Partida Rol por web

User llega al salón principal donde se encuentran Giani y Aricia conversando. El primero parece acabar de tomar asiento.

Sigues al criado por los intrincados pasillos, mantienes una distancia de seguridad y procuras ser sigiloso para no ser visto. Al final de un pasillo, oyes como el hombre da un par de toques con los nudillos a una de las puertas. Alguien al otro lado le abre, a los pocos minutos vuelve a salir y se pone a caminar en la dirección por la que había venido. Se mueve hacia donde te encuentras tu en estos momentos.

Busque rápido un lugar donde ocultarme igual alguna habitación, para dejarle pasar y ver quién era el que se ocultaba en esa habitación. Si no tendría que hacerme el tonto y andar de vuelta, hacia el comedor, al menos ya sabía dónde tenía que ir luego a esa habitación donde se ocultaba alguien.

Total tenía permiso para andar por el lugar, nadie me había restringido nada.

Milos abrió la puerta con sigilo. En realidad quería husmear, sin mayor destino que el de hacerlo libremente sin que unos ojos le observasen o unos pasos le guiasen el recorrido. Aquel lugar, en verdad, resultaba fascinante... un grupo de cainitas de diferentes clanes viviendo en cierta "armonía" y que parecían llevar allí tantos como las piedras que conformaban el edificio. Por descontado que todo aquello ocultaba algo. Y, aunque el gitano no albergaba esperanzas de encontrar algo que así lo revelase, igualmente no por ello iba a dejar de fisgar. Seguramente la perfidia que allí se cuajaba moraba en las almas de los vampiros y no en una cámara secreta. Pero los años habían sido tantos y las cámaras secretas tan frecuentes que destaparlas se había convertido en la manera natural de actuar.

El pasillo parecía fácil de recorrer. No parecía que el lugar tuviese demasiado trasiego. Sin embargo su condición le confería cierto aire despreocupado y natural. Si era sorprendido no habría sospecha de mala praxis por su parte. Simplemente de un normal deambular. Pero la capilla habría de ser su destino. ¿Encontraría allí a alguien? Burlar los sentidos de los siervos no sería fácil pero aquel monasterio estaba plagado de cainitas. Tener cuidado no iba a bastar.

Saludo con la cabeza a Jäger mientras se va, sin responder con palabras.

Me encamino hacia la sala y al ver que Giani toma asiento, busco alguno cercano a él. - Mi velada con Lady Melisandre fue de lo más... especial. - comento, dejando un par de segundos antes de elegir la palabra, a falta de una mejor. - Quizás os llevéis bien con ella. Parece tener una fijación y deseo con los ángeles, inclusive con la creación de ellos. - digo, con una sonrisa en los labios.

Al ver llegar a User me giro hacia él. - Buenas noches. ¿Vos también tuvisteis un anfitrión extraño? Esto me recuerda a aquella cena en Stavlaquia hace doscientos años...

-¿creación de ángeles?- sonrio por la idea, totalmente extraña aunque fascinante

-la conversación con Lady Meridie fue interesante, me parecio entender que trato sobre la naturaleza de la bestia y la sociedad vampírica-

El último comentario de Aricia hace que mi rostro se ensombrezca, recuerdo demasiado bien aquella última cena

-esperemos que en esta ocasión no formemos parte del menu. En cualquier caso, luego ire a ver a su bibliotecario, Mendel. Supongo que Ambrogino, habiendo robado un valioso tomo, lo visitaría tambien. Tal vez para consultar alguna referencia, o por necesitar alguna traducción, es la única razón por la que creo que se detendría aquí en su huida-

Devuelvo el saludo con una inclinación de cabeza para sentarme y relatar mi experiencia.Esa cena y la conversación de ayer no estuvieron muy alejadas .He de reconocer que me volvi a sentir un ignorante neonato que apenas sabe nada del mundo y francamente solo saque una cosa en claro :sus creencias son peligrosas y hacen que  me sienta incomodo en su presencia .Dicho esto volvere a intentar hablar con ella y solo espero que mi voluntad sea lo bastante fuerte para no saltarle al cuello..Miro a nuestro alrededor .Y los demas ?

