Partida Rol por web

Crónicas de Cuatro Aventureros

Prólogo. Haciendo Amistades.

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22/04/2013, 20:53
Berhanu

El ciclo lunar... no me lo habían contado, probablemente porque se daban cuenta de lo ridículo que sonaba. Cuando estás en un grupito cerrado, todas esas chorradas de los signos secretos, el idioma que solo conocen los miembros o la determinación del lugar de reunión por algún criterio arbitrario, estaban muy bien. Pero para los que estaban fuera era, pues eso, ridículo.

Pues tampoco me parece tan mal que usemos esos nombre, le contesté, sonriendo con los dientes apretados para aguantar una risita. Así que, si quieres acompañarme, chica, podemos empezar por ir a algún lugar cercano en el que podamos refugiarnos durante la noche.

Para entonces, ya llevaba encima la armadura, la ropa de abrigo, los guantes, el cinturón de las armas, la mochila y el arco, y estaba lista para ponerme en marcha.

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22/04/2013, 21:57
Haizti

No dijo nada porque no había nada que decir. Él no sería quien se interpusiera en el camino de la joven. Si deseaba acompañarle era su voluntad. Y en el momento en el que deseara dejarle, lo haría. De igual modo, si su propio destino le mostraba una senda que los separara no dudaría en hacer lo que tuvier aque hacer.

Aprovechó la ausencia de Asha para recoger sus escasos enseres, apagar el pequeño fuego y vaciar la vejiga en la cercanía de la cueva. Cuando volvió, la muchacha parecía preparada para partir. Tomó el odre que le tendía y comenzó a caminar.

-El sendero está en esa dirección. Posiblemente conduzca a alguna zona habitada.

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22/04/2013, 22:30
Quarion Ringëril

Una sonrisa se le escapaba, pero tenía que mantener el tipo. Sabía que los humanos eran muy bromistas, pero no podía dejar que le pillara tan rápido en un renuncio de la frialdad que suelen esperar de ellos. En cambio si intentaba corregirla quedaría como un estúpido y ella se reiría aún más. Así pues optó por lo único que podía hacer.

Quarion suspiró como si estuviera haciendo acopio de una grandísima paciencia ante la chica- Un poco más allá hay una cueva pequeña en la que me he refugiado alguna vez cuando las temperaturas dejan de ser soportables o pueden ser peligrosas -y sin decir más se puso en camino mientras su lobo le seguía- si no tienes leña dilo y cogemos de camino algunos troncos.

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23/04/2013, 01:40
Berhanu

O bien sabía encajar una broma, o no la había entendido, o le daba lo mismo. Fuera como fuese, solo iba a escoltarme hasta la linde del bosque, no a casarse conmigo, por lo que no tenía demasiada importancia, más allá de hacer del viaje una experiencia más o menos agradable. Al menos era lo bastante amable para acompañarla, que ya era algo.

¿Que por qué me fiaba de un desconocido? Me podría haber disparado sin avisar, o soltarme al lobo, o usar su magia de druida, porque aunque no me lo confirmara, seguro que era un druida. Pero en su lugar, me había permitido recoger mis armas, mi armadura y mi abrigo. Es decir, que no pretendí hacerme daño, o no era muy listo.

Me los he dejado en el otro pantalón, respondí con una risita. Pero no te preocupes, tú coge unos cuantos de esos troncos, y yo unas pocas ramas, y seguro que podemos montar algo decente.

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23/04/2013, 08:44
Quarion Ringëril

Skoll abría la marcha mientras olfateaba y se percataba de la presencia de posibles depredadores. 

Duró unas pocas horas y, cuando se llegaba a la pequeña cueva en la base de una colina, el lobo entró en ella sin pararse ni un solo momento. Un poco después salió y se sentó en la entrada de la cueva, esperando a que entraran los otros dos.

Quarion había recogido algunas ramas por el camino, aunque lo malo es que estaban húmedas. Según llegaban a la cueva, el elfo optó por ser más minucioso y buscar la madera seca, pues ya tenían suficiente para una hoguera pero sin madera seca no habría que la encendiera.

-Si quieres entra en la cueva con Skoll, yo voy a ver si encuentro madera seca -dijo mientras dejaba en la entrada la madera que había recogido por el camino. Mucha estaba húmeda y solo había uno o dos maderos secos que merecieran la pena, lo otro era follaje para iniciar la chispa- a no ser que quieras ir a buscarla tu en lo que yo voy encendiendo esto.

