Partida Rol por web

¡Crónicas de un villano decimonónico moderno!

Prólogo - Aquel día, en el Bosque Epping

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26/10/2021, 20:24
Mico

Después de ofrecerse como testigo, Mico corrió hacia las escaleras de la torre de asedio y las bajó casi brincando, de dos en dos e incluso algunas de tres en tres. Cualquier diría que era una galleta voladora y poco le faltó para caer de boca al suelo.

Cuando llegó junto al General Corazón de Oso escuchó en ese momento los halagos que el enorme úrsido le dirigía a la mujer china por su proeza digna de un acróbata. Mico no había llegado a verlo, pues en aquel momento había estado en la torre conversando con Robin Hood, pero por las palabras del General deducía que aquella joven de ojos rasgados había llevado a cabo toda una gesta y, por ello, Mico la miró con alegre admiración. ¡Mico tenía siempre alegría y admiración hacia todo el mundo!

Estaba a punto de responder con alegre ingenuidad al artificero Gepeto que no tenía que preocuparse por trampa alguna, que un corazón generoso siempre es más fuerte que blablabla, pero entonces aquel astuto zorro intervino en la discusión que se estaba dando entre Gepeto y Corazón de Oso.

El joven agalletado miró con otra renovada sonrisa de caramelo a aquel astuto vulpino de ascendencia indudablemente francesa (¿o quizá belga? Algo se estremeció en las harinosas entrañas de Mico al pensar en esta nefasta posibilidad). Lo escuchó ofrecerse valientemente a suplantar al General y vio con gran admiración cómo transformaba su aspecto como por arte de magia. Al presenciar aquello, los botones de caramelo que podían llamarse «ojos» de Mico se abrieron como si se tratara de dos enormes y redondas piruletas.

Luego, ante la pregunta de Renard sobre sus cejas, contestó:

—¿Espárragos? No, señor. ¡Son caramelos! ¡PalotesTM de manzana, señor! —exclamó con una enorme sonrisa en la cara—. Señor… ¿Cómo os llamáis? ¡Pero no podemos ser un triunvirato! Porque triunvirato significa «tres varones» y, en realidad… bueno, somos más bien un zorro, una dama y una… galleta humana…

Mico se encogió de hombros al decir esto último, casi con cierta vergüenza y tristeza, como si recordara que él quería volver a ser un joven normal. Eso sí, como hijo de marqués que era, el jovencito tenía una educación exquisita y bien sabía el significado exacto y el origen etimológico de la palabra «triunvirato».

—¡Pero no importa, señor! ¡Vamos allá!

Dijo resuelto el muchachito, recuperando la sonrisa.

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29/10/2021, 16:42
Renard

El zorro -que era un oso- abrió sus ojos esmeralda, atónito ante la exposición de aquella galleta parlante.

Mon Dieu! Je suis desolé! ¡He bajado la garde! Había escuchado hablar de croquetas karatecas, pero jamás pensé que existiesen galletas culturetas... Quelque chose! —dijo reponiéndose del pasmo al tiempo que se rascaba el mentón pensando dónde había leído sobre una croqueta cuya bechamel era tan elástica que le permitía la práctica ritual de las artes marciales—. Mi nombre es Renard Lobineau, bardo de matin y de soir, porque la realidad es que los de mi clase debemos mantener el espíritu inquieto para que no nos resulte elusiva la caricia de la Dama Inspiración. Enchanté, Micolette —dijo esbozando una sonrisilla algo canalla y estrechando la mano de jengibre del alegre Mico.

Aquella declaración casaba a la perfección con a potentísima aura de glamur que rezumaba aquel zorro -que era un oso-.

—Oh, Coller du PommeTM... ¿Cómo no lo habré imaginado? Perdonad mi error, mi agalletado amigo. Cierto es, somos una galleta pizpireta, un zorro -que es un oso- y una taciturna guerrera ninja. Bueno, ¿Qué podría salir mal? —inquirió encogiéndose de hombros y soltando una risa muy agradable.

Giróse a Corazón de Oso -que seguía siendo bastante oso desde que comenzó la aventura- y llevándose su mano cerrada en un puño al pecho, dijo:

—Mi General, confíe en nosotros. Distraeremos al enemigo con nuestra astucia y superior ingenio. Creo que con esta guerrera de ojos rasgados y este etimólogo de dulzón aroma capilar puedo afirmar que me siento seguro —dijo rodeando la cintura de sus dos compañeros con sus enjutos y fibrosos brazos.

