Partida Rol por web

Dolor, dolor, mucho dolor era lo que sentía mientras esa voz hablaba, mi voz “Pero no es posible ¿O sí?” Aquello era extraño, desde luego no era normal. Sentia como la furia aumentaba en mi interior.

“¿Sera cierto que eso es lo que deseo?” Me pregunte, acaso era mi inconsciente diciendo la verdad. Pero no podía ser aquellos eran mis compañeros, no les haría daño. Gruñia, rugía de dolor y de rabia, algo pasaba en mi cabeza y no podía controlarlo.

Ahggg!!!! Grite un par de veces.

De repente se acaba, el silencio, la calma. Un alivio para mi ser, deje de aferrarme la cabeza, temiendo que aquello volviera. Entonces la figura que me hablaba y vi, me ofrece un martillo y clavos para acabar el trabajo.

“¿Sera lo mejor?” Siempre fui un animal, alguien dado a usar la violencia y ejercerla con gusto, a lo mejor si era realmente el cometido de mi existencia. Me pare unos segundos “Esa voz ¿Quién es? ¿Soy yo u otro?” Mire la figura.

Acabare el trabajo, pero lo hare a mi manera y porque yo quiera, no porque nadie me hable, nadie me ordene. Soy dueño de mi destino!!! La rabia resurgio pero enfocada a la figura, el autor del dolor, el causante de mi estado de antes y quien jugaba con mi mente.

Cargue con fuerza esperando acabar con él con mi hacha, estaba expuesto su posición no era de guardia. Vería lo que era mi rabia.

Lanzas tu hacheta contra la desprevenida figura y logras que impacte en plena mejilla de tu oponente. La carne se abre y deja expuesto el hueso mientras la cara de aquel hombre se desplaza a un lado por el golpe.

- !Eso es lo que eres!

Ves como frunce el ceño con un enorme corte que le ha destrozado la parte izquierda de la cara hasta la comisura de los labios.

Lanzas un segundo corte transversal con tu arma, pero este no conecta con el enemigo y te desequilibra dejando un flanco perfecto hacia tu cuerpo expuesto.

- ¡Rabia! ¡Odio! ¡VENGANZA!

De la nada, el martillo que te ofrecía aquel rival impacta con fuerza en tu costado, sientes como la fuerza del golpe se propaga por tus órganos internos y un punzante dolor de las costillas fracturarse.

Aquel hombre con tu cara te lanza un escupitajo de sangre

- ¿Y cuando hayas completado tu destino: la venganza? ¡¿Qué quedará de ti?!

Me gusto ver que al menos se podía herir a ese ser, pero su contestación me hizo ver que el también podía golpear. Sentí como varias costillas se partían en mi costado, eso me produjo que me desplazara un par de pasos para mantener la compostura. El dolor era intenso, instintivamente apreté mi brazo contra el costado dolorido.

Pero el ser seguía hablando, eso me enfurecía mas, no me gustaba pensar y menos en futuribles. Pues no lo sé, pero ya lo veré cuando la cumpla. Escupí al tipo “Si pretendes razonar conmigo siéntate”. Volví a cargar contra él esa vez apuntando a su cabeza, me había preparado anteriormente inundando mis músculos con sangre para aumentar mi velocidad "Al menos mi reflejo era un buen combatiente" Me dije como si eso me pudiera alegrar.

Cuando se cierra la puerta, un amortiguado ruido, casi como un maullido, se eleva del saco. Melisandre asiente ante tu respuesta y lo abre rápidamente empezando a susurrar naderías:

- Está bien, querida. ¡Que amorcito tan precioso!

Poco a poco emerge una cabeza rubia, y una niña de unos seis años la mira con fascinados ojos azules. Es muy guapa, de rostro angelical.

Melisandre la levanta y empieza a consolarla y hacerle mimos. Abriendo la tapa de un pequeño cuenco de porcelana saca unos dulces y se los ofrece a la niña que al principio no contesta a las preguntos, aparentemente aturdida por el cambio en su entorno, pero a los pocos minutos el hielo se rompe en parte y empieza a llorar.

- ¡Mamá! ¡Quiero ver a mi mamá!

- Pero cariño, ahora tu mamá está en el cielo. Se fue para ser un ángel.

La mujer se vuelve hacia ti de repente y te pregunta

- ¿A quién te recuerda esta preciosidad? ¿No es un perfecto angelito?

