Partida Rol por web

La vulcana se sobresalta al escuchar a mertens a su lado y le observa mientras pide la bebida. Cuando le pregunta, responde brevemente.

Sí, todo bien, por supuesto. Estamos... celebrando. No?

Parece obvio que se siente fuera de lugar.

No sabía que hablaba Romulano. Como puede su pueblo aprender tanto teniendo tan poco tiempo para hacerlo? Parece sorprendente.

La cara de Kunaar expresa, sin duda, sorpresa...

Sonrió por su pregunta. La curiosidad era, después de todo, símbolo de cualquier raza inteligente del universo.

-También manejo el klingon con bastante soltura. Nosotros los ocampa tenemos una gran capacidad de aprendizaje debido a nuestro metabolismo acelerado. Además de las habilidades psíquicas, en situaciones de crisis somos capaces de adquirir momentáneamente conocimientos que ni siquiera poseíamos. No me pregunte como funciona por que no sabría explicárselo. Creo que los científicos de la flota deberían estudiarlo.

La miró apenas dos o tres segundos, con un apunte de sonrisa.

-Creo que a usted no le gustan demasiado las fiestas. O es que se siente violenta por alguna razón. Disculpe la intromisión, pero me preocupo por mis compañeros. Me gusta conocerles. Y usted hasta ahora ha sido un misterio para mi.

Quizá...

La vulcana parece dudar un momento, pero finalmente se decide a proseguir.

Quizá podamos empezar con ese campo nosotros mismos. No quiero que se sienta violento, pero ahora que está todo más tranquilo, podría usted pasarse por el laboratorio un par de días para realizar unas cuantas pruebas sobre su fisiología, su tejido neural y... bueno, en fin, intentar encontrar algunas respuestas.

Por un momento la mente de Kunaar empieza a divagar sobre las cuestiones cientificomédicas que se abrirían con esta investigación. Ya parece haber olvidado el éxito de Rómulo y instintamente su mente se centra en el siguiente enigma a resolver.

Que opina, Comandante? Sin duda eso le ayudaría a que sea menos enigma para usted.

La idea de estar tantas horas con Mertens cerca no le parecía placentera, pues era muy opuesto a ella, pero el enigma de los Ocampa y el entorno controlado del laboratorio, donde ella se encontraba "en casa" compensaba esa incomodidad de sobra.

-Pues... -murmuró reponiéndose de los halagos de Eclecson -Aprovechamos la órbita geoestacionaria alrededor de Rómulo para hacer reparaciones y mantenimiento, en fin, poner a punto a la Excálibur para cuando emprendamos el viaje de vuelta -explicó mirándolo con sus ojos azules fijamente -La verdad es que ya estaba aburrida, por eso cuando el capitán me designó para venir en su ayuda casi salté hacia la nave romulana, además, ¿se imagina? Pocos oficiales de la Federación han podido observar por dentro una nave de este tipo, aunque eso sí, a ingeniería no me han dejado entrar todavía -susurró en confidencia.

Amaia se rió estruendosamente, seguramente por producto de la alegría de ver a su esposo -Karl, ¡Qué preocupada me tenías! Y Neil también estaba algo triste, sabíamos que tu misión era peligrosa pero en mi interior tenía la convicción de que ibas a hacer todo cuanto estuviera a tu alcance para regresar a casa con nosotros -sus ojos se empañaron, quizás por las emociones y porque al verte allí con ella de pronto el peso de sus temores se esfumaron, lo abrazó nuevamente hundiendo su rostro en el pecho de él -Qué gentiles han sido los romulanos al dejarme venir hasta aquí con una de las naves de custodia, es que... no podía aguantarme para verte -se rió, ella siempre era algo ansiosa. -Jeremy está en la Excálibur -explicó luego -Te está esperando ansioso, como todos allí -sonrió y con su sonrisa diáfana e inocente iluminó el salón, como solía suceder.

El camarero comenzó a servir las copas en la mesa mientras ellos seguían hablando en la barra. La propuesta de Kunaar le impactó, y no sabía si fiarse en lo tocante a convertirse en un conejillo de indias. Pero debió admitir que la propuesta le hizo gracia. Rió brevemente.

