Partida Rol por web

Observo todo el recinto tras depositar mis armas, tampoco es que me hicieran falta si quisiera matar a alguien. Es más, solía llevarlas para disuadir o atacar a presas débiles. Quizá es que todavía no sabían mi clan. La decoración es antigua, más antigua que yo. Paseo la mirada por los cuadros de épocas pasadas y asiento al Nosferatu cuando se despide. Me quedo con el rostro ceñudo, no había respondido a mi pregunta de sí debía presentarme al príncipe o como tratar con él....

Me encojo de hombros y me dirijo al salón principal. Observo a la multitud de hijos de Caín , la mayoría van vestidos de traje o elegantemente y me miran como si fuera un perro sarnoso. Les devuelvo la mirada con aspereza y los ojos entrecerrados y me dedico a buscar a mi objetivo. Por fin lo localizo y no se si será buena idea acercarme directamente o no, parecían "ocupados".

Algo toca mi espalda y me giro violentamente sobresaltado instintivamente, no dejaba que ningún vástago hiciera semejante acto y menos sin tener confianza conmigo. Mis ganas de destripar a aquel par aumentan pero recuerdo dónde estoy y por qué. Relajo mi expresión y les observo de arriba a abajo unos instantes evaluándolos como amenaza. Estos deben de ser los Brujah de los que me hablo.-pienso.

No, que yo sepa no he perdido nada.-sonrio con leve ironía, mostrándoles que no soy el tipo de vástago de los que se achantan-Mi nombre es Gabriel, vengo de la resistencia en Sevilla, estoy buscando al señor Jose Moreno para preguntarle por la situación de un conocido..

Si fueran tan.... amables de comunicárselo cuando esté disponible...-carraspeo intentando mostrar un mínimo de protocolo.

Vistes cómo los seguratas se miraban y se cuchucheaban algo mientras te observaban de reojo. Parecía cómo si te estubieran investigando desde el primer cabello a la uña del pie. Espere un momento -te dijo uno de ellos antes de entrar a la terraza y cerrar de nuevo-. Podías ver cómo estaba hablando intensamente con el señor Moreno a través de las vidrieras que separaban el lugar. En ese momento Jose tomó un trago de su copa y se encendió un cigarrillo.

No sabias que pasaba, si realmente el pasado que te había creado Mahir serviria de algo.

El segurata que estaba allí hizo una extraña señal con la mano. Puede pasar -te dijo el otro mientras abria la puerta-. Avanzaste hacía Moreno, y antes de poder decir nada empezó a hablar él, sin ni siquiera alzar la marida.

Dime joven. La voz del señor Moreno era grabe y potente, mostrando que delante tuyo tenías a un hombre de gran fortaleza y confianza própia. ¿Qué noticias vienen de Sevilla? ¿Va bien su cruzada contra los impuros? Parecía interesarle más la situación en la capital andaluza que no tus verdaderos motivos por estar allí. Y sobretodo, dime, ¿quien ese amigo común que te preocupa?

Me sorprende que me den audiencia con él tan rápido, se les veía ocupado con las modelos mortales. Sigo a los matones por donde me indican y cuando llego ante Moreno no me da tiempo ni a abrir la boca para presentarme. Espero a que termine de formular sus dudas y mientras tanto le observo en detalle. Mucha confianza en sí mismo, eso le hacía un tipo a tener en cuenta.

Salud señor. Empezaré presentándome.. soy Gabriel, de la resistencia de Sevilla donde gobierna el príncipe Jose Lillo. -miro alrededor ideando en pocos segundos la respuesta. Una respuesta genérica era la más apropiada para no meter la pata- Bueno, ya sabe, el Sabbat sigue ganándonos terreno cada día, muchos miembros nuevos.. y si a eso le sumamos a los anarquistas..- Joder, no soy un actor, en menudo lío me ha metido el nosferatu -pienso.

Se trata de mi Sire, señor.Alejandro Hidalgo de los Gangrel. Aunque últimamente parece que se cambió de nombre a Alfredo López quizá llevado por la necesidad. Desapareció hace cinco décadas y nos gustaría encontrarlo.

Por lo visto mi sire repitió el nombre de vos.. en varias ocasiones. ¿Podeis ayudarme?

El señor Moreno te iba mirando fijamente. Notabas cómo sus ojos penetrantes se clavaban en tí escrutando hasta el más mínimo detalle de tu expresión corporal. Y bien Gabriel... dime hijo, ¿quien eres realmente? Sabías que José había descubierto que algún detalle de tu explicación fallaba. No era normal que trás tu respuesta te volviera a preguntar eso. Algo raro éstaba pasando, sobretodo cuando notaste la fría mano del Brujah sobre tu hombro invitandote a sentarte.

