Partida Rol por web

Antes de que le diera tiempo a responder al posadero, una extraña sensación recorrió todo el cuerpo de Hattori, algo no marchaba bien y al parecer no era el único que lo había notado ya que más de uno comenzó a mostrarse inquieto. Justo cuando el santo abandono la estancia claramente alterado se dirigió al posadero

-Necesito una habitación lo antes posible para un solo día.

Le doy el dinero de la habitación y vuelvo a concentrarme para poder sentir de nuevo la localización de mi hermana.

Tras lo cual el otro muchacho asiático se dirige a toda la posada, varios de los presentes lo miran extrañados, ya que no saben a lo que se refiere

-La verdad no lo sé, pero no me gusta esta sensación

La idea de que mi hermana sea la responsable de esto resuena en mi cabeza, es demasiado extraño que ella esté aquí y justo el mismo día en que llego suceda esto. Debía encontrarla lo antes posible y no podía perder el tiempo.

Parece que el posadero no esta por la labor lo que es problematico pero se esta haciendo tarde por lo que no tengo demasiado tiempo que perder con propuestas ridiculas.

Si quieres tratarme como un pordiosero es tu problema... la mayoría de los posaderos sabrían que mi propuesta es beneficiosa para ambas partes ya que una clientela entretenida suele gastar más en el local. Si Gaius estuviera aqui le habría cantado las cuarenta a este posadero. Iré a la proxima posada buena suerte.

Me doy la vuelta cuando me doy cuenta que algo extraño pasa, veo una extraña barrera crecer más y más es inmensa algo de ese tamaño es casi impensable no se muy bien que esta pasando pero es algo grande. Salgo a la calle observando con curiosidad si alguien más se dio cuenta y las reacciones de la gente mientras avanzo hacia el puerto, parecía que sea lo que sea se origino en el mar así que quiero ver si puedo averiguar algo más acercandome.

Había sido así en cada gran ciudad y no es que Edoardo visitara muchas, sólo que había tomado esa precaución para no llevarse sorpresas desagradables.  Revisar siempre un área urbana le requería usar al máximo sus perpecepciones, incluyendo su maldición latente en su sangre. El cazador apretó los dientes cuando poco a poco volvían a aparecer las telarañas de la mierte sobre toda la gente del puerto. Sólo mantenía su cordura, gracias al entrenamiento de su padre y aún así le costaba aceptar la visión de ese mundo de muerte. 

Camino entre la muchedumbre, tratando de pasar lo más desapercibido posible. Pues sí llegaba a su objetivo, más rápido podría volver a mirar el mundo de forma normal. Pero con cada paso que daba, se dio cuenta que nadie le prestaba atención, tanto si quería pasar desapercibido como no. Al parecer todos estaban preocupado de sus cosas o un mercenario más en la ciudad no llamaba la atención de nadie. Con un suspiro de alivio el hombre comenzó a relajarse, pero aún así se percató que nadie lo esperaba en el muelle. Ya estaba comenzando a preuocuparse nuevamente, cuando un movimiento extraño en el cielo le llamó la atención. Alzo la vista y vio como un pájaro de papel con unas motas negras se dirijia a el con elegancia. No le costó mucho adivinar que se trata de la carta que debía recibir.

- malditos brujos y sus malditos métodos. Murmuro, mientras dejaba una mano abierta para recibir el ave artificial- ¿porque no puede venir un jodido ...- no término de maldecir por lo bajó cuando una brisa extraña le recorrió de pies a cabeza, mientras que su vista se distorsiono por una fracción de segundo. La maraña de muerte se tambaleo frente de el y la vida mía perdió algo de belleza- Que carajo....- miro alrededor y luego su mano donde en vez de un ave de papel, sólo tenía cenizas- No.....NO....¡¿que mierda es esto?!

El cazador estaba claramente confuso y molesto. Algo extraño ocurrió y de paso perdió lo que venía a recoger, algo sumamente importante. Estaba comenzando a temblar de rabia y de ansiedad, pues hace poco había consumido las últimas hierbas que calmaban su constante ansiedad. 

Un doñor levé lo hizo reaccionar, no se había dado cuenta que había golpeado uno de los troncos del muelle. Algo más calmado, pero aun con rabia ardiendo en su interior. Decidior ir a un callejón cercano y esperar desde las sombras con la esperanza de que apareciera alguien en el muelle por el fracaso del mensaje. No sabía más que hacer, pero era la única alternativa que tenía ante el. Pues los brujos siempre habían sido cuidados en la forma de comunicarse con el.

