Partida Rol por web

Por un momento los infantes sintieron como la moral se derrumbaba, morirían esas jodidas mesetas nevadas. Pero justo en ese momento un súbito destello rojizo acompañado con una emanación de humo del mismo color surgió de un punto a lo lejos.

-Bienvenidos al exterior de nuevo soldados, los he estado esperando aquí con este jodido clima, mi batería se acabara pronto por lo que es mejor salir de aquí cuanto antes; ya he llamado a la flota. Mirad al cielo y corred hacia aquí como si el mismo infierno los persiguiese-

Y justamente así era, al mirar al cielo los infantes pudieron ver una extraña pero fuerte luz que iba descendiendo velozmente hacia el humo rojo; y a la par un infierno de asquerosos bichos iba tras ellos.

Miller tan solo se permite unos segundos de regocijo. Tienen una posibilidad pero la extracción no será sencilla, no con la marea de bichos que les persigue. De un impulso sale fuera de del agujero sin hacer caso al gélido frío y confinado en que su armadura haga el resto con la poca batería que le queda.

Sargento, tenemos que usar el camión para taponar el agujero y formar un perímetro de seguridad para ser más eficientes.

Sin esperar a oir ua contestación, tiende la mano hacia abajo para ayudar al resto a salir, especialmente la doctor.

-Has lo que quieras Miller, pero no creo que la flota quiera esperarte y si tu intención es que yo lo haga te invito a que recuerdes mi estado clínico y caso de persistir en tu empresa venga usted mismo por el vehiculo, soldado.-

Miller se queda un poco sorprendido, ladea la cabeza y pregunta.

Sargento, solo por que quede claro... me esta diciendo que corramos como cabrones hacia la flota ¿no?

-Le estoy diciendo soldado Miller, que si quiere taponar ese agujero que corra como el diablo asta aquí, coja el maldito camión, taponé el huevo y corra como el diablo de regreso, todo eso antes de que sus compañeros terminen de subir a la lanzadera-

Miller corre como el diablo, corre como los cientos de diablos que les persiguen, hacia el enorme armatoste que era el camión gastando la poca energía que le queda al traje en potenciar sus cansadas piernas.

Vale sargento, no se ponga así. La explosión de ahí abajo me ha dejado zumbando la cabeza y no ando muy bien de entendederas.

Cuando termino de salir del apestoso hueco, escucho a Miller decir ideas disparatadas. - Con un demonio Miller, te dije que del cierre me encargo yo, corran que yo haré cantar a la gorda. - Y una vez fuera con el lanzagranadas en la mano, lo pongo para que detone en cinco segundos, miro el boquete un momento y digo mis palabras finales. - Hasta la vista, bichos. - Aprieto el gatillo y las granadas salen volando del arma hacia dentro del pozo, no espero para ver los fuegos artificiales y me lanzo a correr a más no poder, viendo de que el doctor no se nos quede atrás con tanto barullo sería el colmo olvidarlo en la nieve solo, bueno no tanto.

Miller observa la bengala surcando el gélido cielo y menea la cabeza para despejarla. Comienza a acusar el cansancio pero con un último esfuerzo corre hacia la luz, vigilando que el doctor les siga a buena distancia.

Alex empieza el trote sin cesar hacia la posición de la luz, de vez en cuando mira hacia sus compañeros y mas atrás para avisar de si ve algo.

Willem no se para a mirar hacia atras y corro como alma que lleva el diablo para volver a ver a Dios, es decir a la lanzadera que les sacara de este maldito planeta...

La explosión fue contundente, aunque Kaylan no se detuvo a mirar que había sucedido realmente, aunque por el sonido probablemente hubo mas desprendimientos de rocas, le hubiera gustado ir mirar a esos jodidos bichos volar en pedazos pero sabia bien que no era el momento adecuado.
Los infantes corrían tan rápido como podían y tan rápido como aquella fuerte ventisca se los permitía. Entre las nubes de nieve ya podía verse a lo lejos al camión en el que hubiesen bajado antes, y junto a este parecía trastabillar una figura humana, probablemente era el mal herido sargento; este avanzaba muy lenta y trabajosamente hacia las luces de la lanzadera, la cual estaba ya descendiendo a tan solo unos 10m del camión. Desde la puerta de abordaje uno de los tripulantes de la nave parecía hacerles señales de que corrieran,  a la par el grupo sintió y escucho el crujir de la tierra al momento justo en que una llamarada inmensa emanaba desde algún punto tras ellos con dirección al cielo; sin duda había que darse mas prisa, sobre todo por que el doctor no tenia sistema de protección contra el frío de ese lugar y pronto empezaría a congelarse.

Corro como un poseso hacia la lanzadera, pero el doctor se va quedando atrás por el rápido entumecimiento de los músculos la chocar con el frío que le cala hasta los huesos. - Vamos doctor, que ya casi estamos. - Pero mis palabras se cortan al sentir un calor en pleno frío. No otra vez. Pienso mientras de reojo hecho un vistazo a lo que está atrás, esperando que no sea porque terminaremos cocinados como casi nos pasó con el camión. Rápidamente chequeo si me quedan granadas y cuales, para ir viendo de ponerlas en el lanzagranadas. - Necesito granadas, que me las pasen así cierro esa gran boca escupefuego. - Les indico al resto del escuadrón.

Willem habia sacado ventaja a sus compañeros, pero al escuchar la explosion y ver que el doctor se quedaba atras, fue a por el y gracias a la fuerza de la armadura que tena activada intenta sacar al pobre doctor de la dificil situacion en la que aun se encuentran mientras alcanza la lanzadera..

cuando coge al doctor por el brazo y se lo hacha al hombro le dice: - Vamos doctor, que esto estachupado, dos pasas y de regreso a casa.

Miller vio a sus compañeros ayudando al doctor, eran demasiados y si él lo intentaba también podrían hacerlo caer. Así que simplemente se dirigió hacia la luz, tan rápido como posibilitaba su armadura asistida. Casi ni miró hacia detrás, solo corrió hacia la salvación, hacia la escotilla que se abría hacia la esperanza.

Alex solo miro atrás unos segundos para continuar corriendo tanto como podía.

Las heridas sufridas por toda la mision empezaba hacer mella en Alex.

Continuando con sus actos ya míticos, Kaylan tomo del brazo al doctor llevándolo casi a rastra y sin perder la velocidad, casi como si el rechoncho doctor fuera solo un pedazo de trapo sin peso. Con una gran muestra de condición física y fortaleza Kaylan logro acceder a la lanzadera con el científico aun a rastras sin dar grandes señales de cansancio. Tras el habían llegado Miller y la cabo; sin embargo atrás aun quedaban Rodriguez, Frost y Odonell, que algo rezagados ya podían sentir el calor de la primera llamarada lanzada contra ellos, por suerte esa cosa aun estaba lejos. El sargento, quien se había movilizado a rastras debido a sus heridas había llegado ya también a la lanzadera con la ayuda de uno de los infantes encargados de escoltar las lanzaderas de la flota.