Lo de la resistencia de Sevilla no se lo cree nadie, sobretodo tratandose de tu caso. Un Gangrel... ¿a quien se le puede haber ocurrido que un independiente forme parte de una resistencia? Veías que estaba dubitativo en sus palabras, manteniendo bastantes pausas entre frase y frase. Mahir, claro. ¿Cómo no se me había pasado antes por la cabeza?, esa rata de alcantarilla y sus excusas, tiene que haber sido él. Pero lo de Alfredo realmente me interesa, aunque aquí no es muy buen lugar para hablar de ello. No tenía constancia de que tubiera ningún chiquillo, pero veo que has salido bastante a él. Impulsivo, cabezota,... si, su "viva" imagen...

Iba hablando sólo hasta que el segurata que estaba fuera entro y le quichicheó algo en el oído. No llegabas a oír que era pero por la expresión de José parecía algo importante. Luego, invitó a los dos a irse, quedandos a solas tu y él.

Creo que el tema quizá sea mejor hablarlo en otro sitio. Si quieres, mañana por la noche puedes venir a mi casa sobre las 2 o así. Llama a éste número de telefono -te dijo mientras te daba una tarjeta- cuando te despiertes, és mi chofer, y queda con él en algún sitio para que te vaya a recojer.

Referente a tu pasado, no te preocupes. He dado orden a seguridad de que te permitan la libre entrada tanto aquí cómo en los pisos francos que tenemos la Camarilla en la ciudad y dile a Mahir de mi parte que la próxima vez que cree una identidad que se informe más.

¿Alguna duda más? ¿O lo dejamos para mañana?

Cita:

Alzo una ceja y me quedo ceñudo un largo tiempo en silencio a la vez que tomo asiento "invitado" por el Brujah de atrás. Ahora si que estaba en apuros, descubierto y encerrado en un lugar lleno de camarillas. Por suerte tenían la ley de " no violencia " pero no sabía si se aplicaba también con los que no eran de la camarilla como yo.

Al final no me queda otra que sonreir irónicamente y aceptar que me ha descubierto a mí y al maldito nosferatu -

Bueno, había que intentarlo , ¿No? Siempre se es mejor acogido formando parte de una manada que yendo por libre..

- él nombra a Mahir pero yo sigo con mi sonrisa torcida y no digo nada que pueda inculparle o afirmar que ha sido él. Me sorprende su siguiente frase diciendo que está interesado en el tema, se ha tomado bastante bien mi "mentira" cuando ya me estaba temiendo que tendría que sacar las garras para escapar de allí.

Nos quedamos a solas y me relajo algo más al no tener a un matón en mi espalda -

Impulsivo, cabezota, vaya... espero que también conocieras sus virtudes.

-sonrio y cojo la tarjeta que me tiende-

De acuerdo, la verdad es que no esperaba tan buena acogida. Gracias.. allí estaré.

No, ya hablaremos mañana entonces.

Me levanto y me despido del Toreador con un apretón de manos, después salgo de la sala y posteriormente del almacén todo lo rápido que puedo, no quería llamar mucho mas la atención de lo que ya la habia llamado antes. Recojo mis dos armas y salgo.

Una vez fuera desando el camino y vuelvo andando tranquilamente disfrutando lo que queda de noche. Compruebo cuando dinero tengo en la cartera, lo suficiente para unas cuantas noches más en el hostal. Cuando me quedara sin dinero ya tendría que sacudir a algún mortal para recaudar fondos, no sería dificil con la cantidad de ladrones nocturnos. En todo el tiempo que había vivido la tecnología había avanzado mucho pero la pobreza y delincuencia siempre seguía igual, a nadie le interesaba resolverlo.

Tras una hora caminando y alguna que otra perdido por fin encuentro el hostal de malamuerte del que salí la noche anterior. Entro y saludo a la somnolienta recepcionista pero voy directo a mi habitación, echando abajo por completo las persianas , poniendo las cortinas y preparándome en definitiva para volver al letargo del dia.

LUNES 3 DE ENERO (20:45 horas)

Despiertas cuando el cuerpo te muestra que el sol ya está oculto y que la maldición cainita te permite "vivir" en la cama de esa maloliente posada en la que llevabas 2 días durmiendo, desde que llegaste a Granada. Era vieja y algo deshordenada, pero te permitia resgardo mientras el Sol dirigia el cielo y era económico. Sólo lo utilizabas para dormir y no molestabas, algo que los dueños agradecían.

