Partida Rol por web

-Vamos, ¡tenemos que salir de aquí!- Sergey comienza a correr hacia la puerta del fondo, esperando que de a alguna especie de patio trasero.

Sin pensarselo dos veces, Galatea le sigue de cerca, mirando de reojo a los perseguidores.

Sergei salta por entre los escombros. Con cada pisada los cristales bajo sus pies crujen. Las lámparas sujetas al techo se tambalean chocando algunas entre ellas. Galatea sigue al Brujah encorvada para evitar posibles golpes con los objetos que se mueven y con los trozos de techo que de vez en cuando se desprenden.

La alarma sigue sonando de manera estridente, de forma incómoda. Parece que a Galatea le afecta ligeramente haciendo que ésta se tambalee torpemente por el local.

Los dos hombres tardan en hacer acto de presencia. Finalmente rodean el coche con las armas prestas para disparar. Las piedras y cristales se mueven bajo sus pies. Aún está todo demasiado confuso llegando a desorientar a los propios asaltantes. Los láseres dibujan trazos en la mezcla de humo y polvo que hay a vuestro alrededor.

- Dorado 1, a tu derecha. Dorado 1, a tu derecha. Rojo, ¿me escuchas? ¿Rojo? -se escucha desde el lugar por donde avanzan los hombres.

No sin cierta dificultad Sergei llega hasta la puerta que por fortuna está abierta. Cuando la abre el interior está completamente a oscuras, y muy mal se llegan a ver algunas cajas ubicadas en la sala que parece bastante más amplia.

Sergei cierra la puerta después de que entre Galatea. Mientras sus ojos se acostumbran a la oscuridad busca algo pesado con lo que bloquear la puerta. No les retendrá mucho, pero algo es algo.

-Será mejor que mientras yo bloqueo la puerta tu busques otra salida. Y más te vale encontrar una...

El tiempo corre en vuestra contra. Vuestros perseguidores han cortado vuestra huída y el amanecer está próximo, quizá en menos de una hora.

Los ojos de Sergei tardan en acostumbrarse. Al principio todo es oscuro y negro como el carbón, pero unos segundos más tarde se vislumbran algunas cajas y estantes cercanos. Parece un almacén, pero bastante bien ordenado y con mejor apariciencia, o eso es lo que se intuye. Quizá hay varias puertas en los laterales, o tal vez sean cajas.

Próximo a la puerta de entrada hay varias cajas reconocibles, una escalerita de metal, una mesa y un par de sillas. Más alejado hay otra serie de bultos imposibles de distinguir en la oscuridad.

Las voces de los hombres se escuchan al otro lado. Se produce un primer golpe en la puerta.

Galatea busca a su alrededor como un gato encerrado. Recorre las paredes de la estancia palpando y observando, buscando cualquier puerta o ventana por la que escapar antes de que rodeen el edificio. También busca por el suelo, aunque no es una idea que la atraiga especialmente

Mientras Galatea registra el almacén Sergei intentó bloquear la puerta, lo intenta tirando una estantería delante. Si no con la mesa y las sillas.

Galatea se acerca a la pared aún confundida ante el estridente ruido de la alarma. Parece balbucear y gruñir como un animal herido, y sus oídos comienzan a sangrar ligeramente. Sus manos toquetean todo con presteza. Reconoce varios interruptores en la pared, cables y una puerta al fondo.