Partida Rol por web

Bernini entra en el almacén y empieza a hablar con algunos de los hombres allí presentes. Hace llamar a otro y les da ordenes simples, se mueve bien como capataz de aquella gente tan distinta al señor Giovanni que acababas de conocer.

Luego de intercambiar varios recados ves como los hombres le señalan a fuera y es entonces cuando el hombre sale a la calle en dirección al grupito de vástagos que allí había reunido.

Por la calle aparece Bernini, caminando ruidosamente como solo un mortal podría hacerlo y con prisas. A pesar de haber pasado más de una hora, calculáis que no se ha retrasado más de lo estipulado. 

El hombre os cuenta con la mirada entornando los ojos sobre el grupo que formáis como si algo no terminara de cuadrar del todo. Por supuesto, no queda rastro alguno de Madame Cloaca por ningún lado.

 - Bien, ya he vuelto. Estoy listo.

La actuación y el aura de Mario Giovanni me han dejado sumamente intranquilo, sospecha algo sin duda. Esto hace que no aparezca todavía, y desde la boca del callejón agudizo mis sentidos al máximo en busca de algo fuera de lugar

Ummmm... es una buena información. Y gratis. Así que, ¿es mentira? Pero que les estuvieran denegando ayuda podía pasar, no es que fuera la primera vez que grandes figuras estuvieran en su contra.

-Pues muy bien. Gracias por la infor- -echó mano al cinto, recelando- Qué coño pasa.

¿Boicot Giovanni (no habían sido demasiado discretos) y ahora gente acercándose? ebía haber sido una trampa del jodido romanini que les había vendido...

-¿Ha habido algún problema?

Madame Cloaca no debía haberse ido muy lejos. Y bastante que se habían enterado de eso sin que les sacara pago, porque no pensaba buscarse los favores para que trabajara en contra de TODOS los Giovanni de la región, o estaría penando siglos.

No esperaba una respuesta tan rápida ni aparentemente tan sincera tan fácil de la boca de la Nosferatu, pero el final de sus palabras me había intrigado. Cuando me preparo para responder, ella desaparece sin dar tiempo a nada, y aparece de nuevo aquella lacra pestilente a la que Giani había prometido convertir en cainita.

Me quedo callada, pues tenía mucho en que pensar, sobre todo en porqué buscaban exactamente a Jäger y a Sav esos Giovanni. A saber que habían hecho. No podías dejar el sigilo en sus manos, eso estaba claro.

Compruebo brevemente mis pertenencias, que oscilan entre poco y nada. Al parecer al final íbamos a hacer ese viaje, y yo con mis manos desnudas.

Sólo esperaba que el ataque de los Giovanni fuera en base a una subestimación de nuestras capacidades...

En efecto, tus sentidos detectan algo fuera de lugar. Con el olfato magnificado hueles como se desvanece un hedor a podredumbre o más bien notas como se mueve y se aleja calle abajo hacia el Tíber.

Las expresiones de tus compañeros allí de pie no parecen haberse percatado de tu presencia, sin embargo buscan algo o alguien en dirección opuesta al almacén pero allí no hay nada. Ni una mísera rata se mueve en la calle oscura.

Bernini sin estar muy seguro de si las palabras de Jäger se dirigen a él, mira hacia atrás por encima de sus hombros y cuando ve que no hay nadie y ninguno de los presentes responde, se percata de que la pregunta solo podía ir dirigida a él.

- Ningún problema, no. Esto... ¿Qué ha pasado con el chico con quién había hecho el trato?

El capataz alza el cuello mirando detrás vuestro y curva los labios en una expresión de: no lo veo por ninguna parte.

Bernini parece estar poniéndose nervioso por momentos.

