camino son mercancias, y los que están más alejados son leñadores o cazadores que también han desaparecido. ¿Hay algo más que os pueda dar o decir para ayudaros?

El orco os mira atentos y, de repente, parece caer en la cuenta de algo.

jeje Mi nombre es Angford, creo que aún no os lo había dicho