Partida Rol por web

Hacía días que estaba esperando sin mas, casi a punto de perder la esperanza de cumplir con su misión, hasta que la vida le presentó esta oportunidad - Te han dicho bien, soy Taryn y he venido a ver al rey. Hay buena cerveza y buenas mujeres aqui , pero su cortesía no ha ido mucho mas alla. Te propongo algo que te interesara, te cobro la mitad, una moneda cada dos días, pero convences a Rómulo de que se las ingenie para tener la entrevista en menos de un mes, que os parece?-

El oro le resultaría mas motivador al enano que a él, pero por mas que juntara 500 monedas de oro, eso no aseguraba ser recibido, necesitaba mas que eso.

- ...piénsalo, si aceptas puedo comenzar ahora mismo... solo una condición, que soy un druida será un secreto entre Romulo, tu y yo, de acuerdo?- 

El enano se mesa pensativamente a barba, mientras te escucha. Luego se queda un rato pensando, llama a la camarera y pide una cerveza antes de empezar a hablar.

Vayamos por partes. Primero, lo de que quieres que sólo nosotros, tú, yo y Rómulo sepamos que eres un druida, yo no lo voy a decir, pero en cuanto mis hombres te vean tratar con animales sabrán qué eres. Pero por mí, ya te digo, no hay problema.

Lo que veo más difícil es lo segundo que pides, que te reciba el rey por mi mediación. Es cierto que puedo pedir a Rómulo que haga que te reciba, pero eso le puede costar caro a Rómulo. Verás, me explico:

Como sabrás, el rey está envuelto en una campaña contra los mil califatos, y ha pedido expresamente que si no es algo importante no le molesten. Y hasta ahora los problemas en su reino no le parecen importantes. Sólo atiende problemas que consistan en gente que se levanta autoproclamándose libres o dueños de zonas en su nombre, el resto le trae sin cuidado. Así pues, si Rómulo hace que te reciban, puede correr peligro, no su vida pero sí su trabajo.

Ahora bien, existe otro modo en que pueda conseguir lo mismo: que Rómulo diga al rey que nosotros pedimos el favor, los enanos. Como sabrás, los enanos somos muy importantes en esta ciudad, ya que mantenemos su muralla. Así pues, supongo que el rey no será capaz de darnos la espalda. El problema de eso es que yo apenas soy un segunda categoría, hay mucha gente por encima de mi. Pero no hay que desesperarse, tú estarías ayudando a los enanos, y estoy seguro de poder convencer a mis superiores para que den permiso de esto que te estoy proponiendo.

Así pues, no te lo puedo garantizar, pero sí puedo afirmar que haré todo lo posible para que tu segunda petición sea satisfecha. ¿Te parece bien?

así pues no puede garantizarte que se cumpla lo que pides. Pero hará lo que pueda. ¿Te parece buen trato? ¿crees que puedes presionarle más? ¿Y como le vas a presionar?

Las cervezas llegaron pronto, apenas el enano termino con su oferta, y Tharyn le ofreció una jarra y tomó la otra 

- Brok , intentas dividir el problema en partes... pero casi todo en la naturaleza, si lo divides en partes, deja de funcionar... es un todo, una unidad... tus brazos sin tus piernas tienen poco que hacer, como el oro que me ofreces sin la entrevista con el rey, o tratar asuntos confidenciales sin la discreción del anonimato en la ciudad  -  extendió su mano de modo que las jarras chocaron - creo en la justicia del equilibrio, colaboro contigo en contener esas criaturas y tu colaboras conmigo en salvar a otras, no veo mejor modo de sellar nuestro acuerdo... hasta el fondo? vamos, ahora! - dice mientras comienza a beber rápidamente, mirando de reojo al enano.

Brok mira primero al humano, con cara de algo desconfiado. Sus palabras le resultan extrañas, pero al final extrae que acepta el trato. Asi pues, su humor cambia, y con una sonrisa cierran el trato bebiendo la jarra.

Mañana empezaremos. Trabajamos de día, lógicamente, ya que son  menos las criaturas que están despiertas. Pese a todo, allí abajo no hay luz, así que no es sorprendente encontrar criaturas de la noche en plena luz de día. Ahora deberías descansar.

Cuando dice eso, el enano se marcha, y te deja acabando la cena. Antes de irse, habla con la camarera y un par de monedas cambian de mano, así que estas invitado a lo que comas.

La noche pasa tranquila y el día amanece esplendoroso. Imaginas lo brillante que sería el día fuera de la ciudad, pero aquí apenas unos rayos mortecinos consiguen despertarte. El cielo está claro y limpio, pero aparece cubierto por el humo de las herrerías, panaderías y casas que han encendido sus hornos.

A la puerta de tu posada está Brok. No teneis más que decir, así que él parece sin intención de hablar. Sólo te hace un gesto y empieza a andar.