- La forma en que hablo a mi madre no es asunto suyo.

Te contesta de muy malos modos. 

Desde luego el hombre no era un mar de modales o buenas formas. Todo lo contrario. 

Una extraña corriente de aire entra por algún lado y veis como todas las velas del lugar se apagan.

- ¿Pero qué cojones? ¿Qué fue eso?

Con peor humor del que tenía, el hombre salió a encenderlas de nuevo mientras te seguía hablando.

- Sí, solución de problemas. Si no tienes problemas en... Ensuciarte las manos. - Y tras decir esto ves que se empieza a reír de forma poco tranquilizadora. - Allí tienes el tablón de anuncios.

Y te señala un listón de madera que hay en un lateral del lugar.

Está colocado sobre dos soportes para que quede vertical y, pinchados en él, hay diferentes papeles y pergaminos.

En un momento, una extraña corriente de aire apaga las velas del lugar.

- ¿Pero qué... - Pregunta el posadero algo extrañado.

Al pasar esto, uno de los chicos orientales se adelanta para mirar por una de las ventanas mientras que pregunta en voz alta.

Al mismo tiempo, bastante alterado, el "Santo" sale corriendo del lugar para entrar a los pocos segundos, en el mismo estado pidiendo con urgencia una habitación.

- Si hombre. Deme un segundo que vuelva a encender las velas.

El posadero, con toda la calma y sin perder el humor, sale de detrás de la barra y empieza a encenderlas de nuevo.

Mientras lo hace, veis como la mujer empieza a mirar sus armas con cierta sorpresa.

Estas estaban parpadeando levemente... Muy poco. Aunque era cierto de que era algo raro.

Por suerte o por desgracia, cuando el posadero termina de encender las velas, se puede er como dichas armas dejan de parpadear.

- Aquí tiene buen hombre. - Dice el posadero entregando al Santo una llave. - Primer piso a la izquierda. Que pase buena noche. Los desayunos son a partir de las 7 de la mañana.

El otro chico Oriental, también con cierta urgencia, pide otra habitación.

- Parece que todo el mundo tiene prisa ahora. Aquí tiene joven. - Y le entrega otra llave. - La suya se encuentra en el segundo piso.

A pesar de las velas, el lugar no parecía haber cambiado demasiado... Aunque sí era cierto que algo había pasado... El ambiente estaba raro...

Tras aquella extraña sensación, te habías acercado a una ventana para ver lo que estaba ocurriendo fuera...

Nada.

Absolutamente nada.

Es cierto que las velas que había en las calles se habían apagado y la gente estaba algo perdida. De esta forma algunos iban a volver a encenderlas mientras que otros parecían irse a sus casas.

Lo que era cierto es que no parecía haber pasado nada "Extraño". A parte del echo de haber visto como una especie de cúpula surgía de algún punto cercano al puerto y se iba expandiendo y expandiendo.

Cuando ves aquella extraña barrera, notas perfectamente como los hechizos que tenías activados desaparecen... Algo que no te gusta nada.

De esta forma sales corriendo para intentar saber algo más.

La barrera tenía más bien forma de cúpula que, por su forma, debía haber comenzado en algún punto del puerto y, desde ahi, se había empezado a expandir. Se hacía más y más grande hasta que había desaparecido de tu campo de visión. Y es que, a parte de destruir tus hechizos, no parecía que tuviera muchos más efectos en la ciudad en verdad...

De vuelta en el interior te fijas en concreto en aquella mujer y sus armas.

Desde luego no son armas normales y corrientes, sino que se trata de armas con algún carácter sobrenatural. Estás seguro que llevan varios hechizos en su interior, aunque desconoces exactamente cuales. 

Aquella extraña muralla... Cúpula... Barrera... O lo que sea que fuera te había jugada una muy mala pasada.

Todos tus poderes mantenidos habían desaparecido... 

Con preocupación, miras a tu alrededor.

Aunque, por suerte, parecía que aquella barrera no había producido daños. De echo, salvo apagar las velas que había encendidas, poco más había sucedido. Los niños seguían jugando, los tenderos en sus trabajos y poco había cambiado.

Mientras observabas lo que hacía aquella niña, decides probar y lanzar uno de tus poderes, comprobando con calma como estos siguen funcionando con normalidad. Así que vuelves a respirar con calma.

