Partida Rol por web

5 de Febrero, ciudad de Morioka 09.00 de la mañana, instituto Ayamoto

Era una mañana como otras tantas en la ciudad, fría y húmeda, con el cielo encapotado que hacia que los rayos del sol apenas fueran capaces de penetrar las nubes, lo que hacia que el día fuera uno de esos grises días en los que parece que va a llover en cualquier momento pero que no terminaba de hacerlo.

En el instituto Morioka los alumnos se disponían a comenzar las clases, un día aburrido, monótono como otros, o quizás entretenido y diferente, nadie podría saberlo realmente. 

Una de esas clases que iban a comenzar era la clase A, situada en la penúltima planta y una de las primeras clases en contar con chicos en el instituto. Una clase realmente como otras tantas, una clase llena de chicos y chicas que se disponían a soportar como mejor podían esa mañana.

Algunos de los alumnos parecían animados, otros aun medio dormidos, era un día normal y corriente, incluso el señor Akimoto, tutor de la clase y profesor de educación física llego con sus diez minutos de retraso como siempre, con el listado de clase sobre su hombro dando pequeños golpes, el documento era mera formalidad porque sabia que estarían todos sus alumnos menos aquellas dos chicas problemáticas con las que había preferido rendirse y en cierta forma le alegraba que no fueran a clases.

Ejem... venga chicos sentaos ya... no enredéis más por ahí que vamos a empezar la clase.

Hoy tocaba a primera hora reunión con el profesor, algo nada extraño en Japón, una especie de tutoría de 20 minutos que daban todos los días con el profesor responsable y tutor del aula, en donde normalmente repartían algunos de lo trabajos tales como la limpieza del día etc... 

Bueno... hoy tengo una noticia que daros... pese a las fechas en las que estamos tenemos a una nueva alumna con nosotros... ven, pasa

Por la puerta aparece una chica, con el pelo liso y que le tapa un poco la cara, sin embargo, puede verse que es bastante pálida por no decir que tiene mal color y tiene una leve sonrisa la cual crea cierta sensación incomoda. La chica se queda mirando hacia delante haciendo un pequeño barrido a toda la clase

Bien... su nombre es Maki Seto y viene de Estados Unidos donde ha estado durante los últimos años... venga, Maki preséntate a tus compañeros

La chica se queda en silencio observando aparentemente al vacío de la clase, no parece tener mucha intención de hablar, pasan unos 10 segundos y mueve con lentitud la cabeza para mirar fijamente a Ouchi Takeshi como si no hubiera nadie mas en clase, la sonrisa de la chica se hace un poco mas amplia dejando ver sus perfectos y blancos dientes, pero sigue en silencio. El profesor algo incomodo mira a los demás alumnos

Ouchi llegó a clase como siempre. Temprano. Las luces del amanecer en aquella época del año grises y apagadas le hacían sentir mejor. El viento, frío, susurraba entre los arboles y al caminar, evitaba las calles más atestadas de tráfico. Prefería ahorrar el dinero de la gasolina. En su mochila, tres nuevas entregas de sus mangas favoritos, dos casi desconocidos y viscerales y el último de Aftermath Radio. A pesar de lo pronto de su llegada, el instituto ya estaba bastante lleno. Avanzó con la mirada perdida en el suelo, sin darse cuenta de las miradas de odio de los que había humillado a lo largo del curso, de las miradas de rivalidad de los que deseaban la atención que disfrutaba y las miradas de deseo que resbalaban sobre el.

Avanzaba como un rompehielos ruso en el Ártico. En los pasillos, casi sin ser el mismo consciente, los estudiantes le abrían paso. No era un matón, pero era grande. Era respetado. Y era conocido por su fría violencia, por su callada resolución. 

Se sentó en su asiento, una silla al final de su aula, cerca de la ventana y dejó caer sus ojos sobre Aoi, que en aquel momento departía con amigas sobre ciertas noticias de calado sobre política, economía y el futuro de su educación. Algo en sus ojos se reblandeció mientras lo hacía. Aoi era como una hermana mayor para todos. La respetaba y siempre escuchaba lo que tenía que decir. Pero pronto la curiosidad le pudo, y hasta el comienzo de las clases, estuvo hojeando sus nuevos mangas, llenos de terror cósmico, aberraciones difíciles de mirar y sangre. Algo que el miraba sin pestañear, acostumbrado. Desensibilizado.