Observaste tu entorno buscando la ropa que habías dejado ayer tirada por el suelo cuando llegaste, y mientras la recojías viste encima del pequeño escritorio tu revolver, tu daga y la tarjeta que te había dado ayer Jose Moreno para que llamaras y quedaras con su chofer, justo al lado del telefono. Sobre las 2 te había citado a su casa, y aunque te había dicho que llamaras cuando despertaras no sabías que hacer. Miraste el reloj que había colgado en la pared encima del televisor de 11 pulgadas de la habitación y vistes que aún eran las 9 menos cuarto. Hoy habías despertado bastante pronto

Me estiro en la cama tras despertarme para despertar todos mis músculos. Me quedo mirando al techo primero con la mente en blanco y luego sumido en mis pensamientos - ¿Por qué reaccionaría así de bien ante una mentira? Podría haber pensado que soy un miembro del sabbat ¿Tan importante le parece mi sire? ¿Acaso se traen algo entre manos ellos dos? Debería andarme con ojo por si es una trampa que han preparado ahora que sabe quien soy en verdad.

Me termino levantando y mientras me visto observo la tarjeta y el reloj. Aún era muy temprano para la cita , imagino que le llamaría sobre las 12:00 si la cita era a las dos. Eso quería decir que tenía tiempo suficiente para buscar un trago apetecible. Guardo la tarjeta, el revolver y la daga en su sitio y cuando ya estoy listo abandono el lugar.

Una vez en la calle tomo rumbo hacia alguna más concurrida, hoy era pronto y sería difícil encontrar borrachos a estas horas... o no. En la sociedad mortal actual hasta niños de 10 o 12 años ya bebían alcohol, quien sabe lo que podría encontrarse. Me froto las manos y sonrio, era tiempo de cazar, uno de los pocos momentos de la noche que disfrutaba de veras.

Cuando saliste de la posada te encontraste una nota delante de la puerta. Al mirarla pudiste ver que era la factura del lugar. Gabriel, mañana iria bien que nos dejaras 60€ en recepcion por los 3 días que ha estado aquí a no ser que quiera quedarse más días con nosotros. Trás leerla saliste de la posada. Tenías hambre y tus manjares no los tienen en su cocina.

La noche granadina parecía tranquila. Algunos turistas iban y venian de los bares y restaurantes y por la hora que era se respiraba una calma especíal.

Por los callejones fuíste observando que los grupos de jovenes se estaban empezando a preparar para ir de fiesta o hacer algún botellon. Juventud... pensastes. Pero al cabo de una media hora encontrastes a una chico de unos 18 años hablando por el telefono móbil. Parecía que estubiera discutiendo con su pareja por algo que había pasado la noche anterior. Observastes por los lados y pudiste ver que el anterior grupo ya se íba hacía la zona central de la ciudad. Ese era tu momento.

Cuando colgó te acercastes por su espalda. Era importantisimo no despertar ningúna sospecha y sin ni siquiera darle tiempo para girarse le mordiste en la yugular. En ese momento se quedó extasiado. No sabía dónde estaba y tu notabas su juventud en cada uno de tus tragos, hasta que ya saciado lo dejaste caer al suelo, no sin antes lamerle la herida para no dejar ninguna marca de tu presencia en ese lugar. Lo reclinaste en la esquina y te giraste. Nadie se extrañaría de ver a un joven medio dormido en ese sitio, hoy en día la juventud empieza a beber cada vez más temprano.

Relamo mis labios y antes de irme abro la cartera del chico para llevarme algo de efectivo, esta juventud de hoy en día derrochaba demasiado el dinero en emborracharse. Yo le daría un uso mejor. Eso me recuerda la factura de la posada, hoy tendría que dormir en otro lado.  Aún sigue siendo temprano así que como no tengo de momento ningúna cosa importante que atender decido ir a relajarme un rato. Busco entre las calles de la ciudad un bar o pub de mi agrado y entro a él.

Me siento junto a la barra y sonrio a la camarera mientras pido una copa de la que de vez en cuando hago simular que bebo algo. Como en el local todavía no hay casi nadie le hago señas para que se acerque.

¿qué tal monada? Ha pasado algo interesante ultimamente por aquí? 

Estaba buscando trabajo por la ciudad y no se si podrías saber de algo apropiado para mi, ya me entiendes.. 

Extrañamente el hielo de mi copa y en la que tengo posada una mano no se derrite en todo el tiempo que paso allí esperando mi cita.

Después de servirte la copa que habías pedido volvió a dejar la botella en su lugar y tras poner una pequeña sombrilla en tu copa te miro a los ojos. La rutina de cada día. Algunos borrachos que vienen a beber tranquilamente antes de que la gente empiece a llenar el local. Pero poco más. Era una chica rubia de unos 21 años, de intensos ojos azules y mirada viva. Se veía en su expresión que había aprendido de la vida Y a ti, ¿que te ha llevado aquí a éstas horas de la noche? No pareces de la ciudad y pareces preocupado, pero el alcohol no soluciona las cosas. Al mirarla extrañado tras esas palabras lapidarias siguió con esa filosofía de bar que tanto te gustaba de la sociedad mortal. No pareces cómo los demás feligreses y creo que tampoco eres muy habido a éste tipo de lugares. En el rato que llevas es la primera copa que has pedido y casi ni la has tocado.