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23/04/2013, 16:52
Asha

Asha echó hacia atrás los hombros, acostumbrándose de nuevo al peso de sus pertenencias y apresuró el paso para alcanzar al semielfo y a partir de ahí mantener el ritmo.


-¿Qué harás cuando llegues a una zona habitada?-preguntó-¿a qué te dedicas?¿cuántos años tienes?¿Ese color tuyo de pelo es natural? Te queda bien-comentó de carrerilla incapaz de estarse calladita, por lo visto el desayuno le había soltado la lengua de nuevo.

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23/04/2013, 17:35
Haizti

Haizti caminaba en silencio, rodeado por el incansable parloteo de la humana, a todas luces incapaz de vivir con la boca cerrada. El cielo, tras la lluvia de la pasada noche, se mostraba azul entre el follaje de la foresta, pero el frío viento preconizaba que aquel respiro no duraría demasiado.

-No me planteo interrogantes innecesarios cuando no sé cuál será la realidad que se me ofrecerá -dijo con una serenidad absoluta-. Tus otras preguntas no las entiendo, salvo la de mi edad, que ignoro qué interés pueda tener para ti. Color natural y dedicación. Color natural y dedicación -repitió pausadamente antes de mirarla de reojo mientras avanzaban-. No, no lo entiendo.

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23/04/2013, 17:46
Asha

-No entiendes nada, Haizti-resopló indignada Asha- hay gente que es zapatera, otros son granjeros, otros cocinan en posadas... ¿tú qué haces?-resopló por la nariz y negó con la cabeza- bueno, olvídalo. No es asunto mío.

Giró el rostro para mirarle y sonrió alegre con los labios pero no con la mirada, no parecía importarle que el chico fuera un tanto desagradable, seco, como si no se hubiera metido nunca en el agua, aunque quizá simplemente estaba reprimiendo la desazón que le provocaba la naturaleza del chico, aferrándose a un clavo ardiendo para no volver a quedarse sola. Volvió a mirar al frente y cerró las manos en torno a las correas de la mochila que cargaba.

-Quizá en el pueblo haya un bardo o un buhonero que pueda contar alguna historia fantástica.

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23/04/2013, 18:52
Haizti

-Y que no entienda te molesta. ¿Que ignore las cosas de tu mundo me hace dueño de una falta imperdonable? -respondió tranquilamente Haizti-. Desde que te vi, solo has querido saber. Como quien maneja el arco solo has disparado flechas para que te responda una y otra vez. Hablas y hablas y no dices nada pero buscas que otros, que yo, te responda incluso a lo que no sé qué sentido tiene, ni qué significa. Sí, tal vez lo mejor para ti sea un pueblo donde llenes tus oídos con las historias de otros y así cubrir el vacío de no tener una historia propia, humana impaciente y fisgona.

El semielfo caminaba a un paso mesurado, fijándose en cuanto la naturaleza le ofrecía. No parecía consciente de estar ofendiendo a Asha y ni siquiera parecía ser esa su intención atendiendo a su sosegado rostro y tono de voz. Tan solo reaccionaba a la indignación y palabras de su acompañante.

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23/04/2013, 19:05
Asha

Asha avanzó despacio con la sonrisa alegre congelada en el rostro, rezagándose en la marcha pese al mesurado ritmo que mantenía Haizti. Quería creer que el chico no lo había dicho con mala intención aunque esa perspectiva, tan impersonal y desapasionada le resultara más dolorosa que un rechazo abierto.

Sus pasos dejaron poco a poco de  sonar pues, de forma inconsciente adoptaba una postura defensiva, caminando sin apoyar todo el peso en el pie ni apoyándolo en su totalidad sobre el suelo boscoso. La mirada ensombrecida brilló con el hielo del tótem que descansaba en su interior. 

Esquivó un grupo de raíces que asomaban como grandes gusanos en el camino, solo el viento que corría entre los troncos alivió durante unos breves instantes su propio dolor pues con el contacto fresco del aire en su rostro el dragón estiró sus alas con pereza estirando el cuello escamoso todo lo que podía como si con ello pudiera disfrutar de su frescura.

