Partida Rol por web

Hardem, al descubrir tu pasado, algo dentro de ti despierta. Tu sangre tiene parte de Uthgardt por lo que tu mente rápidamente se hace a la idea que eres descendiente de esta tribu que vive en los páramos congelados de Frozenfar, más allá del Espinazo del Mundo.

Los abucheos y los silvidos no le dolieron, se suponía que aquel era parte de su pueblo, pero era algo que el acababa de rechazar. No por un precio tan alto. Miró a Cecil con recelo, tanto le había ocultado aquel pequeño animal pero que le iba a hacer. Al final era un animalito precioso. Se cruzó una última mirada con la druida, no le gustó lo que vio en el gesto de su cara pero aún así entendió que proseguirían con el ritual y que intentaría a toda costa obtener el poder que deseaba. Realmente le daba pena, una pena en ver como parte de su historia se alejaba de él, historia que apenas conocía.

El frío les azotaba con fuerza, tanto que el pobre Hardem tiritaba, había sufrido en varias ocasiones las consecuencias del duro invierno en las últimas horas pero sabía que era crítico aguantar, tenían que seguir avanzando.

- Debemos seguir, hemos perdido ya mucho tiempo. les dijo a sus amigos a pesar de que sus instintos le pedían parar al lado de un buen fuego.

De nuevo en el camino escucho las palabras de Hardem de seguir la marcha durante la noche. No lo recomiendo. Pienso para mi mientras miro hacia las luces del campamento bárbaro apagarse en el horizonte. Pero alejarme de esos arcos me parece buena idea. Intentemos cerrar la formación, sera poco pero mantendremos mejor el calor. Intento guiar al grupo lo más rápido posible por el bosque hasta el punto de encuentro.

Si llegamos al lugar podremos intentar acampar y restablecer algo nuestra temperatura... Esos pensamientos me reconfortaban un poco ante el frío que se nos avecinaba.

La paladina abría camino, pero al comentar de que se acercasen le pareció una fantástica idea. - Eso, eso, cerremos filas. Con el frío que tenía, en mente sonaba una cosa, pero al ser una combatiente, parecía que estaba dando órdenes de combate en medio de una batalla campal. Sonrió, mientras por dentro se reía.

Escuchar los silbidos y abucheos de los Uthgardt no hizo más que confirmar al elfo que habían tomado la decisión correcta. No parecía un clan dispuesto a trabajar junto a otros, si estos no se sometían a sus deseos. Así y todo fue un golpe para todos ellos haber fracasado con esta parte de la misión que se habían propuesto. Según habían aprendido, para acabar con el Pastor de Calabazas necesitarían el apoyo de los tres pueblos y ahora volvían de sus visita a los bárbaros con las manos vacías.

El frío y la aflicción por haber fallado hicieron que el viaje de retorno fuera de lo más silencioso. Apenas intercambiaron un par de palabras. Al acercarse al lugar donde se encontraba la cueva en la que habían descansado antes, Tume miró al resto, en especial a Hardem, pero parecía que ninguno tenia intención de hacer de nuevo una parada. Querían continuar y a Tume le pareció bien. Aunque según creía el pícaro aún tenían bastante tiempo hasta reunirse con los orcos y los elfos, no sabían lo que podían encontrarse de camino allí. Mejor sería llegar a tiempo y esperar allí, que retrasarse innecesariamente y faltar a la cita.

Hizo caso al resto y caminó arrimándose más a los demás para combatir lo mejor posible el frio. En silencio.

Avanzáis juntos entre la oscuridad del bosque. La sombra vuelve a seguiros pero al estar todo muy oscuro, la perdéis de vista rápidamente.

Al llevar dos horas caminando, Durden calcula, tras subirse a un árbol, con la ayuda de la Primera Estrella de la Noche, que aún os quedan dos horas más de trayecto hasta la linde del bosque, donde habéis quedado con el druida orco. La noche es muy cerrada y oís sonidos que os incomodan. Cuando el Sol se pone es cuando los cazadores salen, eso es algo que todos sabéis.

Al bajar la temperatura por debajo de los 0 grados, comenzáis a sufrir los efectos de la congelación pero al caminar en grupo evitáis el frío extremo, y podéis continuar caminando dos horas más si lo decidís. De momento os paráis al lado de una enorme secuoya que tiene un gran agujero a diez metros del suelo. Quizá sea un buen lugar para pasar la noche.

Debéis planteároslo otra vez: ¿seguir o parar?

La paladina, en cabeza, con el escudo y la lanza, procuraba intentar ver en una noche que era demasiado oscura para su gusto. El principio empezó a tener frio, pero se estaba enfadando, ya que esos sonidos, la empezaron a preocupar. El miedo le ayudaba a no pasar tanto frio, pero lo tenía de igual modo.