En ese momento se fue a servir unas cervezas a unos viejos que había al otro lado de la barra, algo contentos y que al girarse ella a cobrar le miraban lascibamente el trasero, bajo esa minifalda negra. Les cobró y volvió a tu lado. Ves, a eso me refería. Sobre el trabajo, intentaré ver si oigo algo por aquí. Si quieres tomar algo después, termino mi turno a las 3 y mañana libro. Hace tanto que no voy a la discoteca. Cogió el boligrafo que llevaba en el bolsillo de la camisa, cerca de su escote y te miró fijamente a los ojos. Giró tu mano dejando tu palma boca arriba y escribió su telefono. En notar tu fría piel se estremeció un poco, para sonreirte después de volver a guardarse el boligrafo dónde estaba antes, con la mayor tranquilidad. Quizá lo que necesitarías tomar es algo más calentito.

Y se fue a seguir trabajando

Jugueteo entre mis dedos con la pequeña sombrilla que me pone en la copa mientras escucho lo que tiene que decirme aquella mortal. No estaba nada mal, pero aunque parecía madura y más sabia que el resto no era nada al lado de alguien que ha vivido siglos. Ya no podía verla más alla de un apetitoso bocado de vitae o una apasionada noche loca - Vaya, me pido una sola copa y ya me tomas por borracho? -sonrio divertido y sigo moviendo la sombrilla, sin beber nada- No soy de la ciudad, no..ya no soy de ninguna parte - de hecho tengo un acento bastante neutro , aunque las palabras arcaicas me delatan de vez en cuando- Estoy aqui para zanjar ciertos menesteres.

Chasqueo la lengua cuando dice que no he bebido nada, es verdad. Hago un esfuerzo y doy un trago sonriendola - No queria beber mucho , que luego piensas que me doy a la bebida..je. Bien te agradecería lo del trabajo, se me da bien deshacer.. entuertos. - alzo una ceja cuando la camarera se me insinua y sonrio divertido- ¿Es eso una proposición de.. o.. como lo llamais ahora.. ¿cita? -me quedo mirando el numero de telefono que apunta, lanzada era un rato la chica. En mis tiempos de mortal esto habría sido impensable, pero me divertía el cambio.

Si termino pronto te daré un toque -le guiño el ojo mientras me levanto del taburete, la copa sigue medio llena al abandonarla. Dejo el dinero encima  de la barra- Y sí. En eso estamos de acuerdo.. cuando nos veamos necesitaré algo más calentito...

Tú sangre..

Salgo del local y ya en la calle saco el móvil para apuntar su número y para llamar a mi contacto y acordar el punto de recogida un par de calles más arriba, en una zona más centrica.

Cuándo llamas al número que te dió ayer el señor Moreno, después de unos tonos, te salió la voz de un hombre: Buenas noches Gabriel. Mi señor me informó de su llamada. Una vez dicho eso intentaste quedar con él para lo más rápido posible, después tenías una "cita" con esa joven. Le pasaré a buscar dentro de media hora delante del ayuntamiento. Será el mejor lugar para poder quedar. Y colgó.

Te sentías algo extraño. Notabas que algo no te terminaba de sentar bien; una molesta que hacía tiempo no notabas en tu estomago. Te reclinaste en una esquina, y paso lo que tenía que pasar. Empezaste a vomitar una substancia en forma de cenizas. Hacía algo de daño en tu esofago, pero una vez echado todo volviste a sentirte bien.

En eso, llegaste a la plaza del ayuntamiento de Granada, al mismo lugar dónde ayer quedaste con Mahir. Pero hoy el nosferatu no estaba. No le habías visto desde el momento en que entraste en el Elíseo. Hoy te esperaba y esperabas a alguien a quien ni siquiera conocias, para ir a casa del regente de la ciudad. ¿Por que te había elegido? ¿Por que pese a tus mentiras accedió a hablar contigo? ¿Que tenía de importante tu sire para que hubiera invitado a su casa a un paria?... Las dudas íban recorriendo tu mente sin parar, hasta que viste un coche que te hacía luces. Te acercaste allí y salió de él un hombre de unos 30 años, trajeado y con gafas. El señor Gabriel supongo -te dijo ese hombre- Soy Juan, ayudante personal del señor Moreno. Salió del coche y te abrió la puerta de detrás. Era un mercedes clase A de color plateado. Notaste un alto nivel económico en ese toreador, pero eso a ti eran cosas que hacía bastante te habían dejado de importar. Entrasteís en el coche, y tras poneros el cinturon se puso en camino hacía la casa. No está muy lejos -te dijo mientras empezaba a salir de la casa-.