Como si fuera mi señal de entrada salgo de las sombras a la espalda de Bernini

-pero si he estado contigo en todo momento amigo Bernini-

La sorpresa del hombre es divertida y lo doy un momento para que se recupere

-que amo tan terrible ese Mario Giovanni, y que actuación tan notable la tuya. Pero creo que sospecha, no se cuales serán tus planes pero te recomendaría dejar Roma cuanto antes-

Ya mas serio miro alternativamente a los extremos del callejón

-podemos confiar en Bernini plenamente, y deberiamos concluir nuestros asuntos en Roma cuanto antes. Creo que habéis tenido alguna visita ¿no? hay cierta... fetidez por aquí-

Salgo de la oscuridad sacudiendome el polvo de la ropa .Pues si ya sabemos lo que hay cuanto mas tiempo estemos aquí mas riesgo .Señalo al humano sudoroso.Hay que irse  ya Bernini , si es posible esta misma noche  .

- La Ruta. - exijo extendiendo la mano hacia el humano.

El mercader se sobresalta de repente al oír la enigmática voz de Giani a quién no había visto por ninguna parte hasta entonces, después parece calmarse por segundos ante los halagos que el malkavian profiere.

Sus ojos se mueven de User a Sav, alerta a todos los detalles.

- El mapa esta dentro del almacén. Primero mi parte del trato.

Ahora el mortal mira fijamente a Giani, con la ambición dibujada en el rostro.

- No tientes a la suerte - digo mirándolo fijamente. Dame el mapa ahora.

Tras la petición de Bernini sonrio y niego con la cabeza

-me temo que el abrazo te dejará incapacitado durante algunas horas. Y ahora mismo el tiempo es esencial. Podremos hacerlo tan bein aquí como ya de camino fuera de Roma-

- ¿Cómo? ¿Ir con vosotros?

el hombre duda unos segundos ante la inesperada proposición.

- Está bien, de acuerdo. Venid. 

Bernini os guía de nuevo al interior del recinto donde llama a uno de los operarios con quien Giani le había visto hablar hacía solo unos minutos. El trabajador parece entregarle algo, un rollo de pergamino que sin duda debe tratarse del mapa con la ruta que ha seguido Ambrogino.

- Aquí tenéis.

El capataz os extiende el pergamino enroscado con discreción.

Con 2 éxitos:

Spoiler (marca el texto para leerlo):

3 éxitos:

Spoiler (marca el texto para leerlo):

4 éxitos o más:

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Ya me estaba acercando al cuello de Bernini dispuesto a acabar con él en caso de que se pusiera pesado pero al final entra en razón .Bien , pues aligeremos .Según me alejo echo un vistazo de reojo al mapa mas por curiosidad que por ser un entendido en al materia

Por un instante observo el mapa tendido por el humano. Tras esto miro al Setita y asiento. - Pongámonos en movimiento.

Hacia tiempo que me impacientaba. Quería salir ya en ruta y la presencia de aquel tipo me asqueaba. Yo también me sorprendo ante la noticia desagradable de que nos va a acompañar, pero no me queda otra que callarme. Seguiré en silencio y apartada como hasta ahora. Este no es mi escenario.

Pero cuando extiende el mapa, no puedo evitar echar una ojeada. Hacia mucho que no ojeaba cosas interesantes. Mis tiempos de estudio hacia décadas que habían quedado atrás.

- Deberíamos irnos cuanto antes. - comento, mientras sigo ojeando el mapa.

O no me fijo o no me importan las diversas reacciones ante mi idea de que Bernini nos acompañe ya que actuo con indiferencia, mas interesado al parecer por las mercancias acumuladas a lo lejos que por lo que ocurre entre nosotros.

Aun así cuando Bernini muestra el mapa me uno a los que lo miran

- No os volváis locos averiguando si la ruta nos expone más de lo recomendable. Ahora que el buen Bernini nos acompaña seguro que tendrá cuidado de que no nos pase nada. Si así fuese, su recompensa no se vería cumplida. Más aún... si nos traiciona le arrancaría la cabeza en un santiamén.

Milos rió con ganas su propio comentario. Salir de la ciudad y regresar a los campos le acercaba a su naturaleza más primigenia. Su carácter errante afloraba y, por lo tanto, la idea de un viaje a tierras que no conocía, le resultaba tremendamente excitante.

- Vamos... tomémonos esto con un poco de humor. Somos amigos, ¿verdad?

Dicho esto soltó una última risotada que debiera rubricar la ironía latente en la frase.