Partida Rol por web

Seria y solemnemente, en respuesta a las palabras de Jäger.

- Lo siento.

Después la mujer asiente con elegancia a la petición de Giani.

- Por supuesto. Tengo entendido que os refugiáis bajo el techo de Gaiman. No tengo nada en su contra, pero a veces puede ser un tanto chismoso y su sentido de la justicia es... bueno, particular. Si deseáis otro lugar en el que descansar, hay varias casas seguras del Elíseo por toda la ciudad.

Después de algunas indicaciones de como encontrarlas, prosigue:

- Tenemos un pequeño reducto de la familia Giovanni viviendo en la ciudad bajo el resignado consentimiento del príncipe. Se mueven mayoritariamente por el barrio de los mercaderes italianos, en Lombard Street. El director de las operaciones es un vástago llamado Gillespi.

Un destello de melancolía inunda los ojos de la mujer por un solo instante y retoma la palabra con tono pesaroso.

- Es cierto que Ambrogino y el clan Giovanni son una parte fundamental de todo este asunto, pero pondría la mano en el fuego en que hay otras fuerzas interviniendo.

Con ello parece haberos dicho cuanto piensa que puede seros útil. Solo añade un último apunte.

- Por ahora no puedo involucrarme directamente, pero si necesitáis poneros en contacto conmigo podéis hacerlo mediante el actor que os acompañó hasta aquí o algún miembro de su compañía.

Os dirigís al lugar elegido por Sav.

La puerta de la posada esta abierta. Se trata de un sólido establecimiento sin pretensiones, para comerciantes. Está limpia, pero carece de adornos. Hay una taberna conectada a la misma, pero ahora no hay ningún cliente

Una mujer, quizás una trabajadora del lugar, charla de pié con un hombre al otro lado del mostrador. Ambos se giran al escuchar vuestra llegada.

- Bienvenidos a la posada del Palisandro. ¿En qué puedo ayudarles? ¿Están buscando una habitación para pasar la noche?

El lugar no teníá demasiado glamour ni demasiados clientes pero a Sav no le importaba, observo a un lado y a otro en busca de algún simbolo u objeto que señalaran aquel lugar como frecuentado por vampiros. En el interior un hombre y una mujer aguardaban, Sav se tomo su tiempo para observarlos mientras se dirigía al mostrador.

Acabamos de llegar a la ciudad en busca de una vieja amiga que quizá hubiera pasado por aquí. Una mujer bella, rubia y con un acento como el mío.

Aquel sitio se parecía mucho a las decenas de antros en los que yo había vivido en mi reciente vida mortal.

El aspecto cochambroso, la suciedad, borrachos y putas y cosas que se hacían a la sombra de la ley. Una madriguera de ratas peligrosas que era mejor no sacudir.

Sin embargo, el buen Bernini no pudo reconocer si en aquel sitio había algún vampiro. Quizás por ser nuevo en el asunto y no conocer los modos o los dones necesarios para identificar a un congénere Bernini no quiso interrumpir a Sav en su dialogo.

Por lo pronto, su única opción, era mantener la boca cerrada y aprender,

Cuanto pudiera aprender.

Sus movimientos antinaturales, su pecho estático y un color de piel de lo menos saludable. Todavía tenías dudas de qué eran aquellas criaturas, pero en seguida identificas a aquel par de individuos como la misma clase de demonio que tu domitora y sus compañeros. No son humanos.

A priori aquellas dos personas no parecían vampiros, de hecho podías oír claramente la respiración de ambos. Aunque al mismo tiempo sabes que eso se puede fingir y tu primera impresión fue que aquel lugar era un nido de vástagos. ¿Es posible que tu intuición haya fallado?

Miraba con cautela a la mujer, quién se mostraba receptiva y con ganas de "ayudarnos" en la búsqueda que estábamos emprendiendo.

"-Te agradecemos tus palabras. Quizás encontremos un lugar para refugiarnos si la situación lo amerita."

Esta ciudad era grande, por lo que habría muchos rincones en donde buscar y mirar atentamente. La respuesta a la pregunta de Gaini había sido vaga, pero cualquier información a estas alturas podría ser útil.

"-Mi señora Violetta. Cualquier información nos sería útil, ¿a que te refieres con que hay "otras fuerzas" interviniendo en este asunto? "

Esperaba a que la mujer soltara la lengua y que no fueran esas sus últimas palabras.

Miro a los dos hombres y me acerco hacia a ellos con desconfianza.

Esa mujer, ¿Que nombre tiene, si puedes saberse?

Aricia Mytros respondió Sav mientras soportaba la curiosa mirada de la mujer quien pareció tomar la iniciativa.

Bernini, a espaldas de Sav, lo miraba todo con los ojos bien abiertos – curiosos – y una postura encorvada típica de alguien que ha sido un pseudo esclavo toda su vida.

Me acerco a unas de las mesas y cojo asiento, haciendo un gesto al hombre para que se siente junto a mí.

Bien, puede ser que se encuentre por estos lugares. Tome asiento señor y explíqueme que les une.

Dado que no le habían invitado a sentarse, Bernini se quedo de pie tras Sav cuando este se sentó. Aprovecho la ocasión y dada la diferencia de alturas, para observar con detenimiento a la mujer que ahora hablaba.

Era bastante ligera de lengua y eso no era algo común…

¿Alguna posibilidad de saber si esta mujer es una sanguijuela-chupa cuellos?

Sav se acerco a la mesa en señal de buena voluntad observando a la mujer en todo momento, Vigila al camarero dijo en un leve susurro para que Bernini pudiera escucharlo.

Los asuntos que me unen a esa mujer son entre ella y yo, pero soy amigo suyo si es lo que quieres saber.

Observo al hombre, no me gustaba que fuera tan sumamente seco, con lo cual me levanto de la mesa, apoyo mis manos en ellas y le miro.

Si son sus asuntos, le dejo buscarla por usted mismo.

A Sav no le gusto aquella respuesta, no estaba para jueguecitos estupidos y su paciencía en aquel lugar se empezaba a tambalear, No me pongas a prueba mujer, ¿Dime lo que sabes o que es lo que quieres? espeto en un tono de voz a medio camino entre amable y enfadado.

Sav tomo un trago de la botella que acompañaba la mesa y realizó un estraño silvido como si fuera una rata arañando la madera tras la pared.

Violetta pasa la mirada por los detalles del techo, buscando las palabras adecuadas.

- De la misma forma que a vosotros os envía Hardestadt y sus fundadores, no me extrañaría que hubiera alguien más antiguo detrás de los incidentes protagonizados por vuestro objetivo.

Se fija bien en Aricia quien acababa de hacer la pregunta

- Son solo suposiciones, pero os aconsejo no bajar la guardia.