Media hora después, a las 12:30 de la noche (tal y cómo pudiste ver en el reloj que había en el coche) empezasteis a salir de la ciudad, hasta que por un seguido de caminos secundarios llegasteis a un pequeño chalet, con un gran jardín delante, de las afueras de la ciudad, y aparcasteis.

El lugar te gustaba, esa tranquilidad alejada de la urbe parecía digna de un Gangrel.

Entrasteis dentro. Estaba decorado con toques modernistas y cuadros que parecían originales de algun pintor neomodernista. Pudiste ver algun Tapias y un par de Miro's, mientras ese gohul te llevaba hacía el salón. Era una amplia estancia situada en la biblioteca personal de Severiano, con un gran sofá de cuero negro y dos sillones del mismo material, y una mesa de madera tallada a mano en el centro. Cerca, había una gran chimenea.

Tome asiento porfavor. Voy a informar al señor de su llegada. Y mirando a la chimenea te dijo: Si tiene frio o algo y quiera que encianda el fuego o quiere tomar alguna cosa solo tiene que decirmelo

Buenas noches.. está bien. Voy para allá. -cuelgo el móvil y voy al sitio acordado para mi recogida. Tras la vomitona maldigo aquella copa, hacía mucho que no probaba nada de comida pero no creía que me fuera a pasar esto tambien con sólo un poco de líquido. Resoplo y sigo mi camino hasta divisar aquel lujoso coche.

Un placer... sí, soy Gabriel. -entro frunciendo el ceño cuando me abre la puerta, no me gustaba aquel trato tan amablemente exagerado- Oh bien, bueno , tampoco es que tenga prisa..-iba a decir que tenía toda la eternidad por delante pero todavía no sabía si era un vástago, un ghoul del toreador o un simple mortal que desconocía la oscura naturaleza de su amo-.

Bonito refugio -comento cuando llegamos y observo los alrededores. Los alrededores de la ciudad estaban bien para vivir pero también eran más peligrosos por la presencia de Garous, me pregunto si en esta zona de España los habrá - ¿hay lobos por los alrededores? - pregunto inocentemente por si capta mi sutileza.

Cuando entramos observo las obras de arte, la pintura y el arte nunca me llamo demasiado la atención, aunque tampoco es que lo despreciara. Cuando aquel chófer menciona encender el fuego, uno de nuestros enemigos y vulnerabilidades mas grandes, mis músculos se tensan junto a mi rostro mirándole asesinamente durante un escaso segundo. Vuelvo a la normalidad y niego con la cabeza - No,.... gracias.. no será necesario. Está bien así.

Definitivamente es un mortal..

Cuando se marcha a avisarle me doy una vuelta por la biblioteca sacando un libro al azar y ojeándolo mientras vienen para entretenerme.

Tenías en las manos un antiguo libro de salmos cristianos, escrito en castellano antiguo. Estaba claro que José era religioso, tal y cómo mostraba ese volumen, cojido al azar, y el gran crucifijo de oro que había colgado en la chimenea. Al poco rato de estar ojeandolo, sin nigún tipo de interés oíste la puerta del salón, y al girarte viste a Moreno en la puerta. Buenas noches Gabriel -te dijo mientras te daba la mano-, espero que el camino con mi gohul haya sido fructifero. Efectivamente, era un esclavo de ese vástago. Me ha comentado que le preocupan los siervos de Gaia. Por éstos parajes, pero, hace tiempo que dejaron de ser un problema. Eso, por una parte te tranquilizo, pero básicamente sólo lo dijiste para romper un poco el hielo con ése esclavo. Te invitó con la mano a tomar asiento, en uno de los muchos sillos de cuero que llenaban la estancia. Parecía asiduo a recibir visitas. Veo que le interesan los salmos, te dijo señalandote al libro que rápidamente dejaste en la mesa. Una gran obra de Monseñor Torras. Un gran hombre.

Ya sentados la conversación prosiguió trás un leve silencio. Y bien, hijo de Alfredo, dijo poniendo cierto émfasi en la nombre "falso" de tu sire. ¿qué es lo que te está llevando a su búsqueda?. Parecía más calmado que la noche anterior, cómo si el hecho de estar en sus dominios le diera una tranquilidad y relajación especial. Las últimas noticias que tube de él fueron de cuándo se fue a Barcelona hace unos años, poco después de que tras la Guerra Civil, se fuera a ayudar a Montoya a dar forma a su Principado. Barcelona..., Guerra Civil..., Montoya..., Principado... Todo eso te sonaba muy extraño en tu mente. Tu sire mezclado con la política cainita... ¿Por eso te había abandonado? No lo podías terminar de comprender. Seguramente debía haber algo más.

