Partida Rol por web

Me giro hacia Mendel cuando muestra ese renovado interés. También me fijo en que no desmiente cuando nombro la casa Tremere.

Supongo que habrá un representante de cada clan en este monasterio. - Pienso, curiosa, pues seguía sin entender el porqué de esa coincidencia. En el pasado, una cábala similar se había reunido representando a cada clan para acabar con un clan entero. ¿Tendría este grupo un fin tan elevado como aquel?

Dudo que sea realmente lo que buscamos. - digo, sincera, acercándome a ojear el libro. - Pero me parece igualmente interesante lo que puedas enseñarnos.

Terminados los cánticos, Intisar se inclina ante el altar y empieza a susurrar de nuevo. A los pocos minutos, la luz de la cámara disminuye sutilmente y te embarga una leve sensación de intranquilidad. 

Una voz que conjura imágenes de polvo y oscuridad se filtra entre las piedras. El altar parece especialmente envuelto por ella.

"¿Qué me dices, devota?"

Distingues maldad en la voz que habla.

- Muchas noticias, exaltado

Replica Intisar con el rostro todavía bajo. La vampira empieza a referir los últimos acontecimientos

- Esos vampiros han pasado la noche en el monasterio, todos pertenecen a un clan distinto o eso me ha parecido. Buscan algo, pero no dicen el qué. Quizá valdría la pena explorar sus capacidades como posibles avatares. Hay uno en particular: User, el egipcio. Me ha hecho preguntas. Está orgulloso de su linaje y la senda del guerrero que ha elegido.

Oyes como la voz susurra en tono de aprobación

"El halcón se cebará pronto en la serpiente, gracias a esta fiel. Sólo hace falta un cuerpo apropiado para el avatar que lo ocupará."

- En absoluto,

responde el hombre con tranquilidad

- Se trata de un ghoul a mi servicio, le he enviado a Nuremberg por negocios.

- Por supuesto,

responde el hombre a Giani dejando el libro en sus manos

- Hay otras copias y versiones, pero a esta le tengo especial aprecio.

El malkavian lo abre y ojea como un verdadero entendido en la materia, sin embargo sus conocimientos le impiden entender mucho de lo que allí figura. Se trata de una especie de poesía épica al más puro estilo clásico, algunas palabras son rocambolescas y antiguas, y relatan algún tipo de epopeya en verso.

Al ver el interés de Aricia el hombre la invita a conocer su más reciente trabajo

- Estoy elaborando una de las primeras... o quizás la primera gran enciclopedia vampírica.

En el libro puedes leer varios nombres de personajes y clanes, justo en la página que se encuentra ahora reconoces escrito "Meridie de Chancie" 

No sabía si creerle o no, pero mostrar mi desconfianza ante él y sin pruebas podría tomarse por un desprecio y al final era su invitado, por lo que me guarde cualquier comentario sarcástico.

Vaya espero que le vaya bien los negocios ¿Por cierto que tal descanso?  Comente para quitar hierro y tensión a la situación, pareciendo amable.

La lectura no me resulta muy informativa, es evidente que me falta mucha base para entender lo que aquí se trata, aun así al encontrar una mención a Meridie de Chanci insisto en el texto.

De este modo comento sin apartar la vista del texto -una enciclopedia vampirica iría en contra de la Mascarada, ¿no es así?-

Tras leer el texto paso mis dedos siguiendo las lineas y me concentro en usar mi percepción al máximo

No se que pasa aquí pero habrá de intentar escabullirse ya que no estoy en condiciones de luchar esta noche y avisar al resto .Es lo único que que acierto a pensar ante tamaño desproposito porque no entiendo lo que pasa pero si se que ella no es una seguidora de Set o ahora ya no lo es.

- Bueno... los negocios siempre van bien y mal, lo importante es diversificar lo suficiente las inversiones para estar presente ante las oportunidades realmente buenas y apartarse a tiempo cuando aparecen las astas del toro.

El hombre se ríe ante la ocurrencia que acababa de pronunciar

- Descansé bien, agradezco tu interés.

Me alegro por ello, por cierto ando buscando a un par de mis colegas a los que no vi. Le explico por encima la descripción de Sav y Milos “Veamos que cuenta” A lo mejor el los había visto o sabía algo o simplemente se cayara para no comentar nada.

Esperaba encontrar tanto a mis compañeros como a sus compañeros en el salón al despertar al menos a primera hora, para charlar algo, pero supongo que todos deben andar ocupados en sus temas ¿No? Comente.