El anciano Godrek no mencionó nada de esto cuando me mandó fuera, se lamentó. ¿Era realmente mejor eso que ir sola? No sabía si lo era, después de todo, tal y como había dicho el mestizo, quizá solo quería llenar un vacío. ¿Tan malo resultaba querer soñar despierta? Cerró los ojos durante un segundo y su pie se enganchó con una de esas raíces , tirándola al suelo, la mejilla se arañó con el raspar de la tierra y las palmas de las manos se despellejaron, brotando en ellas pequeñas flores carmesí. No protestó, simplemente se levantó limpiándose la sangre de las pequeñas heridas en los pantalones, volvió a asegurar su equipo y lo cargó a su espalda. Cuando llegaran a un pueblo se iría a buscar un buhonero, vendería alguna de las pieles que había conseguido durante su viaje. Cualquier cosa que mantuviera su cabeza ocupada, sola y, ante esa certeza el dragón interior de la chamana, agazapado, se envolvió con la cola y se cubrió con las alas.

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23/04/2013, 19:58
Haizti

La sintió rezagarse sin darle mayor importancia. Sí comprendía que algo de lo dicho por él debía haberla molestado aunque no sabía qué pues, su silencio y su paso cada vez más apagado pese a la cercanía, eran antinaturales en ella. Y cuando oyó el cuerpo desplomarse, se detuvo y se giró. No la ayudó a levantarse, cosa que ella había hecho con presteza. La vio limpiarse las manos heridas en la ropa, manchándolas con algo de sangre. Sacó el odre y mojó un paño y cuando lo alcanzó al retomar el paso, la tomó suavemente por el brazo.

-Aguarda, te has arañado la cara. Deja que te limpie -dijo, pero sin acercar el paño húmedo, aguardando a que ella accediera, como ser libre que era.

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23/04/2013, 20:59
Asha

Quizá había llegado a pensar que el semielfo se iba a reír por la caída, pero desde luego eso habría sido presuponer que un mínimo de sangre corría por las venas de Hielo.
Sí, ése era una buen nombre.

Le alcanzó pues parecía que se había detenido, ocupado en hacer algo con su odre de agua. Ella no se detuvo al pasar por su lado sintiendo un pequeño ardor en las palmas de las manos pero él la detuvo tomándola del brazo y hablándola. No había sido violento. Seguramente Hielo no conocía una emoción así.
Asha giró ligeramente el rostro para mirarle de soslayo como si no estuviera ahí, tan profunda era su decepción.
Una capa de polvo y piedrecitas incrustadas cubría una de sus mejillas sobre la cual se extendía la sombra de sus pestañas.

-...-cerró los ojos y al abrirlos dejó mirada fija en el suelo, accediendo en silencio pero sin acercarse a él. 

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23/04/2013, 22:35
Haizti

Cuando asintió, Haizti procedió a limpiar con cuidado la mejilla. Lo que vio no le gustó. La herida era superficial en sí, pero entre la suciedad que la había manchado vio restos de bosta fresca y sabía bien lo que podía provocar. Despues, cogió una de las manos de Asha y la limpió con el mismo cuidado con que había usado con la mejilla y que usaría para la otra mano.

-No tengo conocimientos para sanar, pero he visto que la herida de tu cara estaba sucia con excrementos de caballo -dijo al tiempo que señalaba unas boñigas en el suelo-. Podrías enfermar. No es bueno. Si hay un pueblo al final del camino, no es un bardo ni un buho... buho... No conozco la palabra y no la recuerdo. Deberías buscar un sanador. Yo te ayudaré a encontrarlo -añadió y aun cuando su voz permanecía igual de suave que siempre, los verdes ojos del semielfo la miraban con una extraordinaria fijeza.

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23/04/2013, 23:04
Asha

Escocía el agua y la molestia la dejó traslucir resoplando por la nariz. Hielo tenía un cuidado que más bien era fría minuciosidad.

Cuando Hielo mencionó el sanador, automáticamente alzó la vista al frente para luego dirigir las pupilas hacia el afilado rostro del mestizo. Podría haberle explicado que ella no necesitaba un sanador, que podía cuidarse sola...pero no le había preguntado, daba por hecho que necesitaba ayuda. Godrek le dijo en su momento que un hombre siempre tiende a pensar dos cosas de una mujer, la primera, que es débil y la segunda, que lo considera atractivo.
Tardó unos instantes en darse cuenta de que se había quedado enganchada en la mirada de Hielo así que, al ser consciente, parpadeó con aparente desinterés mientras que el resplandor plateado del tótem se alzó tras los iris grisáceos como un muro entre ambos.