A parte de eso, se poco más de él. Le estoy muy agradecido, porque grácias a sus enseñanzas y trabajo permitió reajuntar la resistencia en la ciudad. Que Granada se viera salbada, no solo de Garus, sinó tambien de las manadas de béstias del Sabbat. Veias que los años no sólo te habían afectado a ti, sino que él tambien había cambiado, pero lo que seguía igual era su espíritu alizonador que tanto te había marcado. Se podía ver en los ojos del toreador que le estaba agradecido.

Aún así, prosiguió Severiano, he quedado con Manuel Rojo en el Elíseo ésta noche. Es el primogenito de vuestro clan en la ciudad, y aunque se mantenga alejado de la Yihad, es un hombre honesto en quien se puede confiar. Estará sobre las tres allí. Quizá sepa algo más de Alfredo.

Oh sí,  ha sido un camino tranquilo - sonrio sincero mientras dejo el viejo volúmen de salmos en su correspondiente lugar del que lo saqué. Me acerco hasta los sillones para tomar asiento junto a mi interlocutor - Aunque parece que desconoce lo mucho que nos irrita el fuego..  - asiento a su comentario de que me interesan los salmos más por cortesía que otra cosa y entrelazo las manos observándole.

Bueno, es mi Sire, mi creador y quien me otorgo la eternidad..-murmuro en respuesta a su pregunta- ... y tambien un gran hombre, un antiguo caballero, a su manera,  de los que ya apenas quedan ¿No crees? - sonrio de nuevo recordándolo con añoranza de aquel quien recuerda a su padre tras mucho tiempo sin verlo - ¿Guerra civil? Principados? -frunzo el ceño - Mi sire no solía involucrarse mucho en política..¿Quién es Montoya?

Hmmmm todo esto que me estas contando me resulta confuso.. por lo que he ido averiguando mi sire iba tras un libro, rumiando algo de profecías..-observo su rostro viendo como reacciona a esta información, lo que me estaba contando era interesante pero volvía a mandarme a otro callejon sin salida, a Barcelona esta vez. Al final dice algo de un primogenito Gangrel de la zona, interesante.

Manuel Rojo, vaya, no oí hablar mucho de él. Será interesante conocerlo , sí. Gracias por comunicárselo, entonces deberé darme prisa por no llegar tarde al encuentro.

¿Nos acompañarás también al Eliseo? Si no os importa que me lleve vuestro Ghoul hasta allí de nuevo..

Me levanto más esperanzado que de costumbre para marchar, seguro que ese gangrel si que sabría la localización de mi Sire. Si hay algo que nos diferencia a los Gangrel de los demás clanes es la relación entre nosotros, somos hermanos unos de otros, a diferencia de las puñaladas que se suelen dar el resto.

José sinrió ligeramente. La existencia de un vástago es tan larga que por mucho que conozcas a un sire, nunca logras saberlo todo de él -dijó él, mientras sus palabras te dilapidaban el alma por su sinceridad-. ¿Y si era cierto?, ¿Y si realmente estabas buscando a alguien que no conocías tanto cómo creías? ¿Sería por eso que te costaba tanto encontrar pistas sobre él?. En ese momento, mientras tu mente estaba hecha un lío pudiste ver cómo llamaba a su gohul. Ve a preparar el coche por favor, dentro de media hora nos iremos hacía el Elíseo. Si no te importa yo tambien os acompañaré -dijo mirandote-. Tengo que ir a terminar unos pequeños asuntos y así te presento a Manuel. Suele ser bastante recatado en iniciar nuevas amistades.

Mientras veías cómo el pobre esclavo que antes te había llevado a la mansión, se íba de nuevo por la puerta, a seguir las ordenes y deseos de tu amo, víste cómo Moreno se levantaba para sacar un pequeño libro de la estantería de su "biblioteca personal". Lo abrió, y pudiste ver para de su título cuando se giró. Barcelona Oscura...

Durante la Guerra Civil española, en Barcelona, se libró una doble guerra por las noches. Por una parte, la doble guerra mortal entre republicanos y franquistas, pero a la vez, entre las própias facciones del republicanismo catalan. Se sentó y siguió mirando ese libro. Fué la llamada Semana Trágica, lo que no muchos sabian, es que en realidad otra guerra se gestaba entre los muros de la ciudad condal. La Camarilla, líderada por Javier Montoya, un joven Tremere de fuerte liderazgo y carisma, unido desde siempre a la política y la filosofia, consiguió juntar a las demás facciones, no sólo de la Camarilla, sino independientes y algún que otro recatado del Sabbat, para liberar la ciudad del yugo vil de los anarquistas. Ciertamente, la história política cainita tenía para ti el mismo interés que la actual, pero si ello te podía terminar llevando a tu sire no tenías más remedio que escucharla. Después de la guerra, su poder, se vió refrendado por los primogénitos de los 7 clanes de la Camarilla, además del Clan Gangrel, quien vió en Montoya una oportunidad de futuro. Siguió ojeando ligeramente el libro, sin ningún tipo de dilaciones. Su poder, pero, es mucho más simbólico que real. Rodeado por un Consejo, formado por el clan Ventrue y el Toreador, ellos son quienes ostentan realmente el poder legislativo de la sociedad cainita en la ciudad, pero en saber eso, muchos de la resistencia fuimos hacía allí. Cerrando el libro y volviendo a ponerlo en la estanteria añadió. Allí es dónde reside Miquel Capdevila, es el Alguacil de la ciudad, ayudante principal de la Sheriff. Una mujer oscura y peligrosa si no le caes bien.