El enano va vestido de forma similar a ayer. Lleva su armadura negra y un martillo de considerables dimensiones al hombro, así como uno más pequeño al cinto, junto con algunas otras herramientas. A la espalda lleva una mochila, y bajo esta su escudo, de metal.

Siguiendo a Isbell pronto llegais a lo que buscais, un sitio donde conseguir todo lo necesario para la misión. Isbell se encarga de ir hablando con los comerciantes, consiguiendo precios, regateando. Ragnar apenas habla, pero ve como la pequeña mujer se desenvuelve como en una batalla, no puede evitar sentir que es algo parecido. De pronto ataca, ofreciendo una oferta a la baja, o retrocede, rechazando una determinada oferta. La mente del bárbaro va analizando el comportamiento de Isbell, hasta darse cuenta de que él nunca sería capaz de hacer eso. Pero está aliviado de tener a alguien que sí es capaz.

Mientras tanto, Isbell se encuentra en su salsa. Va negociando aquí y allá, mirando puestos que conoce. En alguno la echan de malas formas, la conocen de cuando era niña y como tampoco es que haya crecido mucho, pero en otros sí la atienden. Poco a poco, va consiguiendo tratos.

Dorno el gordo habita en la alguacilería del barrio de las pulgas, un edificio más o menos cuidado donde habita él y su ayudante. En la puerta hay un cartel donde leer "estoy en las reformas con los enanos", así pues, hacia allí podríais dirigir vuestros pasos.

Los comerciantes eran lo mismo siempre, da igual donde fuese, siempre tratando de sacar más de lo que valían las cosas, por tanto yo evitaba que eso ocurriera. Pero la verdad hubiera preferido pasar por la noche cuando estaba cerrado y tomar lo necesario sin tener que gastar, pero la cosa apremiaba para poder esperar.

Más vale que no te pases. Dije a un comerciante. Mi amigo no es que sea mucho de hablar. Comente sonriendo a mi grandullón acompañante, la verdad que viéndole una se sentía segura, era como un Titán para alguien de mi tamaño. Todo bien ¿Titán?, no te molestara el apodo ¿Verdad?. A mí me puedes llamar gatita, así me llaman mis amigos "Bueno la verdad mi único amigo, o que se pueda considerar así". Le digo a Ragnar con una pícara sonrisa y un guiño de ojo.

Vamos amigo baja esos precios ¿Acaso me has visto que sea un gordo barrigón envuelto en sedas?. Aparte cuanto antes cerremos el trato antes podrás ir con alguna bella dama, viendo tu porte seguro que tienes una lista enorme de ellas tras de ti. Le digo al comerciante con tono pícaro.

Taryn camina junto a Brok y su perro Daen, compañero de viajes desde hace varios meses. Había descansado bien y la posibilidad de poder resolver el problema que lo preocupaba le había puesto de buen humor. La ciudad estaba rodeada de murallas en todas direcciones, pero en su interior comenzaba a despertar a medida que el sol se asomaba.

- Brok, dime, estas ligado a la reparación de la catacumba, o me acompañaras en contener esta plaga? - le pregunta de modo casual.

Me mantengo cerca de Isbell en todo momento en una actitud protectora pero no puedo evitar sorprenderme del mundo del comercio y la gran ciudad. En mi tierra cuando tratamos con otras tribus aún usamos el trueque o la fuerza.

Cuando Isbell me menciona pongo una mirada dura e intimidatoria dejando claro que con nosotros no se juega, tal vez eso ayude a bajar el precio si estoy entendiendo bien el juego que está tramando con el mercader haciendo uso de mi presencia durante la negociacion.

- Todo bien Gatita, todo bien. Porque estoy seguro que esté hombre nos hará un buen precio....-dejo la frase en el aire aprovechando mi voz potente y grave junto con la mirada intimidante surja efecto-

Me vuelvo a callar y observo como continúa el regateo Isbell, sorprendiendome de que también utilice parte de la seducción en el comercio.

¿Será una mujer atractiva entre los medianos? Nunca me había parado a pensar en cosas así, malditas ciudades llenas de razas....

Sacudo la cabeza para alejar mis pensamientos.

El enano camina despreocupado. Todos formamos parte de la reparación y todos te ayudaremos a contener la plaga. Dice, casi sin mirarte. Realmente nuestro principal problema es que las ratas no nos permiten seguir reparando las catacumbas, más que las ratas en sí, ya que si estás reparando pues te están molestando, mordiendo y esas cosas. Encima esos seres transmiten enfermedades peligrosas.

Pero más que las ratas, es preocupante otros seres. El túnel en el que estamos está más o menos limpio de seres, pero de vez en cuando aparece alguno. Supongo que eso no será problema, ¿no?

