Losse vio como el orco veterano estaba al borde de la muerte y veía la necesidad de liberar a Allen de un posible ataque. Agarró con su mano derecha un frasco de ácido que llevaba en uno de sus múltiples bolsillos y se lo lanzó de forma certera. El reguero de ácido acabó con la vida del orco, aunque salpicó ligeramente a Allen. - ¡YA VAN 9 MUERTOS! ¡Y SIN ESTAR DORMIDOS, KORMACK! - También intentó inspirar al paladín en la batalla - Allen, Zanc ha encontrado prisioneros a los que creemos que son tus familiares. Debemos darnos prisa en acabar con esta escoria - 

Salió de la cobertura que le proporcionaba el tronco del arbol.para soltar su segunda jabalina, se colocó a la derecha del guerrero enano para formar un frente seguro ante la inminente llegada de los orcos, había comprobado que era tan efectivo en el combate como bocazas e imprudente el resto del tiempo y eso hacía que cuando la sangre comenzase a correr, le gustaría tenerlo cerca.
A la derecha de Davros se encontraba la más reciente, y quizás temporal, incorporación del grupo, ese caballero se las arreglaba muy bien sólo y estaba seguro que esta vez no conseguiría pasar ningún enemigo a la retaguardia del grupo.
Tras desenfundar el espadón y llegar junto al enano, se deshizo de su otra jabalina, con la esperanza de debilitar al más cercano de los orcos y, acto seguido, se preparó para el enfrentamiento.

Ogna seguía demostrando su inutilidad mientras sus compañeros masacraban a los enemigos que habían tenido la desdicha de ser los elegidos para acercarse. Su flecha salió totalmente desviada y ni siquiera se acercó un poco a su objetivo. Así Losse vería por qué ella era la porta-antorchas del grupo.

Turno Orco

Con un alarido gutural los orcos se lanzaron al combate cuerpo a cuerpo. Sus bocas babeantes por la excitación reflejaban el estado de rabia en el que se encontraban. Tres de ellos sortearon la hoguera para plantarse frente al dúo formado por Kormack y Davros. Con una lluvia de golpes sobre el enano y el guerrero consiguieron abrir un diminuto hueco en las defensas de ambos contendientes. Los orcos, luchadores más experimentados que sus compañeros goblin, no dejaron pasar la oportunidad de devolver la iniciativa del combate a su bando. Con sendos golpes, uno que casi desjarreta al enano y otro que realizó un corte superficial sobre la cara de Davros, dejaron ver que no habían llegado allí para dejarse matar igual que el resto de sus compañeros.

Los arqueros mientras tanto seguía con su guerra particular contra el elfo al cual no había forma posible de impactarle. Por lo tanto decidieron, tras ver que ambos disparos habían fallado, acercarse hasta el arbol e intentar treparlo uno por cada lado.

Zanc aprovechó la oportunidad. Los orcos se habían movido intentando trepar el arco donde estaba Losse y era poco probable que se percataran de su presencia. Rápidamente se movió pegando la espalda contra el enorme árbol para evitar que el otro Goblin que estaba más alejado pudiese verlo, entonces disparó contra el Goblin que estaba dándole la espalda y que tenía cerca. La flecha voló por los aires y se clavó en la nuca del desdichado bicho, asomándose la punta por la garganta del Goblin, quien calló de bruces al suelo escupiendo bocanadas de sangre... Se mantuvo allí, quieto y rogando porque no le hubiesen descubierto.

A pesar del improvisado plan los enemigos iban cayendo uno tras otro. Los golpes certeros de Kormack y Allen, unido a la puntería del elfo lunar, que remataba todo bicho que se encontraba al borde de la muerte, estaba dando sus frutos. No obstante seguían quedando rivales en pié…

Morwing se colocó al lado de Ogna para tratar de darle algo de apoyo moral, no estaba siendo demasiada afortunada su participación esta vez. ¡Vamos Ogna, acabemos con estas ratas! Dijo a la chiquilla mientras apretaba el puño.

A lo lejos divisó a un pequeño trasgo armado con un arco que acaba de herir Kormack. ¡A por ese!  Era un disparo complejo puesto que el enemigo se encontraba muy lejos. Aun así Morwing, confiado por la última victima que tumbo con el arco, apuntó al objetivo cuidadosamente, expulsó aire por la boca y disparó. La flecha iba trazando una parábola casi perfecta en busca del objetivo hasta incrustarse en la cara del horrible trasgo.¡Muere!

El Gnomo vio por el rabillo del ojo como caía el otro Goblin, entonces una idea se le pasó por la mente... -Sigan así, se me ha ocurrido algo que nos puede servir contra el Ogro y los demás que estan mas al norte, en la Torre... Hay un Orco que está distraído buscándome, creo que puede funcionar!- Le informó a Ogna y a Losse en un susurro por medio del sortilegio que aún permanecía activo, primero registraría el cadaver Orco en busca de alguna poción y después intentaría ejecutar su plan.

La llegada por parte de los orcos de refresco al frente del combate inquietó a Allen. No porque se viera rodeado por dos de ellos, si no por el grito que emanó de la garganta del enano. - Vamos Kormack, no dejarás que este meapilas muera después que tú, ¿verdad? -, dijo el paladín para infundir valor a su, por llamarlo de algún modo, compañero.