La clase empezó, finalmente y el señor Akimoto les presentó a la nueva. Oichi se revolvió en su asiento. Se sentó más envarado.

La nueva no decía nada. Parecía un poco gótica, una de esas que piensan que la pasión por el horror era pura actitud. No dijo nada, les miró a todos y al final le miró a el. Y siguió haciéndolo hasta que aquello resultó incomodo. Algunas cabezas se giraron a mirarle. Especialmente chicos, algunos riendo alguna chanza. Oichi se rascó el pecho, incomodo. Aquella atención no le agradaba, pero no podía dejar de mirar. Como necesitado de romper aquel hechizo, Oichi hizo algo que incluso a el le sorprendio.

- Bienvenida -dijo con su voz grave y potente. Podía parecer que no era mucho, pero para ser Oichi, aquello era un discurso.

Aquel día resultó ser bastante especial en su casa, era el cumpleaños de su hermano y el desayuno se mostró con todo lo que ello implica: un cántico, abrazos y algún que otro regalo. En el caso de Ume, había comprado un pequeño presente y encima del paquete se encontraba una foto de su hermano en un momento que lo había pillado por sorpresa. A ella siempre le agradó capturar instantes así y suele regalarlos en ocasiones especiales como ahora. 

Ya con esos aires de alegría, sus ánimos estaban bastante mejor que de costumbre. El camino hacia la escuela fue en total soledad con sus queridos walkman y esos cassette que nadie quiere. Ella adora aquello, jamás le importó que la juzguen por usas antigüedades porque fueron los 20 minutos más bonitos de su vida y la cinta, no se había trabado en ningún momento. ¡Una proeza! 

Al llegar buscó con la mirada a Seiji y al encontrarlo rápidamente lo saludó con una reverencia así juntos podían entrar a la clase. Siempre le gustaron las vistas que dan a la ventana, así que su lugar es justo delante de Ouchi. Tras saludar a los presentes, se ubicó muy tranquila en su lugar y tal vez intercambió alguna que otra palabra con su amigo. Siempre había sido invisible en el Instituto y esta no iba a ser la excepción, pese a lo bonita que es a simple vista. 

La clase comenzó con la llegada de una nueva alumna, una que llamó la atención de Ume por su extraña actitud. Obviamente se había centrado en el chico lindo de la clase, ya no le sorprendió en absoluto aquello. No dijo nada y se limitó a guardar silencio deseando que las horas pasen así después disfruta de otros momentos más interesantes que este. 

— Sí mamá, lo llevo todo. — contestó al grito de su madre, en un inglés más que decente. Esta estaba en la cocina terminando de recoger mientras Seiji estaba sentado distraído mirando la televisión. Gracias al aviso de su madre, se levantó de la posición en la que llevaba algo más de quince minutos, se colocó la mochila a la espalda mientras que pegaba un último trago de zumo y miró el reloj. Otra vez con el tiempo justo, pensó mientras se dirigía a la puerta de salida. — ¡Marcho mamá, nos vemos luego! — Se detuvo unos segundos en el espejo de la entrada. Se colocó su gorro y acercó la cara al espejo, repasó su pelo, se colocó bien el pendiente de la oreja y dirigiendo una sonrisa a su propio reflejo salió por la puerta.

Volvió a mirar su reloj, faltaba poco más de diez minutos para que comenzaran las clases, por suerte el instituto estaba relativamente cerca. Aceleró el paso, pensando en que Ume ya estaría por allí sacando alguna que otra foto que luego le enseñaría orgullosa, sonrió. Por suerte, llegó unos minutos antes del inicio de las clases, gracias a un par de atajos que había descubierto años atrás.

Se encontró con Ume, que saludó contestando a su reverencia mientras se sacaba el gorro, pero sin tiempo a más ya que tenían que entrar en clase. Una vez dentro, realizó un rápido vistazo, parecía que ya estaban todos los alumnos. Pudo ver a Yuki nada más entrar, ya sentada en primera fila, la saludó y se sentó a su izquierda, justo entre la chica y la puerta de entrada al aula. Luego, sentado echó la vista atrás, desde su posición podía ver la clase perfectamente y buscó a Brianna con la vista. Cuando se cruzaron sus miradas, Seiji sonrió y levantó dos dedos de la mano en señal de saludo.

