Partida Rol por web

Oís una enorme explosión. Proviene del pueblo.

La calabaza, con esa sonrisa sardónica, lanza uno de sus tallos directamente al rostro del elfo. Le cruza la cara y le rompe el tabique nasal, haciendo sangrar a borbotones a Tume. Aquello iba a ser duro, muy duro.

La sombra deja la calabaza y se acerca a Boff, con la intención de protegerle de cualquier otro peligro.

Miro a un lado y a otro como mis compañeros son heridos y empezamos a ser superados por esos engendros, miro la pala que blando y decido intentar usarla para lo que fue concebida y cavo a los pies de la calabaza que tengo delante e hirió de muerte a Boff.

- ¡Cae de una vez maldito monstruo!

Noto como la pala se clava en una zona tierna del suelo y tiro con todas mis fuerzas para intentar hacerle el mayor daño posible a la calabaza.

La otra calabaza lanza otro latigazo a Durden, intentando defender a la otra planta y lo consigue. El mediano estaba concentrado dando palazos e intentando ayudar al elfo cuando un latigazo le atraviesa la armadura, dejándole una marca sanguinolenta poor toda la espalda. El golpe fue tan fuerte que Durden notó como alguna de sus vertebras también se habían quebrado.

Tras sacar a su amigo de la zona de peligro, Tume se lanzó a la carga para no dejar solo a Durdem frente a las calabazas. Pero en su carrera descuidó algo la guardia y una de las cucurbitáceas aprovechó el momento para disparar a toda velocidad una de sus raíces contra el elfo, alcanzándole en la cara, rompiéndole el tabique nasal y arrancándole un grito de rabia y de dolor.

A pesar de la sorpresa, Tume fue capaz de reaccionar y de dar un corte lateral con su daga, pero el dolor y el aturdimiento eran aún demasiado fueres e hicieron que su ataque quedará en el aire, sin afectar para nada al enemigo.

Si las calabazas pudieran reírse, el pícaro estaba seguro que ahora mismo se estarían burlando de ellos, seguras de su victoria. La situación se complicaba por momentos y necesitaban urgentemente un golpe de suerte, si querían salir de esta con vida.

La puerta se abrió de par en par y tras ellos vistéis una cara familiar. ¡Algo de ayuda! Un halcón lanzó un graznido y entró volando.

-Pensé que necesitarías ayuda.

La llegada del druida, visiblemente cansado, os animó. Aquello estaba siendo muy difícil y toda ayuda era bienvenida. Dicho esto se lanzó con la hoz a por la calabaza que luchaba con Tume y Durden, pero lo apartó con facilidad. Luego fue el turno del halcón, que también erró en su ataque. La calabaza contraatacó, soltándole una dentellada que le perforó la armadura tachonada. La sangre verdosa y oscura comenzó a brotar del cuerpo del druida.

-¡Aaaaaargh!

Por su parte la sombra volvió a intentar quitarle fuerza vital a la calabaza de la derecha. Parecía que tenía mucha rabia porque como si fuera un puñetazo dado por un gigante, la planta se descompuso con rapidez. La sombra la había drenado con un poder que hasta ahora no había demostrado. Tume respiró fuerte. "Igual al final saldremos vivos de ésta".

La lucha parecía igualada con la llegada de Hargun III y su halcón, y eso era mejor que totalmente perdida como parecía hacia solo unos segundos. Con fuerzas renovadas vuelvo a recomponerme como puedo del latigazo en mi espalda y golpeo con fuerza a la calabaza que tengo delante.

- Yo... no se si tengo fuerzas para continuar.

La pelea, la sangre, al levantar la pala siento un fuerte dolor en mi ensangrentada espalda y casi no puedo volver a bajarla hacia la criatura y tengo que apoyarme en ella. Espero que mis compañeros puedan acabar con este monstruo. Pienso sujetando la pala con ambas manos para mantenerme en pie.

Boff estaba atónito por las cosas que pasaban a su alrededor y tan rapido, que a cada segundo sus pensamientos cambiaban, cuando pensaba que ya estaba todo perdido, de nuevo sus compañeros volvian a atacar y eso le daba un poco mas de esperanza pero cuando recibian un golpe casi mortal, habia desesperación.

Queria advertirle a Tume y a Durden de los posibles ataques pero tenia tan poca fuerzas que apenas se escuchaba su voz, pero igual lo intentaba.

Cui..cui..dado! cuidadooo.. les decia mientras se arrastraba por el suelo y rodaba para evitar ser pisado y atacado lo mas que podia y trataba de esconderse.

Decia para sus adentros Estoy con el corazon en la boca,me van a matar de un infarto, si no me mata una calabaza primero...¿Donde quedó mi optimismo? ¿Como vamos a vencerlos asi? 

