Partida Rol por web

El vagón llega a vuestro andén. Abarrotado de gente entrais los 5 como podeis. Hasta hace un rato érais totalmente desconocidos, y ahora os veis apretados los unos contra los otros, de pie en mitad de la multitud. El vagón arranca bruscamente. La televisión del metro da un avance de la programación de esta noche...

Samuel parece bastante incómodo entre el gentío, la pastilla de prozac ayuda, pero ni de coña esta tranquilo, mira alrededor buscando más agentes o alguien que se fije en ellos.
Nos bajamos ahora, dice en un susurro.

Yo, entre tanto apretón, centro toda mi atención en que no me roben nada. Básicamente, la mano la tengo apretada sobre el módulo ocular que he extraído y, por supuesto, el resto de mis pertenencias están más que "controladas"..

- Adoro la ciudad y el metro. No hay nada como ir bajo tierra y las distancias sociales y lo demás se esfuman... Y luego dicen del pudor...

Dios, esto es insoportable. Que coño voy a hacer. Al menos ahora no estoy solo en esto, pero no se si tengo derecho a meter en esto a estos cuatro... Si descubren algo en el cuerpo de Adam se habrá acabado todo. Joder, todo me da vueltas...

En un susurro también

- Tío, nos bajamos en la siguiente..

PAAAAAFFFFFFFFFF. Las puertas se abren y salís del vagón entre decenas de personas. Caminais unos pasillos y vais en dirección a una nueva línea de metro. Bajais unas cuantes escaleras mecánicas y llegais a un andén un poco diferente... Como describirlo... Hay menos gente, y el decorado humano ha cambiado. Estais en una de la líeas que lleva a los extra-radios de la ciudad. Ya no hay gente enchaquetada, ya no está tan limpio el andén. La gente que coge esta línea vuelve a sus casas tras el turno nocturno en el centro, o se dirigen a bares y hoteles de categorías media-bajas del exterior... Una pareja de vigilantes armados patrulla el andén.

No les presto atención a los vigilantes, aparentemente, aunque no les pierdo de vista por el rabillo del ojo. No soy un experto en la calle, pero soy muy precabido y no me fío un pelo de nadie. Intento ver si hay alguien que nos sigue... E intento que las cámaras de seguridad no puedan conseguir ninguna toma buena de mi..

Al verme fuera de tanto agobio, compruebo que lo llevo todo..

- Mierda..

Rápidamente me pongo a su lado. No quiero llamar la atención de nadie, ni siquiera de los demás, pero siento la necesidad de examinarle.

En voz baja

- Eh! Gill, ¿qué pasa tío? no tienes buena pinta, deja que te eche un vistazo mientras me cuentas qué te pasa... porque sé que algo sabes. Y no me digas que has dormido mal o que estás constipado. Esto no es un constipado ni una resaca..

Estoy un poco mareado tío... Supongo que será el ajetreo, la huida, la inanición, la bajada de adrenalina, o yo que se, necesito sentarme y descansar en alguna parte...

- ¡Ya! claro. Y yo me chupo el dedo. El último que me soltó un rollo así duró un par de horas antes de convertirse en repuestos. O me ayudas o tendré que buscar a ciegas - Le digo mientras empiezo a hacer algún examen previo que se pueda hacer sin llamar demasiado la atención

Eh! Que coño pasa aqui... Dice Bruce. Que estais cuchicheando... Será mejor que estemos tranquilos, la pasma ronda tío!!!
La televisión del metro está dando un cursillo de cocina rápida de comida concentrada...

Quizás lo mejor es que la palme colega, así se habrán acabado todos los problemas... Necesito aire fresco...

- Tranquilo, tío - digo mirando a Bruce - No pasa nada, de momento. Controla a la pasma y deja que haga mi trabajo

- Gill, si la palmas se habrá terminado todo.. sí, pero todo continuará igual, por el camino que emprendiste. Y el único que puede parar a aquellos que te persiguen, pasará a la historia. ¿De verdad que quieres eso? Pues yo no. No me gusta jugarme el pellejo por nada.. ¡Nos debes algo tío! No nos jodas.

Samuel observa la situación y decide contar el plan ahora que hay menos gente.

Vale, esto es lo que hay. Daremos unas cuantas vueltas en metro y espero que les despistemos, nos dirigiremos a un hotel de ataudes donde tengo un coche, le cambiaremos las mátrículas y nos largaremos. El trasto al que llamo coche lo esconderemos en algún callejón tranquilo cerca de una pensión de mala muerte que conozco, es una de esas que frecuentan las putas, alquilan las habitaciones por horas y no es necesario registrarse. Es un barrio de mierda, lleno de gentuza y negratas empapados en sincoteca pero valdrá. Cogeremos dos habitaciones, la primera Gill, el rubio, señala a Brucey yo, la otra la pillareis vosotros dos. Todos nos meteremos en la vuestra, pero con suerte vendrán preguntando por un negro y un tipo rubio. Allí nos tranquilizaremos y haremos una fiesta de pijamas.

Mira la oscura boca del tunel ansioso porwue llegue otro tren

Otra cosa más, antes o después nos identificarán y empezarána buscar en la red todo lo que esté relacionado con nosotros. Así que olvidaros de volver por casa y de llamar a mamá para decirle que llegareis tarde a cenar, sobretodo nada de móviles. Ellos funcionan así. Esto me jode especialmente porque debería llamara a mi psiquiatra para contarle lo de esta mañana, pero que se le va ha hacer...