Poco a poco os vais adentrando en el barrio de las pulgas, un sitio poco recomendable para ir sólo... o incluso para ir en compañía. Los ladrones y agitadores que aquí habitan son bien conocidos en toda la ciudad, y no es una zona recomendable. De hecho, Daen emite un gruñido casi constante, como si algo no le gustara. Al pasar junto a una reja de hierro marcada encima con un símbolo de una gárgola, se pone a ladrar furiosamente y sólo el ver que te estás alejando (o tu esfuerzo para que se calme) consiguen hacer que siga su camino.

Hum. El mercader se rasca la barba viendo la lista que habeis preparado de objetos. Mira a Ragnar, pero no parece intimidarle. Te mira y asiente.

Normalmente por todo esto cobraría más de 5 monedas de oro, lo sabes, verdad? Pero imagino que no teneis tanto dinero, basta con mirarte. Bien, si lo que quereis es tinta sólo para un contraro, te la puedo proporcionar. Ten en cuenta que eso es lo que más cuesta, junto con la comida, de todo lo que me habeis pedido. Así pues... Veis como vierte un poco de tinta en un vial pequeño, ya que habíais cogido uno normal, y lo pone con el resto de objetos: 2 tizas, 5 antorchas, 1 papel de pergamino y raciones para todos para un día. Hum... quizá 3 po. Esa es su primera oferta, pero empezais a regatear, que si el papel no es de calidad, que si la tinta. Para resumir, se conforma finalmente con 2po, pero sólo teneis tinta para escribir el plano y ya, no para más.

Vi como el tipo preparaba las cosas que habíamos encargado "¿Maldita sea tanto cuesta la tinta?, más vale que le dé buen uso" pensé cuando estaba observando como el mercader rellenaba la cuenta, el tipo primero dijo una cifra para luego reducirla, calcule rápidamente, viendo que si pensaba más igual subiría esa última.

Está bien aquí tienes 3 po. Dije mientras dejaba las piezas en el mostrador para luego tomar las cosas, para cedérselas a Ragnar y que fuera saliendo. Lo cierto es que ha sido un placer y eres muy simpaticón, te auguro un gran futuro como mercader y con las mujeres picaron. Le dije esta vez saltando y abrazándole para darle un beso en la mejilla, mientras trataba de volver a recuperar las piezas de oro que puse sobre la mesa, aprovechando que seguramente a aquel barbudo no le habían dado un beso y un abrazo así en la vida.

-Problema? yo no usaría esa palabra a la ligera, si puedes hacer algo al respecto, hazlo, y si no puedes hacerlo, acéptalo... en ninguno de los dos casos hay realmente un problema, no te parece?- le contesta mientras camina en medio de los peligrosos callejones del barrio de las pulgas. Prefería lidiar con las ratas a tener que enfrentarse a algun bandido, así que se mantuvo atento y cerca del enano.

-Ya que mencionaste a esos otros seres, has visto alguno? si fueran animales los llamarías por su nombre como a las ratas, y si fueran personas los nombrarías aún con más detalle... de que se trata realmente? puedes estar seguro de que sea lo que sea no cambiaré de opinión respecto a colaborar contigo , después de todo he venido a hablar con el rey y os necesito-

Hum... a ver, estamos hablando de unas catacumbas, así que supongo que lo que he visto es lo habitual en las catacumbas antiguas: esqueletos, zombies... Sin embargo, reconozco que una vez si vi algo distinto: un ser pasando a toda velocidad, con unas patas similares a las de un canguro, unos brazos largos que le arrastraban por el suelo. Pero no parecía interesado en nosotros, se marchó y, creo, entró por la zona de la entrada de la gárgola, aunque no estoy seguro...

El mercader sonríe, pero cuando intentas coger las monedas, su mano se cierra en torno a la tuya. Creo que esto se queda aquí. Marchaos si no quereis que avise a los guardias.

Y diciendo esto, os señala la puerta.

Lo siento la costumbre me puede, no hace falta llamar a nadie. Así que me dirigí a la puerta y antes de cerrar le regale una elegante reverencia y un guiño.

Salí tras el grandullón, que llevaba todo. Volvamos con el resto antes de que piensen que te secuestre y me lleve el dinero je. Dije mientras seguía a mi titán, el camino me resulto fácil, Ragnar era como un ariete y abría hueco que yo aprovechaba para moverme, canturreaba una canción alegre, cuando vi a la Señora Mild, era la encargada de una casa donde se criaban huérfanos de la ciudad.

Hola Señora Mild, espero poder pasarme en un par de días a visitar a los chicos. La dije mientras le daba la mano con un par de monedas de plata, que ella tomo con algo entre alegría y vergüenza, pero ella sabía que siempre trataba de ayudar a los míos, la gente de abajo. Luego me uní de nuevo a Ragnar. Vamos titán que llegaremos tarde y nos perderemos toda la diversión.