Hasta que en un momento su rostro se ilumino, al ver la llegada del druida, un atisbo de esperanza le alivió un poco el corazon. y suspiró. ahhh!

La calabaza aparta con suma facilidad al halcón pero no puede esquivar la esfera flamígera que crea Hargun. La calabaza prende, soltando un terrible crujido, una especie de grito sordo que hace helar la sangre de todos los presentes. Ahora sí, ahora sí podrían salir con vida de esta. ¿O no? Ardiendo, la planta descarga toda su rabia (si es que tiene de eso) en el elfo, que le estaba dando la espalda mientras ponía a salvo al pobre Boff.

La raíz fustiga con tal fuerza al elfo que le rompe costillas y vértebras, cayendo al suelo sin sentido. Moribundo, es una presa fácil para la malvada criatura. Necesita asistencia mágica o médica con urgencia.

-¡TUMEEEEEEE! -grita Durden.

Cuando más lo necesitaban y como si un Dios benevolente cuidara de ellos, llegaron refuerzos en forma del druida orco y su halcón. Tume no pudo contener una sonrisa, creyendo que la fortuna estaba de su lado y las tornas iban a cambiar a su favor, y se giró hacía su compañero mediano que necesitaba de su asistencia. Pero si creyó que todo se había acabado ya y estaban seguros, se había equivocado.

En una especie de último y desesperado coletazo la calabaza lanzó una de sus raíces con furia contra el elfo, impactándole de manera precisa y letal en la espalda. El dolor fue tan tremendo, que Tume cayó al suelo al instante, inconsciente y sin poder hacer nada más.

El halcón, sin miedo a quemarse, ataca otra vez a la calabaza, clavándole sus garras y arrancándole un pedazo de corteza. Por su parte Hargun vuelve a conjurar otra esfera llameante, pero la planta es capaz de lanzar una de sus raíces a los pies del orco, haciéndole trastabillar y enviando la bola de fuego al techo de la ermita.

El tejado del edificio comienza a prender y la planta, ardiendo en su totalidad, acaba por deshacerse entre las llamas. La sombra coge al elfo y el halcón, demostrando tener una gran fuerza tira del mediano y los saca del edificio mientras que Durden, apoyado en su pala, descansa unos instantes.

-La raíz se quemará entera ahora pero nuestras prioridades deberían ser otras: curar al elfo, que tiene una herida muy profunda y asegurarnos que no queden algunos monjes dormidos dentro de las habitaciones, Durden. Si no les sacamos de aquí estarán condenados. ¿Qué quieres hacer?

Mientras descansaba sobre mi pala vi impotente como otro d mis compañeros era herido de muerte ante mis ojos, y por un momento, el miedo se hizo presa de mi. Paralizado vi como a cámara lenta Hargun y el halcón acababan con velocidad con la ultima calabaza y prendía toda la ermita. Las palabras de este me sacaron de mi trance.

- Salgamos y retirémonos del fuego, pero me gustaría intentar sanar a Tume, su herida parece muy fea. 

Salimos fuera de la ermita y me acerque a los cuerpos de mis compañeros, Boff parecía estable pero Tume como me temía esta perdiendo mucha sangre... Comencé a vendar a Tume pero los nervios y el miedo aún seguían aferrados a mis manos y tras hacer el nudo la venda callo al suelo inservible. Maldita sea, negué con la cabeza.

- Hargun, si podéis ayudarme a sanar a mis compañeros quedaos, si no creo que en estos momentos sois más útiles en otra parte de este campo de batalla.

La oscuridad ocultaba algunas lagrimas que empezaban a asomar por mis mejillas, eran lagrimas de rabia, la impotencia que sentía allí tirado en el barro junto a la ermita ardiendo había sido la gota que colmaba el vaso y mi alma estaba sacudida.

-Me queda magia para curar a uno. Boff no parece tan grave. Solo está inconsciente. Si Astaroth está vivo, él puede curarle luego. El orco puso sus enormes manos encima de la espalda abierta y ensangrentada del elfo y comenzó a pronunciar unas palabras en silvano. Un resplandor verde surgió de sus dedos. Poco a poco la herida se va cerrando y, aunque queda una espantosa cicatriz y los huesos no han quedado perfectamente alineados, las fracturas se han soldado y el elfo, emitiendo un espantoso grito, recupera la consciencia.

-Me temo que esta herida te acompañará el resto de tu vida pero al menos tendrás una vida. Larga y placentera espero, ya has sufrido bastante.

 Hargun ordena a la sombra ir a inspeccionar la ermita para ver si queda alguien con vida. Él se va junto a ella.

-Halcón, cuida de Boff. Que alguien cargue con el mediano y lo despierte. Yo y la sombra intentaremos salvar a los monjes ermitaños. En cuanto podamos, nos uniremos a vosotros. Buena suerte.