-Si quiere conocerme más o fondo tendrá que pagarme unas cuantas copas, pero no me someta a sondas y análisis de cortex neural.

Sonrió y alzó la jarra de cerveza.

-Poco a poco, haremos avances. No le prometo nada, pero lo que me ha propuesto es interesante. ¿Volvemos a la mesa?

Eclecson no pudo evitar sonreir ante el comentario de la joven.

Me gusta como piensas.
Yo he pensado lo mismo en cuanto fuimos teleportados a bordo. También pedi permiso para visitar la nave, pero me temo que no me han hecho mucho caso. Es una lastima. ¿Has podido ver el puente por lo menos?

Desde luego era una joven hermosa, lista y con intereses y gustos similares. ¿Qué más se podía pedir?

Además, la noche es joven. ¿Quién sabe lo que nos puede deparar? Lo mismo podemos emborrachar a alguno de estos oficiales y que nos den un tour privado.

- Yo tambien estoy muy feliz de que estés aqui. Y créeme, esta misión ha sido dura, pero la Federación a veces cuenta con oficiales extraordinarios. Y tengo muchas ganas de ver a nuestro hijo.

Cojo un par de bebidas y ofrezco una a mi mujer.

- No deja de ser curioso que los romulanos se hayan mostrado tan gentiles, aunque supongo que tenían un gran interés en todo esto, por la parte que les afectaba.

Apuro mi bebida, y sopeso si pedir otra. Aunque estamos de celebración, al menos celebrar que hemos sobrevivido y vuelvo a estar junto a mi esposa.

- Vayamos con los demás. Te presentaré a Mathew, un portento en ingenieria, y a Mertens, un excelente oficial.

Pagarle unas copas?

Parece confundida por un momento, para dar la frase por una broma al cabo de un instante.

Eh, sí, claro, volvamos...

La muchacha se ríe mirándote con ojos pícaros, -Sí, quién sabe ¿verdad?- sin duda le ha gustado tu osadía. -Yo digo que emborrachemos a Lightman, sería de lo más divertido ver que cambie esa cara seria que tiene siempre  -susurra sin sacarte la mirada de encima. Luego al ver que el aludido se acerca con su esposa cambia de tema hábilmente -He visto el puente, su tecnología en ese área está no muy alejada de la nuestra y he podido echar un ojo a los dispositivos de cloacking device aunque sospecho que si firmamos tratado con ellos tendremos acceso a estos avances, después de todo nos lo deben... -dijo en voz baja esto último.

Matthew y Edison ven acercarse a Lightman y señora por la izquierda y a Mertens y a Kunaar por la derecha, con tragos en la mano. De pronto todos se percatan de que Krafel está hablando con un oficial romulano animadamente, al que Kunaar reconoce como el oficial Demethal que la acompañaba en el turno y terminó su día junto con ella. Daerx al parecer se había esfumado, ya que Mertens no logró ubicarla en la sala a simple vista.
Se sentaron a la mesa y les trajeron una ronda de bebidas y unas comidas romulanas parecidas a las papas terrestres en atención. También había una carne roja a medio cocer cortada en cubos con una salsa en medio, pero nadie tenía idea de qué animal era.

Eclecson sonrió y dijo.

Bueno. Vamos a probar. El que no se arriesga no gana.

Aprovechando que estaban todos más o menos reunidos, Edison y el Ingeniero Jefe se acercaron a Kunaar. Y en voz lo suficientemente alta para que le pudiera escuchar el oficial Demethal, le pregunto.

Comandante. ¿Qué hay de ese tour por los motores de la nave? ¿Ha sido posible al final?
La verdad es que me moriría si nos marchamos y no hemos podido verlos. Según creo, una clase Valdore como está puede llegar al Warp 9.5 durante una más que razonable cantidad de tiempo. Es algo digno de ver.

Daerx había desaparecido. Quizá no fuera nada, o quizá fuera importante. Pero el caso es que ella sabía donde estaba y si quería encontrarle, le encontraría. Se acercó a la mesa con su cerveza y cogió un vaso de vino, ofreciéndoselo al oficial romulano que hablaba con Krafel.

