Ah, Akane sí que hacía preguntas que sabía responder. Kousuke asintió con la cabeza como si lo aprobara mientras organizaba sus notas.
-Una pareja curiosa...-musitó, olvidando que una de las integrantes de dicha pareja estaba presente con ellos.
Cuatro en total
Con el intercambio de pistas por parte de Akane Ryuguu concluido, el salón volvió a sumirse en ese peculiar silencio que solo se da cuando todos están demasiado concentrados… o demasiado confundidos como para hablar. April Ligito, aún en pie junto al gran ventanal del salón, observó a los detectives. Uno a uno, habían ido cerrando el círculo. Y ahora solo quedaba uno.
Dirigió su mirada hacia Noa Kokutan, el último en la ronda.
Con un tono suave, pero cargado de una intuición difícil de ignorar, April habló al grupo:
-Bien… solo queda Noa.
Pausó por un segundo, casi como si estuviera sopesando sus propias palabras. Entonces, con un leve temblor de emoción —contenida, porque April no era de soltar dramatismos baratos—, continuó:
-No sé por qué, pero tengo el presentimiento de que este será el último intercambio. Que después de esto...
Su mirada recorrió a los presentes con intensidad.
-...el crimen podrá resolverse. O al menos, estará todo sobre la mesa para que alguien, al fin, lo haga.
Suspiró, pero esta vez no de agotamiento, sino de expectativa. Se permitió un instante de esperanza. Quizás, después de tanta confusión, puñetazos a la cuarta pared, pistas robadas y detectives disfrazados de mapache… la verdad, por fin, estaba al alcance de la mano.
-Noa, adelante. Es tu turno.
Kousuke (ha decidido romperle una botella de champagne en la cabeza al generador de tiradas, como hizo con el pobre Jilliam Wustice)
Hanzawa-san
Mamoru Ai Yastis
Kyoka
Akane Ryuguu
Noa "Kokutan"
Sorcha McKay
Por su parte, Mamoru Ai Yastis estaba distraido tirado en el suelo dibujando con ceras de colores que Tsunade Kineda le habia dejado para que se entretuviera, al parecer estaba resolviendo el caso con todas las pistas que habia descubierto y que le habian proporcionado... Aunque la verdad es que simplemente rellenaba al tuntun.
-Y ahora un dinosaurio... escupiendo fuego... porque así es como cazaban los dinosaurios en aquella epoca... -Dijo mientras pintaba un T-Rex/Godzilla echando fuego- ¿Ah?.
Sin mirar entregó una hoja de papel arrugada, ofreciendola a quien quisiera cogerla con aquella pista.
1 Valor 1
Tras el intercambio final de pistas por parte de Noa Kokutan, April Ligito sintió que algo en el ambiente cambiaba. No era solo el peso de las pistas, ni el silencio expectante que se instaló entre los detectives. Era como si el mismísimo aire dentro de la mansión se hubiera dado cuenta de que el misterio estaba a punto de romperse.
Con un leve temblor de emoción contenida, April dio un paso al frente.
-Bien... ha llegado el momento.
Su voz resonó en el salón como el primer compás de una sinfonía final.
-Detectives, ahora les corresponde hacer lo que mejor saben hacer. Es hora de que resuelvan el crimen del Tío Ligito.
Los detectives se tensaron, repasando notas, revisando hipótesis, sudando café frío y pizcas de locura. Pero como si el universo necesitara romper el momento solemne, como si no hubiera habido ya suficiente, el detective O'Kay giró hacia su prima con una expresión de sospecha mezclada con frustración profesional.
-Sorcha… ¿De verdad no vas a hacer ni una sola pregunta?
La frase llevaba más resignación que sorpresa. Ya se lo temía.
Sorcha McKay, sentada con las piernas cruzadas, se estiró como quien acaba de despertar de una siesta placentera en medio del apocalipsis. Le dedicó a su primo una sonrisa tan dulce como venenosa.
-¿Yo? ¿Preguntar? Ay, O'Kay...
Apoyó la barbilla en una mano.
-Yo supe la solución desde el principio.
Se escuchó un sonoro ¡¿QUÉ?! ahogado proveniente de varias direcciones.
-Pero no la dije porque quería ver al gran detective Mamoru Ai Yastis en acción.
Suspiró con estrellas en los ojos.
-¡Es que verlo investigar es como presenciar arte en movimiento! Cada gesto suyo tiene un propósito… incluso cuando parece que no. ¡Es pura genialidad incomprendida!
O'Kay se llevó ambas manos al rostro y masculló, sin mirar a nadie:
-Así es imposible que lleguemos a fin de mes.
Y lo decía en serio. El sueldo de detective privado en Sakurami era tan simbólico que ni el símbolo tenía valor.
April, que había presenciado la escena con una mezcla de horror y resignación educada, aplaudió dos veces, fuerte, para recuperar la atención del grupo.
-¡Muy bien!
Dijo, alzando un poco la voz.
-Chistes internos y traumas laborales aparte, es momento de que los detectives que sí quieran resolver el caso nos presenten sus teorías. Este es el momento de encontrar la verdad… y dar fin a esta locura.
Una pausa.
-...Por favor.
Y sí, ese “por favor” llevaba consigo la súplica de una mujer que ya no sabía si vivía en un caso policial o en un episodio muy largo de sátira existencial.
Ale, momento de tratar de resolver, respuestas por provado, recordad que necesito:
¿Quien mato al tio Ligito? | |
¿Cual fue el movil? | |
¿Que recorrido y que arma uso? | |
¿Quien fue su complice? | |
¿Por que le ayudo? |