Partida Rol por web

Lo que menos nos esperábamos el viejo aquí en este sitio destartalado, parece que al cobarde le ha dado tiempo ha correr mucho, pero que esté con nosotros puede ser peligroso:

- Eh viejo ya te has cansado de huir?! Ya estamos nosotros salvando tu viejo culo, si nos da tiempo claro...

La historia se complica lo mejor sería que Boff llamara a su bicho y salir volando.

-¿Pero qué?

El viejo estaba muy asustado.

-¿Cómo te atreves gnomo inmundo? ¿Cómo habéis llegado aquí? ¿Qué... qué hacéis? Maldita sea sobrino, corres peligro, ¿no lo ves?

La última persona que esperaba ver allí era a su tío y le dolió que así fuese. Se sentía traicionado a muchos niveles y no sabía que decirle o como actuar, después de todo,les había dejado tirados en cuanto el peligro inició. Ganando la daga avanzó hacia él con determinación.

- No sabes lo que me duele verte, tío. Nunca pensé que actuarías de tal forma... Hay demasiado que no me gusta en la forma como has actuado pero no soy alguien que se cobra venganza. Me parece vil, cruel y ruin que huyeses, dejando tirados tus sirvientes, súbditos y hasta tu propio sobrino, con tal de conservar tu lamentable vida...

Lo miró con una mezcla de enojo y desprecio, y dejando bien claras las cosas, continuó.

- Por ser de mi propia sangre no tendré en cuenta tus acciones y te perdonaré ahora mismo la vida... pero quiero dejar bien claro que como legítimo heredero, haré que las cosas cambien a partir de mañana. Iré a mi nueva mansión y expulsaré ese maldito ser que todo lo asola, aboliré la esclavitud en mis tierras, daré un honorario digno por sus labores a mis sirvientes y cuidaré de ellos, tras volver a hacer repoblar toda la haciend afectada por el incendio.... También pienso honrar a mi prima fallecida, pero no quiero volver a ver tu cara, que quede claro.

Aguardó alguna respuesta por parte de su tío pero tenía bien claro que de ser necesario y objetar, no le importaba acuchillarle y dejarlo tirado hasta que lo encontrasen o se pudriera. Estaba hastiado de la prepotencia y altivez de aquel hombre, por mucha relación de sangre que tuviesen.

- Parlamentaban. Eso está bien, pero no se podía fiar de un tipo que ya había demostrado su falta de honor y escrúpulos. Pero se estaba empezando a cansar de ser el brazo ejecutor de un grupo, que por un lado ya la había menospreciado, insultado y demás.

- Cuando termine esto, continuaré por mi lado. Me juego el tipo por ello y mira lo que he obtenido. Ella no se refería a bienes materiales ni nada por el estilo. Se refería al respeto. A la confianza. A tenerla en cuenta más que como una mera máquina de matar en pro de su seguridad.

- Terminaré y cuando ya no exista duda de que puedan considerar que los dejo tirados, marcharé.

Boff le echa un rapapolvo bien merecido a su tío, cierto es que lo tiene ganado a pulso, por el momento no pueden hacer nada más por el viejo, aún quedan muchos asuntos por terminar y el tiempo corre en su contra y no saben como les va a los demás en su aventura entre planos...

- Bien si la riña familiar ha terminado, es mejor que nos pongamos en movimiento no creéis?

-¿Me perdonarás la vida? ¿Tú? ¿La guerrera de los harapos? ¿El gnomo oscuro? No tienes ni la menor idea de lo que han hecho esos malditos duendes azules. Ahora mismo Dasshade está patrullando los cielos alrededor de Zazesspur. La bestia que han soltado para acabar conmigo y te, te recuerdo, contigo también, llegará antes del alba. No pienso moverme de donde estoy, aquí, escondidos en la gran ciudad, estamos a salvo.

Spencer cogió con la mano derecha su látigo.

-Y siempre puedo echar mano a esto.

Tenéis dos opciones. Dejar al viejo aquí y continuar hasta la azotea del edificio, pillar la libélula y volver o quedaros junto a él y reponeros de las heridas en un par de horas.

La paladina esta sorprendida. Se veía en los ojos de su compañero el sentid de que quería golpearlo, justo cuando le "¿Perdonaba?".

- Estos canijos no hay quién los entienda.

Boff se abalanza sobre su tío con la cachiporra en la mano ante la atónita mirada de Inovaz y Freith. 

La paciencia de Boff había llegado a su límite, su tío se creía una especie de Dios del nuevo mundo y no dejaba de actuar con altanería, prepotencia, menoscabándolos y denigrándolos continuamente... Evidentemente era su tío, no pensaba quitarle la vida, pero si darle su justo merecido, dejarlo maniatado y obligarle a expiar sus goles acciones. Confiaba en que sus amigos le ayudarían a reducirle si oponía resistencia, por lo que trató de aturdirle con la cachiporra cuando vió que estaba distraído.