-Mirar así a una mujer es de mala educación-le explicó en un susurro mirando de nuevo al suelo.
Esperó a que Hielo hubiera guardado de nuevo sus cosas y reanudó la marcha, pendiente del suelo por si volvía a tropezar.

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23/04/2013, 23:17
Haizti

Las palabras siguieron a un extraño proceso visual cuyo significado escapaba a aquel semielfo que nunca había visto hacer nada similar. La misma frase le resultó una incógnita, pues no entendía la extensión de la misma.

-No debo mirarte, ¿cómo?

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23/04/2013, 23:25
Asha

-Tan fijamente, la gente se siente turbada y puede hacer que algunas personas reaccionen violentamente -dijo con sencillez-no está bien. -Cogió aire, con la intención de añadir alguna anécdota, pero la voz no salió de su garganta. Otro nuevo de raíces surcaba el camino pero fue esquivado con éxito, no tenía ganas de volver a besar el suelo de nuevo y, para reforzar ese pensamiento se llevó una mano a la mandíbula, cogiéndola por la barbilla, moviéndola de un lado a otro, colocándosela como si se le hubiera dislocado.

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23/04/2013, 23:33
Berhanu

No sé si tú le encuentras el sentido, pero yo no. ¿Iba alguien a ocuparnos la cueva? “Soy un tipo que ha salido de la nada, y declaro esta cueva como mía, jaja, buscaos otra”. Así que, qué sentido tenía que uno se quedara allí y otro se fuera a buscar más leña. Ninguno, ninguno. Además, creía que ya teníamos suficiente. Estaba húmeda, sí, pero seguro que con un poco de esfuerzo prendía. No era fácil encontrar leña seca cuando había nevado.

Busquemos entre ambos, respondí. Así acabaremos antes.

Y me puse a buscar por las inmediaciones. Tenía algo de yesca en la mochila, como siempre, pero si podía encontrar algunas ramitas especialmente secas, mejor. Me encaramé a las ramas bajas de un roble, trepé por su tronco y arranqué algunos pedazos de rama que se encontraban lo bastante resguardados de las inclemencias del clima como para prender fuego rápidamente. Me dejé caer del árbol y seguí buscando leña de mayor tamaño.

¿Has acabado? grité cuando perdí de vista al elfo. Está oscureciendo, ¿volvemos a la cueva?

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24/04/2013, 19:04
Haizti

Haizti registraba cuanto la muchacha le decía y en las escasas horas de convivencia juntos, había sido muy consciente de cómo su comportamiento podía perturbarla. Algo que a la sazón debía ser extensible a otros de su pueblo, tal y como ahora le confirmaba con su último aserto. Una escuela breve y rápida a un tiempo que eficaz acerca de cómo comportarse. Aun así, el comportamiento humano le parecía soberanamente estúpido y ególatra.

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24/04/2013, 19:49
Haizti

El semielfo enarcó una ceja ante aquel comentario.

-Cuando miro fijamente un pájaro, no se siente turbado. Ni el gusano o la flor. ¿Por qué habría de hacerlo un humano? Pero tú dices que sí. Mas de ser así, él o ella será quien se sienta turbado por sus propias emociones, emociones no muy limpias a todas luces. Entonces, ¿por qué culparme a mí de sus reacciones? ¿Por qué mostrarse violento ante un acto que no encierra violencia alguna? No tiene sentido alguno. ¿Acaso si algo en ti me turbara, justificaría que fuera violento contigo? -dijo mostrando un tenue interés en la posible respuesta-. Porque yo no lo creo. Y no podría decir que está mal que me turbes y que eres responsable de mi malestar. No es natural actuar así y menos usarlo como argumento para un derecho a destruir, atacar o ser violento.

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24/04/2013, 19:59
Asha

Asha como toda respuesta se encogió de hombros. No iba a entrar en el juego de ver quién enredaba a quién con palabras si bien Hielo no había parecido ser consciente de dicho juego en ningún momento.El explicarle que no son las emociones del observado sino las posibles intenciones del observador las que turban no habría hecho más que rizar el rizo. Hielo habría contestado que entonces la suciedad seguía estando en el observado pues era él quien interpretaba la mirada, ella habría negado y le habría preguntado. Pero no debía preguntar.

No entiendes nada, pensó con resignación levantando la cabeza del suelo en busca de algún retazo de cielo con aire nostálgico pese a no haberlo surcado en su vida.