Viste cómo por un momento hacía silencia. Quizá había dicho demasiado en poco tiempo, pero toda información era bien recibida, si eso te permitia llegar hasta él. Recuerdo que Alfredo se fue allí, empujado por las muchas historias que contaban sobre el saber y el conocimiento de Montoya. Me habían comentado algo de que perseguía unos antiguos estudios que le habían llevado hasta una mujer con un extraño símbolo en forma de media luna, pero es difícil de saber que es cierto y que es falso de nuestros rumores. El esclavo de Moreno volvío a abrir la puerta, para decir algo a su señor, y volver a irse. Sólo pensar que esa persona te había podido pedir si querías que encendiera el fuego te retorcia por dentro. Tenías una cita con una joven mortal, y con un antiguo Gangrel del que ni habías oído hablar. No estabas acostumbrado a tener una agenda social tan ajetreada.

Bueno, mi siervo ya tiene el coche preparado. Si no hay ninguna duda nos iremos hacia el Elíseo para que conozcas al señor Rojo. ¿Te puedo aclarar algo o ayudar antes de partir? -te preguntó sin dilaciones pero sinceramente-, lo podías ver en sus ojos, aunque no entendieras porqué alguien que había visto tus mentiras desde el primer momento en que estubiste frente suyo podía ser el mismo que ahora te estaba ayudando en tu busqueda personal. ¿Tanto le había marcado tu sire, aquel al que aquí llamaban Alfredo, en su no-vida?

Si, tienes razón.. y cuanto más larga es su existencia más introvertido se va volviendo - reflexiono ante sus palabras y muevo la mano diciendo que no hay problema con que se venga el también al Eliseo - Claro, siempre es mejor un intermediario para las presentaciones, los Gangrel solemos ser bastante desconfiados con los desconocidos aunque creo que nos llevaremos bien.

Jose saca un libro y comienza a darme una lección de historia mortal y vampírica que escucho cruzado de brazos. Alzo una ceja cuando menciona a los anarquistas como "viles" , puede que no fueran unos santos pero desde luego la camarilla no era mejor ni mucho menos. Si en algo estaba de acuerdo es que el Sabbat es una manada de locos sedientos de sangre y destrucción.

¿La sheriff? Vaya, es raro encontrar una mujer en ese puesto.. -sonrio- Será interesante si me la llego a encontrar. 

¿Un símbolo de media luna..? ¿algo relacionado con los árabes o assamitas?

En ese momento entra el criado ghoul al que vuelvo a echar una dura mirada por su atrevimiento anterior. Miro el reloj en mi móvil y veo que no podré llegar a tiempo a la cita con la chica. Comienzo a escribirla un mensaje: ** Me ha surgido un imprevisto princesa. Llegaré sobre las 4 si aún estas ahí.  G ** y niego a Jose mientras lo escribo. 

Disculpa -termino- No, no tengo ninguna duda más.. en marcha.

Mientras salíais de la casa pudiste ver cómo tu sms estaba siendo mandado. Suponías que lo habría recibido y que, si le interesabas, te esperaria. Sinó, tendrías que buscar alguna otra cena. Entrasteis en ese momento en el coche, con ese siervo sin decisión poniendose el cinturón dispuesto a proseguir la marcha hacía el Elíseo.

Durante el trayecto, mirabas por la ventana, deseoso de saber que depararía tu noche hoy. Tu busqueda personal había arrojado de nuevo algo de luz cuando la creías estancada. El contacto con ese nosferatu, el ravnos, y ahora el toreador habían permitido saber algunas cosas... Supongo que después de hablar con el señor Rojo se irá de la ciudad en busca de su sire -dijo el toreador distrayendo tu atención momentaneamente-. Se que quizá cuando Mahir le acercó a mi esperaba conseguir más información pero, realmente, eso es todo lo que se. Hizó un rato de silencio mientras torcíais por el centro de Granada, en dirección al Eliseo, realmente, aunque poca, la información había arrojado algo de luz en tu mision personal, pero también nuevas dudas. ¿Por que se había ido tu sire a Barcelona? ¿Cuales eran las razones que le habían empujado a trabajar por la Camarilla?... y esa mujer con una media luna ¿que podría ser?. En ese momento aparcaron el coche y decidisteis seguir el camino a pie. La última noche te habías percatado que el acceso al Eliseo era algo difícil en coche, quizá para conservar su privacidad. Sobre lo de la sheriff... si vas a Barcelona vigila con ella, y reza por no caer en sus manos. Aunque por su imagen no lo parezca, su crueldad y sus metodos son realmente peligrosos.