En ese momento entró el señor Akimoto, presentando a lo que parecía ser una nueva alumna. Seiji miraba fijamente a la chica, en ella había algo bastante inquietante. Viene de Estados Unidos como mamá, guay!, pensó intrigado y curioso al escuchar las palabras del señor Akimoto. Pero la chica seguía sin mediar palabra mirando fijamente a Ouchi, con aquella sonrisa tan inquietante. — Eso, Bienvenida a la clase A, Maki Seto. — dijo en inglés mientras realizaba una reverencia, justo después de las palabras de bienvenida de Ouchi.

Oichi dio un golpecito con el pie en las silla de su compañera Ume.

- ¿Tengo algo raro en la cara? - le susurró. Pensaba que acaso Maki se le había quedado mirando por tener una mancha del desayuno o el pelo despeinado de forma graciosa. 

Siento de repente un golpe en la silla y al darme cuenta de que se trata de Ouchi, desvío la mirada para responder a su pregunta. 

—Te ves... Te ves bien, como siempre. 

«Una fan más de todas las que tiene ya... »

Suspiro un poco cabizbaja, aunque le sonrío un poco y regreso a la clase. Atenta a los movimientos de la nueva compañera, siendo muy raro que se muestre tan descarada al ver a mi compañero. 

Si había algo por lo cual Amaya no debía preocuparse, era por llegar a tiempo al instituto; ya su padre se encargaba de ello. Se despertaba ya con el desayuno que su madre preparaba para ella y para su padre, y luego su padre la dejaba en la puerta para luego continuar rumbo a su trabajo. Sabía que a algunos de sus compañeros eso no les habría agradado, pero ella estaba encantada. Podía dormir hasta más tarde que varios, y si bien no vivía lejos del instituto, que su padre la acercara le ahorraba algunas cuadras de frío y quizás lluvia. Además Amaya disfruta de ir a la escuela, saltarse las clases no estaba entre sus planes.

Cuando llegó, unos minutos antes del inicio de clases, fue saludando a cada persona que se iba cruzando. Saludó a todos también al ingresar al aula y se fue a su habitual lugar junto a la ventana, en la tercera fila desde el fondo, dos lugares delante de Ouchi y uno delante de Ume. Casi tras ella entró Yuka y se le sentó al lado. Desde el día que se conocieron se volvieron inseparables, y de eso habían pasado ya varios años. Ambas eran amables con los demás, y se admiraban esa característica mutuamente.

Así como se sintió alegre por la ausencia de Aki y Yui, se sintió incómoda con la presentación de la nueva compañera. Casi sintió culpa por esa sensación, y no sabía ni siquiera a qué se debía. Más porque pensaba que debía ser incómodo para cualquier persona ese momento de presentación.

_Debemos hacer que se sienta cómoda aquí -susurró a Yuka durante los segundos de silencio de Maki. Sin embargo se alegró al verla sonreir, aunque no podía negarse que era un comportamiento extraño, considerando el contexto. ¿Conocía a Ouchi de algún lado? Como fuera, debía darle la bienvenida también ella-. Bienvenida, Maki. Soy Amaya.

Como todas las mañanas me habia levantado mas temprano de lo normal, lo necesitaba si queria mantener mi media de estudios y seguir cuidando de mi familia; me puse mi ropa de deporte y sali a correr un rato cosa que me ayudaba a organizar el dia y a encontrar a mama cuando no estaba en casa cosa que era ya normal.

A pesar de que corri por los lugares habituales en los que solia encontrarla en aquella mañana no estaba en ninguno de ellos y tampoco estaba en casa pero ya se me hacia tarde y no tenia tiempo para buscarla; hacia tiempo que habia dejado de importarme que no durmiera en casa pero si me preocupaba que cuando la encontrara siguiera con vida y aquel dia tendria que quedarme con aquella incertidumbre cosa que no me gustaba nada.