No obstante, temiendo hacerle más daño de lo esperable, vaciló durante unos instantes y el garrote no estuvo ni cerca de golpearle. Maldijo interiromente y sabiendo que su orgulloso tío trataría de responder en consecuencia, avisó a sus compañeros en voz alta para que le ayudasen.

- Chicos, ayudadme con mi tío... No pretendo hacerle daño pero si dejarle maniatado y hacerle confesar. Sé que sabe mucho más de lo que dice y espero que una vez lo pongamos en su sitio sea capaz de rectificar de sus acciones y nunca más menospreciarnos, ni a vosotros como mis amigos, ni a mí, como sobrino y legítimo heredero de las plantaciones y la mansión...

Boff no pensaba dejarse amilanar, si pensaba huir de allí, sería sobre su cabeza...

El anciano Spencer, con una velocidad diabólica, esquivo el ataque de su sobrino y con su mano derecha, que jamás se separaba del látigo, contraatacó. Oíste chasquear el látigo dos veces contra tu costado, destrozándote varias costillas. La sangre había llenado la camisa y tu escudo de acero, que se había llevado la peor parte, estaba a punto de partirse en dos.

-Te avisé. No quiero haceros ningún daño. Tranquilicémonos, esperemos a que llegue Dasshade y juntos sobreviviremos a esa bestia que quiere matarnos.

Su tono no daba señales de mentir. De hecho volvió a recoger el látigo. No tenía ninguna intención de hacer más daño a nadie.

Freith observa como Boff se lanza a por su tío pero con escaso éxito, el maldito viejo se mueve excepcionalmente bien y logra darle un par de latigazos a Boff mientras se pone pacífico.

- Vuelva a dar a Boff y te atravieso viejo, mientras apunta su ballesta, más vale que haya aquí algo para curarle o te no saldrás bien de aquí.

Vaya momento más terrible.

La paladina no podía soportar más aquello y arrancó la motosiera, para acto seguido hacer por defender al amigo herido.

Era un detalle delicado. No sabía si matando a aquel desgraciado el monstruo iría a por Boff y sería incluso más delicada la cosa. - No se porque nos empeñamos en pelear para conseguir salvar a tu tío. Yo dejaba que el monstruo lo matase y disfrutaba del espectáculo.

La paladina enciende su sierra mecánica y el estruendo inunda todo el edificio.

-¡Genial! ¡Más ruido! Esa sierra era propiedad de mi hermano, Jhou y cada vez que la veo empuñada por tu mano me aborrece. Adelante, combatámos, ¿por qué no? El Acechador debe rondar por la ciudad y vosotros lo único que estáis haciendo es atraerlo hasta aquí. ¡Gnomo! Tu pareces el más cuerdo del trío. No comencéis una batalla que no podáis ganar. Soy un aliado, no un enemigo. Juntos, podemos sobrevivir al Acechador.

Spencer saca un pequeño frasquito de su chaqueta de seda.

-Toma Boff, una poción para heridas leves. ¿Haría esto un enemigo?

Boff enarcó la ceja y tomó el frasco que su tío le tendió, bebiendo su contenido de un trago para sanar sus heridas. Inmediatamente levantó la mano para pedir calma a sus amigos que ya se disponían a atacarle y habló con rotundidad.

- Maldita sea, tío Spencer. Me cabrea sobremanera la actitud que tienes hacia nosotros...¿No entiendes que soy tu sobrino, y que estos son mis compañeros? Deja de menospreciarnos y se un noble Berwick, haces que me avergüence de que seas mi tío... Vale, te concedo que estés dolido por saber que vine para recuperar lo que me pertenece...Tambien que llegásemos en un mal momento, con mi prima recientemente fallecida, la sublevación Xvart, y que por ende, todo se haya descontrolado. Pero ¿pagarlo con nosotros te hace sentir mejor? No me jodas. Estoy aquí, no doy la espalda a nadie, y pretendo ir solucionando los problemas como siempre he hecho. ¿Piensas que soy como mi padre? Nada más lejos de la realidad. Al menos dame un voto de confianza, eso me lo debes...no es que hayas tratado de saber de mi existencia hasta ahora. En cambio, yo sé de la tuya desde hace poco, y no me escondo...

El mediano estaba profundamente decepcionado pero habló con claridad, expresando lo que sentía. ¿Podrían hacerle frente a la criatura que su tío denominaba, El Acechador? No lo sabía, pero lo intentaría, llevaba haciéndolo desde que llegara...y confiaba en sus amigos, unos de siempre, otros más recientes pero que habían demostrado con creces su valía.

Las peleas de familia eran cosa de familia, pero en estos momentos, el que había agredido era Boff y jamás se lo echaría en cara. Su función como amiga era de defenderle a todo proceder, incluso en alguna ocasión, de si mismo.

Esto era lo más impresionante que se le ocurría hacer para poner una barrera de por medio. Enchufar la motosierra y ponerse entre medias. Parecía que había funcionado.