La capilla parecía un lugar sumamente austero en comparación con el resto de la edificación, pero era precisamente aquella sencillez la que te había llamado la atención al pasar a su lado por primera vez la noche anterior. El misterio la envolvía y si había una cámara secreta en algún lugar, tenía que ser allí.

La pesada puerta de madera suelta un gemido al abrirse que consigues atenuar poniendo toda tu atención en el resto de su recorrido. El interior se encuentra en un sepulcral silencio y huele a polvo y humedad.

Te estabas fijando en las manchas que dibujaban los rayos de luna al filtrarse por el hueco de la gran ventana sobre la puerta, cuando con un golpe seco tu pierna topa con uno de los viejos bancos de madera que chirría contra el suelo y cuyo golpe causa un gran estruendo en medio del silencio total. Por suerte tuya, el lugar está completamente vacío.

Tu primer pensamiento es que no vas a encontrar nada especial en este recinto abandonado y entonces, cuando das la vuelta al altar: ¡bingo! Justo lo que estabas buscando. unas escaleras viejas y semi-escondidas descienden hasta lo que parece una cripta antigua.

Bajo el santuario se encuentra el osario. Aquí descansan amontonados en pulcras pilas y en algunos nichos y vasijas los huesos de monjes muertos hace mucho tiempo, con el premio más macabro al final: una sala abovedada con múltiples cuerdas hechas de calaveras colgando del techo y un enorme colgante central en forma de lámpara de araña confeccionada totalmente por huesos humanos.

Hay una puerta de madera con refuerzos de hierro al fondo y frente los huesos, una figura arrodillada que solo alcanzas a ver perfilada entre las sombras.

 - ¿Has venido de puntillas a contemplar la muerte?

La voz procede de la figura arrodillada, pero ésta nos e mueve ni un milímetro, ni uno solo de sus cabellos se balancea al pronunciar las palabras de espaldas a ti, en la penumbra. 

Retrocedes rápidamente unos pasos al ver que el criado que había entrado vuelve salir al cabo de unos minutos, y en una esquina te apoyas silenciosamente tras una columna. El criado tuerce hacia el otro lado sin percatarse de tu presencia.

Mientras charlais os percatáis que Aricia brilla especialmente hermosa esta noche. Sus vestimentas elegantes y la piel limpia no tienen nada que ver con el aspecto de la mujer aventurera que os había acompañado durante todo el viaje.

Conseguí evitar al criado, viendo cómo se alejaba me acerque a la puerta de donde había salido. La mire espere un rato pensando en cómo entrar sin ser visto, pero lo veía difícil. Por lo que solo me quedaba la opción de abrir la puerta y comprobar con mis ojos que sucedía dentro “No me andaré por las ramas perdiendo tiempo en una estrategia si puedo entrar por la puerta”

Así que abrí la puerta para ver que ocurría “Total estoy buscando mi habitación” Seria la excusa a usar, si había alguien en su interior y me increpaba.

Empujas la puerta un par de veces por inercia pero ésta no cede. En lugar de ello se oye un sonido seco, como si estuviera atrancada por el otro lado con un pestillo o una llave. La puerta se abre después de ello.

 - ¿Si? eres... uno de los invitados.

El hombre que aparece al otro lado es verdaderamente repulsivo. Su piel azulada y macilenta es una masa de feas cicatrices y quemaduras. Su visión es bastante pobre, por lo que tiene que acercarse mucho a ti para ver tus expresiones y debido a esa indeseada proximidad sientes el extraño olor que desprende, como a carne quemada.

- Mis disculpas por no haber estado ayer a vuestra presentación. Confío en que estéis disfrutando de vuestro descanso. ¿Me buscabas por algún motivo?