Melisandre asiente satisfecha por el hecho que aceptes compartir su regalo, pero su mirada se vuelve pensativa, como si fuera capaz de ver algo mas alla cuando sienta a la niña en su regazo, a tu lado en el diván.

- Tu mamá es ahora un angelito pequeña, ¿sabes algo de los ángeles tu? ¿sabes qué son?

Parece que la conversación de apariencia afable logra que la niña se tranquilice un poco y deje de llorar.

- Son... emm... gente que vive en el Cielo y lleva túnicas blancas y...

A pesar de los temblores, ves que la niña va sintiéndose cómoda al lado de Melisandre e incluso parece querer apoyar su cabeza en el pecho de la cainita mientras se pone el pulgar en la boca. Aunque no está cómoda, parece aceptar la situación.

Mientras la niña habla, Melisandre parece alejarse todavía más.

- ¿Qué crees tú que dicen los ángeles?
Su mirada a estas alturas esta completamente perdida, pero esta vez no pone el tono infantil con el que hablaba a la niña, asi que intuyes que la pregunta se dirige a ti

Una vez satisfecha con las respuestas acerca de los ángeles, Melisandre besa sus rizos y le pregunta

- ¿Te gustaría ser un ángel?

La niña mueve la cabeza, asintiendo en silencio de forma casi automática y sin pensarlo dos veces, como solo se puede hacer desde la inocencia infantil.

Melisandre entonces empieza a desnudarla poco a poco, susurrandole al oído

- ...como los ángeles sólo llevan largas túnicas blancas, no necesitarás estos zapatos, ni las calzas, ni ese mandil.

Todas las prendas son arrojadas suavemente a la chimenea. Acto seguido, acerca a la niña y empieza a cantarle sobre volar al cielo.

A medida que termina la canción, besa el rostro de la niña, bajando despacio hasta la garganta, donde muerde y bebe.

La niña se estremece de dolor, pero Melisandre la arrulla sin dejar de beber.

La conversación se va animando y Melisandre parece irse abriendo poco a poco. Es curioso. Parece demasiado confiada. Uno no llega a antiguo siendo demasiado confiado y aislándose en un monasterio en medio de cualquier montaña.

Cuando voy a responder, nos interrumpe Vadislaba. No sé si reprocharlo o agradecerlom pero por lo pronto me guardaré la decisión y la saludo cordialmente.

- Buenas noches, mi señora. - digo, pese a su falta de educación con su entrada sin saludos ni ningún decoro.

Miro el saco, curiosa, mientras se lo entrega a Melisandre, que poco después me ofrece su contenido. - Rara vez rechazo un regalo, menos aún de alguien con buena educación y gustos, pero permitidme primero saber que hay dentro. - indago, curiosa, inspeccionando el saco con la mirada.

Cuando mi mirada se cruza con la de Vadislaba en su salida, me quedo extrañada, tanto como para pasar por alto esa nueva falta de educación, pero prefiero volver a mirar el saco y esperar la respuesta de Melisandre.

Sonrío, algo tensa. Hacía tiempo que había dejado atrás la humanidad y tampoco tenía nada en contra de los niños, pero es que buscara el asesinato porque sí. Sin embargo, parece que Melisandre tenía una fijación especial para ello. Esa obsesión por los ángeles...

- Si, la verdad es que es un encanto. - digo, acercándome y acariciándole la cara con suavidad. - Un pequeño angelito. - repito las palabras de Melisandre, más que sea para agasajarla.

- Será un placer compartirla. - digo, todavía con la mano en la cara de la niña. Un recuerdo de humanidad y de fertilidad, de la hija que jamás tendré dada mi condición actual. Pero realmente tampoco lo lamentaba en exceso. Mi condición actual era bastante buena para mí, a pesar de esos años de persecución que me había ganado. De no ser por Leopoldo haría años que habría muerto.

Mis palabras parece que no han sido las acertadas y Intisar ha dado por terminada la conversación .Una lastima porque ella parece ser la unica de mi clan en este lugar y no hemos empezado con buen pie .Por un momento dudo si seguirla hacia la oscuridad disculparme por mis propositos labras y pedirle que me explique sus enigmaticas palabras..Adentrarme ahi abajo donde no se lo que hay, buscar conocimiento a cambio de arriesgarme .Diablos, puede ser que  el erudito que fui  no este tan muerto como pensaba pero.....El tiempo que pierdo ensimismado en mis pensamientos y el sonido de los pasos se aleja hasta desparecer   asi que vuelvo arriba  a reunirme con los demas 

User vuelve a entrar en el gran salón. Parece que todo está bien y ha dejado a su interlocutora en otros lares. En el comedor Giani habla con Frazier desde detrás de un pesado libro y Milos sigue toqueteando los candelabros y porcelanas que decoran el lugar con traviesa curiosidad. El resto parecen haberse marchado, y entre los anfitriones están Frazier, Theron y Meridie.