Al llegar a casa me di una ducha y cogi a mi hermanito, le di de desayunar y lo lleve a su escuela especial que por suerte empezaba antes que la mia y, al estar relativamente cerca de la mia me permitia llegar antes de tiempo. Como siempre llegue de las primeras, antes incluso de que llegaran los primeros estudiantes y me permiti vigilar que todo estuviera en su sitio, tenia aquella pequeña mala costumbre y era, junto al ejercicio, una de las pequeñas cosas que me permitia mantener algo de control en mi vida.

Fui a mi clase y me sente en primera fila, justo en el centro de la clase en donde podia tener una perfecta vision de todo y tomar los mejores apuntes; a medida que fueron entrando el resto de mis compañeros fui saludandolos, algunos me devolvian el saludo solo por educacion otros sabia que lo hacian de manera sincera.

Hoy tocaba gimnasia y nuestro profesor el Sr. Akimoto nos habia convocado en el aula para informarnos de las tareas que nos tocaban aquella semana, ademas ese dia era especial pues nos presento una chica nueva. Me la quede mirando con curiosidad y aunque no podia juzgarla por su aspecto pues esta parecia salida de una peli gore no pude evitar estremecerme al verla y mas cuando al presentarla esta solo pudo mirar a Oichi; me gire para mirarlos a ambos respectivamente, la verdad es que era muy guapo y no me extrañaba para nada que se fijara en él lo cual hizo que me pusiera algo colorada, mas cuando le dio la bienvenida a la chica nueva como si la conociera.

Volvi a girarme hacia la chica y me quede alli esperando a ver que sucedia.

Yuka sonríe y asiente a lo que le dice Amaya y dice en susurros:

Claro, es raro que alguien llegue en esta época del curso, pero hagamos que se sienta una mas

La chica como siempre estaba sonriente y parecía animada ante la perspectiva de hacer una nueva amistad y tener a alguien nuevo en clase, especialmente porque se trataba de una chica.

Nadie mas dijo nada mas, el resto de los compañeros de clase también parecían algo sorprendidos ante la forma de actuar de Maki, tras algunos segundos el profesor finalmente vuelve a hablar:

Esto...bueno...bienvenida a nuestra clase...¿Como te fue en EEUU y como es que has venido a Japón?

El profesor se notaba un poco incomodo y también se veía claramente que su intención era la de al menos romper un poco el hielo con la chica.

Maki con una gran tranquilidad deja de mirar a Takeshi y con un tono de voz tranquilo, como recreándose en sus palabras responde:

He estado allí por tres años... en Boston... no he salido mucho porque he estado en un centro medico... y he vuelto a Japón por el trabajo de mi padre…

El profesor parece sorprenderse, ante lo dicho por la chica, mira a todos los alumnos, en su cara podía leerse claramente "sed amables con ella" para con una sonrisa algo incomoda decir:

Bueno Maki... es un placer tenerte aquí... puedes sentarte... umm ahí, delante de Yamada, hay un sitio libre

Maki no dice nada, simplemente comienza a caminar con tranquilidad hacia el lugar, sin embargo, cuando pasa junto a Amaya se detiene justo a su lado y la observa unos segundos en silencio. Maki esta seria pero poco a poco sus labios se abren y esboza una pequeña sonrisa:

Justo tras sentarse Maki en su asiento y empezar a sacar sus cosas mientras mira al frente, se escucha un fuerte golpe en la ventana al lado de Ume, sin que nadie se haya dado cuenta un cuervo se ha estrellado contra la ventana rompiéndola un poco y quedándose completamente estampado contra esta, los resto del animal, vísceras, sangre y plumas llenan la ventana a la altura de la cabeza de la chica.

Tras practicamente dar un salto por el susto y la impresion del golpe mira hacia la ventana gritando:

¡¡Ah!! ¿Que ha sido eso?... menuda hostia se ha dado el pájaro

Por favor, que asquerosidad

Por su parte algunos de los demás chicos de la clase se acercan corriendo a verlo de cerca mientras Maki se mueve con esa sonrisa aun en su rostro tranquilamente a su asiento en donde se sienta tranquilamente.

¿Estuvo en un centro médico? ¿Qué le ocurriría? Se la ve bien de salud. Un poco rara quizás, pero nada que requiera tratamiento, a simple vista. Igual no debo ser descortés, no debo preguntar hasta entrar en confianza.