Cuando te diste cuenta viste que estabais ya delante del Elíseo, pero por la cara de José, algo iba mal... Abierto... ¿que coño hace la puerta abierta?

Miro por la ventana perdido en mis pensamientos y cabeceo asintiendo distraido a Jose - No es que no quisiera quedarme, Granada parece una maravillosa ciudad  ,pero sí, seguiré su búsqueda por Barcelona..- luego pasa a nombrar al Nosferatu- No seais demasiado duros con Mahir.. parece un buen tipo en el fondo.

Los comentarios sobre la Sheriff, lo peligrosa que era y que no era recomendable acercarse no hacían más que despertar mi curiosidad por conocerla. Quizá fuera del tipo de vástago despiadado que tanto odio y a la vez disfruto castigar. Me encojo de hombros y sonrio campechano - Con las mujeres siempre hay que tener cuidado nunca sabes por donde te van a salir.. y con las mujeres vástago más aún je. -murmuro.

Cuando paramos parece que algo no va del todo bien. Salimos del coche y observo de reojo a Jose. Desenfundo mi revolver.

Ya se que las armas no están permitidas pero..  voy a echar un vistazo.

Me agazapo y voy avanzando en sigilo para echar una ojeada al interior.

¿Un ataque del sabbat? 

Al intentar observar por el recodijo abierto de la sala pudiste ver las mesas y las sillas del Elíseo en el suelo. Se podía oír algun ruido en la parte superior del local, pero en ese momento, mientras Moreno intentaba abrir un poco más la puerta, al verte sin palabras en los labios, notaste un leve empujón que os desequilibro.

Ya dentro la imagen era mucho peor. Podías ver a vástagos en el suelo, llenos de heridas y algunos en letargo, con patas de las mesas empaladas en sus corazones. Pisaras dónde pisaras, algun charco de sangre siempre quedaba impregnado en tus zapatos, de vitae de esos antiguos Camarillas que ahora se retorcian posados a vuestros pies. Cuándo oíste un ruido detrás tuyo. Te giraste, y era cómo si alguien corriera... Pero en girarte no viste nada. Tus sentidos neoronales empezaban a dibujar en tu mente un horror y un placer que nunca habías podido sentir en tu cuerpo. Fue entonces cuando oíste un ruido fuerte detrás tuyo, cómo alguien cayendo.

En el momento en que te giraste, pudiste ver a una enorme pantera negra, tirando al suelo a José... Una extraña rabia entró en tu interior. Notabas que ése animal tenía algo extraño y su presencia te molestaba enormemente, además del peligro que significaba. Aunque pudiste controlar tus instintos animales, no servía de mucho. El animal se avalanzó sobre ti, tirandote contra la barra y caiendo al suelo una lampara de gas que guardaban en ese lugar, empezando a inflamar las maderas esparcidas por el suelo, mientras recivías un arañazo en el brazo que sólo logro rozar tu piel. El fuego era impenetrabla, hasta que oíste un disparo de Moreno hacía esa béstia avalanzada encima tuyo, haciendola rabiar, mientras el olor de la sangre te encendía. Estaba en el suelo, retorciendose... su imagen empezó a cambiar, por la de una mujer de tez algo oscura y cabello largo... El local cada vez estaba más incendiado, y notaste a la béstia entrando en tu interior.

Rötschreck:

Notabas cómo una extraña fuerza corría en tus venas, y cómo la Béstia, lo peor de la maldición de cualquier cainita. Perdiste completamente el control de tus actos, y te avalanzaste contra esa extraña criatura que lo había provocado todo. Mientras podías ver a algunos vástagos corriendo hacia fuera del local, despavoridos. Pero tu tenías algo frente a ti más importante. Ése olor de sus sangre te recordaba al olor de la Béstia. Una sangre algo espesa que tenías frente tuyo. Hasta que incaste los dientes en su yogular, empezando a sorber. Notando cómo las venas de tus ojos se empezaban a dilatar, y algo oscuro fluía en tu interior. Hasta que delante tuyo sólo había cenizas.

Corriste hasta afuera, coceando y mordiendo a las sillas y mesas que dificultaban tu camino hacía el exterior. Dónde te conseguiste calmar.

Ya fuera de la allí te percataste de que no lograbas ver a José, no sabías si realmente ese hombre seguía o no allí. Si había salido o aún estaba entre el fuego, mientras, viendo un refilón de sangre en tu labio te percataste de lo que habías hecho.