—Psss... Alors, no podemos ser un Triunvirato, pero quizás sí un Galletato, ¿no? Quiero decir, un goloso -Ahem, moi-, un bombón... —miró de reojo a Mulán y jugueteó con las cejas antes de volver a mirar a Mico—. Y un bizcochito de jengibre. ¿Qué te parece, Micolette?

Notas de juego

Mensaje por amor al arte ^^

Dejo esta tarde para que nuestra Mulansia nos diga algo, que me consta que lleva una semana de lío BRÜTAL y mañana ya avanzo la escena ;-)

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30/10/2021, 09:16
Mulán

Mulán observó con los ojos cargados de curiosidad a Mico. Era la primera persona comestible a la que conocía. Por un instante, se observaron el uno al otro. El tiempo que había residido en Arcadia le había enseñado a la joven que cualquier cosa era posible. Una idea extraña cruzó por su mente fugazmente. ¿Será una galleta rellena de frambuesa? A lo mejor si le disparaban sangraría mermelada. Estaba a punto de preguntarle a aquel valiente joven su nombre cuando el zorro hizo su aparición estelar, exponiendo su plan y convirtiéndose en una réplica exacta del General. 

—¡Por las barbas de Pangu! —exclamó sobresaltada al observar tan impresionante transformación. Con la boca abierta, Mulán se acercó al otrora zorro Renard y posó la mano sobre el pelaje del enorme úrsido con la sensación de que se desvanecería bajo su palma—. Huli jing...—susurró con una mezcla de inquietud y admiración. Si aquel espíritu estaba de su parte tenían posibilidades de lograrlo. 

Sin embargo, Mulán observó muy erguida y seria a Mico cuando mencionó que ella era una dama. Sus padres habían intentado convertirla en una joven casadera. Durante meses había acudido a la Academia para Señoritas Casaderas de Mrs Chen donde habían intentado enseñarle a servir el té, a cocinar, a coser y a ser una buena esposa. Había suspendido en todas las ocasiones y aquello se había convertido en una lacra para su familia ya que no habría hombre que aceptara para casarse con una joven que no hubiera superado con éxito el curso. 

Señor… ¿Cómo os llamáis? ¡Pero no podemos ser un triunvirato! Porque triunvirato significa «tres varones» y, en realidad… bueno, somos más bien un zorro, una dama y una… galleta humana…

—¿Cuál es tu nombre, joven galleta? Mi nombre es Fa Mulán, hija de Fa Zhou, portadora de Jiang Go, capitana del ejército Chino y azote de Sun Wukong. Al igual que Renard ha demostrado ser mucho más que un zorro, yo estoy lejos de ser una dama. ¿Qué hay de ti? Te has ofrecido voluntario sin dudarlo para una misión de alto riesgo. Apuesto a que debajo de esos botones de caramelo late el corazón de un guerrero. Así que sí... Dejemos que piensen que solo somos un zorro, una dama y una galleta humana.— los ojos de Mulán brillaban ante la inminencia de la acción y sonrió con calidez y cierta picardía al joven hecho de jengibre. 

Girándose hacia Renard la joven se llevó el puño cerrado al pecho justo sobre el autógrafo del bueno de Sir Valadir. —Renard, será un honor ser tu escolta en esta comitiva si el General da su beneplácito. Creo que este plan podría funcionar, Señor. El espíritu llamado Renard conseguirá sin duda confundir a nuestros enemigos y tal vez sembrar en sus corazones el temor y la duda.

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01/11/2021, 13:48
Mico

—Oh, un bardo, señor Lobineau, ¡pero qué interesante! Debería usted cantarnos una canción. ¡La canción del Galletato!

Después, todavía con la sonrisa en la boca, respondió a la guerrera china.

—¡Mi nombre es Mico! —respondió el joven casi gritando, rebosante de entusiasmo—. ¡De Micomicón de la Fleury du Bois! ¡Es un placer conocerla, Fa Mulán! ¿Capitanaaaaa? —preguntó sorprendido, abriendo de nuevo mucho sus ojos—. Yo sólo soy el tercer hijo del marqués de Micomicón y quiero defender Arcadia porque ¡es el lugar más hermoso que existe en el universo!

Terminó estas palabras con otra gran sonrisa de caramelo en su cara, dispuesto a avanzar con aquel oso-zorro y aquella guerrera hacia el parlamento con los odiosos duendes rojos.