Amaya siguió pensando esto cuando Maki se acercó a ella tras la indicación del profesor. Otra vez esa sonrisa rara. A menos que también le gustaran las mujeres, se podría pensar que su sonrisa a Ouchi no era por atracción sexual y que ella simplemente sonreía así. Amaya le devolvió la sonrisa, y en eso un fuerte ruido la sobresaltó.

Giró la cabeza de inmediato y se encontró un cuervo, o lo que quedaba de él, estampado contra la ventana ventana. Amaya hizo una mueca de desagrado, apartó la mirada, y luego comenzó a mirar nuevamente pero de reojo. Lamentaba eso, le gustaban los animales. Todos se acercaban a mirar y ella los dejaba, pero sabía que era puro morbo. ¡Pobre cuervo! Había que hacer algo, y vio una oportunidad.

_¿Profesor Akimoto, quiere que vaya a avisar al personal de maestranza y limpieza lo ocurrido? -miró hacia el lado de Maki-. Maki, si el profesor está de acuerdo, puedes venir conmigo si quieres, así en el camino vas conociendo un poco mejor la escuela.

Luego de una pequeña conversación entre susurros con Ouchi, desvío la mirada hacia el resto de mis compañeros un tanto expectante. En si anhelo que comience la clase para sacarme de encima la misma y por esa razón, no le he prestado tanta atención al juego de miradas que se gastaban algunos ya que prefería observar el cuaderno o leer algo del libro que tengo a mi alcance. 

Aunque claro, en medio de tanta distracción escucho aquel sonido escalofriante y rápidamente desvío la mirada hacia el sitio donde proviene y se trata justamente de mi ventana. El primer golpe, luego viene el segundo y esto ya es un desastre, uno que realmente me impulsa a abrir los ojos mientras estoy estática allí como si fuera un pollito mojado. 

No sé cómo reaccionar, solo observo aquello y me quedo ahí, asustada. 

Seiji volvió a bajar la mirada y comenzó a juguetear con su bolígrafo mientras varias preguntas bombardeaban sus pensamientos. De fondo, el señor Akimoto indicaba el nuevo sitio de Maki. 

¿En un centro medico?, ¿Qué enfermedad tendría?, ¿Por eso parece tan... tan rara?

Suspiró mientras se recostaba en el respaldo de la silla, esperando que comenzase la clase... pero un fuerte golpe le hizo levantarse como si un resorte lo hubiera disparado hacia arriba, incluso golpeando la silla contra el pupitre de atrás. Se giró bruscamente en dirección donde se había producido el ruido, justo en una de las ventanas de clase, al lado de Ume. 

¿Eso es sangre? Como coño hay sangre... Y entonces observó a Ume, parecía asustada. Seiji salió corriendo hacia ella, apartando a varios compañeros que habían corrido también a ver tan macabra escena.

Seiji abrazó a Ume, recostando la cabeza de la chica en su pecho ocultándola unos segundos de lo sucedido, mientras observaba la ventana manchada. Le besó en la cabeza, impregnándose de la fragancia que tanto le gustaba de Ume, y la separó de su pecho haciendo en todo momento que diera la espalda a la ventana. Le lanzó una sonrisa cálida y la miró a los ojos. — Estoy aquí... ¿Estás bien? ¿Quieres salir? 

Unos brazos conocidos llegan a mi en ese momento donde sólo puedo ver aquel animal muerto, siendo todo sangre y dolor. De alguna manera mi corazón está convertido en un nudo y dado a que jamás he vivido algo semejante, no tengo forma de reaccionar tan rápido. Lo bueno es que el calor de Seiji y su voz, logran que termine aferrándome con fuerza a su cuerpo mientras escondo mi rostro en su pecho. 

Al tacto no paro de temblar, el chico puede sentir la sensación de miedo que me ha producido aquello y como estoy buscando protección, su protección. Los demás si hablan no soy capaz de escucharlos, solo me quedo con el aroma de quien me abraza mientras siento que no puedo estar en esa aula ahora mismo. Y cuando me separa brevemente para sonreír de aquella forma, mis temerosos ojos se fijan y los suyos, sonriendo apenas. 

Aquel beso que le había dado es algo que no olvidaré jamás, son momentos en los que más lo he necesitado y allí estuvo siempre. 

—Vamos... Salgamos de aquí.

Ya decidida a salir, espero a que Seiji emprenda el camino.