- Cuanto antes lleguemos con el druida, antes podremos hacer otra cosa. Y para ella, eso significaba descansar pegadita a un buen fuego.

Iban caminando tan juntos los unos de los otros, que un ser que no conociera a aquellas razas pensaría que se trataba de una sola criatura. Pero así y todo el frio era muy intenso y se abría paso a través de la formación, traspasando brechas y colándose en el cuerpo.

A pesar de la manta Tume también empezó a sentir sus efectos. Una vez más fue el invierno su enemigo más acérrimo y el único que lograba doblegarles de nuevo. No iban tan mal de tiempo. Deberían de reposar.

– Ese árbol p..p..p..p…parece que.. nos este invitando a p..p..p…pasar un rato en el hueco de su... tronco. ¿No creéis?

Y sin esperar respuesta, temblando de frio, el elfo dio unos pasos vacilantes en dirección a la secuoya, dejando clara su intención... Y cayendo desmayado cuando alcanzó la corteza.

Tume se ha desmayado. Hay que sacarlo de la entemperie y que entre en calor lo antes posible.

Acostumbrado a vivir a la intemperie y quizás dado mi pequeño tamaño consigo aguantar el frío sin problemas, al ver como uno de los nuestros cae medio congelado intento mantenerlo en pie. Si seguimos no creo que lleguemos en condiciones, puede que lo más sensato sea descansar, ya estamos cerca del lugar. Miro hacia el hueco del árbol y pienso en como poder hacer subir al pobre Tume hasta allá arriba... Quizás con una cuerda...

Al final todos decidimos irnos del poblado, seguramente nos habíamos hecho unos nuevos enemigos con los que tendríamos que luchar, una vez que terminemos con el pastor de calabaza..., en eso pensaba yo mientras caminaba, cuando el frío intenso de la noche comenzó a llegar notarse en mis articulaciones....

- Sólo quedan dos horas para llegar al linde del bosque, mejor que descansamos e intentemos entrar en calor - digo frotándome los brazos para intentar entrar en calor...

En ese momento el elfo se desmayó, por lo que ayudó a Durden a dejarlo al tronco de la secuoya. - hay que subir a ese hueco, a ver si cabemos todos, será más seguro y resguardado pasar la noche en él, y con cuidado que puede estar ocupado por alguna alimaña... - digo dirigiéndome al explorador, sin duda el mas ágil de nosotros, de todas formas busco en el árbol algunos salientes o huecos que nos permitan subir con facilidad hasta el hueco.

Los ruidos del bosque nos envolvían, seguramente en ese momento algunos animales, y otras bestias, corrían para salvar su vida..., tanto para comer y entrar en calor, como para evitar ser devorados...

Observo y escucho a nuestro alrededor, por si tenemos alguna compañía cerca...

Boff se sintió un poco desconcertado, al ver a Tume desvancer,pero sabia que a el tambien seguramente le pasaria lo mismo. Sus fuerzas estaban un poco debilitadas para entonces.

Boff cae inconsciente, temblando. Tenéis dos bajas. Podéis continuar arrastrándolos pero tanto Therk como Inovaz están también debilitados. Tan solo el explorador parece no notar frío.

A falta de lo que diga el mago, los demás decidís subir el tronco. Tendréis que cargar con los dos para subirlos arriba

No oyes nada ni ves nada en el agujero aunque tu punto de vista desde el suelo no te garantiza que no haya nada. Detrás vuestro te parece haber visto un resplandor verde solo por un segundo.

Avanzaban despacio y en grupo, bien pegados unos a otros para intentar guardar el calor y quizá fue esto lo que le hizo aguantar esta vez el frío invernal. Pero Tume y Boff cayeron ambos desmayados por los duros efectos del frío. Sus cuerpos no daban para más. Hardem miro a Durden preocupado pero parecía que este había encontrado un lugar donde el grupo podría guarecerse del frío. El problema radicaba en que tendrían que elevar a los dos desfallecido hasta aquella elevación. Tarea nada sencilla para él pero esperaba que el semiorco pudiera afrontarla.
 

- Si, necesitamos que Boff y Tume entren en calor. Therk, ¿Podrías subirlos hasta aquel lugar? Boff es pequeño y Tume ligero. No deberían ser muy pesados para tu fuerza dijo el hechicero mirando al agujero y pensando cómo podría subir él.

Therk se sorprende por la sugerencia de su compañero. Es mucha responsabilidad.

Mientras quedaba a la espera de que se les ocurria o si Therk trataba de ir subiendo a los compañeros. Hardem trató de subir hasta el agujero no sin esfuerzo. No estaba acostumbrado a aquel tipo de tareas pero tenía que hacelo. Quizá desde arriba podría ayudar a subir a los compañeros.