Sabía, o por lo menos intuía por lo que había visto hasta ahora, que aquel testarudo enano era bastante duro y que podría aguantar hasta que él se zafase de quienes le rodeaban. Por lo que Lanzó su gran espada contra uno de ellos. Quizás su preocupación hizo que el golpe casi no llegase a impactar contra aquel horrendo ser, pero quiso Tyr que el roce lo recibiese a la altura del cuello, dejando brotar de él una cantidad ingente de negra sangre, por lo pelos, se dijo a sí mismo el paladín.

TURNO 4

Losse vio como los orcos se acercaban al árbol para intentar treparlo. Decidió lanzarle un par de flechazos, pero no impactó a ninguno - ¡Subid cobardes! Os estoy esperando -

UAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHA!!!!!!!!!!!! un potentísimo grito salió de las fauces del enano vio en su pierna una flecha ¿QUIÉN ME HA TIRADO UNA FLECHA? ¿QUIEN? no le dio tiempo cuando uno de los orcos se le hechó encima con un golpe en su pecho... MMmmmmmha-ah tjo...tjo- esto ya no era algo divertido, era una lucha a MUERTE. No debiste... le respondió limpiándose la sangre de los labios... No se hizo esperar su ataque, medio brazo calló al suelo. Un corte limpio que cercenó el brazo del enemigo. MORRRIRRÁAAAAS!!! - gritaba enfadado. MORRIRRÉIS TODOS!!!! LO JURRRO. POR MORRADIN

El ruido de la batalla era ensordecedor. Ni siquiera el jaleo que montaba el enano era suficiente para acallarlo. Las armas de sus enemigos hendían la carne de su compañero enano y, dejando caer el arco, Ogna salió disparada hacia el maldito orco. Por el camino sacó el puntiagudo estoque, tan afilado como la lengua de la muchacha, dispuesta a ensartar a su enemigo en la punta.

- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah.- Gritó para darse valor la porta-antorchas.

Pero los orcos no eran tan fáciles de acertar ni de intimidar por un grito de guerra que bien podía parecerles un dulce canto de una virgen inmaculada. El orco esquivó la estocada y Ogna se dio de bruces con su duro pecho acorazado. Al menos no había ensartado contra su martillo, aunque ahora estaba indefensa y a merced del inhumano ser.

Tras ver al enano en apuros, y casi desfallecido por las heridas, decidió liberar la ira que estaba conteniendo de nuevo y ayudar en lo que pudiese al compañero que guardaba sus espaldas, aunque en parte era porque probablemente, de ello dependía la supervivencia de todo el grupo, no podía permitir una baja tan pronto.

Su ataque obtuvo su recompensa en sangre y el orco cayó fulminado cuando su espadón abrió a la criatura en canal. Sin embargo el giro para intentar herir al orco que tenía junto a él no salió como esperaba, el espadón golpeó el suelo y no pudo aprovechar para herir al orco que le acompañaba.

- Otro combate que no puede comenzar peor -

Turno Orco

La rápida intervención de Davros sirvió para que el orco que amenazaba al gravemente herido Kormack y a Ogna acabase sus días tendido en el campo a la espera de que los carroñeros diesen buena cuenta de él. Al menos el golpe del bárbaro les había ahorrado a los cuervos la intervención de los buitres a la hora de abrir al cadáver en canal.

Los orcos continuaban presionando pero pese al buen inicio que tuvieron su ímpetu se vio parado de inmediato ya que los compañeros consiguieron esquivar sus ataques sin problema. Ahora era su turno de contraatacar y probablemente el contraataque sería devastador.

Al norte, los orcos, poco acostumbrados a trepar árboles, ascendieron no sin dificultades en busca del esquivo elfo. 

El paladín se había librado de los dos ataques de los orcos que le habían rodeado. Intentando evitar que los orcos le flanqueasen, pensó en cuál sería su siguiente movimiento. Atacar al orco que estaba entero fue su acertada decisión, pues sabía que las certeras flechas del elfo acabarían con su vida rapidamente, aunque cuando lanzó su arma sobre aquel orco protegido por su escudo, éste evitó el mandoble de Allen con un movimiento que mostraba que este no era el primer combate en el que se veía envuelto.

No obstante, su intención de dejar via libre a los arqueros la llevó a cabo alejándose del orco a quien primeramente había herido de gravedad.
 

Morwing vio que la incorporación de Davros había dado más tiempo a los compañeros del ala izquierda con lo que al ver que uno de los enemigos que atacaba a Allen sangraba como una fuente optó por poner final a su vida de una ez por todas. Un enemigo, aunque esté herido, es un enemigo. - Pensó mientras corría de nuevo hacia la derecha rebuscando con sus dedos en la bolsita de materiales para conjuros. Cuando se colocó en línea recta con su objetivo acabó de recitar los versos mágicos y de sus dedos brotó un royo helado que impactó en el pecho de la criatura. No era un hechizo demasiado poderoso pero en este momento fue suficiente para tumbar al maldito orco y apuntarse otra pieza más en su cómputo particular.