-Invita la flota estelar. No tengo el placer de conocerle, y espero que disculpe la intromisión.

Y sonrió.

El oficial romulano observó al comandante de la Federación acercarse y aunque se molestó brevemente por la interrupción se repuso de inmediato ante las disculpas de Mertens. -Gracias comandante -dijo mirando el rango en tu cuello -Mi nombre es Shirrael Demethal, subcomandante de navegación -inclinó la cabeza hacia el ocampa y tomó la copa -Suerte que mañana no debo prestar servicios por la mañana -acotó graciosamente mientras miraba a la comandante Krafel, era raro ver a un romulano haciendo bromas. De pronto escuchó la pregunta a sus espaldas y al darse vuelta vio a Kunaar con otro oficial -¿Quiere ir a ingeniería o eso me pareció oficial? -preguntó casualmente, entrometiéndose él en otra conversación.

Tal y como esperaba, la pregunta había llegado a oidos de la persona que quería. Eclecson ofreció su mejor sonrisa y encanto.

En efecto. Lo cierto es que a la teniente Edison y a mi nos encantaría ver su sección de ingeniería. Las naves clase Valdore tienen fama de potentes, y sería todo un privilegio poder ver su funcionamiento. Seguro que podríamos aprender muchas cosas los unos de los otros.
Aquí la teniente es de lo mejorcito que tiene la Flota Estelar en dicha materia, si la Excalibur está siempre tan bien mantenida es en gran medida por ella. Yo suelo dedicarme a supervisar y molestar al personal.

El romulano sonrió parcamente -Bueno, entonces, como oficiales de la Flota que son, comprenderán que hasta que no firmemos un tratado toda la tecnología de esta nave, y de todas las naves romulanas, es clasificada -clarificó con la copa de vino en sus manos.

Luego se acercó a Eclecson y a Edison más aún -Aunque podría hablar con el jefe de ingeniería y si accede, podría darles una visita extraoficial -susurró casi sin despegar los labios, disimulando.

Por supuesto, subcomandante. Ya le advertí al señor Eclecson que probablemente no sería posible realizar ese acercamiento a sus salas de ingeniería. Al parecer nuestro oficial no recuerda mis palabras, quizá se deba a los efectos de la radiación sobre la memoria y deberíamos enviarle de nuevo a una revisión médica.

Se apresura a interceder la vulcana, mientras lanza una mirada fría pero recriminando claramente al joven ingeniero su proposición.

Llevamos trabajando para ser aceptados con normalidad y Eclecson conseguirá que vuelvan a vernos como espías en potencia.

En todo caso, discutiremos la cuestión con el oficial de enlace, la comandante Lovok. Contrólese y aplique la paciencia, Eclecson, y seguramente pronto podrá visitar el lugar que le interesa tanto. 

Por supuesto. Faltaría más. Eso es totalmente comprensible.

Contesta Eclecson a Demethal. Luego parece escuchar algo, sonrie y le guiña el ojo disimuladamente.

Eso seria increible. ¿Le apetece otra copa?
Tengo un buen licor caledonio antiguo que es cosa fina. Si viene a visitarnos a la Excalibur prometo darselo a provar.

La regañina de Kunaar no se hace esperar. Y el ingeniero trata de ponerse firme y poner cara seria, pero mira a Edison y no puede evitar sonreir nuevamente.

Tiene usted toda la razó comandante. Ha sido toda una falta de decoro por mi parte. Mis disculpas.
Mi estimado Demethal, ¿puedo llamarle Demethal? Quizás podría recomendarme algo de su comida de aquel lado de la mesa. La teniente Edison me estaba preguntando si había algo no picante pero no sé qué decirle. Seguro que usted puede aclararnoslo mejor.
 

-Claro que podría asesorarlos, comandante, vengan conmigo -dijo haciendo un gesto con la mano hacia Eclecson y Edison, -Si me disculpan, en unos minutos regreso -aclaró mientras se dirigía hacia la mesa junto a la barra.