Y, una vez sin los rayos del sol en el firmamento y con aquel golpe de aire apagando las velas, ves que los niños se detienen un momento. Empiezan a hablar entre ellos. Parece que se están despidiendo y, al cabo de pocos segundos, ves que se separan. Tu objetivo, aquella niña, ves que se aleja junto con otros dos amigos por una de las calles que salen de la plaza.

El posadero solo te dedica una mirada rápida. Ni siquiera se digna a contestar.

Tras esto, sientes aquella extraña sacudida y, veloz, sales a la calle a ver lo que había pasado.

A primera vista parecía todo igual... Lo único es que, aquel "golpe de aire" había apagado las velas de las calles y la gente estaba algo extrañada. Algunos de ellos se movieron para volver a encenderlas mientras que otros parecían aprovechar para irse a casa.

Salvo esto, nada parecía haber cambiado demasiado... Al menos en apariencia. 

No entendías la forma de pensar de los magos. Tampoco era algo que te interesara en verdad. 

¿Por qué mandar esa extraña paloma en lugar de a una persona? Es algo que no entendías... Desde luego la situación había empeorado cuando aquella... "Barrera" había destruido aquel mensaje... ¿Y ahora?

Por ahora decides irte a un callejón a esconderte y observar lo que pasa a tu alrededor. Esperando que los magos se den cuenta de esto y hagan algo.

Parece que la alteración ya ha pasado y la magia ha vuelto a su normalidad. Es un alivio... Aunque ahora toca reactivar las defensas. Viajar por el Viejo Continente sin ellas es siempre una mala idea, uno nunca sabe cuándo puede encontrarse a un Inquisidor a la vuelta de la esquina. - Pensó, y empezó a reactivar sus hechizos.

Cuando vio que los niños terminaron de jugar y empezaron a separarse, se acercó a la niña, acompañada de dos de sus amigos, le tocó el hombro y dijo:

Perdona pequeña, ¿Podrías llevarme con tus padres? Tengo que hablar con ellos de unos asuntos, pero no recuerdo por dónde se iba a vuestra casa - Saca un caramelo de la manga y una moneda de plata, y se lo ofrece - ¿Serías tan amable de acompañarme? - Muestra una amplia sonrisa, saca dos monedas de plata más y le da una a cada uno de sus acompañantes - Y esto para vosotros, no os vaya a dar envidia.

-Qué fue lo qué?- Miro hacia atrás como las velas se apagan. -Ah, es que dejé la puerta abierta, así se ventilaba el lugar, que hay mucho aroma a gente aquí dentro.

La forma en que me habla y ríe este sujeto me da cada vez más ganas de ir a buscar otro sitio, pero dinero no tener, así que habrá que conformarse. Me pregunto... si aquí las tabernas mediocres son así, lo que serán entonces en Dwänholf...

Esto no lo había visto, un cartel de anuncios. Habrán puesto aquí las mascotas perdidas de la gente? -No, no se preocupe, ya las tengo bastante sucias. -Porque acabo de apoyarlas en su cochino mostrador, viejo inmundo.

Me pongo a escudriñar los pergaminos, buscando un punto medio entre poco esfuerzo y recompensa razonable.

Ethan no entendía porque aquellas personas corrían a esconderse en sus habitaciones. Parecía obvio que habían notado lo sucedido.

Bueno. No todo el mundo tiene por qué ser valiente.

Se dirigió al posadero antes de salir.

Disculpemé buen hombre. Enseguida vengo a por lo de la habitación, pagaré por una semana. En cuanto compruebe una cosa.

Sin más, el joven salió de la posada y empezó a caminar por las calles tratando de buscarle sentido a lo que había pasado. En el fondo sabía que la curiosidad no era algo muy bueno. Pero no podía evitarlo.

En cuanto el Posadero le da las llaves a Nox, éste camina hacia su habitación sin detenerse. Aquello no le ha gustado nada, pero debe estudiar las implicaciones que pueda tener. Había sido algo momentáneo? O aún perduraban sus efectos?

Tras subir a la habitación y dejar parte de mis pertenencias, me dirijo rápidamente abajo y salgo de la posada, me concentro un momento para intentar detectar rastro de mi hermana de nuevo.