Veo que la niña poco a poco se va calmando. Eso me agrada. Al menos puede que tenga una muerte tranquila. Incluso llego a preguntarme si está usando las dotes de su sangre para tranquilizarla, lo cual podría fácilmente, supongo.

Entonces habla, perdida, pero da la sensación de que me habla a mí.

- Dudo que mi cerebro fuera capaz de comprender lo que dicen los ángeles, Lady Melisandre. - digo, mirándola extrañada. Pareciera en una especie de trance. Es algo extraño. - Al igual que los caminos del señor, supongo que sus pensamientos son inexcrutables.

Me acerco a la niña, curiosa al ver que se estremece de dolor. Supuestamente el beso debería ser placentero. Tampoco entiendo el porqué de desnudarla, salvo porque a Melisandre le de asco la suciedad. Varios Toreador son de ese estilo. Sea como fuere, me apresuro a dar mi beso, para que la niña olvide el dolor.

Acerco mis manos a su pelo y su cara, tratándola con cariño, acariciándola. Quiero que esté tranquila y segura, que su muerte un buen último recuerdo.

Abro la boca y saco los colmillos, para hincarlos en su cuello, esperando que la niña olvide el dolor del Beso de Melisandre y se suma en el éxtasis del mío.

Bebes un poco y el éxtasis llega a la niña. Pocas veces habías probado una sangre tan dulce, pura y deliciosa como aquella, incluso lleva consigo algunas sensaciones del calor familiar, de la ilusión por las pequeñas cosas, una sonrisa bajo el sol de verano... la sangre rápidamente empieza a fluir con mayor dificultad, era hora de parar si queríais preservar la vida de la pequeña, pero Melisandre no deja de sorber con voracidad.

Cuando la última gota de sangre abandona el cuerpo de la niña, la mujer dice en un susurro:

"Ahora vuela"

Como si su alma quedase libre en ese momento, la niña cae laciamente en sus brazos.

Melisandre entonces te mira con una sonrisa

- Todos deberíamos crear algo que darle a este mundo. Yo creo ángeles.

- Ohh! Será un placer poder acompañaros, quizás pueda saciar parte de su ansia de conocimiento.

Y con un leve gesto de cabeza invita a Giani a acompañarla mientras muestra una gentil sonrisa. Luego aguarda a la reacción de Giani.

Al principio era divertido. Charla entretenida, un grupo de vampiros alejados del mundo, representantes de buena parte de los clanes de los moradores de la noche... pero, en cierto momento, aquello había dejado de tener interés para el gitano. ¿Libros...? Vale que hubiesen recorrido cientos de millas en pos de un volumen especialmente peligroso y comprometido pero hablar de un tal Mendel era como charlar del compositor de moda en las conversaciones palaciegas. Si no había alimento de por medio, el interés se volvía nulo.

- Bien... - apuró a decir Milos como si reafirmase una idea ya expuesta anteriormente. - Como supongo que nadie de "los míos" mora entre estas santas paredes, creo que tomaré la palabra de tan amables anfitriones y me decantaré por la vida contemplativa y el descanso ofrecido. Una celda y un recipiente serán suficientes para reponerme de los avatares del trayecto.

El gitano se colocó los brazos en jarras dispuesto a seguir a quien estuviese encomendado a mostrarle sus aposentos. Allí ya pensaría como aligerar el hastío.

Esta vez no quería que Frazier se le adelantara, esta vez estaba más atenta. Con una orden en voz alta acudió uno de los sirvientes.

- Haga el favor de acompañar al señor a sus aposentos.

Dijo esgrimiendo un ademán de treatralidad hacia Milos mientras esperaba que Giani reaccionara.

Si no os importa creo que yo también me voy a retirar porque necesito descansar y reponerme de algunas heridas .Digo apuntandome a una noche reposo y un refrigerio .Supongo que mañana podremos seguir conociendo el lugar y a los miembros de vuestra comunidad .

Uno de los sirvientes da un paso al frente cuando Melisandre da su orden, entonces baja la cabeza y se dirige a una de las puertas laterales donde espera que le sigan quienes vayan a ir a descansar y tras él, Milos y User salen del salón central.