“¿Qué eres?¿Que te ha pasado?” Me pregunte al ver ese ser, por lo visto podía ser parte de los que Vivian en el lugar, algún aliado herido. Pero el olor a carne quemada era horrible y más su aspecto.

Si soy uno de los recién llegados, estaba buscando mi habitación y escuche algún ruido de alguien andando. Luego mi olfato desarrollado me trajo hasta esta puerta. Le dije evitando mentir en la mayoría de lo posible. Pero el aspecto del tipo me resultaba más que incómodo.

Milos torció el gesto en una sonrisa socarrona. Igual le daba si su acompañante la percibía o no, la situación le divertía y él nunca desaprovechaba una oportunidad así para hacer un poco de chanza.

- Bueno... tanto como de puntillas. - la referencia al estruendo ocasionado apenas unos segundos atrás le divirtió. y, además, le parecía sumamente apropiado desarmar las frases hondas y rimbombantes con episodios cotidianos llenos de la ironía que sólo la vida puede proporcionar. - Aunque lo cierto es que esto es... aterrador y hermoso a partes iguales. ¿Qué haces...? ¿A quién rezas...? ¿Acaso crees, como el bueno de Giani, que existe un Dios que nos odia y nos condena cada día de nuestras no-vidas?

El gitano deambulaba con su particular danza traviesa. Observaba aquí y allá como si absolutamente todo llamase poderosamente su atención. Palpaba aquí y allá... se acercaba a la puerta de los barrotes y, por ende, a la mujer que le hablaba desde las sombras...

- Ummmmm... - parece dudar, no sabes si porque no sabe muy bien qué decir o si tiene dudas sobre la verdad de tus palabras- Esta bien.

termina su musitar con esa afirmación como si acabara de decidir algo.

- Me llamo Mateusz Gryzbowzky.

Te alarga la mano en signo de buena voluntad

- ¿Puedo hacer algo por ti?

Bueno mi acción de omitir cosas parecía dar algo de fruto al menos no se me había lanzado al cuello. Respondí a su ofrecimiento dándome la mano correspondiéndole.

Encantado soy JÄger. No se igual molesto, se supone que sus compañeros como los míos investigan algo, pero se ve que les debo molestar y me dejan algo aislado. Le digo mostrando algo de pesar por ello. Además igual desea descansar.

No quería resultar molesto por ahora ya me valía con saber que había alguien del que al menos yo no sabía.

- Medito y aprendo,- la mujer se levanta recuperando su porte altivo - lo que se suele hacer en los monasterios.

La seguridad con la que se mueve no es la habitual de una dama; además no se incomoda ante tus preguntas, aunque tampoco parecen divertirla. Simplemente las recibe con cínica indiferencia.

- Pero tu no has venido aquí a meditar, ¿o si?

sus ojos claros se levantan y te hielan con la mirada.

- Todos creemos en algo, solo que algunos lo admiten y otros no - te interpela con la mirada al referirse a este último grupo - Dios es una respuesta demasiado fácil. Si me dices en qué crees tu, puede que te cuente mi versión al respecto.

Sus deformadas facciones parecen expandirse en señal de sorpresa y regresan a la normalidad en seguida para responderte meneando la cabeza.

- Si.. podemos ser una panda de intelectuales cascarrabias a veces, es producto de la reclusión supongo.

El hombre mira hacia arriba para encontrar tu mirada

- En realidad, ahora iba a salir.

Responde a tu pregunta y prosigue con una propuesta

- Te puedo explicar qué es lo que investigan a cambio de algo de información por tu parte. Si estás interesado, claro.

Información a cambio de información parecía justo y además podría echar algo de luz sobre la situación.

No creas seguro es que yo soy algo tozudo. Comente con una sonrisa. Está bien me parece un trato aceptable y justo, pero no sé yo si puedo aportar mucho. Le dije con sinceridad, no le engañaba apenas sabia cosas que yo viera útiles al menos.