Una vez en su habitación, Nox cierra la puerta y se sienta en medio de la habitación. Empieza inspirando profundamente, y relajándose. Tenía tiempo, así que podía hacer las cosas bien. Recordó sus inicios cuando se concentraba para simplemente sentir la magia que impregnaba el mundo. Ahora, con la experiencia y la práctica, era capaz de moldear la magia sin muchos problemas. Evidentemente, no sería capaz de usar la magia ambiental para doblegar completamente la realidad, pero sí podía reunir la magia en un sólo punto, generando luz. Y lo único que hacía era generar un patrón con las mismas hebras de la magia haciendo que toda la magia se reuniese en un punto de la habitación. No debía hacer nada, era simplemente su voluntad. Sólo debía saber cómo hacerlo.

También probó que él pudiese hacer lo mismo, sin embargo, esta vez exteriorizó él mismo la magia, con unas pocas palabras en lengua arcana, los movimientos precisos y fluidos, también podía conseguir que, de su cuerpo, surgieran las mismas hebras de energía de magia pura que acabaría reuniéndose en un solo punto de la habitación.

Pero había terminado con las pruebas y parecían satisfactorias, así que esta vez inspiró hondo. Este conjuro era bastante básico. No por la sencillez del conjuro, que de hecho era bastante complicado, sino porque era su método más básico de seguridad. Teniendo el Don, nunca había aprendido a usar armas o a anticiparse a los ataques de los enemigos. No, en cambio, lo que hacía con la magia era detectar un movimiento cargado con sentimientos ofensivos hacia él y en ese momento desviar la matriz espacial mediante la creación de una matriz intermedia. Los fundamentos mágicos que acompañaban aquél conjuro necesitaba una energía muy superior al conjuro que había hecho unos minutos antes. Las palabras arcanas le ayudaban a formar y representar las leyes que regirían el conjuro más fácilmente, como aquél que repite una fórmula para recordarla, mientras que los movimientos suaves y harmoniosos le ayudarían a crear la matriz intermedia, y focalizarla.

La calma parece seguir en la ciudad tras el extraño suceso pero yo se que fue más de lo que pudo parecer a simple vista. La barrera o lo que fuera había procedido del mar así que busco un lugar donde poder otear el horizonte y si estoy cerca del puerto me acerco a él para poder contemplar más claramente el mar en busca de algo extraño.

Si nada llama mi atención continuaría a la siguiente posada, "La Bella Durmiente" ya que empieza a hacerse tarde y aun no tengo donde pasar la noche.

Por suerte, compruebas que aquello que había anulado parte de tus poderes, se había quedado ahí. Ya que, con alivio, compruebas como puedes volver a alzar tus defensas.

Tras esto ves que aquellos niños se habían separado y que, tu objetivo, se iba con dos amigos en una dirección. De manera que no esperas y te acercas a la niña.

Una vez a aquella altura... Te das cuenta de que no estás del todo seguro si se trata de una niña o de un niño...

Tanto él/ella como sus amigos te miran cuando te acercas.

Los amigos, con una gran sonrisa, cogen las monedas que les ofreces sin dudar, pero tu objetivo te mira.

- ¿Quién es usted señor? No le conozco... ¿Y por qué quiere ver a mis padres? 

Te mira entrecerrando ligeramente los ojos.

- Además, mis padres me dijeron que no aceptara cosas de desconocidos. - Y mira a sus amigos. - No deberíais coger eso. 

Para tu sorpresa, notas perfectamente como la magia empieza a modelarse a su alrededor. Desde luego nada parecido a unas cantidades preocupantes. Sino, más bien, puedes ver como la magia simplemente reacciona a lo que está sintiendo aquel pequeño. Pero... Si a esa edad puede hacer eso... ¿Qué podría hacer con algo de entrenamiento?

Tras las "amables" palabras de aquel hombre, decides ir a echar un vistazo a aquel tablón de anuncios.

Algunos de ellos llevan tanto tiempo allí que la tinta había desaparecido... Incluso algunos estaban todo lo contrario, totalmente ennegrecidos y sucios... Por suerte, había algunos que sí se podían leer.

Lees por encima los que parecen más interesantes... 

Como proteger una caravana de mercancía... Guardaespaldas de un comerciante... Guardaespaldas... Guardaespaldas... Había varios de eso... También había varios para proteger caravanas de mercancías... Había uno que se trataba de ir a un bosque cercano a matar a una bestia concreta... Mientras que había otras de matar unas bestias que rondaban a las afueras de la ciudad... Así como se necesitaban espadas para proteger varios navíos...

Desde luego había bastante variedad.

Sin embargo, estos trabajos parecían algo... Sucios. No había que rescatar doncellas en apuros... Ni nada así.