—Si la cosa se tuerce, tengo preparadas mis flechas de mazapán —les dijo a sus dos compañeros en voz baja, haciendo un guiño con uno de sus ojos de caramelo.

Notas de juego

Una respuesta breve para contestar a los compañeros de Galletato XD

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01/11/2021, 17:50
Renard

—¿Huli… Jin? —preguntó Renard muy confundido por aquella especie de lengua tonal que hablaba Fa Mulán—. Solamente soy un zorro, mademoiselle. Uno con muchas habilidades, pero un zorro al fin y al cabo —mintió, admirando la perspicacia de la guerrera china.

Pensativo, Renard se atusó los bigotes bajo su disfraz considerando lo doloroso que podría resultar un mazapán lanzado a distancia tras aplicarle un poco de tensión manual desde un arco. Como broma, le pareció excelsa; pero aplicarla como arma para un campo de batalla decimonónico y moderno le pareció una temeridad solo a la altura de Micoleto, el galleto coqueto.

—Este equipo rebosa actitud. Cierto es, Micolette, que habré de componer la chanson du Galletaire, pues. Dadme tiempo que examine vuestras hazañas y la iré perfeccionando con alegría y profusión —afirmó muy sonriente.

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01/11/2021, 17:51
Tío Ed

Tras un instante cogitabundo, Corazón de Oso aceptó la propuesta de Renard. Aunque el zorro era por naturaleza un ser taimado e intrigante que profesaba un entusiasmo excesivo por el ardid, el chiste y la triquiñuela, era un orgulloso arcadio que jamás dejaba de lado a sus congéneres. Quizás él, más que ningún otro, pudiese ganar ese valioso tiempo para que el contingente arcadio sumase más efectivos a la contienda.

—Sea —dijo el General tras un profundo suspiro—. Confiaré en tu legendaria habilidad para el engaño y aguardaré vuestro regreso inquieto, sabiendo que pierdo a una intrépida y valiente guerrera, a un noble ser de gran corazón y al mejor impostor que tengo en mis líneas.

>> Volved sanos y salvos. Es una orden.

Cuando la zarpa de Corazón de Oso cayó sobre los hombros de los elegidos a modo de despedida, un peso mayor que el del descomunal brazo del úrsido se precipitó sobre ellos. Ahora eran mensajeros de su gente, elegidos para avanzar por el Epping hasta avistar a los invasores llegados de la Región del Terror.

Funestas dudas sobrevolaron momentáneamente al trío, sabedores de que se aproximaban a lo desconocido, pero ni el ánimo de Mico, ni el optimismo de Renard, ni mucho menos la ardorosa bravura de Mulán permitieron a tales dudas hacer mella en sus corazones.

Sin más, avanzaron al corazón del Bosque Epping.

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01/11/2021, 17:52
Renard

En las profundidades del bosque, las hojas de los árboles habían adquirido un tono rojo más propio de la sangre coagulada. El Epping, a todas luces, parecía deprimido. Gemía un viento atribulado, como si toda la vegetación temiese un sanguinario e inevitable desenlace en el horizonte. Los árboles se retorcían y estiraban las ramas hacia el cielo, como si deseasen evitar que el sol de la mañana fuese testigo de cualquier atrocidad que pudiera cometerse en su interior. Y aunque el bosque se oscureció al cabo de un trecho, la luz solar se filtraba escurridiza entre las extremidades de los altos robles bañando de una tenue luz rojiza la tierra, las rocas y la hierba.

Renard mantenía su mascarada acompañado de sus dos escoltas, algo que agradecía porque aunque distaba mucho de ser un lego en combate, su especialidad residía en el juego de palabras y su más afilado estilete se hallaba al abrigo de sus colmillos. Según progresaban en el trayecto, decidió tranquilizar a sus compañeros con un poco de conversación ante las advertencias nada halagüeñas que profería el cada vez más lúgubre Epping.

—Supongo que si sois capitana del ejército chino, sabrás defendernos con tus espadas, ¿verdad, Mulán? He escuchado que las artes marciales de vuestra patria permiten al conocedor de las mismas acabar con ingentes cantidades de enemigos siempre que estos se presenten a recibir su tortazo de rigor en un escrupuloso orden de uno en uno. Cáspita, ¿tan poderosas son? —preguntó a la guerrera que marchaba a su lado, su ironía camuflada bajo una encantadora sonrisa—. ¿Y dónde queda esa región? No me suena haberla visto en el último mapa cartografiado por el insigne explorador Magallanes Jabberwocky…

Luego quiso entablar diálogo con Mico, al que dirigió una pregunta muy vulpina.