- Ah si, hablé con este Sav anoche, fue de los últimos en retirarse y dijo que prefería enterrarse para pasar el día. Un tipo duro, eh? Hoy no he visto a ninguno de los dos que mencionas. Bueno, en realidad solo me crucé con Alfonse, dijo que iba a reunirse con Melisandre. Pero si, los demás suelen ocuparse con la caza, los negocios y... otros pasatiempos.

El hombre asiente y levanta la vista hacia el monasterio

- Si buscas a alguien en particular quizás pueda ayudarte a encontrarlo, me temo que el tiempo y la convivencia nos vuelve a todos "predecibles"

Igual era momento de hablar con el tal Alejandro, el que parecía ser él manda más del lugar “¿Cómo reaccionaría si le exponía que deseábamos partir pronto?” Pensé, aunque ese estilo de combate no era el mío, no era suficientemente inteligente, pero por probarlo no pasaría nada.

Bueno me gustaria hablar con Don Alejandro si es posible. Comente a Frazier

- Claro, veamos.

Frazier da unos pasos para acercarse a los establos, allí hay un hombre adulto y un chico joven ambos ghouls.

- ¿Ha salido Don Alejandro esta noche con la partida de caza?

La negativa con la cabeza del mayor es suficiente para tu acompañante que se gira sin molestarse en despedirse.

- Estará en sus aposentos, entonces.

Dice sin dejar de caminar. Sus pasos os conducen hacia el interior del monasterio, cerca del sitio en el que conociste a Mateusz, un par de puertas más allá, Frazier toca la puerta.

- Adelante.

Suena la voz grave de Alejandro desde el interior. Entonces tu acompañante empuja la puerta y pasáis a sus aposentos.

Estos son espaciosos y sencillos, pero algo en ellos rezuma un cierto aire señorial a diferencia de tu habitación o la de Mateusz, quizás sea la elegante mesa de ajedrez y sus fichas como pequeñas esculturas talladas en cuarzo militarmente ordenadas sobre el tablero.

- El chico quería veros Alejandro,- y girándose hacia a ti - ¿es preciso que me quede?

te pregunta

Al fin llegamos a la habitación del tal Alejandro, trate de memorizar el camino para el futuro, no pude evitar ciertas dudas y nervios ante aquello, pretendía dar un paso directo para ver que pasaba en el lugar y para llevar a cabo nuestra tarea, aunque igual eso era hacer despertar a una bestia. Entre y me mostré lo más educado que pude ante el anfitrión, parecía jugar a uno de esos juegos de nobles, los cuales siempre me parecían aburridos.

Por mi parte no hace falta Maese. Dije ante su pregunta, siempre prefería hablar en privado, con los menos oídos posible.

Buenas noches señor. Salude a Don Alejandro.

Alejandro levanta la cabeza del libro en el que estaba rasgando algunas anotaciones. Al mismo tiempo, Frazier se despide y desaparece siempre cordial.

- Ah, tu otra vez...

dice sin intentar ocultar la decepción y cerrando el libro entre sus manos para recostarse en su silla y mirarte en expectante silencio.

El libro esta impregnado de la esencia del viejo Tremere. Lo ves entre sus velas flotantes escribiendo sin descanso, su aspecto no ha cambiado ni un ápice en la escena que divisas, pero sin embargo sabes que se trata de un recuerdo lejano. El hombre ha estado trabajando en éste volumen por mucho tiempo.

Sonreí ante su actitud, sería tan amable con él, como el conmigo.

Si aquí estoy mi señor. Conteste a sus palabras. Gracias por recibirme, espero no molestarle mucho. Dije. Por curiosidad ¿Qué está usted estudiando? ¿Qué aspecto de nuestra naturaleza? Iría directo y dejaría que pensara que controlaba parte de lo que sucedía, o que sabía más de lo que realmente sabia.

- Vaya, - dice con cierto rintintín - al final has descubierto alguna cosa.

Su mirada fría y siempre por encima del bien y del mal se mantenía fija e inamovible. Con un movimiento de su mano te señala la silla en la mesa de ajedrez para que tomes asiento.

Si haces lo que te indica, él hará lo propio, levantándose de su escritorio para sentarse al lado opuesto al tuyo.

Bueno parecía haber llamado su atención, me hizo el gesto inequívoco de sentarme en ese lugar donde estaba una especie de tablero y piezas en él. Asentí y accedí a sentarme, cualquier cosa que fuera a pasar, sería lo mismo estando de pie que sentado y prefería evitar soliviantarlo por ahora.

Si aunque no creo que mucho. Dije modestamente, probemos para ver si la presa se enreda en el la trampa.

- ¿Conoces las reglas del juego?

Dice el hombre sentándose frente las figuras negras del tablero. Te habías presentado dispuesto a jugar a las frivolidades cortesanas y de repente te encuentras ante la invitación a un juego en el sentido más estricto y literal de la palabra.