El aburrimiento se convierte en el peor de los aliados. Hay días en que te arrepientes de tu dimisión, pero cuando piensas en el estrés te auto-convences a ti mismo de que estás mejor así. Vives mejor que quieres, el curro en el CNI como asesor externo te reportó bastante dinero... pero el dinero no puede comprar algo que añoras... la acción.
Cobrabas unos 2500€ al mes y llegaste a amasar una pequeña fortuna de 5 ceros. vives en tu propia casa y ahora no tienes nada mejor que hacer que ver la TV i pasear por la ciudad de Valéncia.
Si te falta algo en la ficha lo dices y lo miramos. :D
-Menuda mierda -pensó Víctor, sentado en su butaca, mientras encendía un pitillo. No recordaba un viernes tan aburrido desde que vivía en casa de sus padres.
Miro hacia el televisor, que permanecía apagado. Las volutas de humo bailaban ante sus ojos, subiendo hacia el techo. Quizá el tiempo de la acción -aunque fuese aquella acción insípida del CNI- había pasado. Quizá debería hacer una oposición a profesor, como sus compañeros de carrera. ¿Qué puta mierda era aquella? No podía rebajarse a eso.
Se levantó de súbito, cogiendo su mochila y el tabaco. Gafas de sol. Iba a salir. Iría a ver a un colega, si esto seguía así acabaría muriéndose del asco.
¿Qué tengo que hacer? ¿Avanzo como quiero?
Perdona, estoy poco inspirado.
[Canción: Clubbed to Death]
Víctor ya estaba encendiendo un cigarro cuando se abrió la puerta. Había tardado más de diez minutos, pero Víctor sabía que le abriría.
-¿Warlock? -sus ojos mostraban estrañeza.
-Hacía tiempo que no me llamaba nadie así.
El otro dudó.
-Decían cosas horribles de ti.
-¿Desde cuando crees todo lo que dicen de mí? -dijo Víctor, expulsando el humo del tabaco- ¿Puedo pasar o no?
La puerta se abrió del todo, y el otro desapareció adentro.
Víctor entró y cerro la puerta tras él.
-¿Qué quieres?
-¿Qué tienes para mí?
Aquí estoy. ¿Qué hago? ¿Sigo divagando?
si, si tu divaga XD yo ya te interrumpiré cuando me convenga.
Víctor salió con aire triunfante. Bueno, tampoco era nada espectacular, pero al menos era algo. Como en los viejos tiempos. No los tiempos del CNI, desde luego. Sus años de joven, de su búsqueda, grimorio en mano, de algo más allá.
****
La puerta cedió a la segunda patada. Aun con las gafas de sol, Víctor apuntó a los presentes con la pistola.
-¡Al suelo, joder! -les gritó a los sorprendidos hombres, que lentamente se fueron agachando.
Un estallido al fondo de la habitación desvió la mirada del mago, justo a tiempo para ver cómo centelleaban los escudos místicos que le habían salvado la vida. Estaba perdiendo facultades. Apuntó la pistola y disparó contra el hombre que había salido de la habitación.
Mientras caía, Víctor se acercó a uno de los hombres del suelo, al que llamó la atención con un golpe del pie.
-¡Tú! -espetó- ¿Dónde está el libro?
Antes de que pudiera darse cuenta, el otro hombre se lanzó hacia él, intentando derribarlo. Una corriente repentina de energía mágica lo golpeó, alejándolo de Víctor en el último momento.
-¿Me has oído? -repitió, poniéndole la pistola en la sien. Un gesto asustado le indicó la habitación.
La puerta permanece cerrada mientras tembloroso te señala la puerta.
- Él está dentro... - dice mirándote con miedo.
[Canción: Mein Hertz Brennt]
La habitación hedía. Velas mal dispuestas, a medio consumir, un círculo de protección evidentemente inútil pintado con pintura roja, papeles, comida a medio podrir, los muebles apartados... En el centro un cadáver, y una figura arrodillada junto a él. Había llegado justo a tiempo. Una figura acababa de vertir algo que debía ser su sangre en su boca, a jurar por el vendaje de su muñeca.
El hombre lo miró y sonrió. Acto seguido besó al cadáver en la boca, para repugnancia de Víctor, que miró a otro lado.
El cadáver empezó a moverse, primero imperceptiblemente, mientras el hombre se retiraba sonriendo, susurrando "mátalo, mátalo". Víctor esperó a que el zombi recién creado se irguiese y empezase a caminar hacia él para apuntar su pistola y disparar.
El hombre cayó al suelo, con un tiro en la frente, dejando caer un libro y el vaso aún manchado de sangre, que estalló contra el suelo. A los pocos segundos, el zombi cayó inerte al suelo, como si hubiesen cortado los hilos de una marioneta.
****
-Aquí tienes tu maldito libro -dijo Víctor, arrojando de golpe el libro sobre la mesa del escritorio. En la portada se podía leer De Vermis Mysteriii, en letras de imprenta.
-¿Cómo les fue con él? -dijo su amigo, cogiéndolo y hojeándolo.
-Se creía un jodido nigromante -respondió, enciendiéndose un pitillo-. Suerte tuvieron que sea una copia tan mala... El original contiene hechizos mucho menos inofensivos.
-¿No quieres saber qué voy a hacer con él? -dijo su amigo, sonriendo.
-Me la pela -respondió Víctor mientras se levantaba para irse-. Eres mayorcito, sabes cuidarte.
Se dirigió a la puerta, satisfecho.
Perdona, estaba escribiendo.
A todo esto mientras ojea el libro te dice
- Te han llamado... un tipo viejo te busca. Será otro curro...
Víctor salió de detrás de la puerta al escuchar a su amigo.
-¿Cómo? -parecía sorprendido- ¿Me conocen?
El tipo levanta los hombros
- Eso parece... te vas haciendo mayor, tienes descuidos... - dice burlandose de ti
-¿Te dejó algo? -dijo Víctor, intrigado, ignorando el comentario de su amigo- ¿Un teléfono? ¿E-mail? ¿IP?
No sé qué poner.
- No, no me dejó nada... supongo que volverá le dije que no tardarías...
-¿Aquí? Joder, no me da buena espina esto -Víctor parecía nervioso, pero se quedaría, no era la primera vez que corría riesgos estúpidos-. ¿Tienes café?
Se sentó donde pudo, a esperar a aquel hombre.
- Claro... y soy tu criada... - responde en tono de reproche tu compañero
-Puedo ir yo -dijo, sin moverse del sofá.
Se acabó el cigarro, apagándolo en el cenicero de su amigo.
-No creo que tarde -dijo, más bien a sí mismo.
Cuando estas acercándote a la cafetera alguien llama a la puerta.
- Debe ser tu cita - dice en tono de burla tu compañero pero sin moverse ni hacer ademan de ir a abrir la puerta
Más nervioso de lo que le gustaría admitir, Víctor se acercó a la puerta. Generó sus escudos mágicos -toda precaución era poca- y abrió la puerta.
- Buenas noches - suelta el tipo nada mas verte.