 

—¿Y tú, Micolette? Debo decir que en todos mis años de aventurero jamás oí hablar de un galleto tan valiente como tú, mon ami. ¿Eres acaso hijo del legendario Hombre de Jengibre? No recordaba que fuese oriundo de Micomicón de la Fleury du Bois…

Mas antes de que Mico pudiese replicar, una vocecilla chillona clamó a pleno pulmón.

Notas de juego

Para que podáis narrar con facilidades, este zorro tiene dos particularidades narrativas:

1) No se le puede engañar. Nunca.

2) Nunca se sabe cuándo miente y cuándo dice la verdad. Esta es la razón por la que Renard es un solitario: nadie confía en él.

En vuestra mano está tejer la relación con los personajes que os salen al paso ;-)

En este caso, está indagando en vuestro pasado, pero es una forma de que, además, Mulán y Mico se conozcan un poco más.

Es astuto este zorrito, sí... ¿A quién me recuerda?

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01/11/2021, 17:55
Baba Yagá

—No es una simple galletita, zorro tontín. Es un muchachito recubierto de jengibre. Sobre él pesa una oscurita maldición que le impedirá recuperar su forma no photoshopeada hasta que conozca a su amorcito verdadero y consiga ligársela sin ningún tipo de truco o trato. ¡JIAAAAJIAJIAJIAAAAAA-AAAAAARRRRGHGLGLGL!

La vocecilla estridente provenía de una anciana horripilante y encapuchada que nadaba con más pena que gloria en un vial que colgaba del cuello del joven Mico. El vial contenía un poquito de agua sobre la que pugnaba para no ahogarse la susodicha abuelita arrugada.

A juzgar por la maldad que destellaba en sus ojos febriles, debía tratarse de un claro caso de bruja encapsulada. Un abalorio de lo más chic dentro de las nuevas tendencias de otoño-invierno.

—…Algo que no sucederá antes de que yo salga de aquí —concluyó amenazante al emerger empapada del agua, mirando con un enorme ojo velado por las cataratas al portador de su prisión y alzar un brazo poseído por un tembleque al tiempo que gritaba fuera de sí—. ¡Y esa está demasiado flacucha para ser princesa! ¡JA! ¡Y está estreñida de comer tanto arroz! ¡DOBLE JA! ¡JA! —señaló a Mulán mientras se masajeaba la punta de la nariz, dolorida sin duda por algún trastazo que había dado durante el chapoteo.

Notas de juego

Si no mañana, el miércoles tempranito sigo. Me gusta daros margen para colar vuestras respuestas y no colapsaros el sistema XD

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03/11/2021, 13:31
Mico

El Galletato se adentró en el bosque, cuyo espíritu algo sombrío aquel día no conseguía hacer mella en el buen ánimo de Mico, quien avanzaba con alegría, confianza y honrado por haber sido elegido para tan alta misión. Miró con atención a sus compañeros, escuchando la conversación que el zorro convertido en oso les daba. Él tampoco sabía dónde estaba esa tal China, así que esperaba con ansias la respuesta de la guerrera Mulán.

Cuando Renard le preguntó a él sobre su origen, sin embargo, no tuvo tiempo de contestar, pues la brujita se le adelantó con su habitual tono hiriente. Mico frunció el ceño al escucharla y, tomando en su mano el vial que llevaba colgado, le habló a Baba Yagá:

—¡Calla, brujita, calla! ¡Oh, que eres pertinaz y grosera!

Miró a sus acompañantes tras decir esto con algo de pudor.

—Disculpad, amigos, esta maleducada es Baba Yagá, una brujita de toscos modales. Pero dice la verdad, pues yo era un muchacho humano hasta que ella me engañó con sus malas artes y me introdujo en su horno, convirtiéndome en galleta de jengibre y lanzándome una maldición: que sólo volveré a ser humano cuando encuentre el amor verdadero. Pero yo, en realidad, a quien ando buscando es a mis hermanos, que hace un tiempo salieron de casa en una expedición imposible y nunca volvieron. Temo que se hayan perdido en las profundidades arcadias o, peor, que hayan caído en alguna grieta de La Pesadilla. Oh, qué espanto. Pobres.